La Senna alata es una especie que según Roig se conoce en nuestro país como guacamaya francesa, guacamayón, palo santo o hierba de los empeines. Es originaria de México, aunque se puede encontrar en diversos hábitats y en los trópicos crece hasta una altura de mil doscientos metros. En su texto ‘Plantas medicinales, aromática y venenosas de Cuba’, plantea Roig que “Es un arbusto al parecer cultivado, que solo se le encuentra en patios y jardines…”. Sus racimos de flores amarillas son bien identificables.

La guacamaya francesa, aunque puede tener otros usos, destaca por sus aplicaciones en el campo de las enfermedades de la piel. Aquí la planta resulta útil, según la tercera edición de la ‘Farmacopea Vegetal Caribeña’, en el tratamiento de afecciones o granos de la piel, la tiña, la micosis interdigital y la Pitiriasis versicolor, enfermedades causadas por bacterias y hongos.

Diferentes extractos de los foliolos de la guacamaya francesa han mostrado actividad farmacológica frente a las bacterias Staphylococcus aureus y Streptomyces pyogenes, así como frente a los hongos Candida albicans, Epidermophyton floccosum, Microsporum canis, Microsporum gypseum, Trichophyton rubrum, Trichophyton mentagrophytes y Malassezia furfur, este último causante de la Pitiriasis versicolor, enfermedad popularmente conocida como güito. Además, algunos de dichos extractos han mostrado propiedades cicatrizante y antihistamínica.

En todos los casos se recomienda primero lavar bien la lesión con agua hervida y jabón, antes de aplicar el tratamiento. Debe tenerse en cuenta que todo uso tópico de plantas medicinales y formulaciones de ellas derivadas debe estar mediado por estrictas medidas higiénicas que impidan la contaminación del material vegetal y de esta forma se pueda generar una infección sobreañadida. Entre tales medidas se incluye el lavado adecuado del material vegetal, previo a su procesamiento. No se debe usar la guacamaya francesa durante el embarazo, la lactancia, ni en niños menores de 5 años.

Las formas en que se aconseja su empleo son las siguientes:

  • Afecciones o granos de la piel: Se toman los foliolos de las hojas, estos se trocean y se utilizan aproximadamente seis cucharadas del material vegetal. Tal cantidad se coloca en un recipiente con un litro de agua recién hervida, el cual se tapa. Luego se deja en reposo por doce horas, se filtra y con este preparado se realizan lavados en la zona de la piel afectada dos o tres veces a día.
  • Tiña y micosis interdigital: Se machacan los foliolos y se aplica en una cantidad suficiente para cubrir la piel de la zona afectada. Luego envuelve esta área con un apósito o paño limpio y el procedimiento se repite entre tres y cuatro veces al día.
  • Pitiriasis versicolor o güito: Se prepara una decocción o infusión con seis cucharadas de los foliolos bien troceados para un litro de agua. En caso de decocción se pone a hervir durante cinco minutos en recipiente tapado. Para la infusión, se agrega el agua hirviendo al recipiente con el material vegetal y este se tapa. Luego se dejar enfriar, se filtra y se realizan lavados de la zona afectada dos o tres veces al día durante entre tres y cuatro semanas.

También pueden machacarse los foliolos en un mortero, agregando eventualmente unas gotas de agua hervida, hasta exprimir el zumo. Esta segunda preparación se filtra antes de realizar lavados de la zona afectada, con la misma periodicidad y el mismo período tiempo que en el caso de la formulación anterior.

A lo anterior, se refiere en otras fuentes más recientes que la guacamaya francesa tiene usos etnomédicos documentos en países asiáticos para tratar la escabiosis o sarna, el herpes zóster, la urticaria y el prurito o picazón.

Los métodos de aplicación pudieran ser más o menos similares, pero acá nos limitamos a las recomendaciones referidas en la tercera edición de la ‘Farmacopea Vegetal Caribeña’ para Senna alata, una especie medicinal de gran valor para cuidar la salud de nuestra piel… ¡desde lo natural!

1 Julio 2025 Fuente: Cubadebate/ Noticias/ Desde lo natural

La semana pasada dedicamos esta columna a Psidium guajava, una especie medicinal con reconocido efecto antidiarreico. La realidad es que muchas otras plantas medicinales poseen igual acción farmacológica, lo cual las hace susceptibles de ser utilizadas con fines terapéuticos en el abordaje de la diarrea.

Se diagnostica este padecimiento cuando se tiene deposiciones de heces sueltas o líquidas, tres o más veces al día, o con una frecuencia mayor que la normal para la persona. Suele ser un síntoma de infección en el tracto digestivo, ocasionado por diversas bacterias, virus o parásitos. La infección se transmite por alimentos o agua para beber contaminados, o bien de una persona a otra como resultado de una higiene deficiente.

Una proporción importante de las enfermedades diarreicas puede prevenirse mediante el suministro de agua potable salubre y un saneamiento e higiene adecuados. Sin embargo, la incidencia de este trastorno a nivel internacional es alta. La diarrea puede durar varios días y dejar el cuerpo sin el agua y las sales que necesita para vivir.

En el pasado, la deshidratación grave y la pérdida de líquidos eran, en la mayoría de los casos, las principales causas de muerte por diarrea. Actualmente, es probable que otras causas como las infecciones bacterianas septicémicas determinen una proporción cada vez mayor de muertes relacionadas con la diarrea. Los niños malnutridos o inmunodeprimidos, así como las personas que viven con el VIH, son los que presentan el mayor riesgo de padecer enfermedades diarreicas potencialmente mortales.

Entre las medidas clave para prevenir las enfermedades diarreicas se pueden citar el acceso a agua potable salubre, el uso de servicios de saneamiento mejorado, el lavado de las manos con jabón, la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida, una higiene personal y alimentaria correctas, así como la educación sanitaria en cuanto a los modos de transmisión de las infecciones, entre otros.

Para su tratamiento se considera el uso de sales de rehidratación oral, suplementos de zinc y alimentos ricos en nutrientes. Es necesario siempre consultar a un profesional de la salud, en particular para el tratamiento de la diarrea persistente, cuando haya sangre en las heces o signos de deshidratación.

Aunque no es la base del tratamiento en estos casos, el uso de plantas medicinales puede resultar de ayuda, sin sustituir ningún tratamiento convencional, en especial las sales de rehidratación oral. Algunas especies de utilidad, según la tercera edición de la Farmacopea Vegetal Caribeña, son:

Cymbopogon citratus (caña santa): Se prepara una decocción o infusión con entre tres y cinco cucharadas de las hojas frescas troceadas en un litro de agua. En caso de decocción se deja hervir por cinco minutos en recipiente tapado y para la infusión se agrega el agua hirviendo al recipiente con el material vegetal. Siempre se debe tapar, dejar reposar cinco minutos, filtrar a través de un paño fino y beber una taza entre dos y tres veces en el día. En el caso de esta especie, es obligatorio el filtrado de la preparación a través de un paño previo a su consumo para evitar lesiones mecánicas sobre las mucosas, atribuidas a los microfilamentos o tricomas rígidos presentes en la hoja.

Euphorbia hirta (tapón): Se prepara una decocción con ocho cucharadas de las partes aéreas frescas de la planta en litro y medio de agua. Esta mezcla se pone a hervir en un recipiente abierto y deja reducir hasta la mitad. Luego se enfría, se filtra y se bebe una taza tres veces al día durante tres días.

Dysphania ambrosioides (apazote): Se emplea fundamentalmente en diarreas de etiología parasitaria, como es en caso de áscaris. Se recomienda preparar una decocción o infusión con cucharada y media de las partes aéreas de la planta en una taza de agua, equivalente a 250 mililitros. En caso de decocción se deja hervir por cinco minutos en recipiente tapado, mientras que para la infusión se agrega el agua hirviendo al recipiente con el material vegetal y se tapa. Ambas preparaciones se dejan enfriar durante diez minutos, se filtran y se bebe una taza al día de cualquiera de las dos, durante tres días seguidos en caso de adultos. Otras dosis referidas son media taza para personas de 35 kg y un tercio de taza, u 80 mililitros, para niños mayores de 5 años. Este tratamiento no se debe repetir antes de los seis meses.

Además, se señala que la ingestión, dos veces al día, del zumo del fruto de Citrus sinensis (naranja dulce), Citrus aurantium (naranja agria) o Citrus aurantiifolia (limón) está recomendado en presencia de diarreas. Siempre el uso de estos recursos debe ser considerado como complementario de la terapia con sales de rehidratación oral, nunca como sustitución.

Si así lo hacemos, podremos sin dudas beneficiarnos de las plantas medicinales y su efecto antidiarreico, para responsablemente cuidar nuestra salud… ¡desde lo natural!

17 Junio 2025 Fuente: Cubadebate/ Noticias/ Desde lo natural

Estrés y ansiedad son dos palabras que  resultan populares en el mundo moderno. Según el blog de salud de MAPFRE, en la actualidad, casi todo cuanto nos rodea (trabajo, familia, circunstancias personales), nos pueden generar grandes dosis de tensión, estrés o ansiedad. En este sitio web se explican las diferencias entre los términos, que muchas personas identifican como similares.

En cuanto a su origen, las respuestas de estrés se desencadenan ante una determinada situación, cuando la persona siente que no tiene los recursos necesarios para hacerle frente a algo y se siente superada. De tal manera, podría decirse que el estrés está determinado por factores externos. En cambio, el origen de la ansiedad es mucho más difuso y la persona se siente amenazada o experimenta miedo, pero no es necesario que sepa de donde provienen esas emociones. Aquí entonces los factores desencadentes son internos, como pueden ser pensamientos catastróficos, preocupación y anticipación de eventos improbables, angustia o miedo.

Desde el punto de vista sintomático, en el estrés la emoción predominante es la preocupación desencadenada por el estímulo que ha contribuido al desbordamiento de la persona; mientras que en la ansiedad predomina el miedo a que algo malo pueda suceder. Por ejemplo, un estudiante estaría estresado por los exámenes finales cuando a causa de su preocupación se torna irritable, triste o nervioso. En caso de ansiedad, este mismo estudiante estaría además anticipando sus errores y el fracaso escolar. Una vez pasados los exámenes el estrés remite, pero la ansiedad se mantiene ya que está asociada a una construcción interna propia y a pensamientos irracionales en torno a una idea. La persona ansiosa continuaría pensando que podría haber hecho un mejor papel, se preocupa por los resultados del examen o por las evaluaciones del próximo semestre.

Desde el punto de vista temporal el estrés se atasca en el presente y el tiempo pasa muy lento, mientras que la ansiedad se sitúa en el futuro y anticipa la derrota. Se dice que el estrés produce ansiedad, pero el individuo que padece ansiedad no necesariamente sufre de estrés. La ansiedad es considerada una manifestación del estrés. Tanto uno como la otra se consideran respuestas adaptativas, pero cuando se presentan en exceso pueden causar grandes problemas de salud. Siempre la gravedad de la ansiedad es mayor debido a que puede causar trastornos psicológicos como ansiedad generalizada, ataques de pánico, fobias e hipocondrías, entre otras. En cambio, la severidad del estrés no es tan intensa, pero su exceso puede contribuir al desencadenamiento o la agravación de enfermedades orgánicas.

En todo el mundo, muchas personas buscan ayuda en la Medicina Natural y Tradicional para lograr un mejor manejo del estrés y la ansiedad. De las múltiples opciones posibles que pudieran comentarse, les comparto acá dos bien sencillas, el uso de una planta medicinal y de un punto de acupuntura.

Toronjil o melisa

La Melissa officinalis L., perteneciente a la familia de las lamiáceas, fue incluida por Roig en su obra “Plantas Medicinales, aromáticas y venenosas de Cuba”. En ella se plantea que su cultivo se introdujo en nuestro país en 1951. Se trata de una especie probablemente originaria de Asia Menor, que se extendió durante la Edad Media a la zona occidental de la cuenca mediterránea. Es una planta herbácea perenne, que tiene la característica de que sus hojitas son dentadas, con la superficie pilosa, las que huelen a limón cuando se rompen. No es la Mentha × piperita o toronjil de menta, son dos especies diferentes.

La melisa o toronjil tiene varias indicaciones, entre ellas el manejo del estrés y la ansiedad. Téngase en cuenta, por ejemplo, que la Agencia Europea de Medicamentos respalda su uso tradicional para aliviar los síntomas de estrés mental y también para facilitar el sueño.

La forma de emplear la melisa o toronjil con este fin sería en infusión, utilizando una cucharada de las hojas troceadas para una taza de agua hirviendo, equivalente a 250 mililitros y se pueden beber hasta 3 tazas diarias. No debe utilizarse la planta en el caso de mujeres embarazadas, durante la lactancia ni en niños menores de 12 años. También se desaconseja su consumo concomitante con hormonas tiroideas.

Yintang

Es uno de los puntos llamados extraordinarios, ya que no pertenece a ninguno de los canales acupunturales y se localiza en la línea media, justo entre las cejas. Desde el punto de vista de la teoría de la Medicina Tradicional China, se plantea que este punto, entre otras funciones, calma el Shen (mente o ‘espíritu’). Actualmente se reconoce que su estimulación puede aliviar el estrés y la ansiedad. Por ejemplo, el Memorial Sloan Kettering Cancer Center de los Estados Unidos, recomienda en su sitio web el empleo de este punto mediante la técnica de digitopresión con el fin de controlar estos trastornos.

Para su aplicación, se recomienda al paciente adoptar una posición cómoda, preferiblemente sentado o acostado. Se coloca el pulgar de cualquiera de las dos manos en el punto medio entre las cejas y se oprime este con el pulgar, realizando movimientos circulares mientras aplica la presión durante dos o tres minutos. Preferiblemente los movimientos debieran ser en sentido antihorario, en contra de las manecillas del reloj. En caso de que sea más cómodo, puede utilizarse el dedo índice, pero siempre es necesario observar que la presión sea firme, pero sin necesidad de sentir dolor.

La estimulación del punto puede realizarse varias veces en el día, hasta que sus síntomas mejoren. No debe emplearse esta técnica sobre el punto cuando hay lesiones de piel en la zona, tales como heridas, enrojecimiento, inflamación, calor o pus.

Tanto la melisa como el punto Yintang resultan opciones válidas de autoayuda, que contribuyen al manejo del estrés y la ansiedad. Su empleo sin embargo, no sustituye la necesaria valoración profesional o la necesidad de adoptar otras medidas que serían orientadas por un médico o un psicólogo. En todo caso, y con suficiente certeza, son recursos disponibles para cuidar nuestra salud mental… ¡desde lo natural!

Fuente: Cubadebate/ Noticias/ Desde lo Natural