Casi al cerrar el primer semestre del año el municipio de Trinidad muestra indicadores favorables del Programa Materno Infantil y no reporta niños fallecidos menores de un año, un resultado notable que corona el desvelo de los trabajadores de la salud en función de reorganizar servicios y optimizar recursos.

En el sureño territorio sobresale el quehacer de los médicos y enfermeros de la familia, ginecobstetras, clínicos, pediatras, trabajadores sociales y otros especialistas involucrados en el seguimiento a la mujer desde la etapa preconcepcional, tanto en el nivel primario, que incluye la proyección comunitaria, como en la atención secundaria.

Para el doctor Luis Sáenz, director de Salud en Trinidad, las cifras que ubican al municipio entre los más estables de la provincia, no son obra del azar, sino expresión de un sistema de trabajo bien engranado y del carácter intersectorial con que se trabaja este programa.

Tampoco han ocurrido hasta la fecha muertes maternas, logro que, de acuerdo con el especialista, se sostiene en la calidad de la atención obstétrica, el seguimiento al embarazo de alto riesgo y la implementación de otras estrategias para la reducción de parámetros negativos.

Entre ellas, expresó, figuran la atención de las gestantes para prevenir la anemia y compensar enfermedades crónicas, factores directamente vinculados con la prematuridad, el Crecimiento Intrauterino Retardado (CIUR) y el bajo peso al nacer, este último, con cifras que imponen un control permanente a dicho indicador.

El sistema de salud en el territorio ha diagnosticado otros desafíos, como el decrecimiento de la tasa de natalidad- hasta la fecha se reportan 52 nacimientos que en igual etapa del año anterior- y el embarazo en la adolescencia, con consecuencias para la salud de la madre y el bebé.

El director de Salud en el municipio enfatizó que el propósito es lograr mantener en cero la tasa de mortalidad infantil al concluir el 2024; y para ello es fundamental continuar articulando el trabajo en la comunidad con la atención primaria y secundaria de salud.

25 junio 2024 Fuente: Escambray/ Noticias/ Salud

Profesionales de la Enfermería de la provincia de Las Tunas participaron en el Taller Regional de atención al recién nacido, cuidados neonatales y lactancia materna, que tuvo por sede a la provincia de Granma.

En esta oportunidad bajo el lema «Por un cuidado mejor del recién nacido pre términos y bajo peso», los participantes asistieron a un nuevo entrenamiento del método Madre Canguro y Lactancia Materna, que ofrece la posibilidad de fortalecer la atención médica a los neonatos, especialmente a quienes presentan estas y otras condicionantes que ponen en riesgo sus vidas.

Zulema Morales García, del departamento de Enfermería de la Dirección general de salud que atiende el PAMI, subrayó que el resultado más importante de este encuentro resultó el entrenamiento para incrementar la calidad de la atención a los recién nacidos.

Junto a los asesores del Programa de Atención Materno Infantil, representantes de los Bancos de Leche Materna y los jefes de los grupos de Neonatología, los tuneros compartieron sus experiencias y dialogaron sobre nuevos conocimientos y maneras de accionar ante los cuidados de la enfermería asociados a los recién nacidos.

El evento, presidido por el asesor Nacional del Programa Materno Infantil el Licenciado Roberto Carracedo, prevaleció la experiencia y sensibilidad como factores determinantes de satisfactorios indicadores en tan delicada responsabilidad, con la prioridad que demanda el Programa de Atención Materno Infantil (PAMI).

26 Mayo 2024 Fuente: Tiempo 21/ Noticias/ Salud

Con la cofia blanca, el traje impoluto, las manos de sanar —bendecidas tal vez—, viene hasta la cama del enfermo, da la medicina y la sonrisa, que también cura. La escena devuelve diáfana la imagen de Florence Nightingale, una joven que a los 30 años, a la luz de una lámpara turca curaba a los heridos de la guerra, y tal fue su entrega que sin proponérselo se convirtió en una de las grandes heroínas de la historia británica.

A Florence Nightingale, fundadora de las bases de la asistencia de la Enfermería moderna, se debe la celebración cada 12 de mayo del Día Internacional de la Enfermería.

Pudiera parecer exagerado; sin embargo, no lo es, la historia de esta profesión en Cuba y en Sancti Spíritus lo ha demostrado. Detrás de cada vida salvada hay muchas Florence Nightingale; la referencia hace justicia a las mambisas que partieron hacia los hospitales de campaña a cuidar a sus compañeros de lucha, dignifica a las que en 1962 iniciaron en la isla caribeña el Programa Nacional de Inmunización, la primera experiencia con participación comunitaria en la región de las Américas. Para esa fecha no quedó un rincón del país donde no estuviese el personal de la Enfermería vacunando contra la poliomielitis a los niños desde el mismo día de su nacimiento.

Y en estas mil batallas por la vida, las memorias de la espirituana Evidia Álvarez González, la primera enfermera de Latinoamérica en recibir la medalla Florence Nightingale otorgada por la Cruz Roja Internacional en 1978 e instituida en el lejano 1912.

A los 14 años —cuentan—, Evidia cogió la primera jeringuilla. Con esa corta edad se fue hasta Aguas Verdes, a orillas del río Cauto, y en medio de los vientos del ciclón Flora, se vio salvando a gente que la lluvia también intentaba tragarse.

Maestra de enfermeras en Santa Clara, Sagua la Grande, Cienfuegos y Sancti Spíritus, Evidia Álvarez sembró escuelas. En lugares recónditos del mundo, también cultivó ejemplos. En Etiopía, entre balas y heridos, formó a enfermeras, y en Haití, en un apartado pueblo sin luz ni agua, impartió clases a la luz de un farol.

Y hasta hoy perduran estas enseñanzas, las mismas que sirvieron de escudo para enfrentar una de las batallas más difíciles libradas por Cuba en el presente siglo, la pandemia de la covid. Las enfermeras y enfermeros entonces fueron gladiadores de la vida, asidos al verso optimista de los poetas cuando en días interminables el calor de los trajes, el miedo al contagio, el cansancio extremo, parecían ganar la pelea.

Más de un sobreviviente ha contado la historia una y otra vez. Venían como ángeles a la cabecera de los enfermos, y el susurro semejaba pócima salvadora: “No te rindas que la vida es eso, continuar el viaje”, y no pocos sonrieron y pestañaron dos veces en señal de “Sí”, tiene razón.

13 Mayo 2024 Fuente: Escambray/ Noticias/ Salud