Basta cruzar la puerta del salón de cirugía menor del policlínico Manuel de Jesús Lara Cantero de Trinidad para percibir la profesionalidad del equipo que, a pesar de las carencias, garantiza un servicio de calidad
En el pequeño espacio, a solo unos pasos del quirófano, una mujer menuda y de ojos dulces transmite confianza. Con amabilidad ofrece la bata, el gorro, las botas… Una rutina imprescindible que asegura el éxito de cualquier proceder quirúrgico en el salón de cirugía menor que ofrece esos servicios en Trinidad.
Desde su apertura en 2006, como resultado de un programa dirigido a fortalecer la Atención Primaria de Salud, los beneficios son innumerables, en particular para los pacientes que acceden a este tipo de cirugía, menos invasiva y con escaso riesgo de complicaciones.
Los detalles de cada historia médica, los retazos de conversaciones entre los compañeros del equipo y las anécdotas tras los nervios y la evolución satisfactoria de los pacientes trascienden el pequeño salón para ser registrados por Escambray, que, vestido de verde inmaculado, traspasa el umbral en busca de historias de vida tan cotidianas como admirables.
La génesis del servicio de cirugía menor
Gracias al programa de reconstrucción y modernización de los policlínicos, que dotó a estas unidades asistenciales de tecnología para la atención especializada, en el 2006 abrió sus puertas el salón de cirugía menor del policlínico Manuel de Jesús Lara Cantero, en la ciudad de Trinidad.
La licenciada Nora Pichs Escalante tuvo la suerte de estrenar este servicio. Con amplia experiencia como enfermera y una sensibilidad sin igual, su desempeño ha sido fundamental en los resultados que exhibe desde su apertura.
“Hemos logrado mantener un servicio de calidad, a pesar de que en ocasiones no se cuenta con todos los recursos. Pero lo más importante es la profesionalidad, la ética y el trabajo en equipo, además de la comunicación permanente con la dirección del policlínico y del municipio, sin olvidar a los consultorios médicos”, expone convencida del poder sanador de una sonrisa o una palabra de aliento.
Esa es la fórmula en un servicio de alta demanda en el sureño territorio y donde se atienden pacientes con diversas patologías que requieren de este tipo de tratamiento quirúrgico por parte de las especialidades de Dermatología, Estomatología y Cirugía Maxilofacial.
“Trabajo con varios especialistas; cada uno tiene sus características, pero aquí adentro todo fluye muy bien. Además, el rol del desempeño del proceder quirúrgico, con su política de desinfección, es la misma y todos la cumplen; más bien ellos se han adaptado a mí”.
A su lado, el doctor Carlos Albalat respalda la afirmación de su compañera de labor. Dermatólogo de profesión, el galeno se ha ganado el respeto y cariño de los trinitarios que reconocen su experticia tanto como la disposición casi innata de ayudar a los demás.
“El servicio es extremadamente necesario para el tratamiento quirúrgico de varias patologías que van en aumento, como las lesiones malignas de la piel. También se realizan cirugías de párpados, nevus o lunares, entre otras afecciones cutáneas. El uso del salón es cada vez más frecuente”, refiere mientras se coloca los guantes y revisa el instrumental que empleará en la remoción de un lipoma o quiste benigno de grasa localizado debajo de la piel.
Transcurridos apenas unos minutos del proceder quirúrgico, Madelaine Toledo bromea con la enfermera y el especialista. “Solo sentí el pinchazo de la anestesia. Es una bendición tener la posibilidad de realizar este tipo de cirugía por una cuestión estética”.
Un servicio de excelencia
A pesar de que constituye un servicio altamente demandado por los pacientes y que no siempre se cuenta con los insumos necesarios, el salón de cirugía menor sobresale en la provincia por sus indicadores favorables. La profesionalidad de los especialistas y el sentido de pertenencia de todos aseguran la estabilidad en las atenciones quirúrgicas, así como las condiciones de antisepsia de un lugar donde la higiene se ausculta en cada rincón.
Somos un equipo bien engranado —afirma el doctor Carlos—; desde la auxiliar, la enfermera, hasta nosotros los médicos. Se nos escasean los recursos, es una realidad del país; en ocasiones la sutura no es la más adecuada o falta el bisturí, pero nos las ingeniamos para que no se interrumpa el servicio.
Verónica Valdivia también es fundadora del salón de cirugía menor de Trinidad y la mano derecha de Nora. “Cuando se termina el turno quirúrgico se recoge todo y se procede a realizar la desinfección. Se limpian las paredes y el piso; la seño me va diciendo y cuando hay algún riesgo biológico extremo los cuidados. Así nos protegemos y también a los pacientes”.
“Al contar con una pequeña lavandería, siempre se dispone de un stock de ropa, el cual se conserva celosamente y cubre la demanda diaria”, agrega la enfermera Nora.
El servicio contribuye también a la docencia. Darío Cabezas observa con atención la maniobra quirúrgica e incluso interviene bajo supervisión del doctor Carlos. El joven cursa el cuarto año de Medicina y es alumno ayudante de Dermatología. “Es una especialidad difícil, pero muy bonita. Me ha ido bien y quiero llegar a ser un gran médico”, asegura.
Basta cruzar la puerta del salón de cirugía menor del policlínico Manuel de Jesús Lara Cantero para percatarse de que en tiempos de carencias, el amor y la dedicación hacen la diferencia. Las palabras de Nora definen con humildad el desempeño de todo el equipo. “Amo mi trabajo, es lo que nos enseñaron, la disciplina, la organización y la sensibilidad para tratar a los pacientes; eso también cura”.
28 abril 2024 Fuente: Escambray/ Noticia/ Salud

Nueve pacientes pediátricos, cinco hembras y cuatro varones fueron sometidos, este jueves y viernes, a técnicas laparoscópicas para la reparación de la hernia inguinal en niñas y niños como parte de los esfuerzos del Hospital Pediátrico Eduardo Agramonte Piña, de Camagüey, por extender las cirugías por mínimo acceso que son menos invasivas y reportan considerables ahorros de material.
El curso de entrenamiento, con sesiones teóricas y prácticas, es impartido por el doctor colombiano Gustavo Cala, especialista de primer grado en cirugía pediátrica, quien durante su carrera ya acumula experiencia en el dominio de esa técnica. La sesión teórica incluyó ejercicios de simulación de la cirugía, antes de enfrentarse a los nueve casos.
Según explicó el doctor Mauro Castelló González, este tipo de hernia es la enfermedad quirúrgica electiva más frecuente en la provincia. «Sin embargo, hasta el momento no hemos usado técnicas de mínimo acceso para su reparación.
«El Servicio cuenta con la técnica de mínimo acceso desde el año 2000 y realizamos operaciones para otras enfermedades, pero para la hernia inguinal solamente se usaba tratamiento convencional. Usarlo en este padecimiento simplifica mucho el proceder, disminuye el tiempo de cirugía. Además, es fácilmente reproducible, por eso con cursos intensivos como este podemos apropiarnos de la técnica para su posterior realización», dijo.
El profesor Cala es graduado en la Escuela Latinoamericana de Medicina en Camagüey, además realizó sus estudios de cirugía pediátrica en este servicio del Hospital Pediátrico Eduardo Agramonte Piña, al que regresa por estos días para brindar sus conocimientos y entrenar en estos procederes a quienes fueron sus compañeros de estudio.
28 abril 2024 Fuente: Cubadebate/ Noticia/ Salud

La Habana. —Con el propósito de mejorar la calidad de vida de pacientes con enfermedades cardiovasculares, en el Instituto de Cardiología y Cirugía Cardiovascular se desarrolla un proyecto investigativo de aplicación de biomarcadores en la práctica de ejercicios de rehabilitación.

Eduardo Rivas Estany, jefe del Departamento de Prevención y Rehabilitación del centro ubicado en la ciudad capitalina, explicó en exclusiva a la ACN que esta técnica de laboratorio para diagnosticar de forma precisa el infarto afecciones al corazón se está empleando con el fin de evaluar a personas que tras un infarto o una cardiopatía isquémica presentan cuadros de insuficiencia cardíaca.

Comentó el diseño de un plan de rehabilitación con ejercicios físicos y especificó como mediante estos sensores se mide la efectividad de los tratamientos y la ausencia de riesgo, con resultados satisfactorios en una primera etapa de prueba con varias docenas de convalecientes.

Sobre los principales logros de esta investigación, Rivas Estany ponderó la demostración de que las personas con afectaciones severas de la función cardiaca pueden hacer programas supervisados de actividad física para incrementar su capacidad de vida, por ende disminuir índices de mortalidad y elevar su bienestar, con el fomento de estilos saludables de alimentación.

El también presidente de la Sociedad Cubana de Cardiología expresó el anhelo de ampliar estos estudios a un mayor número de población, a medida que se adquieran los biomarcadores cardíacos y se generalice su uso en el país mediante convenios con la firma Roche, productora de esta tecnología.

Manifestó la prioridad de reducir los elevados índices de enfermedades cardiovasculares en Cuba, primera causa de muerte en la nación caribeña , mediante el Programa Nacional de Prevención para hacer frente a los factores de riesgos de su aparición y desarrollo como el no control de la hipertensión arterial, la diabetes, colesterol alto, obesidad, tabaquismo y sedentarismo.

Consideró importante educar a la población en la adquisición de mejores hábitos nutritivos, con la promoción de ingerir comidas con bajos niveles de grasa y sodio, la práctica sistemática de ejercicios y el desarrollo de la medicina primaria con el entrenamiento de todos los médicos de la familia y las instituciones secundarias y terciarias de la salud para la prevención y el diagnóstico oportuno, sumado a la necesidad de que los ciudadanos asistan de forma rápida a la atención médica ante cualquier síntoma.

26 abril 2024 Fuente: Tele Turquino/ Noticia/ Salud