Sus raíces campesinas no se perciben en el hablar pausado, ni mientras gesticula suavemente. Pero hay en ella una ternura y un amor que solo germinan en los seres auténticos, sencillos y libres, como el ambiente de aquella finca donde jugaba a los escondidos al anochecer, sin corriente eléctrica, o se empinaba el vaso de leche espumosa, acabada de extraer por su abuelo de la ubre de la vaca.

De Bacuino, el lugar donde fue feliz hasta los ocho años, allá en territorio del municipio de La Sierpe, solo quedan los recuerdos y la tierra sepultada por las aguas de la presa Zaza, mas agradece todo lo aprendido primero en aquellos parajes y luego en San Carlos, donde la honestidad y la necesidad de ser útil sobresalían, por encima de todo.

Adaly López Farías no se obsesionó con ninguna profesión; más bien, al terminar el noveno grado, le atrajo aquella idea de graduar la vista a otras personas y optó por la carrera definida en la lista de ofertas como técnico de Oftalmología, que se estudiaba en un centro politécnico de La Habana.

Una vez graduada, en 1983, comenzó a laborar en el Hospital Provincial Camilo Cienfuegos, donde solo se mantuvo hasta que alrededor de año y medio después el respetable doctor Alfredo Palmero, entonces jefe del servicio de la especialidad (ya fallecido), le propuso trasladarse al pediátrico José Martí, donde necesitaban optometristas y se inició en 1985, tras una capacitación en Villa Clara.

De entonces a la fecha ha sido una especie de pacto con la mirada de los pacientes más pequeños, que llegan a ella muchas veces incluso antes de cumplir el primer año de vida y egresan, como regla, ya siendo adolescentes.

Todavía se los encuentra por ahí y escucha, perpleja, los testimonios de gratitud, como el de aquel joven agente policial que no hace mucho la detuvo en la calle y le hizo recordar cuánto había hecho ella por sus ojos, hoy al servicio de toda la ciudadanía.

Adaly es toda dulzura, suavidad, comprensión. Investiga constantemente acerca de las novedades de su oficio, hurga en los libros y materiales audiovisuales, en busca de argumentos que le permitan mantener entretenidos a sus pacientes mientras ella indaga por las imágenes que ven en el proyector. Entonces les canta canciones muy conocidas por ellos, o les cuenta breves historias con las que empatizan, como la de ese teléfono diminuto que el niño de turno identifica ahora mismo, muy similar, le cuenta ella, al que usaba su abuela, o la de otros objetos que los remiten a disímiles cuentos o aventuras infantiles.

También se siente contrariada en ocasiones la optometrista de blanca tez y ojos azules. Sucede cuando los niños no hacen más que mirar la pantalla de su celular mientras esperan por la consulta, porque le consta el daño que hace a la vista el uso indiscriminado de esos objetos, generalmente con la venia de los padres. Sostiene, con estadísticas que lo ilustran, que la fiebre de los teléfonos móviles ha disparado sensiblemente los casos de déficit visual. Y esgrime, para eso, una única recomendación: procurar para ellos entretenimientos más sanos, como algunas manualidades de utilidad: recortar, pegar, armar; la lectura, el juego pasivo. “A veces los padres, con tal de que estén tranquilos, los dejan durante horas delante de las pantallas, sin calcular el enorme perjuicio que les causan. Resulta muy necesario limitar ese tiempo”, afirma.

No se conformó con los conocimientos que tenía: se hizo licenciada en Optometría y Óptica, carrera inexistente antes, que estudió por dirigido y concluyó en 2011, en la Universidad de Ciencias Médicas de Sancti Spíritus. En un local del área de Consulta Externa del hospital pediátrico José Martí y Pérez puede hallársele, entregada por completo a su tarea. Simultanea ese trabajo con el servicio que presta en la escuela especial Abel Santamaría, próxima a la heladería Coppelia. Allí, varios meses al año, desde mediados de los 80 asume no solo las graduaciones de la vista, sino también la rehabilitación de los alumnos, algunos de ellos tras ser sometidos a cirugías, mayormente aquejados de estrabismo, ambliopía y otros padecimientos oftalmológicos.

Siempre le han gustado los niños. “Porque son muy sinceros. El niño si no ve dice que no ve, agradece todo, en el sentido de que son muy moldeables, su organismo asimila bien los tratamientos, evolucionan como regla hacia la mejoría”, argumenta.

¿Cómo se las ingenia para saber qué cristales le van a cada uno, cuando se trata, incluso, de bebés que no cooperan al momento de la consulta?, indaga la reportera, quien es a la vez madre de dos gemelas atendidas por Adaly desde el primer año de vida. Entonces ella se sumerge en explicaciones sobre los defectos refractivos y la esquiascopía, proceder que permite ver dentro del ojo las sombras que indican el déficit visual, y recomendar unos u otros cristales.

El aparato que se emplea, detalla, es el retinoscopio.

Los jóvenes se van mucho por el autorefracto, que es un aparato más moderno y define la refracción del paciente sin la intervención del especialista, comenta, pero a su juicio resulta mucho más confiable seguir apostando por la esquiascopía y por el ojo de quien la realiza.

¿Qué satisfacciones le ha reportado su desempeño laboral durante más de 40 años?, pregunta Escambray.

“Verlos sin limitación, reincorporados a la sociedad; comprobar que pudieron cumplir sus sueños, estudiar lo que deseaban, sin que el defecto refractivo que los trajo a nosotros sea obstáculo”, responde.

También le regocija haber cumplido misión internacionalista en el estado de Vargas, Venezuela, entre 2007 y 2010, y haber visto de cerca a Fidel, quien departió con ellos antes de la salida del avión. Luego regresó en 2011 y hasta 2014 laboró en Caracas, en la dirección nacional de la misión, donde se desempeñó como funcionaria en el Departamento de Ópticas. Todavía conserva en el hermano país amistades de aquellos años, “gente con grandes valores”, dice.

No se ha jubilado, porque no soportaría estar sin trabajar. Se deprime de tan solo imaginarlo y asegura que seguirá en funciones mientras la salud y las capacidades le alcancen. Y las familias de los niños necesitados de sus servicios que la conocen saben el gran tesoro que es esta mujer, madre de dos hijas doctoras que, según sus palabras, “estudiaron Medicina gracias a que se criaron en el hospital”.

Un nieto que ya cumplió 11 años le cambió la vida para mejor, y desde entonces las energías se le multiplican, a pesar de las adversidades de la vida, que la golpean, como a muchos, pero su espíritu y optimismo le permiten ver siempre el vaso de agua medio lleno.

Cuando habla de su profesión su rostro se ilumina. Sin dudarlo ni un segundo volvería a escoger la misma carrera, los mismos pacientes, ahora convencida de que la Optometría y los niños son el mejor de los mundos por explorar y al cual dedicarse en cuerpo y alma.

Semanas atrás, Radio Sancti Spíritus publicó una entrevista que puso a Adaly en la palestra pública y fueron muchas las muestras de gratitud y cariño ofrecidas por quienes han compartido con ella o recibido sus servicios. Entre las opiniones vertidas en la red social Facebook Escambray recogió las siguientes: “Excelente profesional, he tenido el placer de conocerla y el privilegio de que atienda a mi hijo, maravillosa”. “Excelentísima en su trabajo y como persona es un amor. También he sido su paciente desde muy pequeña y hasta el presente. Felicitaciones, muy merecido reconocimiento”. “Magnífica en lo suyo, muy buena profesora y muy linda persona… felicidades”. “Profesional de una entrega inexorable, su dedicación y pasión por lo que hace ha devuelto a muchos infantes la alegría de vivir con una visión mejorada”. “Excelente, llena de amor y dulzura en el trabajo de rehabilitación de los niños y niñas con ambliopía y estrabismo de la escuelita Abel Santamaría, los trabajadores y familias agradecemos el derroche de amor por los que más lo necesitan”. “Trató a mi hijo desde pequeño, nunca una mala cara, tan dulce Adaly, merecido reconocimiento”. “Adaly es una persona maravillosa, un ser excepcional, realmente es una bendición llegar a su consulta y encontrar allí toda la seguridad y paz en cada refracción”. “Ojalá existieran muchas personas como ella”. “Orgullo de la Optometría en Sancti Spíritus. Ejemplo a seguir por todos los profesionales de la salud”.

3 Noviembre 2025 Fuente: Escambray/ Noticias/ Salud

noviembre 8, 2025 | Arlenes Tamayo Osorio | Filed under: Cuba, De la prensa cubana, Salud, Salud Pública | Etiquetas: , , |

La central provincia cubana de Villa Clara destaca hoy en Cuba por su tratamiento a la retinopatía de la prematuridad, la primera causa de ceguera en edad infantil a nivel mundial.

El territorio, ubicado a más de 270 kilómetros al este de La Habana, reporta 22 años consecutivos sin recién nacidos ciegos por esta condición, gracias a un programa de detección precoz de esta patología integrado por especialistas de distintas áreas de salud.

De acuerdo a la Dra. Zoila Fariñas, líder del proyecto y especialista de II grado en oftalmología, durante las más de dos décadas la central provincia trató a mil 338 niños, con una prevalencia de solo el cinco por ciento, un indicador similar al de los mejores estándares internacionales.

Según la especialista, Cuba emplea tratamientos de vanguardia a nivel mundial, basados en aplicar medicamentos directamente en el interior del globo ocular o el empleo de tecnología láser, siempre con resultados alentadores que garantizan la calidad de vida de los infantes.

La creación en Cuba de salas de terapia intensiva para neonatos, capaces de salvar a niños tan prematuros como de 27 y 28 semanas, forma parte de los éxitos de este programa, sostenido aun en medio de las difíciles condiciones económicas del país, explicó el Dr. Yandry Machado, jefe del Programa Materno Infantil (PAMI) el central territorio cubano.

El proyecto de retinopatía de la prematuridad forma parte de las acciones de prevención del PAMI, una estrategia que busca una atención integral a los recién nacidos y que ha mostrado sus resultados en naciones como México y Estados Unidos.

30 Junio 2025 Fuente: Radio Habana Cuba/ Noticias/ Salud

Especialistas de Cuba en Oftalmología contribuyen hoy en el estado mexicano de Baja California Sur a la capacitación de personal de la salud y a la recuperación de la visión en pacientes de escasos recursos.

En diálogo con Prensa Latina, Teresa de los Ángeles Casanova, cirujana principal de ese equipo en el Hospital Juan María de Salvatierra, de la ciudad de La Paz, comenta las características de su trabajo y los resultados obtenidos como parte de la colaboración entre ambos países.

Según la integrante de la brigada médica de la isla en esta nación, el centro, considerado de referencia, recibe a pacientes con traumas oculares de toda la entidad, y allí tres profesionales de la mayor de las Antillas atienden desde niños recién nacidos hasta adultos ya longevos.

“Desarrollamos actividades quirúrgicas semanales, de ellas (las de) pterigion, catarata y otro tipo de enfermedades de causa ocular”, detalla la galena, quien destacó la realización en 2023 y 2024 de campañas de cirugía relacionadas con el segundo padecimiento.

Asimismo, los profesionales de la nación caribeña han participado “en proceso de ablación, de trasplante multiorgánico, a su vez con los cirujanos a nivel de riñón, córnea, precisamente procurando órganos para pacientes necesitados”, apunta.

“Nos hemos mantenido muy directamente vinculados con todos los servicios del hospital -refiere-, como pediatría, oncohematología en niños, precisamente la interacción y el seguimiento de estos niños, así como el servicio a nivel de ginecología, medicina interna” y otros.

Al aludir al propósito de su labor en estas tierras, encaminada a la prevención de la ceguera, la especialista con 33 años de experiencia manifestó su satisfacción al afirmar que posibilitaron a muchas personas recuperar la visión y alcanzar una mejor calidad de vida.

Historias emotivas tenemos muchas, sobre todo en la atención a niños, porque recibimos también infantes con traumas oculares y que un menor “no tenga una discapacidad o que no pierda un ojito es un valor altamente preciado y sin costo alguno”, expresó.

A su juicio, el pueblo mexicano no solo agradece la atención en cuanto a salud que puedan ofrecer los especialistas de Cuba, sino la sensibilidad y humanismo, así como el respeto a la profesión con los cuales actúan, “una característica reconocida en todo el mundo”.

“No solamente somos médicos; somos psicólogos, somos trabajadores sociales que podemos hasta cierto punto desarrollar o educar a estas personas que en determinado momento han tenido un desconocimiento general de sus enfermedades”, sostuvo.

Junto a la atención a los enfermos, el equipo de oftalmólogos de Cuba en el Hospital Juan María de Salvatierra también ha llevado a cabo talleres sobre la donación de órganos, específicamente de córnea, y ha trabajado en la formación de residentes para desarrollar un banco de esas membranas.

Desde 2022, con su llegada aquí, colaboraron igualmente en actividades vinculadas a la prevención y la educación sanitaria en aquellos pacientes con diabetes mellitus, en un contexto marcado por una alta incidencia de ese padecimiento en Baja California Sur.

Para Casanova, quien cuenta con experiencias anteriores en Yemen, Jamaica y Ecuador, México ha sido muy importante debido a la integración conseguida, y el aprendizaje sobre los protocolos, organización del servicio y las guías de prácticas clínicas establecidas en el país norteamericano.

Lejos de su tierra natal, la doctora añora a sus seres queridos, pero compensa esas ausencias con el orgullo de brindar a ciudadanos de esta nación la posibilidad de observar “la vida con un haz de colores” y responder así a la confianza depositada en ella.

Hace pocos días, la presidenta Claudia Sheinbaum reconoció el desempeño de los especialistas de la isla en México, los cuales suman actualmente más de tres mil, y aseguró que continuará la contratación de estos y de los provenientes de otros países.

Al referirse a visitas a centros de salud durante las giras realizadas por el territorio nacional, mencionó que ha visto a los médicos cubanos laborar en los lugares más apartados “con una convicción, un trabajo y una integración con todo el personal de salud muy importante para la población”.

4 Febrero 2025 Fuente: Tvsantiago/ Noticias/ Salud

febrero 7, 2025 | Arlenes Tamayo Osorio | Filed under: Colaboración, Cuba, De la prensa cubana, médicos cubanos, Mundo, Salud, Salud Pública | Etiquetas: , , , , , |