Con el acompañamiento de un equipo de trabajo del Ministerio de Salud Pública de Cuba, las autoridades sanitarias del municipio de Cárdenas implementan una estrategia integral para controlar el brote de chikungunya y dengue, con prioridades en la reducción de los índices de infestación por mosquitos y el fortalecimiento de la atención médica.

En reciente grupo temporal de trabajo en el municipio, José Ángel Portal Miranda, ministro de Salud Pública, reconoció que la situación epidemiológica actual muestra un incremento de personas diagnosticadas con síntomas febriles; para ello la estrategia técnica se centra en una lucha antivectorial más intensiva y en la estratificación de las zonas de mayor riesgo para abordarlas de manera integral.

Explicó que el Ministerio de Salud Pública ha reconocido que la circulación del virus chikungunya, reintroducido en Cuba después de varios años, encuentra una población susceptible, lo que facilita su transmisión.

Recalcó que, a pesar de las limitaciones de recursos propios de la campaña y los problemas de saneamiento, se pueden lograr resultados positivos con adecuada organización de la estrategia territorial.

Se hace un llamado a la población para elevar la percepción del riesgo y cumplir con las medidas de autofocal en los hogares; la eliminación de criaderos de mosquitos y la adecuada gestión de los depósitos de agua son acciones imprescindibles para avanzar en el saneamiento y controlar la transmisión, insistió.

Las autoridades confían en que, con la aplicación de las medidas definidas y la participación activa de la comunidad y los organismos se podrá cortar la transmisión de la enfermedad y proteger la salud del pueblo de Cárdenas.

10 Octubre 2025 Fuente: ACN/ Noticias/ Salud

octubre 14, 2025 | Arlenes Tamayo Osorio | Filed under: Cuba, De la prensa cubana, Salud, Salud Pública | Etiquetas: , , , , |

El presidente Fidel Castro Ruz concibió la colaboración médica de Cuba con otras naciones en 1963 y dejó sentadas las bases de una obra humana de alcance internacional que perdura hasta nuestros días mediante las brigadas médicas cubanas en el exterior.

Desde entonces, más de 605 mil profesionales de la salud, incluidos médicos, enfermeras, técnicos y auxiliares, han cumplido misiones en 165 países donde realizaron 17 millones de intervenciones quirúrgicas, más de 1 900 millones de consultas y atendido a más de 2 300 millones de pacientes. En total, han salvado la vida de unos 12 millones de personas.

El ataque sistemático de EE.UU. a las brigadas médicas cubanas

Sin embargo, a pesar de estos asombrosos resultados los médicos cubanos son objeto de constantes presiones y campañas de descrédito por el gobierno de Estados Unidos. La Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) y la Fundación Nacional para la Democracia (NED) no escatiman esfuerzos ni recursos financieros para afectar el prestigio del sistema de salud cubano.

En esas campañas difamatorias, los enemigos de la Revolución argumentan que las autoridades cubanas “imponen a sus médicos injustas medidas como la retención de salarios, la restricción de movimientos y diferentes tipos de coacciones”. Por si fuera poco, afirman que los médicos cubanos son sometidos a métodos de “esclavitud moderna” y “trabajos forzosos”.

Esta guerra mediática no es nueva en el accionar subversivo de los Estados Unidos contra la Revolución cubana. Persigue el propósito de evitar la satisfacción de las necesidades del pueblo, a partir de cortar la entrada de divisas al país, como recomendó en 1960 el subsecretario de Estado yanqui Lester Mallory:

“Debe utilizarse prontamente cualquier medio concebible para debilitar la vida económica de Cuba. Negarle dinero y suministros para disminuir los salarios reales y monetarios, a fin de causar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno”.

Una guerra económica de larga data: De la doctrina Mallory a los Principios Arcos

En 1994, ante la apertura de Cuba a la inversión extranjera para recuperar la economía después de la caída del campo socialista europeo y la desintegración de la URSS, Estados Unidos quiso utilizar los llamados Principios Arcos. El propósito era presionar a las empresas extranjeras para que le exigieran al Gobierno de Cuba cumplir con “normas básicas de derechos humanos y laborales de validez universal”, según los valores de las sociedades capitalistas.

Entre estos estaban “no aceptar la contratación de los trabajadores por agencias intermediarias estatales para las empresas inversoras extranjeras y la confiscación de una parte sustancial del salario de los trabajadores de las empresas con inversiones extranjeras en Cuba”.

Es el mismo fin, privar al Estado de las divisas necesarias que se emplean en el mantenimiento del sistema de salud y de educación gratuitos, la práctica masiva del deporte y el desarrollo de un programa de cultura para el disfrute del pueblo, más otras acciones en beneficio de la población, muy diferente a las sociedades capitalistas donde la medicina es un lucrativo negocio.

La “Ley de Ajuste” para médicos: Un programa para fomentar la deserción

Una de las iniciativas más mezquinas elaboradas por Estados Unidos en su obsesión por destruir el sistema médico, fue el “Cuban Medical Professional Parole”, puesto en vigor en septiembre del año 2006 para incitar a los integrantes de las brigadas médicas a desertar de las misiones donde prestaban servicios, principalmente en Venezuela, Nicaragua y Bolivia.

Dicho programa subversivo estuvo coordinado por el Departamento de Estado y el Departamento de Seguridad Nacional, con el apoyo, directo o indirecto, de los grandes medios de comunicación y la gran prensa.

Héroes anónimos: Reconocimiento a las brigadas médicas cubanas

A pesar de esa cruzada en su contra, las brigadas médicas cubanas cuentan con reconocimiento internacional por su eficiencia en el enfrentamiento al Ébola, la Covid-19, el Cólera y el Dengue Hemorrágico, entre otras enfermedades.
Durante la pandemia de la Covid-19, los médicos cubanos estuvieron presentes en más de 40 países y trabajaron en condiciones muy difíciles por diferentes contextos sociales, culturales y lingüísticos, incluso en circunstancias climatológicas adversas y en regiones remotas de difícil acceso, pero convencidos de lo que representa la salud para esos pueblos.

Formando a los médicos del mundo

Sobreponiéndose a las limitaciones materiales impuestas por el bloqueo económico, comercial y financiero de Estados Unidos contra Cuba, el sistema de formación de profesionales de la salud cubano ha graduado unos 27 mil estudiantes de medicina de 90 países de Europa, Asia, África, América Latina y el Medio Oriente, incluido los Estados Unidos.

Reconocimiento especial tienen los claustros de profesores de la Escuela Latinoamericana de Medicina y de las Facultades que funcionan en las provincias de la Isla. Ante estos datos vale preguntar ¿alguna otra nación en la historia de la humanidad ha hecho algo similar?

La brigada que Bush rechazó

El 19 de septiembre de 2005 en el coliseo de la Ciudad Deportiva de La Habana, en un emotivo acto presidido por Fidel Castro, quedó oficialmente constituido el Contingente Internacional “Henry Reeve”, con médicos especializados en situaciones de desastre y graves epidemias.

Para esa fecha el devastador huracán “Katrina” había azotado varias localidades de Estados Unidos y Fidel le propuso al gobierno yanqui enviar de inmediato 1,500 médicos cubanos capacitados para ayudar a su población, pero la Administración de George W. Bush rechazó la propuesta. En esa ocasión los médicos cubanos no pudieron colaborar con los ciudadanos estadounidenses, pero partieron hacia otras tierras en las que dejaron una huella imborrable.

La maquinaria de la financiación

La USAID financió varios centros de subversión política e ideológica y proyectos de prensa, para desatar campañas de propaganda subversiva contra las brigadas médicas cubanas. En 2019 celebraron un evento titulado “acontecimientos sobre abusos en misiones médicas cubanas en el exterior” en el centro de prensa internacional de la Organización de Naciones Unidas en Nueva York.

En diciembre de ese mismo año la agencia francesa de prensa, AFP, publicó un artículo donde varios médicos cubanos desertores expresaron en una sesión de la Organización de Estados Americanos (OEA), que la labor realizada por las brigadas médicas cubanas “era presa de una esclavitud moderna por parte del gobierno cubano”, con el fin de desprestigiar la labor humanitaria e impedir la entrada de dinero a Cuba.

Esos desertores presentaron en la Corte Federal de Miami una demanda fraudulenta contra funcionarios de la Organización Panamericana de la Salud, por el supuesto papel de intermediarios en el “Programa más médicos” de Cuba.

En 2020 la fundación digital News Association (ADN Cuba) recibió 3 millones 72 mil 123 dólares de la USAID. La Fundación para los Derechos Humanos en Cuba (FDHC) recibió dos millones de dólares para invertir en los denominados “Programas de democracia en Cuba”, para supuestos medios independientes y el flujo libre de información, haciendo énfasis en tratar de desacreditar a los médicos cubanos.

Ese programa renovó un fondo previo de 1,5 millones de dólares que asignó la USAID a la agrupación ADN Cuba durante el período 2022-2024. Dicho presupuesto está vigente desde el 1ro de octubre de 2023 hasta el 30 de septiembre de 2025.

Objetivos claros: La hoja de ruta de la campaña subversiva

Antes de la congelación de los fondos ejecutado por Donald Trump al asumir la presidencia, no se sabía exactamente en qué se había empleado el dinero y al hacer el balance del presupuesto gastado, se conoció que la FDHC solo había justificado 723,631 dólares desde su sede en Florida.

Se conoce que la USAID articuló a través de la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba, (FDHC), un programa subversivo contra las brigadas médicas cubanas en América Latina, principalmente en Brasil, México y Guatemala. El programa estuvo dirigido contra el desempeño de las brigadas médicas cubanas principalmente en Brasil, pues era una de las naciones donde había más médicos cubanos.

Entre los principales objetivos de este programa subversivo están:

  • Difundir campañas nocivas contra las brigadas médicas cubanas y posicionar el tema en los medios de difusión, como una supuesta “explotación forzosa de profesionales en el exterior.”
  • Evitar la contratación de las brigadas médicas cubanas por países amigos de Cuba como Brasil, con el propósito de impedir que las autoridades cubanas obtuvieran ingresos en divisas por esa vía y contrarrestar la imagen positiva que proyectan los médicos cubanos a escala mundial.
  • Exponer la supuesta realidad de las misiones médicas cubanas, a través de noticias tergiversadas y falsas que se refirieran a nuevas contrataciones, supuestamente violatorias por denuncias de médicos y familiares, ante presuntas infracciones del estado cubano a los derechos de los médicos y las normas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
  • Mostrar, a través de denuncias y falsos testimonios, la supuesta ineficiencia del Estado cubano sobre el funcionamiento de su sistema de salud pública, responsabilizándolo por los denominados “trabajos forzados” a los que supuestamente son sometidos los médicos cubanos.
  • Buscar apoyo en instancias multilaterales y con parlamentarios de derecha de varios países, que pudieran presionar y respaldar las denuncias y las campañas contra Cuba relacionadas con las brigadas médicas.

La subversión contra las brigadas médicas cubanas se actualiza

Parte de las acciones de este programa subversivo financiado por la USAID, incluyó un presupuesto para que la FDHC subcontratara a organizaciones integradas por elementos contrarrevolucionarios cubanos en América Latina. La asesoría de los programas contra los médicos cubanos estuvo a cargo de los miembros de la FDHC, Milena del Río do Valle y Hugo Antonio Acha. Estas personas se trazaron como objetivo amplificar campañas nocivas contra las misiones cubanas de colaboración médica, así como potenciar agrupaciones que pudieran brindar sus testimonios para engrosar un expediente con falsas pruebas contra Cuba.

Año 2023

En el 2023 el programa continuó con la licitación abierta por la USAID para cubrir los gastos de su actividad contra las brigadas médicas cubanas. Previamente la USAID había financiado a la Fundación Víctimas del Comunismo, con más de tres millones de dólares para el desarrollo de acciones contra el personal de salud cubano que prestaba servicios en diferentes países. La USAID había otorgado financiamiento a los principales centros de subversión política e ideológica y a otros proyectos de prensa, dirigidos a desprestigiar a las brigadas médicas cubanas.

El dinero asignado por la USAID fue utilizado para promover la deserción de médicos cubanos, por indicación expresa del congresista Mario Díaz-Balart y la aprobación del senador Marco Rubio.

Por su parte, la organización “Green Cross Team” incrementó una intensa campaña mediática a través de juegos electrónicos y redes sociales, con el fin de promover la deserción de miembros de las brigadas médicas cubanas en América Latina, especialmente en México.
Año 2024

El 17 de junio de 2024 realizaron una reunión en la sede de la FDHC en Miami, encabezada por el presidente de esa Fundación Antonio Costa, con el objetivo de organizar varios encuentros con parlamentarios europeos y lograr el suficiente apoyo para incrementar las campañas contra Cuba en esa instancia internacional.

Al día siguiente se financió un encuentro académico celebrado en la Universidad Internacional de Florida (FIU), con el título “lucha contra el trabajo forzoso en las brigadas médicas cubanas”. Ese evento sin precedentes, intentó reunir expertos en el tema y las “supuestas víctimas” de las brigadas médicas cubanas, brindándole un acompañamiento académico a este programa subversivo.

Una coalición fabricada: El OCDH y su red de organizaciones

En septiembre de 2024 la FDHC organizó un seminario internacional titulado “Autoritarismos y derechos humanos en América Latina, con énfasis en Cuba”, realizado en la Universidad Federal de Goias, en la ciudad brasileña de Goiania, al que asistieron directivos de centros subversivos anticubanos como Freedom House.

Además, participaron como contratistas por la NED el colombiano Sergio Ángel Baquero del programa Cuba de la “Universidad Sergio Arboleda” y Magdelivia Hidalgo García de la FDHC, entre otros elementos anticubanos. Las acciones ejecutadas sirvieron de excusa para reportar gastos, atribuir resultados a la USAID y ejecutar la mayor cantidad del financiamiento entregado antes de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, de noviembre 2024.

El Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH), engendro anticubano radicado en España, recibió un millón 450,048 dólares, vigente hasta el 30 de septiembre de 2025, proyecto certificado en el contexto de los “programas de asistencia exterior”. Dicho presupuesto fue aprobado desde el 1ro de octubre de 2022 y utilizado en sus sedes de España y Panamá.

Los ataques a las brigadas médicas cubanas

Por su parte, el OCDH conformó una coalición contra las brigadas médicas cubanas, aliándose con los grupos contrarrevolucionarios fabricados en el exterior por los Servicios Especiales de Estados Unidos, entre ellos: CADAL, CUBALEX, Cuba Decide, Archivo Cuba, Red Femenina de Cuba, Instituto Británico de Derecho Internacional y Comparado, Gremio médicos cubanos libres, Civil Rights Defender, People in Need, Asociación Sindical Independiente de Cuba (ASIC) y el Instituto Cubano por la libertad de expresión y prensa (ICLEP).

Esa “coalición” integrada por una docena de organizaciones, sin apoyo interno en la Isla y construidas como parte de la estrategia subversiva contra la Revolución cubana, elaboró unos denominados “informes de incidencia”, que tratan sobre el supuesto “trabajo forzoso que se impone en las brigadas médicas cubanas”. El fin es cortar toda entrada de dinero a Cuba, para ahogar económicamente a la Revolución y exponerla como un estado fallido.

El 30 de septiembre de 2024 la USAID aprobó otro presupuesto de 1,1 millón de dólares a la organización contrarrevolucionaria ADN Cuba, con fecha límite de contrato para el 29 de septiembre de 2026. El objetivo es promover más información nociva sobre Cuba, incluida la sistemática difamación contra los médicos cubanos que prestan servicios en diferentes naciones.

La estrategia continúa: De Biden a Trump y la sombra de Rubio

Durante la Administración de Joe Biden se manifestó una creciente actividad de la USAID y la NED con los grupos anticubanos en Miami, que financiaron proyectos para tratar de potenciar el denominado “periodismo independiente” dentro del territorio cubano, e incrementar el financiamiento para actuar contra las brigadas médicas cubanas, mediante la divulgación de noticias falsas y campañas de descrédito a escala internacional, aprovechando las posibilidades que brindan Internet y las nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones.

En este proceso subversivo están incluidos: la CIA y su Grupo de Acción Política (GAP) del Centro de Actividades Especiales, el Departamento de Estado, el Grupo Fuerza de Tarea en Internet creado en 2018-2019 y el Grupo Operativo de Internet para la subversión en Cuba aprobado el 23 de enero del 2018 por el Departamento de Estado, para subvertir el orden interno en Cuba bajo las directrices aprobadas por el presidente Donald Trump, en su memorando presidencial del 16 de junio del 2017.

Ese grupo lo integran representantes del gobierno, entidades “No Gubernamentales”, como la USAID, Freedom House, la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) y el Buró de Transmisiones hacia Cuba, responsable de Radio y TV Martí. En ese período el financiamiento de la USAID procedió de la oficina regional de América Latina y el Caribe, aplicado por su oficina de gestión de adquisiciones y asistencia.

Con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca en 2025, después de la etapa inicial de recortes financieros e incremento de los aranceles a todas las naciones del planeta y la desintegración de la USAID, el trabajo fue retomado por el Departamento de Estado dirigido por Marco Rubio y se continúa sufragando económicamente el programa contra las brigadas médicas cubanas, dirigido a privar al gobierno revolucionario de los millones de dólares que ingresan anualmente por esa vía.

Presión y resistencia: Los países que defienden a las brigadas médicas cubanas

El programa subversivo contra Cuba ha causado mucho daño a las naciones que reciben esa asistencia médica, porque carecen de suficientes médicos, enfermeras y técnicos de la salud, a pesar de ser países que mantienen relaciones diplomáticas, militares, políticas, económicas y comerciales con Estados Unidos.

Todo forma parte de un diseño cuidadosamente estructurado, con el objetivo de presionar a los gobiernos que necesitan los servicios médicos, para que no acepten bajo ningún concepto la colaboración de las brigadas médicas cubanas.
A pesar de las fuertes presiones políticas y económicas, incluida la gira realizada recientemente por el Caribe de Marco Rubio como Secretario de Estado, la mayoría de esas naciones se mantienen firmes, porque sus gobernantes y la población han comprobado la calidad profesional y el humanismo que caracteriza al personal de salud pública cubana, dos cualidades que no abundan en muchas naciones, incluso en Estados Unidos donde la salud pública es un negocio muy lucrativo.

Médicos, no bombas. La respuesta humanitaria que perdura

Cuba responde a las solicitudes de colaboración médica que con todo derecho le formulan los gobiernos que carecen de una infraestructura eficiente para combatir enfermedades que afectan la salud y dañan la calidad de vida de sus ciudadanos. Cuba envía médicos y no bombas como hace Estados Unidos.

Quienes se niegan a rechazar la presencia médica cubana, son sancionados por Estados Unidos con diferentes medidas como la restricción de visados y presiones diplomáticas contra quienes solicitan los servicios de salud cubanos.

Noventa brigadas del Contingente “Henry Reeve”, integradas por unos 13,498 especialistas, han prestado servicios en 55 países, atendido a más de ocho millones de personas y salvaron la vida a más de 166 mil seres humanos, lo cual es un argumento suficiente para acallar las campañas subversivas contra las brigadas médicas cubanas.

“El médico es como un pastor, un sacerdote, un misionero, un cruzado de la salud”

Fidel Castro Ruz

Fuente: Cubadebate/ Noticias/ Salud

La noche en el Hospital Pediátrico de Sancti Spíritus se extendía como un hilo tenso. Afuera, el silencio; dentro, el sonido intermitente del monitor que marcaba la fragilidad de una existencia diminuta. Nadie hablaba. Sobre la mesa quirúrgica, un recién nacido de kilo y medio luchaba por sobrevivir. Era el 2 de julio de 2025. Y en esa sala, la esperanza respiraba con dificultad.

“No tiene pulso fuerte, pero tiene voluntad”, alcanzó a decir una enfermera antes de volver a su puesto.

Nadie lo sabía entonces, pero aquel bebé terminaría escribiendo una página inédita en la medicina espirituana. Su nombre: Ander, el más pequeño de dos gemelos nacidos de una misma placenta.

Ambos llegaron al mundo, marcados por el Síndrome de Transfusión Feto-Fetal (TTTS, por sus siglas en inglés), una rara complicación que amenaza los embarazos gemelares monocoriónicos. Uno de los fetos “dona” sangre al otro a través de conexiones vasculares anómalas dentro de la placenta, un fenómeno que puede dejar exhausto a uno y sobrecargar al otro.

“Es algo inusual que rompe todo equilibrio –explica la doctora Midalis Martínez Barrios, jefa del Servicio Provincial de Neonatología de Sancti Spíritus–. Si no se interviene a tiempo, ambos pueden morir”.

En Cuba no se cuenta con tecnología láser para sellar esas conexiones dentro del útero; por eso, la batalla por la vida comienza siempre después del parto.

Una placenta, dos destinos

El embarazo de Yorlennis Durán Rodríguez se siguió de cerca desde las primeras semanas. Los ultrasonidos confirmaron lo que parecía una doble alegría, pero los médicos fueron prudentes: “Es un embarazo monocoriónico, hay que vigilarlos con cuidado.”

Cuando los gemelos nacieron por cesárea, el reloj ya contaba en contra. Aron, el receptor, pesó 2 160 gramos y presentaba signos de sobrecarga circulatoria; Ander, el donante, apenas 1 286 gramos, y su respiración era débil.

“Desde el primer minuto sabíamos que sería un paciente extremo –recuerda Martínez Barrios–. Era muy pequeño, muy frágil, con anemia severa y antecedentes de TTTS”.

Durante los primeros días, el bebé “donante” sobrevivió sostenido por tubos, máquinas y la obstinación de un equipo que se negaba a rendirse. Fue entonces cuando surgió un nuevo obstáculo. “El abdomen comenzó a distenderse y la piel cambió de color –explica la doctora Midalis–. Los exámenes confirmaron lo que temíamos: una enterocolitis necrotizante (ECN) derivó en una perforación intestinal que, a su vez, puede desencadenar peritonitis, sepsis, shock y muerte. O lo operábamos de inmediato o lo perdíamos”.

Una cirugía al filo de lo imposible

Doce días después de su nacimiento, el quirófano improvisado dentro del Servicio Provincial de Neonatología se llenó de pasos rápidos y un silencio pesado. Ander, acoplado a un ventilador mecánico, estaba demasiado frágil como para ser trasladado.

“Apenas llegamos al servicio nos encontramos con un recién nacido en condiciones críticas que requería atención inmediata”, evoca el doctor Yoan Manuel Varela Rodríguez, especialista de primer grado en Cirugía Pediátrica.

No había margen para dudas ni esperas y se activó de inmediato a todo el equipo quirúrgico y anestésico: “Preparamos todo allí mismo, dentro de la sala de Neonatología, porque moverlo habría sido letal. Operamos sobre la cuna térmica, con cada uno de nosotros en posición estratégica para no comprometer la ventilación ni la temperatura del bebé, conscientes de que un error mínimo podía ser fatal”, explica el doctor Varela.

Cuando se abrió la cavidad abdominal, el panorama confirmó los temores: “Había material enteral y un edema importante en el resto del intestino –explica Varela Rodríguez–. Limpiamos, revisamos todo, suturamos cuidadosamente la perforación y colocamos un drenaje que nos permitiría vigilar cualquier complicación posterior”.

La operación duró poco más de una hora, pero cada minuto parecía extenderse eternamente. Niurvis Roche Morera, residente de tercer año, confiesa: “Nunca habíamos enfrentado un caso así. Todo podía ir mal en un segundo. Pero había algo en Ander, como si él supiera que debía quedarse”.

La recuperación exigió paciencia y precisión. Estímulos, ajuste de la nutrición, control constante de la ventilación: cada gesto era un acto de fe médica. “Fue difícil, muy difícil –confiesa el cirujano–. Un paciente así, con todas estas complicaciones, tiene altísimas probabilidades de fallecer. Que Ander sobreviviera nos llenó de emoción y alivio”.

Al final, cuando los signos de infección cedieron y la sutura se retiró sin incidentes, el equipo respiró aliviado. “Salvarlo no fue solo un logro médico, fue un momento humano profundo –reflexiona el doctor Yoan–. Ver a este bebé que casi pierde la batalla, todavía respirando nos recordó por qué hacemos esto. La emoción fue enorme; saber que le dimos la oportunidad de vivir es indescriptible”.

El milagro en la incubadora ocho

En la incubadora número ocho, la vida latía al ritmo de los monitores. Era apenas un resplandor tibio entre luces frías, pero allí comenzó el milagro.

“El nacimiento fue difícil –recuerda Yanet Alfonso Rodríguez, jefa de Enfermería–. Tratamos de estar listos para su llegada, pero nada nos podía preparar para lo que encontramos en el salón de parto. Tuvimos que enviar enfermeras de la sala para ayudar a reanimarlos; sus estados eran críticos desde el primer minuto”.

El primer gemelo, receptor del síndrome, absorbía todo de su hermano menor: la sangre, los fluidos, la energía vital. “Era el más grande, pero también estaba muy mal –explica Alfonso Rodríguez–. Logramos estabilizarlo, sacarlo de la ventilación asistida y mantenerlo con cuidados intensivos. Pero el segundo gemelo, el donante, llegó casi en silencio y pronto mostró complicaciones graves como anemia y finalmente la perforación intestinal”.

La cirugía para Ander, recuerda la jefa de Enfermería, fue un éxito sin precedentes: “Debería haberse hecho en un centro especializado, pero trasladarlo habría sido mortal. Así que todo el equipo se movilizó allí mismo, dentro del servicio. Los cirujanos, anestesiólogos y enfermeras trabajaron coordinados para crear un quirófano improvisado alrededor de su cuna térmica”.

Durante los días posteriores, la tensión no cedió. Cada turno de Enfermería significaba permanecer pegados al lado de la cuna, vigilando signos vitales, drenajes y cualquier mínima reacción. “Eran noches sin descanso –refiere–. A veces éramos dos enfermeras para un solo bebé, porque su estado era inestable y crítico. Cada vez que respiraba por sí solo, cada evacuación correcta, era un pequeño triunfo que nos daba fuerza para continuar”.

Además de los cuidados técnicos, hubo un componente humano que marcó la diferencia. “El vínculo con los bebés es fundamental –afirma Yanet–. Calmar sus llantos, hablarles mientras realizábamos los procedimientos, todo eso ayuda a que el sistema nervioso y digestivo respondan mejor. La ciencia sola no bastaba; había que acompañar la vida con cariño y paciencia”.

Un antes y un después para la neonatología espirituana

El caso de Ander no fue solo una victoria personal, sino un hito en la historia médica de Sancti Spíritus: el primer recién nacido que sobrevivió a una perforación intestinal en la provincia. Lo que parecía imposible se convirtió en un referente, una evidencia de que la ciencia, la coordinación y la entrega pueden torcer incluso el destino más adverso.

Este caso demostró cuánto ha crecido la Neonatología espirituana –asegura Midalis Martínez Barrios–. Fue un trabajo de integración total: cirujanos, anestesistas, intensivistas, enfermeras, laboratoristas, todos con un mismo propósito.

Cada paso, cada decisión, había sido vital para sostener la vida de aquel diminuto guerrero.

Niurvis Roche Morera, residente de tercer año, recuerda la experiencia como la consagración de su vocación: “Nos obligó a dar lo mejor de nosotros, a estar atentos a cada señal, a vivir cada avance y cada retroceso con el corazón en vilo. La entrega no era solo profesional, era la única manera de acompañar a un bebé que se negaba a rendirse”.

Zaily Marín Valdivia, residente de segundo año, añade otra mirada: “Trabajar con estos pequeños pacientes me enseñó que la fragilidad también puede ser una forma de fortaleza. Cada gesto, cada movimiento, cada respiración era un recordatorio de que la ternura y la paciencia forman parte de una ciencia que salva vidas”.

Midalis lo resume así: “En esta sala no solo se salvan vidas, también se aprenden lecciones. Este niño nos ratificó que la ciencia, cuando se hace con el corazón, puede torcer el destino”. Y, efectivamente, lo que comenzó como un desafío extraordinario se convirtió en un ejemplo de referencia nacional, un antes y un después que marcará para siempre la Neonatología espirituana.

El triunfo de la vida

Ochenta y siete días después de aquel parto que puso a prueba cada fibra del Servicio Provincial de Neonatología, los gemelos Aron y Ander recibieron finalmente el alta. La sala se llenó de aplausos que brotaron entre lágrimas, flores improvisadas y miradas húmedas que habían aprendido a convivir con la espera.

“Fue imposible contener la emoción –comenta Niurvis–. Los vimos llegar tan frágiles, tan dependientes de cada monitor, cada tubo, y ahora los veíamos salir fuertes, juntos. Era una mezcla de alivio, orgullo y una felicidad que no se puede describir con palabras”.

Zaily, con la voz quebrada por la emoción, añadió: “Verlos irse con su mamá, abrazados y respirando por sí mismos, nos enseñó que todo el esfuerzo, las noches en vela y cada decisión tomada habían valido la pena. Cada pequeño avance que celebramos en el camino tuvo su recompensa final”.

Y así Yorlennis, con un bebé en cada brazo, cruzó despacio el pasillo donde tantas veces había llorado, donde su corazón se había encogido ante la incertidumbre. Antes de salir, agradeció al equipo médico por salvar la vida de sus hijos, por no rendirse jamás, por poner el alma en cada detalle.

El eco de aquella historia resuena hoy en el Hospital General Provincial Camilo Cienfuegos mientras, en la incubadora número ocho, donde Ander libró su primera batalla, queda el ejemplo de que la entrega, la ciencia y la ternura pueden escribir finales inesperados. Aquellos 87 días no solo salvaron vidas: confirmaron que incluso lo improbable puede ser posible con paciencia y amor.

10 Octubre 2025 Fuente: Cubadedate/ Noticias/ Salud

octubre 14, 2025 | Arlenes Tamayo Osorio | Filed under: Cuba, De la prensa cubana, Salud, Salud Pública | Etiquetas: , , , , |