May
9
El consumo de una molécula orgánica en forma de suplemento oral e inyectable podría mejorar los síntomas de afecciones relacionadas con la edad y los trastornos metabólicos.
La popularidad del dinucleótido de nicotinamida y adenina (NAD, por sus siglas en inglés) se ha disparado recientemente debido a que es empleado por las celebridades, multimillonarios y fanáticos del ‘biohacking’ como tratamiento para combatir el envejecimiento.
La actriz Jennifer Aniston y la modelo Hailey Bieber son algunas de las personalidades que han recurrido a la terapia intravenosa con NAD +, la forma activa de este compuesto, para lucir jóvenes. «Voy a usar NAD por el resto de mi vida y nunca envejeceré», declaró Bieber.
¿Cómo actúa el NAD?
El NAD es una molécula orgánica que desempeña una importante función en el cuerpo, ya que es la responsable de llevar a cabo las reacciones químicas involucradas en procesos como la producción de energía, la reparación del ADN y la activación de enzimas que promueven la longevidad.
Debido a que los niveles del NAD disminuyen a medida que se envejece, los investigadores han sugerido que su consumo como suplemento podría mejorar los síntomas de afecciones relacionadas con la edad y trastornos metabólicos.
Sin embargo, esta enorme molécula puede descomponerse en el tracto digestivo tras ser ingerida, por lo que cuando pasa por el torrente sanguíneo queda muy poco de ella para que ingrese a las células.
Ante esta situación, se recomienda utilizar los suplementos conocidos como ‘potenciadores’ de NAD, como el mononucleótido de nicotinamida (NMN) y el ribósido de nicotinamida (NR). Estas dos variantes de la vitamina B3 pueden elevar los niveles del NAD en la sangre, además de ser más resistentes al tracto digestivo, lo que permite que puedan traspasarse fácilmente a las células.
Beneficios prometedores
En ensayos clínicos en humanos, los científicos han observado que los potenciadores del NAD pueden mejorar los signos de envejecimiento en los sistemas cardiovascular y músculo-esquelético, así como en el proceso energético celular.
Dado a su potencial vínculo antienvejecimiento, se ha propuesto que la suplementación del NAD podría reducir la inflamación de las células nerviosas, lo que puede contribuir a resarcir los efectos de los trastornos cognitivos relacionados con la edad, como la enfermedad de Parkinson y la de Alzheimer.
Otro beneficio del consumo del NAD puede apreciarse en la reducción del envejecimiento de la piel, ya que esta molécula puede ayudar al cuerpo a reparar los daños cutáneos causados por la exposición a los rayos UV. También puede prevenir el envejecimiento prematuro.
Las investigaciones han demostrado que un incremento en los niveles del NAD pueden favorecer a las personas que padecen de obesidad y el síndrome metabólico. No obstante, los expertos advierten que se necesitan más estudios para confirmar estos hallazgos.
¿Pueden los hábitos aumentar el NAD?
Algunas investigaciones han mostrado que las cantidades del NAD en el cuerpo pueden aumentarse de manera natural mediante diversos hábitos en los estilos de vida, como hacer ejercicio, dormir adecuadamente y reducir los azúcares o grasas. No obstante, los científicos admiten que estos métodos podrían no generar diferencias significativas a largo plazo.
El médico Will Cole, quien asesora a varias celebridades sobre el NAD, es partidario de que los niveles de esta molécula pueden incrementarse con los hábitos antes mencionados. «No habrá una píldora mágica que diga: ‘Esto es todo. Este es el santo grial de los suplementos’ y resolverá todos tus problemas«, agregó.
Obtenerlo de los alimentos
A pesar de que no absorbemos el NAD directamente de los alimentos, nuestro cuerpo puede producirlo a partir de nutrientes específicos contenidos en estos. Algunos de los alimentos que podrían contener precursores del NAD son el brócoli, las judías verdes, las zanahorias, las naranjas, los plátanos, los aguacates, la avena, las semillas de calabaza, las lentejas y el tofu.
2 Mayo 2025 Fuente: Radio Caribe/ Noticias/ Salud
May
9
Es clave para fortalecer el sistema inmunológico, proteger las células del daño oxidativo y cumple un rol importante frente a los cuadros gripales
Uno de los nutrientes clave que necesita el cuerpo humano es la vitamina C, algo que no puede producir y que las personas necesitan incorporar con frecuencia.
Esta vitamina que resulta clave para fortalecer el sistema inmunológico, proteger las células del daño y mantener una salud integral, también contribuye a mejorar la absorción de hierro, acelerar la curación de heridas y cuidar la piel, los huesos, los dientes y las encías.
Su obtención depende exclusivamente de la dieta o suplementos, lo que abre la puerta a estrategias para maximizar sus beneficios.
La cantidad de potasio y vitamina C de la naranja y la guayaba resulta una excelente dosis para la relajación muscular y mejorar el sistema inmune | Crédito: Freepik
La vitamina C, también conocida como ácido ascórbico, desempeña diversas funciones clave en la salud. Desde la creación de colágeno, que mantiene la piel y los tejidos conectivos, hasta su función como antioxidante, ayuda a proteger al organismo de los daños causados por los radicales libres.
Además, fortalece el sistema inmunológico, favorece la absorción de hierro y contribuye al mantenimiento de huesos y dientes.
Por su amplia gama de beneficios, se considera fundamental para el funcionamiento óptimo del organismo.
¿Puede la vitamina C prevenir un resfriado?
La vitamina C no previene los resfriados. La idea de que la vitamina C puede prevenir un resfriado se popularizó en la década de 1970, pero las investigaciones actuales han desmentido en gran medida este mito.
Aunque no parece reducir las probabilidades de contraer un resfriado, algunos estudios sugieren que podría acortar ligeramente la duración del resfriado o estado gripal, o disminuir la gravedad de los síntomas.
“No se ha demostrado que el consumo de vitamina C en dosis adicionales prevenga los resfriados comunes. Si bien no evita que uno se resfríe, algunas investigaciones limitadas indican que podría acelerar levemente el proceso de recuperación en algunas personas», señaló recientemente el doctor Jesse Bracamonte, médico de familia de Mayo Clinic en una publicación de la institución.
En general, para la mayoría de las personas, mantener una dieta equilibrada con suficiente vitamina C es suficiente para mantener el sistema inmunológico saludable, sin necesidad de recurrir a suplementos en dosis altas.
Estudios científicos que respaldan a la vitamina C frente a la duración del resfrío
“Estudios aleatorizados han demostrado que la vitamina C acorta la duración del resfriado común. Algunos estudios informaron mayores efectos sobre los síntomas del resfriado grave en comparación con los síntomas leves. Esta revisión compara sistemáticamente los efectos de la vitamina C sobre los síntomas del resfriado común grave y leve”, describe un estudio científico publicado en el BMC de Nature.
En el estudio, en comparación con placebo, la vitamina C redujo significativamente la gravedad del resfriado común en un 15% (IC del 95%: 9-21%). La comparación directa del efecto de la vitamina C sobre los síntomas leves y graves se limitó a cinco comparaciones que encontraron que la vitamina C tuvo un beneficio significativo en la duración de los síntomas graves.
“El resfriado común es la principal causa de morbilidad aguda y una de las principales causas de ausentismo laboral y escolar. Sin embargo, el ausentismo depende de la gravedad de los síntomas. Por lo tanto, es importante el hallazgo de que la vitamina C podría tener un mayor efecto en los síntomas más graves del resfriado común. Se recomienda que futuras investigaciones sobre los efectos terapéuticos de la vitamina C en el resfriado común midan los resultados según diferentes niveles de gravedad”, sostuvieron los expertos.
Los efectos de la vitamina C en el cuerpo
Según la Escuela de Medicina de Harvard, la vitamina C tiene múltiples efectos en el cuerpo humano, siendo fundamental para diversas funciones biológicas. A continuación, te detallamos sus principales efectos:
1. Creación de colágeno: es esencial para la síntesis de colágeno, una proteína que mantiene la piel, los tendones, los ligamentos y los vasos sanguíneos sanos. También es crucial para la reparación de heridas y la formación de tejido cicatricial.
2. Fortalecimiento de huesos, cartílagos y dientes: este micronutriente contribuye al mantenimiento de la salud ósea, el cartílago y los dientes, proporcionando soporte estructural al cuerpo.
3. Mejora de la absorción de hierro: facilita la absorción del hierro proveniente de los alimentos de origen vegetal, lo cual es especialmente importante en dietas vegetarianas o veganas.
4. Refuerzo del sistema inmunológico: actúa como un potente antioxidante, protegiendo al organismo del daño causado por los radicales libres, moléculas inestables que pueden contribuir al envejecimiento prematuro y enfermedades como el cáncer y las enfermedades cardíacas. Además, la vitamina C participa en la producción de neurotransmisores que permiten la comunicación entre las células nerviosas.
Cuánta vitamina C se debe consumir por día
Tomar jugo de naranja diariamente fortalece el sistema inmune, mejora la digestión y previene la anemia. Su alto contenido de vitamina C y antioxidantes lo convierte en un gran aliado de la salud. (Freepik)
La cantidad diaria recomendada de vitamina C es de 75 miligramos (mg) para mujeres y 90 mg para hombres, según expertos de Mayo Clinic.
Durante el embarazo, se recomienda 120 mg al día. El límite superior para todos los adultos es de 2000 mg al día.
¿Cuál es el efecto del exceso de vitamina C?
El exceso de vitamina C puede tener efectos secundarios desagradables debido a la incapacidad del cuerpo para absorber cantidades excesivas. Los principales efectos incluyen:
1. Diarrea: el consumo excesivo de vitamina C puede causar malestares gastrointestinales, siendo la diarrea uno de los más comunes.
2. Náuseas: se pueden experimentar sensaciones de malestar estomacal y náuseas debido a la alta ingesta de vitamina C.
3. Calambres estomacales: también es frecuente que las personas que toman dosis altas de vitamina C sufran calambres abdominales.
En casos raros, dosis extremadamente altas pueden contribuir a la formación de cálculos renales, especialmente en personas con trastornos renales preexistentes. Además, la suplementación excesiva durante el embarazo podría afectar los niveles de vitamina C del bebé después del nacimiento.
El texto también menciona que la ingesta elevada de vitamina C puede ser problemática en personas con afecciones específicas, como el trastorno por sobrecarga de hierro o la hemocromatosis hereditaria.
Los alimentos que contienen vitamina C
La fruta tropical que aporta grandes dosis de vitamina C, la acerola (Pixabay)
La vitamina C es abundante en muchas frutas y verduras, por lo que es fácil satisfacer sus necesidades diarias a través de una dieta equilibrada.
Frutas ricas en vitamina C:
- Frutas cítricas: naranjas, pomelos, limones y limas
- Bayas: fresas, frambuesas, arándanos y arándanos rojos
- Frutas tropicales: kiwi, mango, papaya y piña
- Melones: melón y sandía
- Tomates
Verduras ricas en vitamina C:
- Verduras crucíferas: brócoli, coles de Bruselas y coliflor
- Pimientos: pimientos verdes y rojos
- Verduras de hoja verde: espinacas, repollo, hojas de nabo y otras verduras de hoja verde
- Hortalizas de raíz: batatas y patatas blancas
- Calabaza
3 Mayo 2025 Fuente: Radio Caribe/ Noticias/ Salud
Feb
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La luteína, conocido también como “la vitamina del ojo”, está presente en alimentos como hojas verdes, frutas y verduras, y su consumo regular podría marcar la diferencia en un mundo donde las enfermedades visuales crecen rápidamente
En un mundo cada vez más tecnológico, en el que las pantallas dominan la vida cotidiana, el cuidado de la salud ocular se ha convertido en una prioridad que no puede ignorarse.
Entre los nutrientes más destacados para proteger la visión, la luteína emerge como un héroe silencioso, capaz de prevenir enfermedades como las cataratas y el glaucoma, mientras mejora la calidad de vida visual de millones de personas, de acuerdo con Medline Plus, una página de la Biblioteca Nacional de Medicina del Instituto Nacional de Salud (NIH, por sus siglas en inglés) del gobierno de Estados Unidos.
Qué es la luteína y qué rol cumple en el organismo
Conocido también como “la vitamina del ojo”, este carotenoide natural se puede encontrar en distintos alimentos como frutas y verduras, y su consumo regular podría marcar la diferencia en un mundo donde las enfermedades visuales crecen rápidamente.
Las cataratas y el glaucoma representan dos de las principales amenazas para la salud ocular, especialmente en adultos mayores. Estas condiciones son la causa principal de ceguera y discapacidad visual.
Según los expertos, las cataratas, caracterizadas por el empañamiento del cristalino, afectan con mayor frecuencia a personas mayores de 50 años. Por otro lado, el glaucoma, una enfermedad que daña el nervio óptico debido a la presión intraocular elevada, es igualmente preocupante, ya que puede provocar ceguera irreversible si no se detecta a tiempo.
Ambas condiciones comparten un factor común: el daño oxidativo provocado por el envejecimiento, la contaminación y la exposición excesiva a la luz, especialmente la luz azul emitida por las pantallas de dispositivos electrónicos. Es aquí donde la luteína entra en acción, no solo como un antioxidante natural, sino también como un filtro de protección que ayuda a minimizar los efectos nocivos de estos factores.
Cómo saber si me falta luteína
La luteína, un tipo de pigmento carotenoide, tiene propiedades únicas que la convierten en un nutriente esencial para la salud ocular. Una vez consumida, se acumula principalmente en la retina, especialmente en la mácula, la región responsable de la visión central y la capacidad de distinguir detalles finos. Su acción protectora radica en su capacidad para filtrar la dañina luz azul, un factor que puede contribuir al desarrollo de cataratas y glaucoma si no se controla.
Además, como antioxidante, la luteína combate los radicales libres y reduce el estrés oxidativo en los tejidos oculares. Esto no solo previene daños celulares, sino que también mejora la agudeza visual y favorece la percepción del contraste y los colores. La luteína ayuda a evitar la formación de radicales libres y de moléculas oxidativas, que son las causantes de los daños en las membranas de las células de los tejidos oculares.
Cómo saber cuándo es necesario consultar a un oftalmólogo
El cristalino, una estructura clave para enfocar la luz en la retina, es particularmente vulnerable al daño oxidativo. A medida que envejecemos, los radicales libres se acumulan, dañando las proteínas del cristalino y provocando su opacidad, lo que lleva al desarrollo de cataratas. Y ese signo es determinante para consultar a un oftalmólogo previamente.
Según investigaciones, un consumo adecuado de luteína puede frenar este proceso, reduciendo el riesgo de formación de cataratas al actuar como un escudo antioxidante.
Sin embargo, aunque la luteína ha demostrado ser eficaz para prevenir la aparición de cataratas, aún no está claro si los suplementos de este carotenoide son igual de efectivos para quienes ya padecen esta condición. Lo que sí es indiscutible es que una dieta rica en luteína, combinada con otras vitaminas carotenoides, ofrece beneficios sustanciales para la salud visual.
Glaucoma: la protección del nervio óptico
En el caso del glaucoma, la luteína también juega un papel crucial, aunque de forma indirecta. Si bien no reduce la presión intraocular, que es la causa principal de esta enfermedad, su potente acción antioxidante protege el nervio óptico del daño oxidativo. Este nervio es esencial para transmitir las señales visuales al cerebro, y su deterioro puede resultar en pérdida de visión permanente.
Además, la luteína mejora la circulación sanguínea en los ojos, lo que contribuye a mantener la salud del nervio óptico y a prevenir el daño asociado con el glaucoma. Estas propiedades hacen que este carotenoide sea un componente indispensable para quienes buscan proteger su visión a largo plazo.
Con el auge de la tecnología, los ojos enfrentan un nuevo desafío: la exposición constante a dispositivos electrónicos. Estudios recientes han señalado que el uso prolongado de pantallas puede provocar fatiga visual y aumentar el riesgo de daño ocular permanente. La luz azul emitida por estos dispositivos penetra profundamente en los tejidos oculares, aumentando el estrés oxidativo y acelerando el daño celular.
En este contexto, la luteína no solo actúa como un filtro natural para la luz azul, sino que también reduce la fatiga ocular y mejora la visión nocturna. Esto la convierte en una herramienta esencial para quienes pasan largas horas frente a pantallas, ya sea por trabajo, estudio o entretenimiento.
Qué alimentos contienen luteína
La luteína se encuentra en una amplia variedad de alimentos, lo que facilita su incorporación en la dieta diaria. Las principales fuentes de este carotenoide incluyen:
- Hojas verdes como la espinaca, la col rizada y el brócoli
- Frutas como el kiwi, frambuesas, ciruelas, manzana, pera, uvas y los cítricos
- Hortalizas como el maíz, los pimientos y la zanahoria
Además, existen suplementos de luteína que suelen recomendarse para personas con un mayor riesgo de enfermedades oculares. Según los expertos, el consumo diario de hasta 20 mg de luteína es seguro y puede ofrecer beneficios significativos para la salud visual.
A pesar de sus numerosos beneficios, es importante tener en cuenta ciertas precauciones al consumir luteína. Por ejemplo, aunque su uso durante el embarazo y la lactancia es seguro en cantidades moderadas, siempre se recomienda consultar a un médico antes de iniciar cualquier suplemento. Además, la luteína no es una solución milagrosa; si bien puede retrasar el avance de enfermedades como la degeneración macular, no detiene su progresión por completo.
En el caso de personas con condiciones oculares preexistentes, como la retinosis pigmentaria o la displasia broncopulmonar, los estudios han demostrado que la luteína no ofrece mejoras significativas. Por ello, es fundamental abordar su consumo como parte de un enfoque integral para la salud ocular, que incluya revisiones médicas regulares y otras medidas preventivas.
La luteína representa una esperanza tangible en la lucha contra las enfermedades oculares más comunes y debilitantes. Su capacidad para proteger los ojos del daño oxidativo y mejorar la calidad de la visión la convierte en un recurso valioso para todas las edades.
En un mundo donde los factores de riesgo para la salud ocular están en constante aumento, desde el envejecimiento hasta la exposición digital, nutrir los ojos con luteína podría ser la clave para mantener una visión clara y saludable a lo largo de los años. Como dice el viejo refrán, “es mejor prevenir que curar”, y la luteína ofrece una forma sencilla y efectiva de hacerlo.
4 Febrero 2025 Fuente: Radio Caribe/ Noticias/ Salud