La ONG Entrepueblos hizo posible que la científica cubana Claudia Bernal Estrada recalara el pasado miércoles 18 de octubre en Murcia, en la gira que está realizando por varias ciudades y capitales de España invitada por el Movimiento Estatal de Solidaridad con Cuba, para dar a conocer los logros de la investigación biotecnológica en su país que se lleva a cabo en el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), una “resistencia creativa” a pesar de las condiciones impuestas por el bloqueo de EE.UU., según destacó esta científica.

La biotecnología es una rama interdisciplinaria de las ciencias biológicas que se empeña en la aplicación tecnológica de sistemas biológicos y organismos vivos o sus derivados para la creación o modificación de productos o procesos para usos específicos. Tiene amplias aplicaciones en la industria, la agricultura, la medicina, la farmacología y el tratamiento de residuos sólidos, líquidos y gaseosos. La primera industria del mundo surgió en 1976 y en Cuba a principios de los 80 del pasado siglo.

Claudia Bernal puso especial énfasis en afirmar que, en Cuba, a diferencia de los países de la órbita capitalista, el tratamiento de la enfermedad es un asunto prioritario, las y los enfermos son tratados como un problema de salud y no como clientes. Expuso unos gráficos en los que se demuestra el ranking ventajoso de la isla en el tema sanitario, pese al bloqueo impuesto.

El Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) de Cuba es puntero y se creó en 1986, con la finalidad de investigar y comercializar vacunas, medicamentos y otros productos agropecuarios. A título de ejemplo, el Heberprot, medicamento que se basa en el factor de crecimiento humano recombinante, con infiltración en el interior de la lesión, desarrollado por el CIGB, se emplea como acelerador de la cicatrización de las úlceras del pie diabético, disminuyendo por tanto la prevalencia de amputaciones y mejorando la calidad de vida del paciente.

Claudia destacó que, ya en su día, Fidel Castro entendió la importancia de la ciencia y de la biotecnología. El Dr. Randolph Lee Clark, oncólogo estadounidense, le describió a Fidel las bondades del interferón en 1981. La información le animó tanto que inmediatamente armó un frente biológico y envió dos investigadores cubanos a la Universidad de Texas para estudiar el tema: así nació la biotecnología cubana. Posteriormente, seis científicos cubanos estuvieron nueve días de visita en Finlandia y, a su regreso, lograron sintetizar el primer interferón cubano.

Ciclo completo

Desde entonces, el impulso a la investigación médica y biotecnológica en Cuba no cesó. BioCubaFarma, con 20 000 empleados, agrupa a unas 46 empresas, con 80 líneas de producción y exportando a 40 países del mundo. Desarrolla el ciclo completo: investigación, desarrollo productivo, negocio y comercialización. Y algo a destacar: las empresas integrantes trabajan en estrecha colaboración, sin la competencia que se da en el ámbito occidental. Este grupo empresarial anunció a través de Twitter un nuevo acuerdo de cooperación con la empresa mixta china Changheber para la introducción de una inmunoterapia innovadora para el tratamiento del cáncer en aquel país.

Otro producto desarrollado es el HeberFERON, para el tratamiento de los cánceres de piel. Por otro lado, Jusvinza ha demostrado ser muy eficaz por sus propiedades antiinflamatorias en procesos reumatoides y artríticos, con una recuperación de un 85% de los pacientes.

Pero si hay que destacar un éxito evidente en las investigaciones del CIGB para poner coto a la covid-19 ha sido el procesado y distribución de las vacunas Abdala, Soberana 2 y Soberana, las primeras de Latinoamérica, vacunas que, con su dosis de refuerzo, Mambisa, han sido suministradas a más de siete millones de personas en Cuba y que han llegado también a países como México, Venezuela, Vietnam y Nicaragua. Mambisa fue el primer candidato de vacunas por vía nasal. Respecto de Abdala, el prestigioso medio británico The Lancet Discovery Center llegó a afirmar que esta vacuna es segura, bien tolerada y con una eficaz respuesta inmune contra la enfermedad.

La labor del CIGB no se detiene ahí, pues también ha procesado una vacuna contra la peste porcina, Porvac, premiada por la Academia de Ciencias de Cuba, así como soja transgénica, en línea con la obtención de la máxima soberanía alimentaria.

Implicación de la juventud y las dificultades del bloqueo

La investigadora Claudia Bernal destacó la implicación de la juventud cubana en la colaboración con estos procesos, y ello pese a la implementación de las 242 medidas para el bloqueo de Donald Trump, la vigente Ley de Comercio con el Enemigo, la evidencia, por tanto, de que los suministradores externos se muestran remisos a comerciar con la isla, y los ataques de todo tipo contra el país por los evidentes éxitos de las vacunas contra la pandemia de la covid.

Las empresas extranjeras se ven forzadas, por la presión de las multinacionales farmacéuticas y otras, a no comerciar con Cuba, por lo cual el país ha de buscar insumos en terceros países, por la dificultad de acceder al mercado norteamericano, lo que aumenta la carestía de la producción. Y ello contando con el boicot de la banca extranjera, como es el caso de Caixabank.

Pese a ello, esta joven investigadora recordó que la esperanza de vida en Cuba, en relación con el nivel económico de la isla, es muy alta, en línea con la de los países más desarrollados.  (Tomado de elDiario.es)

2 noviembre 2023| Fuente: Cubadebate| Tomado de Noticias Especiales de Salud