Jun
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La semana pasada dedicamos esta columna a Psidium guajava, una especie medicinal con reconocido efecto antidiarreico. La realidad es que muchas otras plantas medicinales poseen igual acción farmacológica, lo cual las hace susceptibles de ser utilizadas con fines terapéuticos en el abordaje de la diarrea.
Se diagnostica este padecimiento cuando se tiene deposiciones de heces sueltas o líquidas, tres o más veces al día, o con una frecuencia mayor que la normal para la persona. Suele ser un síntoma de infección en el tracto digestivo, ocasionado por diversas bacterias, virus o parásitos. La infección se transmite por alimentos o agua para beber contaminados, o bien de una persona a otra como resultado de una higiene deficiente.
Una proporción importante de las enfermedades diarreicas puede prevenirse mediante el suministro de agua potable salubre y un saneamiento e higiene adecuados. Sin embargo, la incidencia de este trastorno a nivel internacional es alta. La diarrea puede durar varios días y dejar el cuerpo sin el agua y las sales que necesita para vivir.
En el pasado, la deshidratación grave y la pérdida de líquidos eran, en la mayoría de los casos, las principales causas de muerte por diarrea. Actualmente, es probable que otras causas como las infecciones bacterianas septicémicas determinen una proporción cada vez mayor de muertes relacionadas con la diarrea. Los niños malnutridos o inmunodeprimidos, así como las personas que viven con el VIH, son los que presentan el mayor riesgo de padecer enfermedades diarreicas potencialmente mortales.
Entre las medidas clave para prevenir las enfermedades diarreicas se pueden citar el acceso a agua potable salubre, el uso de servicios de saneamiento mejorado, el lavado de las manos con jabón, la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida, una higiene personal y alimentaria correctas, así como la educación sanitaria en cuanto a los modos de transmisión de las infecciones, entre otros.
Para su tratamiento se considera el uso de sales de rehidratación oral, suplementos de zinc y alimentos ricos en nutrientes. Es necesario siempre consultar a un profesional de la salud, en particular para el tratamiento de la diarrea persistente, cuando haya sangre en las heces o signos de deshidratación.
Aunque no es la base del tratamiento en estos casos, el uso de plantas medicinales puede resultar de ayuda, sin sustituir ningún tratamiento convencional, en especial las sales de rehidratación oral. Algunas especies de utilidad, según la tercera edición de la Farmacopea Vegetal Caribeña, son:
Cymbopogon citratus (caña santa): Se prepara una decocción o infusión con entre tres y cinco cucharadas de las hojas frescas troceadas en un litro de agua. En caso de decocción se deja hervir por cinco minutos en recipiente tapado y para la infusión se agrega el agua hirviendo al recipiente con el material vegetal. Siempre se debe tapar, dejar reposar cinco minutos, filtrar a través de un paño fino y beber una taza entre dos y tres veces en el día. En el caso de esta especie, es obligatorio el filtrado de la preparación a través de un paño previo a su consumo para evitar lesiones mecánicas sobre las mucosas, atribuidas a los microfilamentos o tricomas rígidos presentes en la hoja.
Euphorbia hirta (tapón): Se prepara una decocción con ocho cucharadas de las partes aéreas frescas de la planta en litro y medio de agua. Esta mezcla se pone a hervir en un recipiente abierto y deja reducir hasta la mitad. Luego se enfría, se filtra y se bebe una taza tres veces al día durante tres días.
Dysphania ambrosioides (apazote): Se emplea fundamentalmente en diarreas de etiología parasitaria, como es en caso de áscaris. Se recomienda preparar una decocción o infusión con cucharada y media de las partes aéreas de la planta en una taza de agua, equivalente a 250 mililitros. En caso de decocción se deja hervir por cinco minutos en recipiente tapado, mientras que para la infusión se agrega el agua hirviendo al recipiente con el material vegetal y se tapa. Ambas preparaciones se dejan enfriar durante diez minutos, se filtran y se bebe una taza al día de cualquiera de las dos, durante tres días seguidos en caso de adultos. Otras dosis referidas son media taza para personas de 35 kg y un tercio de taza, u 80 mililitros, para niños mayores de 5 años. Este tratamiento no se debe repetir antes de los seis meses.
Además, se señala que la ingestión, dos veces al día, del zumo del fruto de Citrus sinensis (naranja dulce), Citrus aurantium (naranja agria) o Citrus aurantiifolia (limón) está recomendado en presencia de diarreas. Siempre el uso de estos recursos debe ser considerado como complementario de la terapia con sales de rehidratación oral, nunca como sustitución.
Si así lo hacemos, podremos sin dudas beneficiarnos de las plantas medicinales y su efecto antidiarreico, para responsablemente cuidar nuestra salud… ¡desde lo natural!
17 Junio 2025 Fuente: Cubadebate/ Noticias/ Desde lo natural