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Astenia es el término médico para el cansancio. Se define como la incapacidad de mantener una fuerza inicial durante un esfuerzo continuo. Es una situación fisiológica normal, siempre y cuando sea consecuencia de un esfuerzo intenso o prolongado.
En este caso, tras un descanso reparador, todo vuelve a la normalidad.
Sin embargo, cuando el cansancio aparece tras un leve esfuerzo o incluso antes de cualquier esfuerzo, sería más adecuado hablar de astenia. Es entonces un cansancio duradero que se traduce en una sensación de debilidad y falta de vitalidad generalizada, tanto física como intelectual, que reduce la capacidad para trabajar e incluso para realizar las tareas más sencillas.
La astenia puede manifestarse de forma constante, sin que se haya realizado ningún tipo de esfuerzo, y es insensible o poco sensible al descanso.
Ante la presencia de este síntoma, siempre es recomendable la valoración de un médico, ya que puede traducir alguna enfermedad seria. Para su tratamiento, es frecuente el uso de complejos vitamínicos y de algunas plantas medicinales con acción tonificante, que aportan un estímulo fisiológico, no irritativo, a las funciones del sistema nervioso central.
Además de lo anterior, es recomendable seguir una dieta sana y equilibrada, respetar las horas de sueño y realizar ejercicio físico moderado regularmente.
Dentro de las opciones existentes entre las plantas medicinales para ayudar a tratar la astenia, se pueden recomendar:
Beta vulgaris (remolacha): Se utiliza el tubérculo crudo fresco bien lavado, con el que se preparan 100 mililitros de jugo y se bebe una o más veces al día.
Cucurbita moschata (calabaza): Se prepara un caldo con seis cucharadas de las hojas bien troceadas en un litro de agua y se recomienda beber una taza, equivalente a 250 mililitros, tres veces al día.
Musa x paradisiaca (plátano): Se recomienda preparar un caldo con la pulpa de un fruto verde picado en tres tazas de agua, equivalente a tres cuartos de litro, con tres cuartos de una cucharadita de sal. Se deja hervir por 10 minutos en recipiente tapado y luego se enfría. Se consume una taza del caldo o medio fruto cocido, en ambos casos dos veces al día. Ambas opciones pueden combinarse.
Theobroma cacao (cacao): Se elabora una decocción con siete semillas secas en una taza de agua, equivalente a 250 mililitros. Se deja hervir por 10 minutos en recipiente tapado y luego se pone a enfriar, se filtra y se bebe una taza tres veces al día, durante siete días.
Estas pueden ser opciones a considerar desde el hogar, en caso de padecer de astenia. Sin embargo, siempre vale recordar que este es un síntoma muy frecuente y particularmente poco específico.
Por eso, sobre todo en caso de que sea persistente, vale la pena consultar al médico para un buen diagnóstico.
Mientras tanto, el uso de estas plantas medicinales aquí comentadas son siempre una ayuda para que cuidemos nuestra salud… ¡desde lo natural!
24 Junio 2025 Fuente: Cubadebte/ Noticias/ Desde lo natural
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La semana pasada dedicamos esta columna a Psidium guajava, una especie medicinal con reconocido efecto antidiarreico. La realidad es que muchas otras plantas medicinales poseen igual acción farmacológica, lo cual las hace susceptibles de ser utilizadas con fines terapéuticos en el abordaje de la diarrea.
Se diagnostica este padecimiento cuando se tiene deposiciones de heces sueltas o líquidas, tres o más veces al día, o con una frecuencia mayor que la normal para la persona. Suele ser un síntoma de infección en el tracto digestivo, ocasionado por diversas bacterias, virus o parásitos. La infección se transmite por alimentos o agua para beber contaminados, o bien de una persona a otra como resultado de una higiene deficiente.
Una proporción importante de las enfermedades diarreicas puede prevenirse mediante el suministro de agua potable salubre y un saneamiento e higiene adecuados. Sin embargo, la incidencia de este trastorno a nivel internacional es alta. La diarrea puede durar varios días y dejar el cuerpo sin el agua y las sales que necesita para vivir.
En el pasado, la deshidratación grave y la pérdida de líquidos eran, en la mayoría de los casos, las principales causas de muerte por diarrea. Actualmente, es probable que otras causas como las infecciones bacterianas septicémicas determinen una proporción cada vez mayor de muertes relacionadas con la diarrea. Los niños malnutridos o inmunodeprimidos, así como las personas que viven con el VIH, son los que presentan el mayor riesgo de padecer enfermedades diarreicas potencialmente mortales.
Entre las medidas clave para prevenir las enfermedades diarreicas se pueden citar el acceso a agua potable salubre, el uso de servicios de saneamiento mejorado, el lavado de las manos con jabón, la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida, una higiene personal y alimentaria correctas, así como la educación sanitaria en cuanto a los modos de transmisión de las infecciones, entre otros.
Para su tratamiento se considera el uso de sales de rehidratación oral, suplementos de zinc y alimentos ricos en nutrientes. Es necesario siempre consultar a un profesional de la salud, en particular para el tratamiento de la diarrea persistente, cuando haya sangre en las heces o signos de deshidratación.
Aunque no es la base del tratamiento en estos casos, el uso de plantas medicinales puede resultar de ayuda, sin sustituir ningún tratamiento convencional, en especial las sales de rehidratación oral. Algunas especies de utilidad, según la tercera edición de la Farmacopea Vegetal Caribeña, son:
Cymbopogon citratus (caña santa): Se prepara una decocción o infusión con entre tres y cinco cucharadas de las hojas frescas troceadas en un litro de agua. En caso de decocción se deja hervir por cinco minutos en recipiente tapado y para la infusión se agrega el agua hirviendo al recipiente con el material vegetal. Siempre se debe tapar, dejar reposar cinco minutos, filtrar a través de un paño fino y beber una taza entre dos y tres veces en el día. En el caso de esta especie, es obligatorio el filtrado de la preparación a través de un paño previo a su consumo para evitar lesiones mecánicas sobre las mucosas, atribuidas a los microfilamentos o tricomas rígidos presentes en la hoja.
Euphorbia hirta (tapón): Se prepara una decocción con ocho cucharadas de las partes aéreas frescas de la planta en litro y medio de agua. Esta mezcla se pone a hervir en un recipiente abierto y deja reducir hasta la mitad. Luego se enfría, se filtra y se bebe una taza tres veces al día durante tres días.
Dysphania ambrosioides (apazote): Se emplea fundamentalmente en diarreas de etiología parasitaria, como es en caso de áscaris. Se recomienda preparar una decocción o infusión con cucharada y media de las partes aéreas de la planta en una taza de agua, equivalente a 250 mililitros. En caso de decocción se deja hervir por cinco minutos en recipiente tapado, mientras que para la infusión se agrega el agua hirviendo al recipiente con el material vegetal y se tapa. Ambas preparaciones se dejan enfriar durante diez minutos, se filtran y se bebe una taza al día de cualquiera de las dos, durante tres días seguidos en caso de adultos. Otras dosis referidas son media taza para personas de 35 kg y un tercio de taza, u 80 mililitros, para niños mayores de 5 años. Este tratamiento no se debe repetir antes de los seis meses.
Además, se señala que la ingestión, dos veces al día, del zumo del fruto de Citrus sinensis (naranja dulce), Citrus aurantium (naranja agria) o Citrus aurantiifolia (limón) está recomendado en presencia de diarreas. Siempre el uso de estos recursos debe ser considerado como complementario de la terapia con sales de rehidratación oral, nunca como sustitución.
Si así lo hacemos, podremos sin dudas beneficiarnos de las plantas medicinales y su efecto antidiarreico, para responsablemente cuidar nuestra salud… ¡desde lo natural!
17 Junio 2025 Fuente: Cubadebate/ Noticias/ Desde lo natural
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Es otra especie frutal muy apreciada. Su nombre científico o binomial es Psidium guajava y es un arbusto o árbol pequeño, natural de América tropical, que se ha asilvestrado en otras zonas tropicales del planeta.
Su fruto tiene una cáscara de tonos amarillo-verdosos y su interior puede ser rosado, rojo, blanco, amarillo o anaranjado. Es de sabor agradable y ligeramente ácido, con un aroma dulce característico. El guayabo es reconocido por sus usos medicinales que, al menos en Cuba, anteceden a la llegada de los conquistadores españoles.
Aunque el sabio cubano Juan Tomás Roig y Mesa apunta en su obra Plantas medicinales, aromáticas y venenosas de Cuba que de esta especie se utilizan con fines terapéuticos las hojas, los frutos y la corteza, les comparto ahora los usos recomendados para la especie en la tercera edición de la Farmacopea vegetal caribeña.
Esta obra respalda el empleo de las hojas y los cogollos del guayabo para tratar los ataques de nervios, la diarrea, los mareos, el vómito, los granos en la piel y el salpullido.
En la referida farmacopea se plantea que, de acuerdo con la información disponible, el uso del guayabo para ataque de nervios, diarrea, granos en la piel y salpullido se clasifica como recomendado con base en el empleo significativo tradicional documentado en las encuestas TRAMIL, los estudios de toxicidad, de validación y la información científica publicada.
El uso de este recurso en caso de diarrea debe ser considerado como complementario de la terapia con sales de rehidratación oral, no un sustituto.
Para el tratamiento de problemas de la piel, debemos recordar que toda aplicación tópica debe seguir estrictas medidas higiénicas con el objetivo de impedir la contaminación del preparado o la infección sobreañadida de la piel.
En mareos y vómitos, la recomendación está solo basada en el empleo significativo tradicional documentado en las encuestas TRAMIL y los estudios de toxicidad.
Por supuesto, no debe usarse esta especie con fines medicinales durante el embarazo y la lactancia, ni en niños menores de tres años.
Contra ataques de nervios, diarreas, mareos o vómitos, es conveniente preparar una decocción o infusión con entre cuatro o cinco cucharadas de hojas frescas troceadas, prefiriendo eventualmente los cogollos o brotes foliares, en un litro de agua.
En caso de decocción, hervir durante cinco minutos en un recipiente tapado. Para la infusión, agregar el agua hirviendo al recipiente con el material vegetal y tapar.
En cualquiera de los casos, se deja enfriar, eventualmente después de agregar algo más de media cucharadita de sal y cuatro cucharaditas de azúcar. Antes de consumir, se filtra y se bebe entonces una taza, equivalente a 250 mililitros, tres o cuatro veces en el día.
Contra granos en la piel o salpullido, se lavan adecuadamente las ramitas o las hojas y se prepara una decocción con igual cantidad, entre cuatro y cinco cucharadas del material vegetal en un litro de agua. Se deja hervir por cinco minutos en recipiente abierto y pasado el tiempo señalado se aparta del fuego, se deja enfriar y se filtra.
Antes de aplicar este preparado, se debe lavar la zona de la piel afectada con agua hervida y jabón. Entonces, se emplea en forma de baños, lavados o compresas locales, tres veces al día.
Más allá de estas recomendaciones específicas, de acuerdo con lo referido por el Grupo TRAMIL en la tercera edición de la Farmacopea vegetal caribeña, sabemos que el guayabo tiene otros usos medicinales.
Sin embargo, basta tener en cuenta las aplicaciones aquí descritas para reconocer que no solo es un árbol con una fruta agradable y nutritiva; también puede ser una herramienta muy útil en casa para abordar varios padecimientos bastante frecuentes y sobre los cuales está demostrado el valor de las hojas y los cogollos de la planta.
En caso de que sea necesario, se puede hacer uso de esta especie, que aporta grandes beneficios para la salud… ¡desde lo natural!
10 Junio 2025 Fuente: Cubadebate/ Noticias/ Desde lo natural