Más de un millar de consultorios médicos de la familia recibieron retoques reanimadores durante 2023, fruto de un programa en marcha en todo el país.

Guantánamo. –«De todo corazón, gracias; necesitábamos esta mejoría», dijo Francisco Galliná. Es lógico que lo hiciera en plural y en primera persona, pues él hablaba en nombre de todos los que se atienden en el consultorio médico de la familia (CMF) reinaugurado en la calle Santa Rita, entre 5 y 6 sur, en esta ciudad.

«La solicitud de que nos lo repararan fue un planteamiento que nunca faltaba en las reuniones de rendición de cuenta de los últimos años», le comentó a la prensa Francisco Galliná, delegado a la Asamblea Municipal del Poder Popular por la circunscripción en la que está enclavado el cmf del que «¡ahora sí está como nuevecito!», dijo una vecina del lugar.

Golpeada por el paso del tiempo y los muchos aprietos económico- financieros, la instalación, aunque nunca dejó de prestar servicios, en la práctica lo hacía con incomodidades crecientes desde hace años, debido al deterioro.

Como ave fénix, enero la ve resurgir ahora, con mobiliario, marquetería, sistemas hidrosanitario y eléctrico nuevos, y un retoque de pintura y buen gusto, el cual le da la apariencia de otro inmueble nacido en el mismo lugar.

Renacida parece también la sonrisa de Marilín Torres, la todavía joven doctora holguinera que hace casi década y media llegó a este sitio para ejercer como médico de familia, y aún permanece aquí. La casa de esta especialista en Medicina General Integral es precisamente su CMF, al que pertenecen las 782 personas que habitan los 342 núcleos familiares ubicados en las cuatro manzanas que circundan la instalación.

LATIDOS RENOVADORES

No ha sido un golpe de la suerte ni del azar, y es eso lo más hermoso del acontecimiento que la vecindad aplaudió a las puertas del consultorio médico de una barriada guantanamera, casi al mediodía de una de estas esperanzadoras jornadas que vive el Alto Oriente cubano.

En medio de la ventolera de una crisis económica, agravada en el caso de Cuba por los efectos del bloqueo estadounidense, otro viento, restaurador, se abre paso. En esa ruta se encuentran los cerca de 11 550 CMF (582 de ellos en Guantánamo) y los más de 43 000 profesionales de la Salud que desde esos inmuebles le dan vida al Programa del Médico y la Enfermera de la Familia, el cual, ideado, gestado y abierto por el Comandante en Jefe hace cuatro décadas, invadió los campos, las ciudades y las montañas de este archipiélago.

Viene Cuba de un año en el que 1 035 CMF recibieron acciones de mejoramiento. Esa estadística incluye 122 consultorios distribuidos en toda la geografía de Guantánamo; provincia que en calendarios recientes reportaba 142 de las referidas instalaciones de Salud comunitaria evaluadas en estados de entre mal y regular. La restauradora dinámica continúa, y en el año actual debe incluir al menos los otros 20 dispensarios pendientes por remozar aquí.

Pero –coinciden especialistas, directivos de la Salud y autoridades del Gobierno en el territorio–, el rescate apunta con el mismo rigor a los conceptos fundacionales, propósito que, a juicio de la doctora guantanamera María Inés Jiménez de Castro Morgado, pionera de este programa en la más oriental, también implica el completamiento de los Grupos Básicos de Trabajo con la nueva concepción de la Medicina Familiar, y la integración de todos los procesos a nivel de consultorios, en busca de indicadores de Salud aún más altos.

22 enero 2024│Fuente: Granma│ Tomado de │ Noticias │ Cuba

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) finalizó un programa de asistencia técnica a Cuba frente a la Covid-19, se informó hoy.

Mediante un comunicado de prensa, la representación aquí del organismo de Naciones Unidas explicó que la iniciativa, iniciada en 2021, contribuyó a la formación de capacidades para fortalecer los emprendimientos del país en materia de autoabastecimiento municipal, agricultura urbana, suburbana y familiar.

Con ese propósito fueron definidas dos áreas clave para lograr un mayor impacto en la producción de alimentos durante la etapa de recuperación posterior a la pandemia, una vinculada a la producción local de semillas y otra al manejo agroecológico de plagas, detalló la fuente.

Según el reporte, la FAO y el Ministerio de Agricultura (Minag) en la isla celebraron la semana pasada el taller de cierre de la asistencia técnica «Apoyo en la respuesta a la Covid-19 para mantener el funcionamiento de los sistemas alimentarios».

Participaron en el encuentro directivos, funcionarios e investigadores del Minag, el Ministerio de Salud Pública, el Instituto de Investigaciones de Sanidad Vegetal (Inisav), el Centro Nacional de Sanidad Agropecuaria, el Instituto de Meteorología, así como expertos en reducción de riesgos y desastres de la oficina de FAO para Mesoamérica.

Además de colaboración técnica, la agencia aportó 26 módulos de herramientas agrícolas con destino a organopónicos, patios y parcelas de Santiago de Cuba, Granma y La Habana, reconoció en el evento la especialista Lianne Ortiz del Minag.

Mientras la directora del Instituto de Investigaciones de Sanidad Vegetal, Marlene Veitía, valoró los intercambios de conocimientos sobre manejo agroecológico de plagas en las tres regiones del territorio nacional, con el auxilio de la FAO. Asimismo, destacó la entrega de equipos (autoclave, microscopio, medidor de pH, balanza y otros), destinados al departamento de tecnologías de producción de agentes de control biológico del Inisav y el laboratorio de semillas del Instituto de Investigaciones Fundamentales en Agricultura Tropical “Alejandro de Humboldt”.

La FAO también ofreció asistencia técnica a pequeños productores para enfrentar la Covid-19 y eventos hidrometeorológicos extremos, abundó la nota de prensa.

Los fenómenos meteorológicos y climáticos “se han vuelto y seguirán siendo cada vez más frecuentes e intensos”, recordó el experto de FAO Xabier Garay, al remarcar las consecuencias humanitarias y económico-financieras, así como las acciones en América Latina y el Caribe para proteger las vidas de las personas y los medios agrícolas de subsistencia.

Durante el taller, el centro cubano de Sanidad Agropecuaria presentó los principales avances en la implementación del enfoque “Una Salud” en el sector de la producción de alimentos, a partir de los principios promovidos por la FAO y la Organización Mundial de la Salud.

18 enero 2024| Fuente: Prensa Latina| Tomado de Noticias

El doctor Albarrán fue un excelente clínico, histólogo, bacteriólogo y fisiólogo, que vivió entre dos siglos

El médico cubano Joaquín María Albarrán y Domínguez falleció el 17 de enero de 1912, hace 112 años, luego de que su obra científica en el campo de la urología lo consagrara como uno de los más importantes especialistas de esa disciplina a nivel mundial.

El doctor Albarrán fue un excelente clínico, histólogo, bacteriólogo y fisiólogo, que vivió entre dos siglos, aunque en el Siglo XIX cimentó su prestigio científico con sus obras más reconocidas dentro de la urología. Fueron sus investigaciones publicadas en París a principios del Siglo XX las que hicieron de él un autor de referencia obligada en ese campo.

Nació el 9 de mayo de 1860 en una familia acomodada de Sagua La Grande, Las Villas, cuando Cuba era todavía colonia española, y quedó huérfano en 1872, quedando al cuidado de su padrino el doctor Joaquín Fábregas, cirujano español quien lo inscribió en el jesuita Colegio de Belén, en La Habana, y luego fue enviado a Barcelona donde se diplomó de bachiller en 1877.  En esa época se involucró en la lucha por la independencia de su Isla y recaudó fondos con ese fin mediante la logia masónica a la que pertenecía.

Más tarde se doctoró en Medicina en la Universidad Central de Madrid antes de instalarse definitivamente en París en 1878, ciudad en la que desarrolló toda su carrera profesional desde 1879 bajo la tutela de prestigiados especialistas y donde vivió prácticamente el resto de su vida.

En Paris el joven doctor hizo cursos de postgrado, se incorporó al ejercicio de la profesión y comenzó a labrar su reputación, descubriéndose en él la gran figura de la medicina que habría de ser muy pronto. Se presentó a varios concursos de oposiciones y en 1883 alcanzó la plaza de Profesor Externo de los Hospitales. Al año siguiente mereció el primer premio en el Concurso del Internado de Hospitales de París y obtuvo además varias medallas de oro y plata de la Facultad de Medicina.

Fue miembro distinguido de varias prestigiosas instituciones científicas, entre ellas: la Sociedad Anatómica de París (1888); la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana (1890); la Sociedad de Estudios Clínicos de La Habana (1890); y la Sociedad de Cirugía de París (1899).

En 1892, a los 32 años, era Profesor Agregado en Francia; en 1894 era el cirujano jefe de los hospitales de Paris y en 1898 se le designó vicepresidente de la Sociedad Francesa de Urología.

Convertido ya en histólogo bajo el manto protector del profesor Edouard Brissaud, fue el eminente Louis Pasteur quien influyó en que se estableciera definitivamente en Francia, donde no tardó en convertirse en interno ayudante de eminentes galenos como el pediatra Jacques-Joseph Grancher, esposo de la ilustre cubana Rosa Abreu, y el cirujano Ulysse Trélat. Allí aprendió con Félix Guyon, inventor del citoscopio, los secretos de la urología, especialidad en la que no tardó en sobresalir.

Albarrán perfeccionó el citoscopio y los procedimientos citoscópicos, y por sus importantes trabajos, se le concedió el Premio Godard de la Academia de Ciencias de Francia, el Premio Tremblay, de la Academia de medicina, y el Premio de Barbier, de la Facultad de Medicina de París.

Al retirarse Guyon en 1906 como director de la Clínica de Enfermedades de las Vías Urinarias, Albarrán lo sucede para convertirse en el profesor titular más joven de la Facultad de Medicina de la capital francesa. Pero antes ya había escrito obras que son consideradas todavía como referencias de la literatura médica y cuyos títulos en español serían El riñón de los urinarios (su tesis premiada de 1889), Los tumores de la vejiga (1892), Los tumores del riñón (1903) y Exploración de las funciones renales (1905), donde expuso su método innovador para el examen de las facultades renales en los pacientes. En total, escribió unas 300 obras y artículos especializados en el tema.

El hecho de permanecer casi toda su vida en el exterior no lo desligó de Cuba. En 1890, el semanario El Fígaro recogía las palabras del ilustre médico que para acceder a tan elevados cargos debió adoptar la ciudadanía francesa: «Si los azares de la vida me han hecho adoptar por patria a la gran nación francesa, nunca olvido que soy cubano y siempre tenderán mis esfuerzos a hacerme digno de la patria en que nací.»

Al doctor Albarrán le sucedieron cuatro hijos: Georgette y Pierre, ambos frutos de su matrimonio con Pauline Ferri; así como Raymond y Suzanne Albarrán Sanjurjo, de un segundo matrimonio con la cubana Carmen Sanjurjo Ramírez de Arellano.

Murió prematuramente el 17 de enero de 1912 de tuberculosis, a los 51 años, en su casa en el poblado marítimo de Arcachon, cerca de Burdeos, aunque fue enterrado en París en el cementerio de Neuilly-sur-Seine. La enfermedad la contrajo accidentalmente mientras atendía la nefrectomía de un paciente del hospital Necker. Justo en ese año había recibido la noticia de que se hallaba entre los candidatos al Nobel de Medicina. Concurrieron a despedirle, entre otras personalidades, los presidentes del Senado y de la Cámara de la nación francesa.

18 enero 2024│fuente: Granma│ Tomado de │ Cuba