El Ministerio de Salud Pública de Cuba (Minsap) resaltó hoy el aporte de los profesionales de la Psicología, al saludar la conmemoración de esa efeméride en el país.

Desde su cuenta en la red social X, el Minsap señaló:  “En el día de la Psicología reconocemos los aportes de quienes dedican su vida a esta noble profesión.

En el Día Nacional de la Sicología felicitamos a nuestros brillantes y abnegados profesionales, #GenteQueSuma y con la que siempre contamos. #CubaPorLaVida pic.twitter.com/YlkKYe6qOi

— Dr. Roberto Morales Ojeda (@DrRobertoMOjeda) April 13, 2025

“Agradecemos a los que desde nuestro sector evidencian el visible impacto de la disciplina en la calidad de vida y bienestar de los cubanos”.

El Día de la Psicología en Cuba quedó instituido el 13 de abril de 2004, en alusión a la fecha de nacimiento del  pedagogo Enrique José Varona (1849-1933) en la villa de Santa María del Puerto del Príncipe, actual Camagüey.

Varona fue el artífice de una extraordinaria obra en los campos de la filosofía, la sociología, la psicología y la educación, por lo que se le considera uno de los grandes pensadores latinoamericanos.

13 Abril 2025 Fuente: ACN/ Noticias/ Salud

El 14 de agosto de 1881, el doctor Carlos Juan Finlay subió al estrado para presentar, ante los miembros de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, reunidos en sesión, su trabajo titulado El mosquito hipotéticamente considerado como agente de transmisión de la fiebre amarilla.

Cuentan estudiosos de la obra del sabio cubano que leyó el texto sin hacer ningún énfasis especial, esbozando con naturalidad cada una de las condiciones que consideraba necesarias para la propagación de la enfermedad.

Al igual que hizo el 18 de febrero de ese propio año, en la Conferencia Sanitaria Internacional, efectuada en Washington, expuso su revolucionaria teoría acerca del probable contagio de la fiebre amarilla mediante un vector biológico, sin reparar en las miradas de incredulidad que primaban en el auditorio.

Sin embargo, en esta ocasión fue más allá de ese enunciado, al identificar a la hembra del mosquito denominado hoy Aedes aegypti, como el sujeto intermedio capaz de pasar la agresiva dolencia de un individuo enfermo a uno sano.

Así, el noble galeno nacido en la ciudad de Puerto Príncipe, actual Camagüey, el 3 de diciembre de 1833, completó su genial descubrimiento, que mostró por primera vez ante el mundo una nueva forma de contagio de las enfermedades epidémicas.

Ese hallazgo marcó una ruptura con las concepciones prevalecientes hasta entonces en la medicina internacional, según las cuales estas solo podían diseminarse por contacto directo entre las personas, o debido a la influencia de un factor ambiental.

Como describe el fallecido doctor José López Sánchez, reconocido biógrafo de Finlay y estudioso de la historia de las ciencias, cuando el sabio cubano terminó de hablar, permaneció en el podio, a la espera de alguna opinión o cuestionamiento. Pero reinaron el silencio y la suspicacia en los rostros de la mayoría de los académicos allí reunidos.

PRECURSOR DE LA LUCHA ANTIVECTORIAL

Pasaron casi 20 años para que su postulado de prevenir la fiebre amarilla con la destrucción del agente transmisor fuera sometido, finalmente, a prueba por el Gobierno interventor estadounidense.

Basadas en las recomendaciones de Finlay, en 1901 La Habana fue escenario de una masiva batida contra el mosquito. Para el sabio cubano, la clave del éxito radicaba en destruir las larvas en los propios criaderos, con énfasis en las acumulaciones de agua estancada.

La certeza de lo planteado por Carlos J. Finlay quedó plenamente demostrada, y la temible enfermedad muestra una marcada disminución. Un informe sanitario de la época declara que esta ha sido vencida gracias a la campaña de saneamiento propugnada por el sabio cubano.

Con la toma de posesión del presidente To­más Estrada Palma, el 20 de mayo de 1902, es nombrado Jefe Superior de Sa­nidad. Al frente de ese mandato, confecciona el primer código sanitario que hubo en Cuba.

Entre sus primeras medidas, estableció de manera obligatoria la vacunación contra la viruela en todo el país, abogó por crear mecanismos que garantizaran el saneamiento sistemático, y prohibió los baños en determinadas áreas del litoral norte habanero, al considerar que las aguas estaban contaminadas.

Igualmente, dispuso no echar basura en la vía pública, y dedicó notables esfuerzos a los controles epizoóticos, para prevenir enfermedades transmitidas por animales domésticos.

Los planteamientos del más universal de los científicos cubanos destinados a la eliminación del mosquito permitieron erradicar la fiebre amarilla, una de las dolencias más mortíferas que padeció la humanidad durante siglos, en Panamá, Río de Janeiro, Veracruz, Nueva Orleans y en otros lugares del hemisferio occidental, donde los reiterados brotes ocasionaron un incalculable número de fallecidos.

EL NOBEL QUE PUDO SER

Carlos Juan Finlay también ejerció la oftalmología, incluso publicó un artículo en el que expuso algunas consideraciones generales sobre la extracción de cataratas, describiendo un nuevo método quirúrgico.

Dotado de un espíritu innovador, diseñó un dispositivo para atenuar la brillantez de la luz natural y disminuir las molestias en los operados, así como un efectivo vendaje ocular.

En 1864 escribió un artículo en la Revista Anales, la más notoria publicación de corte científico editada en la Isla, titulado Bocio exoftalmológico-observación, en el cual, para algunos historiadores, describe el primer caso de hipotiroidismo en Cuba.

Igualmente, prestó particular atención a prevenir la aparición del tétano en el recién nacido, orientando la desinfección obligada de las manos y los instrumentos que empleaban, por las personas encargadas de cortar y retirar el cordón umbilical.

Reportó, asimismo, el primer caso de filaria en sangre observado en América, e hizo importantes estudios sobre el cólera en La Habana, a partir de la severa epidemia desatada en la ciudad, en 1868.

Propuesto en siete ocasiones al Premio Nobel de Fisiología y Medicina entre 1905 y 1915, Finlay recibió en 1907 la Medalla Mary Kingsley, conferida por el Instituto de Medicina Tropical de Liverpool, la más importante institución del mundo en Infectología de la época, y un año más tarde, la Orden de la Legión de Honor, otorgada por el Gobierno de Francia.

La Unesco lo ubica entre los seis más grandes microbiólogos de la historia. En 1872 resultó elegido Miembro de Número de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana, y en 1895, Miembro de Mérito.

Si bien hubo intentos de silenciar su monumental obra, y hasta de arrebatarle la paternidad de la teoría del mosquito como transmisor de la fiebre amarilla, el xii Congreso de Historia de la Medicina celebrado en Roma, en 1954, ratificó que solo a Carlos Juan Finlay le corresponde el mérito de haber logrado tan extraordinario descubrimiento.

Hombre modesto, altruista y perseverante, falleció a las 5:45 de la tarde del 20 de agosto de 1915, según el certificado de defunción expedido por su médico de cabecera, el doctor Alberto Díaz Albertini.

La generalización del protocolo holguinero para la atención a recién nacidos con atresia esofágica hacia el occidente cubano, es uno de los resultados de la provincia de Holguín, como parte de la aplicación de la ciencia y la innovación tecnológica en la salud.

Eiliana Cruz González, autora de la investigación, destacó a la ACN que este estudio se pone en práctica en los servicios de cirugía neonatal y contribuye a la supervivencia de estos infantes con alto riesgo, intervenidos quirúrgicamente en las primeras horas de vida.

Precisó que desde el 2023, el novedoso proceder se aplica además en las provincias orientales y centrales, a partir de la regionalización de este servicio, una de las prioridades del Programa de Atención Materno-Infantil en Cuba.

El aporte científico, único de su tipo en la mayor de las Antillas, abarca el tiempo de traslado en ambulancia para los casos que residan fuera de Holguín, así como el acceso a personal calificado encargado de brindar apoyo psicológico a las familias de los pacientes.

La especialista sustentó que se incluyen las principales pautas para el período postoperatorio donde las enfermeras tienen un rol fundamental en la recuperación de los pacientes, sobre todo en la administración de tratamientos.

Cruz González, también jefa de enfermería del Hospital Pediátrico Octavio de la Concepción y de la Pedraja, explicó que la protocolización se extiende a las especialidades de Oncología y la Ortopedia, donde se garantiza la preparación de los recursos humanos.

Dentro de las acciones de investigación científica en ese centro asistencial, se emplean también tratamientos alternativos en la Medicina Natural y Tradicional (MNT), con el objetivo de mejorar la calidad de vida de pacientes operados y con patologías crónicas como el asma bronquial.

El Pediátrico holguinero desarrolla un amplio programa de ciencia e innovación tecnológica que incluye la MNT, los servicios de oncología y rehabilitación, entre otros, y contribuye asimismo a mitigar los efectos negativos del bloqueo económico, comercial y financiero de los Estados Unidos contra Cuba.

La atresia esofágica es un defecto de nacimiento del esófago (tubo de deglución) que conecta la boca con el estómago y en los bebés que presentan esta condición, este órgano posee dos secciones separadas, por lo cual es necesario una operación para la corrección de la anomalía.

14 Mayo 2024 Fuente: ACN/ Noticias/ Salud