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Caracas, Venezuela. –De lo más hondo del alma cubana, del lado izquierdo del pecho para llegar a lo más profundo y silenciado de los cerros, los llanos y los tupidos paisajes venezolanos, nació Barrio Adentro.
Atrevidos y previsores, como solo ellos supieron ser, los comandantes Fidel y Chávez fundaron un proyecto que ha cambiado el rostro de Venezuela.
A partir de su puesta en marcha, en abril de 2003, «la esperanza de vida al nacer creció; el desarrollo integral de los niños de cero a cinco años se fortaleció; el nivel cognitivo aumentó; la capacidad predictiva ante algunas enfermedades de prevalencia frecuente también fue atacada y abordada. Se han fortalecido las políticas preventivas y de promoción como en ningún otro momento. Además, contamos con una red asistencial en el primer y segundo nivel, que ningún país de América del Sur tiene».
Así lo aseguró Geovanni Peña, presidente de la Fundación Barrio Adentro, quien insiste en que esta obra está colmada de «historias de amor, fuerza y retos», e incluso ha servido para «el replanteamiento de una nueva patria». Es, en sus palabras, «un modelo de integración fundamentado en la salud, el bienestar, la prosperidad de las mujeres y los hombres que requieren de la accesibilidad gratuita a este derecho».
Barrio Adentro –que se basa en una amalgama exquisita entre profesionales de ambas naciones–, «rompió con los paradigmas de la exclusión y la desigualdad».
Tras enrumbar esa idea matriz, nacieron otros proyectos, como la Misión Milagro y la Misión Sonrisa, «que en conjunto suman una serie de acciones en los ámbitos biosicosociales, que buscan brindar salud oportuna de manera directa, con calidad y calidez humana, pero, más aún, con un gran componente científico».
Así, el Programa del Buen Vivir para el Diabético y el uso de fármacos cubanos únicos de su tipo, como el Heberprot-p, entre otros, han devuelto la fe y la dignidad a un pueblo que se sumía en las sombras de la medicina mercantilista.
Y es que, «aunque la felicidad es una actitud, una expresión espiritual, cuando la gente tiene su centro dispensador de salud, tiene confianza; cuando saben que su centro está atendiendo, tienen esperanza; cuando van y son atendidos, salen agradecidos. Esos tres elementos son la felicidad. Por ello podemos afirmar, categóricamente, que Barrio Adentro es un instrumento de construcción de felicidad.
«Hoy hablamos con mucha facilidad de que son 21 años. Sin embargo, ese tiempo es una generación. Entonces podemos decir que estamos celebrando la primera gran generación de Barrio Adentro. Vendrán más generaciones. Dentro de cien años estarán hablando de Barrio Adentro. Dentro de 200 años estarán hablando de Barrio Adentro, porque ya es un patrimonio de la humanidad».
24 abril 2024 Fuente: Victoria/ Noticias/ Salud