Las cifras de contagios por COVID-19 reportadas en Cuba durante el mes de octubre continúan su comportamiento al descenso. Dieciséis mil quinientas ochenta y dos personas fueron diagnosticadas con la enfermedad en la pasada semana, lo cual representa 10 321 casos menos que en los anteriores siete días.

Si bien durante la semana 41 del año se produjeron algunas variaciones en los números diarios, lo cierto es que las últimas cuatro semanas han mostrado de manera consecutiva una disminución sostenida de quienes enferman como consecuencia del SARS-CoV-2.

Sin que esa realidad nos lleve a mirar el actual contexto epidemiológico con complacencia alguna, es válido destacar que la pasada semana también marcó un punto de giro en la cantidad de pacientes ingresados por ser positivos a la COVID-19. Ocho mil seiscientas ochenta y tres personas seguían siendo portadoras del virus, lo cual significa 8 292 pacientes menos que al concluir la semana 40 del año, es decir, menor cantidad de casos activos en un 28,8 %.

Al cierre del 16 de octubre Cuba había aplicado 24 464 590 dosis de vacunas, lo que ha permitido que el 99,2 % de la población vacunable haya recibido al menos la primera dosis de alguno de nuestros inmunógenos, y el 69,2 % tenga completo su esquema de vacunación.

Las medidas adoptadas, unido al avance de la campaña de vacunación emprendida por nuestro país, han permitido, además, que fallezcan menos enfermos como consecuencia del virus. Por seis semanas consecutivas menos familias cubanas han sufrido la muerte de alguno de sus miembros y hasta el 16 de octubre se acumulaba una letalidad de 0,86%.

Aun cuando de manera general se ha producido una mejoría incuestionable en todos los indicadores sanitarios, varias provincias son seguidas con especial interés por la incidencia que en ellas sigue teniendo la enfermedad. En la última semana, Camagüey, Pinar del Río, Sancti Spíritus, Holguín, Las Tunas y Villa Clara confirmaron 12 278 casos positivos, el 74% de los diagnósticos en ese periodo.

Más allá de los números globales del país en las más recientes jornadas, que evidencian un avance indiscutible en el control de la epidemia, el actual escenario es, ante todo, un nuevo reto para los profesionales de la Salud, las instituciones, el Gobierno y las familias cubanas.

La reapertura gradual de espacios y actividades que ha comenzado a vivir la nación necesita ser acompañada con responsabilidad y mucha disciplina en todos los escenarios, para que la disminución sostenida de diagnósticos que mantenemos en las últimas semanas no solo sea cosa de un mes con “buenos números”.

octubre 18/2021 (Cubadebate)

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