El diagnóstico de un carcinoma hepatocelular o hepatocarcinoma a partir del uso del biomarcador conocido como PIFKA II, representó una segunda oportunidad de vida para Oscar Rosell Rodríguez Borjas.

Tras varias complicaciones asociadas al estómago y el hígado, sin motivos aparentes, este holguinero, abogado de profesión, fue uno de los candidatos al estudio nacional de diagnóstico oportuno del cáncer, desarrollado en el Hospital Clínico Quirúrgico Hermanos Ameijeiras de La Habana.

Hoy, agradece a los doctores y la medicina cubana por su entrega y superación constante para mejorar la calidad de vida de los pacientes oncológicos, pese a las carencias de insumos y las limitaciones en la tecnología ocasionadas por el bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos contra Cuba.

Dayron Páez Suárez, médico gastroenterólogo de la institución habanera, señaló a la ACN que el PIFKA II es un estudio que ha beneficiado desde el 2023 a más de 191 pacientes de varias provincias del país, con una edad promedio de 62 años.

La investigación consiste en realizar una prueba en sangre cada seis meses a enfermos de cirrosis hepática, con ultrasonidos y exámenes de alfafetoproteína negativos, con el propósito de detectar anomalías que indiquen la presencia de un tumor en su etapa temprana, señaló el también Máster en Hepatología Clínica.

Este resultado permite mayores posibilidades de sobrevida y la realización de terapias encaminadas a revertir los efectos de la dolencia, como fue el caso de Óscar, argumentó.

El carcinoma hepatocelular es el tipo más frecuente de cáncer primario de hígado y está entre las principales causas de muerte por esa enfermedad a nivel mundial, pues un alto por ciento de los pacientes diagnosticados se encuentra en estadios avanzados.

Por ello, el Ministerio de Salud Pública en Cuba prioriza la incorporación de terapias y protocolos enfocados en la detección precoz y el tratamiento a tiempo, a partir de la investigación y el desarrollo de ensayos clínicos.

25 Abril 2025 Fuente: ACN/ Noticias/ Salud

El Hospital “Hermanos Ameijeiras” se distingue  como uno de los centros del sistema de salud pública cubano donde más se apuesta por la investigación y el empleo de novedosas tecnologías.

Para elevar la calidad de vida de los adultos mayores con problemas cardíacos, se apuesta  en Cuba  por investigar y aplicar técnicas avanzadas en procesos terapéuticos y de diagnósticos con menor riesgo que la cirugía cardiovascular.

Durante la realización esta semana de un taller sobre enfermedades no transmisibles en el Hospital Clínico Quirúrgico Hermanos Ameijeiras, de esta capital, el doctor el Suilbert Rodríguez expresó que desde hace algunos años la institución sanitaria se dedica al estudio y puesta en práctica del tratamiento percutáneo de las válvulas del corazón.

Esta alternativa, practicada bajo anestesia local con agujas finas guiadas con ecografía, tratan directamente la causa de los síntomas de las afecciones cardíacas sin dañar las estructuras vecinas y sin necesidad de intervenciones quirúrgicas, explicó el especialista en Cardiología Intervencionista.

Las ventajas que estos procederes ofrecen son significativas para la recuperación del paciente, al resultar ser un abordaje menos agresivo, destacó el también profesor e investigador titular.

Resaltó que disminuye la estadía hospitalaria del ingresado y aumenta la posibilidad de volver con mayor rapidez a su vida familiar y laboral.

El Hospital “Hermanos Ameijeiras” se distingue  como uno de los centros del sistema de salud pública cubano donde más se apuesta por la investigación y el empleo de novedosas tecnologías.

La prevención, diagnóstico oportuno y tratamiento de las enfermedades cardiovasculares resulta en la actualidad una prioridad en este país, pues constituye la primera causa de muerte.

El no control de los factores de riesgos, la diabetes, hipertensión, el hábito de fumar, la inactividad física, colesterol alto  influyen en el desarrollo progresivo de esta patología.

Hoy se aboga por fomentar estilos de vida saludables, el diagnóstico oportuno y aplicar adecuados tratamientos, única forma de reducir sustancialmente las consecuencias negativas de este padecimiento a la salud de las personas.

28 Marzo 2025 Fuente: Tribuna de La Habana/ Noticias/ Salud

Su nombre científico es Cissus verticillata y en Cuba se le conoce popularmente como bejuco ubí. Originaria de las regiones tropicales del continente americano, esta especie es, según Roig, muy común en nuestro país, donde se le halla en cercas y matorrales, en colinas y montañas calcáreas de cierta elevación.

El bejuco ubí es una planta trepadora perenne, de hojas ovaladas, con la base en forma de corazón, que florece en los meses invernales. Sus frutos son pequeños en forma de bayas. De color purpúreo, se tornan negros cuando maduran.

En su obra Plantas medicinales, aromáticas y venenosas de Cuba, Roig apunta que “hace algunos años, cuando una epidemia de influenza azotó la Isla, alcanzó gran fama el bejuco ubí como remedio eficaz contra esta enfermedad”. También señala que en la región de Camagüey se emplea para tratar las enfermedades del pecho y las afecciones venéreas.

Cita a otros autores, entre ellos Stadley, quien dice que “las hojas a veces se aplican a los granos o inflamaciones y en México la decocción de los tallos se usa como remedio para el reumatismo”, y a Caíñas, que refiere que “la decocción a partes iguales de tallos y hojas constituye un positivo remedio contra la gripe, si se bebe a razón de cuatro tazas al día, lo más caliente que sea posible, como sudorífico”.

La Farmacopea vegetal caribeña, en su tercera edición, recomienda el empleo de las hojas del bejuco ubí para tratar los abscesos y afecciones ganglionares, los forúnculos, el resfriado, la tos y la gripe. En todos los casos, la parte a utilizar es la hoja.

La forma de preparación para las afecciones ganglionares y los abscesos es lavando la lesión con agua hervida y jabón, igual que la hoja, la que se calienta ligeramente al fuego para tomar entre una y dos cucharadas del material vegetal bien troceado, que se aplica directamente sobre la zona afectada. Luego, se cubre el área con un apósito o paño limpio. El procedimiento se hace dos veces en el día.

Para los forúnculos, se recomienda también lavar la lesión con agua y jabón, para entonces aplicar en cantidad suficiente la hoja lavada y machacada sobre la zona afectada. Esta se cubre con un apósito o paño y limpio, renovándolo dos veces al día.

Por último, para los resfriados, la tos o la gripe se prepara una decocción con seis cucharadas de hojas troceadas en un litro de agua. Esta mezcla se pone a hervir en recipiente tapado por 10 minutos, se deja enfriar y se filtra. Se bebe una taza, equivalente a 250 mililitros, tres veces en el día.

Fuera de los usos anteriores del bejuco ubí, otras propiedades de la planta han sido investigadas mediante estudios de laboratorio, lo cual hace que esta adquiera un renovado interés en el campo de la fitoterapia. Si bien tales investigaciones no son todavía clínicas en la mayoría de los casos, son importantes de cualquier manera y le otorgan al bejuco ubí nuevas aplicaciones.

Se han estudiado los efectos gastroprotector, antidiarreico, antidiabético y ansiolítico, así como sus propiedades antibacterianas y antifúngicas.

Un aparte lo merece el uso como hipoglicemiante en diabéticos, ya que en algunos lugares de Brasil y en otras regiones se le conoce como “insulina vegetal”. En esas tierras es empleado el bejuco ubí para controlar la glicemia.

Sobre su efecto antidiabético, se plantea que este se produce sin incrementar los niveles de insulina en sangre y fundamentalmente se recomienda su empleo por pacientes portadores de diabetes mellitus tipo II.

Se dice que el efecto antidiabético del extracto de esta planta funciona mediantre un mecanismo similar al de las biguanidas, drogas utilizadas en el tratamiento farmacológico convencional de la enfermedad, entre las cuales la metformina es la más conocida.

En cuanto al efecto gastroprotector, se ha demostrado una protección de la mucosa gástrica en modelos experimentales con animales de laboratorio, pero este fue más marcado cuando la administración del extracto de la planta antecedió a la sustancia irritante del estómago.

Sobre el efecto antidiarréico, se ha evidenciado que disminuye la cantidad de heces líquidas y retrasa la aparición de la diarrea, lo cual se relaciona con una disminución del tránsito intestinal y un incremento en la absorción de agua y electrolitos.

En la acción sedante, se plantea que los compuestos responsables son los flavonoides, el linalool y el alfa-tocoferol presentes en las hojas.

Por último, la actividad antifúngica y antibacteriana de los extractos de la planta se ha demostrado en laboratorio frente a Escherichia coli, estafilococos, pseudomonas y varios tipos de bacilos, así como frente a hongos patógenos.

Debe diferenciarse esta planta de Cissus trifoliata, especie del mismo género y que la población identifica con igual nombre vulgar, pero que es diferente.

No se recomienda el uso del bejuco ubí en personas susceptibles a padecer de depresión o bajo tratamiento con fármacos antidepresivos. Tampoco debe emplearse durante el embarazo (puede provocar aborto) y la lactancia, ni en niños menores de cinco años.

Fuera de estos elementos de rigor, el bejuco ubí es una planta medicinal con amplios usos bien documentados y otros bajo investigación que la convierten en una herramienta útil para cuidar nuestra salud… ¡desde lo natural!

18 Marzo 2025 Fuente: Cubadebate/ Noticias/ Salud desde lo natural