El doctor Albarrán fue un excelente clínico, histólogo, bacteriólogo y fisiólogo, que vivió entre dos siglos

El médico cubano Joaquín María Albarrán y Domínguez falleció el 17 de enero de 1912, hace 112 años, luego de que su obra científica en el campo de la urología lo consagrara como uno de los más importantes especialistas de esa disciplina a nivel mundial.

El doctor Albarrán fue un excelente clínico, histólogo, bacteriólogo y fisiólogo, que vivió entre dos siglos, aunque en el Siglo XIX cimentó su prestigio científico con sus obras más reconocidas dentro de la urología. Fueron sus investigaciones publicadas en París a principios del Siglo XX las que hicieron de él un autor de referencia obligada en ese campo.

Nació el 9 de mayo de 1860 en una familia acomodada de Sagua La Grande, Las Villas, cuando Cuba era todavía colonia española, y quedó huérfano en 1872, quedando al cuidado de su padrino el doctor Joaquín Fábregas, cirujano español quien lo inscribió en el jesuita Colegio de Belén, en La Habana, y luego fue enviado a Barcelona donde se diplomó de bachiller en 1877.  En esa época se involucró en la lucha por la independencia de su Isla y recaudó fondos con ese fin mediante la logia masónica a la que pertenecía.

Más tarde se doctoró en Medicina en la Universidad Central de Madrid antes de instalarse definitivamente en París en 1878, ciudad en la que desarrolló toda su carrera profesional desde 1879 bajo la tutela de prestigiados especialistas y donde vivió prácticamente el resto de su vida.

En Paris el joven doctor hizo cursos de postgrado, se incorporó al ejercicio de la profesión y comenzó a labrar su reputación, descubriéndose en él la gran figura de la medicina que habría de ser muy pronto. Se presentó a varios concursos de oposiciones y en 1883 alcanzó la plaza de Profesor Externo de los Hospitales. Al año siguiente mereció el primer premio en el Concurso del Internado de Hospitales de París y obtuvo además varias medallas de oro y plata de la Facultad de Medicina.

Fue miembro distinguido de varias prestigiosas instituciones científicas, entre ellas: la Sociedad Anatómica de París (1888); la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana (1890); la Sociedad de Estudios Clínicos de La Habana (1890); y la Sociedad de Cirugía de París (1899).

En 1892, a los 32 años, era Profesor Agregado en Francia; en 1894 era el cirujano jefe de los hospitales de Paris y en 1898 se le designó vicepresidente de la Sociedad Francesa de Urología.

Convertido ya en histólogo bajo el manto protector del profesor Edouard Brissaud, fue el eminente Louis Pasteur quien influyó en que se estableciera definitivamente en Francia, donde no tardó en convertirse en interno ayudante de eminentes galenos como el pediatra Jacques-Joseph Grancher, esposo de la ilustre cubana Rosa Abreu, y el cirujano Ulysse Trélat. Allí aprendió con Félix Guyon, inventor del citoscopio, los secretos de la urología, especialidad en la que no tardó en sobresalir.

Albarrán perfeccionó el citoscopio y los procedimientos citoscópicos, y por sus importantes trabajos, se le concedió el Premio Godard de la Academia de Ciencias de Francia, el Premio Tremblay, de la Academia de medicina, y el Premio de Barbier, de la Facultad de Medicina de París.

Al retirarse Guyon en 1906 como director de la Clínica de Enfermedades de las Vías Urinarias, Albarrán lo sucede para convertirse en el profesor titular más joven de la Facultad de Medicina de la capital francesa. Pero antes ya había escrito obras que son consideradas todavía como referencias de la literatura médica y cuyos títulos en español serían El riñón de los urinarios (su tesis premiada de 1889), Los tumores de la vejiga (1892), Los tumores del riñón (1903) y Exploración de las funciones renales (1905), donde expuso su método innovador para el examen de las facultades renales en los pacientes. En total, escribió unas 300 obras y artículos especializados en el tema.

El hecho de permanecer casi toda su vida en el exterior no lo desligó de Cuba. En 1890, el semanario El Fígaro recogía las palabras del ilustre médico que para acceder a tan elevados cargos debió adoptar la ciudadanía francesa: «Si los azares de la vida me han hecho adoptar por patria a la gran nación francesa, nunca olvido que soy cubano y siempre tenderán mis esfuerzos a hacerme digno de la patria en que nací.»

Al doctor Albarrán le sucedieron cuatro hijos: Georgette y Pierre, ambos frutos de su matrimonio con Pauline Ferri; así como Raymond y Suzanne Albarrán Sanjurjo, de un segundo matrimonio con la cubana Carmen Sanjurjo Ramírez de Arellano.

Murió prematuramente el 17 de enero de 1912 de tuberculosis, a los 51 años, en su casa en el poblado marítimo de Arcachon, cerca de Burdeos, aunque fue enterrado en París en el cementerio de Neuilly-sur-Seine. La enfermedad la contrajo accidentalmente mientras atendía la nefrectomía de un paciente del hospital Necker. Justo en ese año había recibido la noticia de que se hallaba entre los candidatos al Nobel de Medicina. Concurrieron a despedirle, entre otras personalidades, los presidentes del Senado y de la Cámara de la nación francesa.

18 enero 2024│fuente: Granma│ Tomado de │ Cuba

DOHA, Catar.-Un sentir se ha vuelto recurrente dentro de la población catarí: sin importar cuán lejos pueda estar de casa el “Hospital de los Cubanos” -el que está enclavado en Dukhan, pequeña ciudad cercana a Doha-, muchas familias lo prefieren.

Es esa la historia de un prestigio creciente, sobre la cual pudo hablarse con orgullo y cariño durante la llegada al centro médico, este domingo en la tarde (hora local), de la delegación cubana que ha estado en la nación árabe dando cumplimiento a una visita oficial de trabajo, y que ha estado encabezada por el primer secretario del Comité Central del Partido Comunista y presidente de la República de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez. Leer más

Jamaica reanudó un programa de atención oftalmólogica que ofrece con apoyo de colaboradores de Cuba para detectar y tratar a pacientes con distintas enfermedades oculares, confirmó hoy una fuente oficial.

De acuerdo con el servicio de información del Gobierno (JIS, por sus siglas en inglés), actualmente en el hospital público de la capital laboran nueve profesionales de la mayor de las Antillas y reciben individuos aquejados de patologías como cataratas, retinopatía diabética y el pterigion.

Más de 6 000 jamaicanos en los últimos días acudieron a ese sitio para determinar si necesitan o no someterse a cirugías para corregir sus problemas de salud ocular.

Este mes se espera la llegada de más especialistas cubanos y también debe concluir la remodelación del hospital Saint Joseph, que acogerá el referido programa de salud con departamentos para las consultas, las cirugías y el cuidado postoperatorio.

JIS recordó que aparte de los servicios médicos, el proyecto de colaboración con Cuba también incluye la capacitación de oftalmólogos de Jamaica y la asistencia en el mantenimiento de equipos.

En octubre del año pasado, las dos naciones caribeñas firmaron una carta de intención sobre el suministro continuo de una brigada médica a Kingston.

Otro documento similar contempló la renovación de un acuerdo para el funcionamiento de un Centro de Oftalmología que, a lo largo de los años, facilitó un mayor acceso a servicios de alta calidad y oportunos.

Kingston y La Habana sellaron su primer convenio en esta esfera sanitaria el 28 de julio de 2009, luego en enero de 2010 inauguraron una clínica en aquel territorio y desde entonces los profesionales cubanos ofrecen prestaciones allí.

Datos oficiales indican que gracias a ese programa entre 2010 y 2019 se examinaron más de 35 000 pacientes, 21 412 recibieron cirugías y a 17 000 se les evitó la ceguera. (Con información de Televisión Avileña)

28 noviembre 2023 │ fuente: Cubadebate│ Tomado de │Noticias Salud

noviembre 28, 2023 | Gleidis Hurtado Cumbá | Filed under: Cuba, De la prensa cubana, médicos cubanos, Salud, Servicios de Salud | Etiquetas: , , , |