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La Dra. Yordania Velázquez Ávila, especialista de segundo grado en Dermatología, ha sido recientemente distinguida con un Premio Anual de Salud y una mención adicional en la categoría de innovación tecnológica.
Desde temprana edad, Yordania tenía la firme convicción de que sería médico. Aunque no tenía antecedentes familiares en la profesión, su determinación era inquebrantable. Su pasión por investigar y su interés en las enfermedades raras la llevaron a establecer una consulta multidisciplinaria para pacientes con genodermatosis en el Departamento Provincial de Genética Médica del Hospital Pediátrico Mártires de Las Tunas.
Uno de los pacientes que marcó su carrera fue un niño de 5 años con una enfermedad extremadamente rara y daño solar severo. Yordania realizó personalmente la biopsia para diagnosticar una lesión premaligna en este paciente. A partir de esta experiencia, abrió la consulta en Las Tunas, donde ha logrado que los pacientes afectados reciban atención integral y educación sin ser una carga social.
Su trabajo se centra en la investigación básica y la aplicación de GenoDermatología, disponible en plataformas cubanas como Apklis y en la internacional Uptodown. Esta aplicación ayuda en el manejo de enfermedades genéticas con manifestaciones cutáneas.
La Doctora Yordania Velázquez Ávila es una apasionada investigadora en el campo de las enfermedades raras. Su dedicación a la atención integral de pacientes con genodermatosis ha sido reconocida con un Premio Anual de Salud en la categoría de Investigación básica. Además, ha desarrollado la aplicación GenoDermatología, que ayuda en la atención de pacientes con estas enfermedades de origen genético.
Además de sus logros mencionados, la Doctora Yordania Velázquez Ávila es miembro titular de la Sociedad Cubana de Dermatología, miembro titular de los capítulos provinciales en Las Tunas, de las sociedades cubanas de Pediatría y Genética Médica Clínica, miembro titular del Colegio Ibero-latinoamericano de Dermatología, miembro titular de la Red de Científicos e Investigadores de Latinoamérica y árbitro de varias revistas científicas nacionales e internacionales.
Para obtener más detalles sobre la entrevista y conocer más acerca del trabajo de la Doctora Yordania Velázquez Ávila, te invito a visitar el sitio correspondiente.
26 marzo 2024|Fuente: Periódico 26 | Tomado de | Noticias| Salud
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Entrevista a la enfermera Aida Roble, una apasionada por la Urología, jefa de la sala de esta especialidad, en el Hospital Joaquín Albarrán
Durante varios meses, el Hospital Joaquín Albarrán, conocido popularmente como clínico de 26, se había vuelto un lugar de obligada asistencia para este reportero. La sala de Urología era un sitio donde, en más de una oportunidad, debí de plantar «campamento», pues la salud de mi esposa así lo requería.
Allí, día tras día, fui adentrándome en las dificultades que se viven cuando una instalación hospitalaria debe enfrentar, además de las carencias provocadas por el persistente bloqueo, una amplia reparación, todo ello, sin dejar de prestar servicios.
Lentamente descubrí los seres que habitan bajo la piel de los médicos, personal de Enfermería, y otros muchos más diversos e igual de imprescindibles, formado por pantristas, camilleros, y técnicos en diversas especialidades.
Fue en los días finales de diciembre de 2023 cuando, de improviso, me planté celular en mano frente a Aida Roble Revé. Mujer de figura imponente y carácter firme que guarda en medio del pecho un corazón lleno de amor por la Urología, y hacia los pacientes que tiene bajo su cuidado.
Lejos estaba de imaginar las cartas que, en ese momento, la vida me guardaba, y que han hecho hasta ahora, dejase en reposo el resultado de esa conversación.
Desde que en 1992 Aida comenzara a trabajar como enfermera asistencial en el Clínico de 26, hasta la actualidad muchas han sido las personas que han requerido de sus servicios, contribuyendo a fomentar en ella un amor infinito por la Urología.
Han sido más de 30 años de entrega como enfermera los que desde ese lejano 1992 ha vivido Aida, durante los cuales ha desempeñado diversas funciones, como las de jefa de área, la jefatura de sala de Medicina; jefa de salón de operaciones; hasta volver, tras dos años y medio de misión en Bolivia a ocupar la plaza de jefa de la sala de Urología, cargo que actualmente ocupa y del cual solo se alejó cuando, en medio de la pandemia de la Covid-19, trabajó en un vacunatorio.
Sobre su accionar durante la Covid, refiere que aun cuando el Clínico de 26 no fue escogido para atender esta enfermedad, sí les llegaban muchos casos. A ella, no sabe por qué, al inicio del proceso de vacunación la escogieron para trabajar en el vacunatorio, sitio donde atendió infinidad de pacientes, de lo cual se siente orgullosa.
De esa etapa, le duele la cantidad de personas que fallecieron, muchas amistades suyas, pero se reconforta pensando en las que ayudó a salvar. Por cierto, que, tras haberse puesto las tres dosis de la vacuna, ella misma tuvo Covid, pero no sintió miedo, «estaba consciente que no me iba a pasar nada, pues estaba vacunada y sabía que nuestras vacunas eran buenísimas».
Entre tantas vivencias experimentadas por Aida, surge la interrogante de cuál prefiere, y por qué. Aun cuando cada una de esas funciones le han aportado experiencias vitales para su crecimiento profesional, ella confiesa que prefiere el área abierta al salón, pues en las salas está más en contacto con los pacientes, y siente que puede ayudarlos en todo lo que necesitan, siendo su gran pasión la Urología.
¿Por qué?, es un misterio para ella misma, quien comenta que además de haber trabajado en el salón también lo ha hecho en la sala de Otorrino; en la sala de Medicina, donde se ven todas las especialidades. Pero es Urología la que más le gusta, «Tal vez sea porque desde graduada comencé en este servicio. Lo cierto es que me encanta pasar una sonda, atender al paciente cuando me dice que no puede orinar, y puedo ayudarle. Yo sueño con Urología. Además, los médicos de aquí están muy bien preparados, los veo siempre arriba del paciente, que no dan tregua».
Aida, quien tiene la categoría docente, no solo da clases, como ella explica, los lunes a estudiantes de Medicina de tercer año, y los jueves y viernes a estudiantes de primer año de Enfermería, sino que, aun cuando no lo dice, con su ejemplo todos los días da una cátedra de profesionalidad a sus enfermeros.
Con una personalidad que impresiona, al conocerle más de cerca uno se da cuenta del gran ser humano que habita bajo esa coraza con que se presenta, y que forma parte de su forma de ser. Aida confiesa que a veces las personas dicen que ella tiene un carácter fuerte, aunque, explica, que como jefa tiene que ser fuerte, exigente y comprensiva, pues le gusta que las cosas salgan bien.
A su equipo de enfermeros les inculca que «el objetivo de nosotros es el paciente, ayudarles, cuidarlos, mimarlos. A mí me gusta mucho que el paciente sepa que estoy ahí para él. A mis enfermeros los he adaptado a mi forma de ser. No es que desee que hagan lo que yo quiero, sino que cumplan con lo que está establecido». Aunque ella no lo diga, esto constituye una clase, de esas que solo el ejemplo puede brindar.
El transporte, para ella que vive en el Reparto Primero de Mayo, en Boyeros, es otro tema, uno que le hace gastar a veces hasta 400 pesos, para poder atender a sus pacientes. Pero Aida es de esas personas que no viven de su trabajo, sino para su trabajo, de las que, estando de vacaciones -de lo cual soy testigo- van a la sala si hay algún paciente que esté delicado. Esa es una clase que no se da en ninguna escuela, y que solo quienes tienen alma de ángeles son capaces de enseñar… y de aprender.
19 enero 2024│Fuente: Tribuna │Tomado de │Noticias │Salud
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La exembajadora argentina en Cuba, Juliana Marino, nos da aquí su visión sobre la Cuba actual y los desafíos que debe enfrentar en el presente contexto internacional y el recrudecimiento del bloqueo estadounidense reactivado por Donald Trump y continuado por Joe Biden. Leer más