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La disminución en la incidencia de la hepatitis B en Cuba implica que no se considere un problema de salud, y que la Mayor de las Antillas aspire a su total eliminación para 2030.
En el 80 % de las personas vacunadas con HeberNasvac, el fármaco cubano contra la hepatitis B, la presencia del virus en sangre tuvo una disminución considerable, hasta menos de 10 000 partículas por mililitro.
Eso implica que, aunque el paciente sigue infectado, disminuye el riesgo de padecer complicaciones como la fibrosis, cuyo resultado final puede ser la cirrosis y el cáncer hepático.
De acuerdo con Prensa Latina, aun cinco años después de administrada la vacuna, el 80 % de los individuos mantiene controlada la carga viral y en el 50 % esta no es detectable.
Pacientes en Sudcorea, Nueva Zelanda, Singapur, Australia, Filipinas, Taipéi de China, Tailandia y Hong Kong han tenido un impacto positivo después de aplicado el tratamiento, hecho que permitió recibir el aval de sus respectivas autoridades reguladoras.
HeberNasvac –que cuenta con la colaboración de la compañía francesa Abivax– recibió el reconocimiento por su efectividad en la terapia de la hepatitis B, en el Congreso Anual de la Sociedad Americana de Enfermedades del Hígado.
Este inmunógeno, cuyo esquema en Cuba consiste en la administración nasal, combinada con la vía subcutánea, no solo es efectivo, sino también altamente seguro, con muy pocas reacciones adversas, y un periodo de administración de cinco meses, mucho menor que el del interferón, administrado por un año, y los antivirales, necesarios de por vida.
La disminución en la incidencia de la hepatitis B en Cuba implica que no se considere un problema de salud, y que la Mayor de las Antillas aspire a su total eliminación para 2030, en consonancia con la Organización Mundial de la Salud.