Hay dolencias que desaparecen con una pastilla. Existen otras, más obstinadas, que necesitan varios golpes de la medicina para abandonar un cuerpo. Algunas jamás dicen adiós; otras solo llegan para provocar la muerte. Para cada una de ellas hay medicamentos que salvan, alivian. Esta es su historia, pero llega en sentido inverso. Es un relato de esas medicinas que faltan porque otros decidieron ponerle precio al consuelo del alma. Leer más