Nov
15
En el acto participaron Raphaël Trannoy, embajador de Francia en Cuba; Amaya Olivares Zapiain, jefa de cooperación de la Delegación de la Unión Europea; Vivian Kourí Cardellá, directora del IPK; Francisco Durán García, director nacional de Epidemiología del Minsap, así como representantes de la cooperación francesa, de la Unidad de Promoción de Salud y Prevención de Enfermedades, de la Secretaría Técnica de Una Sola Salud y otros invitados técnicos de diferentes centros y sectores.
Durante la ceremonia el embajador francés Raphaël Trannoy, declaró que: «Este laboratorio es más que una infraestructura, es un símbolo de nuestro compromiso compartido con la ciencia, la salud y la solidaridad».
Amaya Olivares, representante de la Unión Europea, señaló que la salud pública constituye un sector fundamental para el desarrollo de Cuba, felicitó a los involucrados en el proyecto y ratificó el compromiso de continuar trabajando juntos.
Fundado en 1937, el IPK es centro de referencia nacional e internacional en el estudio de enfermedades infecciosas y tropicales, con un papel decisivo en la investigación, diagnóstico y control de epidemias en Cuba y la región.
Con esta nueva infraestructura, la institución consolida su liderazgo en la vigilancia de dolencias emergentes y transmitidas por vectores.
La iniciativa, respaldada por la Cooperación Francesa, la Unión Europea y el Minsap, tuvo como propósito modernizar infraestructuras, ampliar capacidades científicas y acompañar la formación de equipos de salud pública en la Isla.
Durante la pandemia de la COVID-19, el proyecto destinó cinco millones 600 mil euros a la adquisición de respiradores y otros insumos esenciales, lo que reforzó la respuesta nacional frente a la crisis sanitaria.
Gracias a este esfuerzo conjunto, el IPK aplicó nuevas metodologías de biología molecular, perfeccionó el diagnóstico de enfermedades parasitarias y fortaleció la vigilancia de dolencias transmitidas por vectores.
El laboratorio dispone de un secuenciador de última generación y unidades modernizadas de genómica, bioinformática, biotecnología y microbiología celular.
Este proyecto también fortaleció la red de laboratorios provinciales, mejoró la seguridad biológica y la gestión de la calidad, y promovió la capacitación del personal científico cubano.
Nov
14
“Vamos a trabajar esta epidemia como mismo se trabajó la covid-19”, dijo en la tarde de este martes el primer secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, durante la reunión de expertos y científicos para temas de salud.
Desde el Palacio de la Revolución, donde confluyeron especialistas en diversas aristas que tienen que ver con defender la salud, y entre quienes había rostros conocidos de quienes aportaron mucho con sus saberes cuando Cuba enfrentó el coronavirus, el jefe de Estado convocó a encuentros semanales para, desde la ciencia, aportar análisis y propuestas de soluciones a la epidemia de casos con Síndrome Febril Inespecífico, provocada, sobre todo, por arbovirosis.
El primer punto de la jornada –que también contó desde la presidencia con el viceprimer ministro de la República, Eduardo Martínez Díaz– versó sobre la actualización de la situación epidemiológica de las arbovirosis en la Isla. Al respecto, el Doctor José Raúl de Armas Fernández enunció que, la que ha concluido, es la segunda semana consecutiva con disminución de los Síndromes Febriles.
Tal realidad, dijo, atiende a que en ocho provincias se ha producido ese cambio–ellas son La Habana, Matanzas, Villa Clara, Cienfuegos, Ciego de Ávila, Granma, Santiago de Cuba, y Guantánamo.
El experto afirmó que este ha sido un año epidémico, y que en 68 municipios se dio el aumento de los casos febriles. Al entrar en el tema de las arbovirosis, el Doctor detalló que 38 municipios han sido escenarios de la transmisión del Dengue; y que, en el caso de La Habana, en todos los municipios fueron reportados casos de esa dolencia.
Sobre el Chikungunya, José Raúl de Armas Fernández detalló que la cifra de casos acumulados asciende a 21 681 -de ellos, más de 20 mil con sospecha clínica de la enfermedad, y 692 confirmados en 14 provincias, 93 municipios, y 151 áreas de Salud. Según enunció, las provincias con mayor número de casos son Matanzas, La Habana, Camagüey, Cienfuegos, Artemisa, y Villa Clara. Es en esos territorios donde se ha concentrado el 98,5 por ciento de los casos.
En lo que respecta al Oropouche, desde el pasado 26 de septiembre hasta hoy no se reportaron casos confirmados ni sospechosos, según comentó el experto.
Entre otros datos de interés, la Doctora en Ciencias María Guadalupe Guzmán Tirado comentó que 119 países han reportado transmisión del Chikungunya; que por tal movimiento del virus “se mantiene la vigilancia” en la Mayor de las Antillas; y que, una vez identificado el inicio de la transmisión en la provincia de Matanzas, ahora los expertos profundizan en los estudios.
Identificar el problema a tiempo
Una vez concluida la reunión, la Doctora en Ciencias Yagen Pomares Pérez -directora general de Atención Primaria de Salud del Ministerio de Salud Pública-, compartió con los periodistas ideas de valor sobre una epidemia que preocupa a muchos. Ella comenzó hablando sobre la importancia que tiene identificar el problema desde que el paciente presenta fiebre.
“El objetivo fundamental de nuestro sistema –enunció– es lograr el ingreso de todos los pacientes que tienen síndrome febril. Este ingreso puede ser, o en la vivienda –a través de un ingreso domiciliario–, o puede ser por los criterios que ya están aprobados”.
Sobre esta última idea, hizo referencia a un protocolo que ya “está aprobado en su segunda versión”. Y en la misma línea de razonamiento expresó que esa es de las experiencias obtenidas de los días de COVID-19, “cuando rápidamente fuimos poniendo la ciencia, la investigación en función de la problemática”. Ella recalcó la necesidad de “lograr el ingreso de los pacientes”.
Igualmente, hizo referencia a un reto en la Atención Primaria de Salud: “Lograr la disciplina de nuestros pacientes con Síndrome Febril en el aislamiento desde la vivienda es complicado, pero creo que este es el primer aspecto” a tener en cuenta.
Lo segundo –argumentó– tiene que ver con “un seguimiento desde los equipos básicos de Salud”. Y en tal sentido habló sobre cómo se ha organizado, “desde nuestro propio sistema”, ese seguimiento que cuenta con el refuerzo de los estudiantes de Medicina, “de quinto año, que ya tienen todas sus competencias para poder hacerlo”.
Según detalló la Doctora en Ciencias, esa fue “una experiencia que la trabajamos de manera muy intensa en Matanzas”, y que ya se extiende a todo el país.
En lo concerniente a los pacientes hospitalizados, la experta dijo que “todos los niños menores de dos años con Síndrome Febril deben ser hospitalizados”. Lo mismo, dijo, sucede con las gestantes, quienes llevan una “vigilancia más exhaustiva”. Y en el caso de los adultos, comentó que deben ser hospitalizados quienes presenten signos de alarma como fiebre prolongada, pérdida de la conciencia, dolores abdominales permanentes, u otras manifestaciones preocupantes.
Los pacientes adultos mayores –como explicó a la prensa Yagen Pomares Pérez– también deben ser hospitalizados, porque son más vulnerables, porque suelen tener comorbilidades como la hipertensión arterial, la diabetes, u otras que pongan en peligro la vida.
Acciones en el terreno
“Todos sabemos que la principal preocupación que tiene hoy nuestra población es el tratamiento adulticida, la fumigación”, comentó a los reporteros la Doctora Madelaine Rivera Sánchez, directora nacional de Vigilancia y Lucha Antivectorial del Ministerio de Salud Pública. Ella explicó que “no se ha podido llegar a todos los lugares, como hemos estado acostumbrados durante todos los años en que hemos tenido brotes epidémicos”.
La especialista dijo que se ha estado trabajando, “concentrando los equipos a nivel de municipio, para poder llegar a las zonas más complejas, donde tenemos la evidencia de la transmisión de las arbovirosis”. Y afirmó:
“A partir de análisis que hemos hecho en el país, y de cuestiones técnicas que hemos podido revisar, ya vamos a contar con equipamiento que nos va a permitir reforzar acciones sobre todo en los municipios que hoy tienen las complejidades mayores con respecto a la transmisión, sobre todo del Chikungunya”.
La Doctora enunció que “estamos tratando de abarcar todas las zonas urbanas donde podamos llegar no solo a donde tenemos evidencias sino también donde las personas nos dicen que hay presencia de casos, y así poder hacer los tratamientos adulticidas”.
En otra valoración necesaria, la experta afirmó: “Un problema que hemos tenido en esta etapa, es que precisamente en estas dos semanas de tratamiento que hemos venido trabajando en el mes de noviembre, hay algunas provincias en que no ha salido bien porque se han quedado equipos en el piso; y estas son de las cuestiones que vamos a reforzar”.
Ella habló de dar seguimiento a cuanto se hace, porque lo inadmisible, dijo, es contar hoy con el equipo, con el insecticida, incluso con el combustible, y que no se obtengan los resultados esperados por déficit de fuerzas. De lo que se trata, recalcó, es de prepararlas en aras de la calidad, que es lo vital.
La doctora también hizo énfasis en la participación de la comunidad: “Es muy importante la intersectorialidad, la percepción de riesgo de todos nosotros, y el apoyo siempre para que las acciones de control de vectores se puedan realizar”.
Estamos hablando de una dolencia, dijo, “que ha tenido una velocidad de transmisión muy rápida por la presencia del mosquito; y contra el vector es que tenemos que seguir realizando las principales acciones para poder, en el menor tiempo posible, solucionar esta problemática que está afectando a toda la población”.
12 Noviembre 2025 Fuente: Cubadebate/ Noticias/ Salud
Oct
7
Passiflora es un género de plantas de la familia Passifloraceae que está distribuido principalmente en América tropical y subtropical. Su nombre, adoptado por Carlos Linneo en 1753, proviene del latín flos passionis, que significa literalmente “flor del sufrimiento” o “flor de la pasión” y alude a la Pasión de Jesús.
Originalmente tal denominación fue otorgada por los misioneros jesuitas en 1610, debido a la similitud de algunas partes de las flores con los símbolos religiosos relativos a este particular episodio de la vida de Jesús, narrado en los Evangelios. Los jesuitas quisieron ver el látigo con el que fuera azotado en los zarcillos, los clavos de la cruz en los estilos, mientras que la corona de espinas estaría representada por los estambres y la corola radial de la flor.
Las pasifloráceas pueden ser enredaderas de varios metros de longitud o también plantas erectas, semierectas y semirrastreras, siendo en este último caso menores de un metro. Actualmente se considera que se encuentran distribuidas por todo el mundo, excepto en la Antártida, aunque el género Passiflora en particular está ausente de África.
Hay tres especies en específico cuyo interés medicinal aparece referido en el Formulario de fitoterápicos de la Farmacopea Brasileña. Estas son la Passiflora alata, la Passiflora edulis y la Passiflora incarnata, que se recomiendan en ese texto como ansiolíticas y sedantes leves.
La Passiflora alata es nativa de la región del Amazonas en Brasil, donde se le conoce como ‘ouvaca’. Esto significa estrella roja, y se le denomina así debido a la apariencia de su flor. Se trata de una planta trepadora, con frutos comestibles y muy apreciados, cuyas flagrantes flores alcanzan entre siete y diez centímetros de diámetro.
La Passiflora edulis es una planta trepadora, propia de Sudamérica y Centroamérica, que específicamente se considera nativa de Brasil. Esta especie puede alcanzar hasta nueve metros de longitud en condiciones climáticas favorables y su flor normalmente es de color blanco, con tintes rosáceos o rojizos. Su fruto comestible, conocido como fruta de la pasión o maracuyá, es de color amarillo, anaranjado o morado.
Por último, la Passiflora incarnata es una liana trepadora de rápido crecimiento, alcanza un largo de hasta nueve metros y posee unos zarcillos que le sirven para trepar. Sus flores son aromáticas, grandes y solitarias, de cinco centímetros de diámetro y de color blanco, amarillento o carnoso con tonos púrpuras. Su fruto también es comestible, pero posee muchas semillas. En algunos lugares se le conoce como flor de pasión o también maracuyá.
De estas tres especies, solo están presentes en Cuba Passiflora edulis y Passiflora incarnata. Aunque las tres tienen propiedades ansiolíticas y sedantes, es realmente Passiflora incarnata la mejor estudiada y documentada, con mejores evidencias a favor de su empleo terapéutico.
De acuerdo con el referido texto brasileño, las hojas secas de las tres pasifloras se pueden utilizar para elaborar una infusión, a razón de una cucharadita del material vegetal troceado en 150 mililitros de agua hirviendo. En mayores de 12 años se puede utilizar esta cantidad, los 150 mililitros, entre dos y cuatro veces en el día.
No se recomienda su uso prolongado y debe limitarse en las mujeres embarazadas o que lactan, así como por niños menores de 12 años. Tampoco se debe consumir asociado a medicamentos sedantes o depresores del sistema nervioso. Es posible que en los pacientes que utilicen esta infusión se presente un poco de somnolencia, un efecto adverso asociado a su consumo.
Así entonces, las hojas de cada una de las tres especies aquí comentadas constituyen una opción en el tratamiento de problemas de ansiedad e insomnio, a partir de sus propiedades medicinales. Las mismas poseen flavonoides, fenoles y aceites esenciales, principios activos responsables en conjunto de las acciones farmacológicas referidas, por las cuales tradicionalmente han sido utilizadas estas pasifloras. Es por ello que está respaldada su recomendación, desde el punto de vista etnomédico y sobre la base de evidencias científicas sustentadas en la investigación moderna, para el cuidado de nuestra salud mental… ¡desde lo natural!
30 Septiembre 2025 Fuente: Cubadebate/ Noticias/ Desde lo natural
