Con un promedio de 79,83 años, la provincia de Las Tunas exhibe una de las mayores esperanzas de vida en Cuba, un indicador que mantiene privilegiada posición desde hace décadas atrás.

Al cierre del 2023 la expectativa de vida al nacer en la isla fue de 78,3, lo que representó un incremento de 2,1 años en relación con el 2000.

Como en todo el territorio nacional, las medidas preventivas mediante la Atención Primaria de Salud, el programa médico gratuito y la asistencia diferenciada a las personas de la tercera edad, han sido los factores determinantes en el incremento del promedio de edad de los lugareños.

Según el Periódico 26, al término del 2022 Las Tunas tenía más de 528 mil habitantes, con un crecimiento sostenido desde 1970, pero a partir del 2016 dejó de crecer.

Se precisa que el 67,8 por ciento de la población de la provincia vive en la zona urbana y excepto el municipio de Las Tunas en los restantes son más los habitantes que se van de sus respectivos territorios que los nuevos que se instalan para vivir.

Es significativo que Las Tunas, otrora pequeña ciudad, desde que funciona como capital provincial, hace 47 años, ha tenido un elevado crecimiento, hasta llegar a unos 170 mil habitantes en la actualidad.

El censo del 2012 reveló que el Balcón del oriente Cubano solamente era superado en cuanto a cantidad de habitantes, por La Habana, Santiago de Cuba, Holguín, Guantánamo, Camagüey y Santa Clara.

15 julio 2024 Fuente: Tiempo 21/ Noticias/ Salud

Validar la cultura familiar mediante el apoyo y la capacidad de decisión son elementos que forman parte de la estrategia intersectorial del servicio de instituciones sociales de la Salud Pública, y en la provincia de Las Tunas se otorga protagonismo a las casas de abuelos que acogen a personas de la tercera edad, como parte del Programa Integral de Atención al Adulto Mayor.

El amor es ley en esta familia adoptiva que crece con la llegada de nuevos integrantes a la casa de abuelos Guillermo Tejas Silva, de esta ciudad. Allí un grupo de profesionales saben de anhelos, comprensión y amor entre quienes permanecían solos en su hogar o sin familiares biológicos responsables de su cuido.

Desde hace tres años llegó a la institución, perteneciente al policlínico Gustavo Aldereguía Lima, Mirian García Meriño, para recibir y llenar de amor sus días, «vine para acá porque encontré aquí una familia, una familia que nos quiere, está al tanto y se preocupa por nosotros, ellos saben a importancia de un beso en la mañana.

«Vivo sola, tengo un solo hijo pero no vive conmigo, y necesitaba venir para acá. Aquí encontré un amor tan grande y tan inmenso que no puedo explicar, el buenos días, el preguntar cómo te sientes y amaneces de los trabajadores de institución y los demás abuelos que aquí permanecemos juntos ocho horas», refiere García Meriño.

América Veliz Ávila reafirma el valor de la familia que fomentan entre quienes, aunque viven en hogares diversos, se sienten acogidos por otros de su edad y el personal sanitario.

«Desde el 2020 yo entré a este espacio con una finalidad, encontrar otra familia aparte de la mía pues en esos momentos me encontraba muy sola y decidí estar aquí», detalla la actual presidenta del Consejo de abuelos.

«En realidad encontré lo que yo quería porque para mí es primordial la familia y constituye la base de la identidad, la autoestima y los esquemas de convivencia social. Es donde las personas comienzan a descubrir el mundo y relacionarse, interactuar y desarrollarse como personas.

«Este es el mejor lugar al cual pueden venir otros adultos, donde nos atienden de manera especial por eso nunca queremos irnos porque estamos en familia. Necesitamos un beso por la mañana, un abrazo y esa dulzura tan importante en nuestras vidas».

Vecina del reparto Finlay, Mirtha Navarro Sánchez desde hace un año disfruta del aprecio de una nueva familia, «en mi hogar tengo cariño por momentos, porque pasaba el día sola hasta que encontré este lugar lleno de afecto, comprensión y compañía, ya no tengo soledad».

«Para mucha gente cuando llegamos a esta edad somos un estorbo pero aquí no, el personal se ocupa de todo, nos estimulan la autoestima y nos hacen sentir útil, aquí tenemos un vínculo muy fuerte con personas de diferentes características y formas de pensar, pero con un solo criterio, sentirnos como una familia».

A pesar de que el concepto de familia evoluciona de acuerdo a las tendencias mundiales y los cambios demográficos, los profesionales de la Salud Pública en ese contexto transmiten la seguridad y bienestar emocional de la familia que forman en las casas de abuelos.

La trabajadora social Edelmis Hidalgo Jorge confiesa que desde que llegó aprendió a valorar más el trabajo con el adulto mayor, «conocí la importancia de querer y valorar a mis 32 abuelitos con diferentes personalidades. Ellos están aquí con el propósito de la rehabilitación mediante la terapia ocupacional, las actividades y las dinámicas para una mayor calidad de vida».

Por su parte la licenciada en Enfermería Aliuska Rodríguez, con cuatro años de labor resalta la relación afectiva para mejorar la forma de vida de estos pacientes, ávidos de compañía y de comunicarse, «ahí es donde comienza el papel fundamental de estos centros, mediante la labor de psicólogos, psiquiatras y médicos mejoramos la forma de vida de los abuelos.

«La cotidianeidad limita el disfrute de la vida de estas personas de la tercera edad que necesitan tanto amor y cariño como un niño pequeño, ellos buscan en nosotros el abrazo de una familia extendida que sumamos el personal de la salud junto grupos de apoyo del sector de la cultura, transporte escolar y de trabajadores por cuenta propia de la comunidad».

La familia constituye la unidad básica de la sociedad y en el Día Internacional de las Familias es la oportunidad de reconocer aquellas que por adopción fomentan y favorecen el amor entre los abuelos desde una perspectiva de derechos.

15 Mayo 2024 Fuente: Radio Victoria/ Noticias/ Salud

El polvo blanquecino lo inundó todo con tan solo un estruendo y lo oscureció, también, de golpe. A eso de las once de la mañana del pasado 3 de abril, cuando las rocas inmensas que conformaban el rústico horno para hacer cal empezaron a desplomarse, en las cercanías de una de las casas de la comunidad espirituana de Hornos de Cal, nadie sospechaba que los casi cuatro metros de piedra estaban sepultando en vida a Luis Hernández Casanova, más conocido como Coco. Leer más