Aquella mañana en su Fomento natal, el abuelo Mario Conde, de nombre novelesco, no supo que colocaba la primera piedra para una sólida construcción que sería el bien de muchos.

“Edgar —dijo suprimiendo la primera consonante en el nombre del nieto—, ¿por qué no estudias Medicina?”.

La pregunta conmovió al muchacho, que no respondió nada en el momento. Pero, indeciso como estaba, a días de llenar la boleta donde se decidiría su futuro, la sugerencia vino a ser semilla en tierra fértil para ese árbol frondoso que es hoy el ejercicio profesional del doctor Edgardo Conde de Lara.

“En realidad no sabía lo que me esperaba, pero al comenzar a estudiar me motivó de tal forma que aún en la actualidad, después de tantos años, vivo enamorado de mi profesión”, comenta durante una pausa en su consulta, enclavada a un costado del policlínico de Olivos I. Allí lo siguen muchísimos de sus pacientes de antaño y también otros más recientes, aparecidos durante la pandemia de covid, cuando asumió un papel determinante en la orientación a la población espirituana acerca de la enfermedad, el tratamiento a la misma y la manera de afrontar las secuelas que iba dejando.

De no ser por el SARS-CoV-2 tal vez no conversáramos ahora. Fue uno de aquellos días de reclusión colectiva cuando, al sintonizar la radio, escuché su comparecencia y sentí que al fin alguien daba las pautas para poder discernir y actuar ante un asunto del que pocos sabían. Eran días de mucha incertidumbre y desde las redes de Internet llegaba todo tipo de recomendaciones, algunas incluso descabelladas.

Usted se convirtió en algo así como la voz de Salud Pública en Sancti Spíritus en relación con la enfermedad…, apunto, y la afirmación lo sorprendente.

“No creo que fuera así, solo que desde la primera capacitación que recibimos en el Hospital Provincial, coincidiendo casi con el día en que se diagnostican los primeros casos en Trinidad, me quedé con muchas dudas sobre el asunto y me di a la tarea de buscar información científica. Al inicio era escasa y algo contradictoria. Por eso continué estudiando y acumulando experiencia en vivo, pues formaba parte del grupo de respuesta rápida para el diagnóstico de los enfermos de covid del municipio de Sancti Spíritus.

Después me correspondió desempeñarme como especialista a cargo de la interconsulta a casos positivos que en centros de aislamiento presentaban modificación de su cuadro clínico y se presumía la necesidad de su traslado al hospital.

“Pude ir sacando conclusiones sobre las etapas evolutivas de la enfermedad y de su manejo, que unido a la información recopilada me permitió conformar mis propios criterios. Un día me llaman de Salud Municipal, querían que hablara sobre el tema en Centrovisión, y con un poco de incertidumbre fui y hablé de forma clara y comprensible para la población. De pronto mis palabras estaban en las redes; posteriormente se hicieron otras comparecencias en la televisión, en radio Sancti Spíritus y Radio Vitral, y así comenzó un intercambio a través del teléfono y también por otras vías para hacer preguntas y aclarar criterios. No obstante todo eso, creo que si alguien tiene mérito respecto a aquella dura etapa  fueron los medios de comunicación de la provincia, al hacerse eco y amplificar los criterio que habíamos expuesto”, opina, en un rapto de humildad.

Usted fue seleccionado, aún sin recibir el título de doctor, para prestar colaboración en Nicaragua. ¿Qué significó esa experiencia?

“Marcó mi vida como persona y como profesional. Fue un gran honor para mí al ser escogido entre los internos de Sancti Spíritus para integrar un contingente de 100 alumnos de sexto año de toda Cuba para ayudar al pueblo nicaragüense, que tenía muy desfavorecidos los servicios de salud. Fue una idea del Comandante en Jefe Fidel Castro, ante la falta de los recursos humanos suficientes para atender la petición del gobierno de aquel país. Al despedirnos en La Habana nos explicó esas razones y nos pidió que cumpliéramos la misión con rigor, profesionalidad y altruismo, pues era la primera ocasión en que estudiantes de Medicina asumían una tarea así. Dijo también que teníamos que poner bien en alto el nombre de la Patria; se podrá imaginar cómo nos sentimos todos aquellos jóvenes, casi niños, a quienes nos estrechó las manos antes de la partida. Todos los días en mi labor como médico recuerdo aquello.

“Me gradué en Nicaragua en julio de 1982, con cierta tristeza, al no poder compartir ese momento con mis seres queridos, pero muy alegre y emocionado, pues recibí el titulo de manos de Daniel Ortega. Nuestra labor allá resultó útil y aprendimos mucho con cada caso atendido”.

¿Por qué escogió la Clínica?

“En primer lugar se lo debo a los excelentes profesores de Medicina Interna que me formaron, que eran íconos de sabiduría, ejemplo de respeto por el paciente y de consagración. Desde que roté en el tercer año por esta especialidad quedé impresionado por el cúmulo tan amplio de conocimientos que se podían adquirir mediante el interrogatorio y el examen físico, por su integralidad, pues, como dicen los pacientes, el clínico sabe de todo.

“Cuando concluí mi misión en Nicaragua me otorgaron la especialidad de Cardiología, pero al llegar a Cuba tenía que esperar unos meses para iniciarla y me incorporé a trabajar en el servicio de Medicina Interna del antiguo Hospital Provincial. Al final renuncié, después de múltiples explicaciones, y terminé la Medicina Interna en mayo de 1986”.

Durante su período inicial como clínico debió prestar servicios en Fomento, como profesor del Grupo Básico de Trabajo (GBT) en la formación de los primeros especialistas homólogos. Su vida laboral en lo fundamental durante los años siguientes se centró en responsabilidades docentes en la Facultad de Ciencias Médicas y el Sectorial Provincial de Salud, hasta el 2010. Durante toda esa etapa continuó prestando asistencia especializada en el “Camilo Cienfuegos” y en los Servicios Médicos del Minint. En ese propio año comenzó a laborar como clínico del GBT del policlínico de Olivos I, donde se mantiene hasta hoy.

También cumplió misión de colaboración en Angola…

“Sí, en 2013 asumí como coordinador docente de la Universidad de Medicina de Malanje, tarea en la que debía planificar, desarrollar y controlar el proceso docente solo con algunos profesores que colaboraban, pero sin la estructura docente que existe en nuestras Universidades de Medicina. Fue un gran desafío, pero logramos los resultados que la administración angolana esperaba y exigía.

“Además de eso, el Colegio Médico me pidió que prestara asistencia y creo que fue la mayor experiencia hasta ese momento, al enfrentar situaciones nuevas para mi vida como profesional. A todo ello se añadió la satisfacción de poder presenciar la primera graduación de universidades angolanas con la colaboración cubana y bajo nuestro programa de formación”.

Pese a la experiencia acumulada por más de 20 años en tareas de dirección, no cambiaría jamás por nada la práctica médica directa, que es lo que en verdad le apasiona. Sin embargo, el mayor reto en toda su vida profesional fue asumir en marzo de 2021 la consulta multidisciplinaria de su área de salud, para, aún sin haber puesto fin a la pandemia, atender a los pacientes que habían padecido la covid.

“Conformamos nuestros recursos humanos, un excelente equipo de trabajo y mínimas condiciones logísticas; al mes nos convertimos en la Consulta Municipal de Convalecientes de Covid y, posteriormente, de referencia provincial. Había mucho desconocimiento y nos dimos a la tarea de buscar información, fueron largas noches de estudio y reflexión, pues a diario se nos presentaban nuevas situaciones y teníamos que tratar de resolver para ayudar al paciente, innovando esquemas de tratamiento y seguimiento que, por suerte, nos dieron muy buenos resultados, sobre todo el que utilizamos ante la fibrosis pulmonar, una de las secuelas más frecuentes.

“La consulta se prolongó por más de un año, valoramos un total de 1 569 pacientes de las seis áreas de salud del municipio de Sancti Spíritus y del resto de la provincia,  y de ellos mantenían síntomas 1 325, en tanto diagnosticamos secuelas en casi 1 000. Estuvimos siempre muy satisfechos con el agradecimiento mostrado por pacientes y familiares, al poder contar con una orientación precisa, imposición de tratamiento psicológico, físico y medicamentosa ante su dolencia y, sobre todo, su seguimiento».

Junto a esas muestras de reconocimiento y cariño que tuvo, y que aún conserva de aquella etapa, menciona con especial emoción la entrega en 2022, por parte de de la Asamblea Municipal del Poder Popular de Sancti Spíritus, del Escudo de la Ciudad, durante la Sesión Solemne por el aniversario 508 de la fundación de la villa.

Se sobrepone a sus propias dolencias, pues tiene el concepto de que hay que aprender a convivir con ellas y seguir siendo útil, haciendo aquello por lo que ha luchado toda su vida: atender a pacientes.

Con un trato respetuoso y cordial, en el que no faltan las bromas, pues tiene un fino sentido del humor, transmite la serenidad derivada del lema que tiene a bien compartir con los enfermos: mucha tranquilidad, esperanza y paz. Usted puede escucharlo cada martes en el programa El bulevar, de Radio Vitral, donde ha disertado sobre temas de interés para la población, que incluyen el perjuicio del uso indiscriminado del celular en la salud. Y asegura que aún le restan por tratar muchos otros asuntos.

El viejo Mario Conde pudo ver solo los avances, pero no vivió lo suficiente como para aquilatar el bien que le hacía a la humanidad aquella mañana cuando, comiéndose la letra d, en un rapto de premonición, le dijo a su nieto: “Edgar, ¿por qué no estudias Medicina?”.

12 junio 2024 Fuente: Escambray/ Noticias/ Salud

Este lunes participamos en la conmemoración nacional por el Día de África, la cual estuvo encabezada por el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, y ratificó, una vez más, la solidez que distingue las relaciones entre el pueblo de Cuba y esa tierra hermana.

Las palabras del Presidente del Consejo de Estado y de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Esteban Lazo Hernández, así como de Nasser Mohamed Ousbo, embajador de Djibouti y decano del Cuerpo Diplomático africano acreditado en nuestro país, evidenciaron también los profundos lazos de amistad que unen al pueblo cubano a ese continente.

Justamente allí, inició hace poco más de seis décadas la hermosa historia de la cooperación cubana por el mundo en materia de Salud: 55 profesionales llegaron a Argelia en mayo de 1963, como parte de la primera Brigada Médica que brindó sus servicios a otros pueblos. En los años siguientes la colaboración médica continuó en ascenso, extendiéndose a más regiones africanas.

Entre los miles de colaboradores que se sumaron a salvar vidas en ese continente, resulta imposible no reconocer la labor de los miembros del Contingente Internacional de Médicos Especializados en Situaciones de Desastres y Graves Epidemias “Henry Reeve”. Varios de sus miembros acompañaron al pueblo africano de manera admirable en el enfrentamiento al Ébola, en el año 2014, y durante los difíciles años de la pandemia provocada por la COVID-19.

“Suman 56 mil 144 los cooperantes que en el transcurso de todos estos años han atendido a la población de 42 naciones de África. Actualmente, mil 738 se encuentran en 28 países africanos y dos mil 244 de ellos son médicos”.

También ese continente marcó la historia de la colaboración docente de Cuba en el ámbito de la Salud: fue en el año 1975, en la ciudad de Adén, entonces capital de Yemen del Sur, donde comenzó la preparación de médicos en el exterior con la asesoría de profesores cubanos y el uso de nuestros programas de estudio.

“Además de la formación que se llevó a cabo desde entonces en varios de esos países, en las universidades de Ciencias Médicas cubanas y en la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM) se han graduado diez mil 684 profesionales africanos. En estos momentos mil 281 estudiantes se encuentran en nuestras aulas”.

Acompañar a los pueblos de África en la protección de la salud no es solo un deber y un compromiso para Cuba, es también un honor que asumimos con altruismo. Sepa esa tierra hermana que podrá siempre contar con nosotros en ese camino.

11 junio 2024 Fuente: MINSAP/ Noticias/ Salud

Una veintena de jóvenes de diferentes provincias sirias manifestaron hoy su gratitud a la isla por ofrecerles becas para estudiar la carrera de medicina.

Durante un encuentro celebrado en la sede diplomática de la isla en esta capital, tantos los becarios como sus padres tuvieron la oportunidad de tener un intercambio con profesionales sirios que estudiaron en la nación caribeña y se graduaron de diferentes especialidades durante los últimos 30 años.

El jefe de la Asociación de Sirios Graduados en Cuba, George Bittar, explicó a los presentes el alto nivel de la enseñanza en la mayor de las Antillas y la disciplina que se le exige en cuanto a asistencia a clases y cumplimiento de las tareas de estudio y las normas docentes.

Subrayó la importancia de aprender el idioma español y sobresalir en los estudios para dar una imagen civilizada de su país y volver al terminar sus carreras para poner sus conocimientos al servicio de su comunidad.

Mientras Bashar Ajib, doctor en telecomunicación, transmitió a los muchachos su experiencia y resaltó la importancia de envolverse en la sociedad cubana y respetar las costumbres y las tradiciones del país caribeño. En Cuba, tendrán familias y adquirirán valores y un gran sentido de humanismo, y además, sentirán el cariño y solidaridad de los cubanos que comparten con los estudiantes extranjeros lo que tienen y no lo que les sobra, dijo Ajib.

A su vez, el embajador cubano Luis Mariano Fernández Martínez y la encargada de asuntos consulares Hilda Realín explicaron a los jóvenes los procedimientos de su beca y el sacrificio que hace la isla para ofrecer estas becas en medios de difíciles condiciones económicas generadas por el bloqueo.

Indicaron que miles de profesionales de salud se graduaron de las universidades cubanas y hoy ofrecen sus servicios en sus países.

Casi medio millón de médicos cubanos han cumplido desde 1973 hasta la actualidad misiones internacionalistas en comunidades apartadas en decenas de países, precisaron los diplomáticos.

Durante la cita, se respondió a las preguntas y preocupaciones de los estudiantes y sus padres, y se le deseó éxito en tanto en sus estudios como en la nueva fase de su vida.

12 junio 2024 Fuente: Radio Caribe/ Noticias/ Salud

junio 13, 2024 | Arlenes Tamayo Osorio | Filed under: Bloqueo, Colaboración, Cuba, De la prensa cubana, médicos cubanos, Salud, Sociedad, Solidaridad | Etiquetas: , , , , |