Alejandro Padilla Concepción, especialista de primer grado en medicina interna y profesor asistente de la Facultad de Ciencias Médicas en la más occidental de las provincias cubanas, es mucho más que un doctor: es un incansable servidor de su pueblo y un ferviente defensor de los valores revolucionarios.

Su reciente investidura, con el título de Héroe del Trabajo de la República de Cuba es, sin duda, el reflejo cabal de una vida entera de abnegación y pasión hacia la salud pública.

Comenta con orgullo que, desde sus primeros pasos, se forjó en la vocación médica y la enseñanza, contribuyendo no solo desde la consulta—donde integra su experiencia como clínico de un grupo básico de trabajo—sino también en las aulas, impartiendo asignaturas como la propedéutica clínica y la medicina interna, tanto en el pregrado como en el posgrado. Un compromiso dual que lo vincula con la ciencia y con la transformación humana.

Son precisamente estos saberes, unido a su responsabilidad y humanismo, las que avalan que la trayectoria del doctor esté colmada de reconocimientos que atestiguan su enorme contribución: desde la “Distinción 8 de octubre”; el “Sello 75 aniversario de la CTC” y el “Hombre de Ciencia”, hasta medallas como la del “Trabajador Internacionalista”; la “Piti Fajardo” por más de 25 años de resultados en el sector; la “Pepito Tey”, por la educación superior y la “Jesús Menéndez” y, progresivamente, la “Orden Lázaro Peña” en sus tres grados.

Sin embargo, para el doctor Padilla, el máximo galardón resulta el Escudo pinareño, distintivo de 40 años de quehacer reconocidos por la Asamblea Provincial del Poder Popular y un agasajo que define como acentuadamente especial. «Es un gran orgullo y un compromiso a la vez en mi carrera y en mi vida personal», manifiesta.

Sus palabras al cierre de la entrevista resuenan como una promesa inquebrantable, reflejando la esencia de un hombre que, día tras día, se entrega sin reservas a su labor. «Me comprometo a seguir dándolo todo, aportando, esforzándome para contribuir, cada vez más, al bienestar y a la salud de nuestro pueblo, de nuestra nación».

Frases impregnadas de humildad y gratitud a su Patria, que se mezclan con su emoción tras recibir el título de Héroe del Trabajo de la República de Cuba.

«Muy contento, muy orgulloso, muy feliz de este reconocimiento, que me compromete a apretar el paso en la medicina revolucionaria», concluye el doctor Alejandro Padilla Concepción.

5 Mayo 2025 Funte: MINSAP/ Noticias/ Salud

El Doctor Pedro Luis Santana Gálvez, es hoy Asesor Docente del Grupo de Pregrado de la Dirección Nacional de Docencia de la Misión Médica Cubana en Venezuela.
Este médico, profesor, formador de muchas generaciones transita la vida con un orgullo que le corre por las venas, pues fue de los iniciadores de la Misión Barrio Adentro, hace 21 años, en esta nación hermana.
“Fui de los fundadores del Estado Anzoátegui, llegué a esta tierra el 29 de octubre del 2003, como parte del contingente de 50 médicos que llegaron a cubrir la parte rural del Estado, por supuesto, veníamos con miedo, con muchas expectativas, pero fue una experiencia maravillosa y única”, nos confiesa.
Y claro que sintió temor ante una tarea que era muy nueva, desafiante, en otro país, con otra cultura e idiosincrasia. Quizás fue, entonces, aquella despedida de Fidel a cada grupo de médicos que partieron a Venezuela, la luz que les hizo tomar confianza y fuerzas para cumplir la alta responsabilidad puesta sobre sus hombros.
Sobre ese día rememora: “Nuestro invicto líder de la Revolución, el Comandante en Jefe, tuvo un encuentro con nosotros, demostró una vez más que era una enciclopedia, conocía al detalle las características de cada Estado, las regiones, el entorno político, las costumbres, los rasgos de la población, los municipios y sus características geográficas, sabía la labor que cada uno de nosotros iba a hacer en Venezuela, fueron horas y horas de diálogo hasta la madrugada”.
Entonces, Pedro Luis era muy joven, tenía solo cinco años de graduado como especialista en Medicina General Integral, y entonces su vida dio un giro que lo marcó para siempre.
“Yo llegué como graduado de MGI, paso a la docencia con el Pacto Sandino, una comunidad de Pinar del Río donde cristalizaron los proyectos de colaboración entre ambos países; en Pinar del Río se reunieron Chávez y Fidel, y nace la idea de formar médicos comunitarios integrales venezolanos, así empezamos la parte docente”
Difícil y retador encargo, pero no imposible, nos precisa este experimentado profesional y agrega: “Sin haber estado antes en un aula, sin haber impartido clases, sin experiencia asumimos la tarea, los médicos cubanos nos caracterizamos por vencer cada barrera, para nosotros no hay nada que impida desafiar un reto y lo logramos, al comienzo no teníamos aulas, dábamos clases en locales adaptados, en portales, salas de vivienda, locales que buscaban los estudiantes en la comunidad, así fue el inicio de la misión”.
Transmitir valores a médicos de ciencia y de conciencia, ese ha sido el compromiso mayor, pues “no solo impartimos contenidos y materias imprescindibles de la carrera, también hablamos de valores que nos da la Revolución, el orgullo y compromiso de ser médicos internacionalistas, también de cultura general, de historia, se hicieron médicos más integrales y mejores seres humanos”.
Ahora este médico internacionalista, más preparado, con una experiencia superior, regresa a Venezuela.
Sobre este retorno a una nación entrañable dice que “estuve aquí diez años la primera vez, ya regresé como Máster en Enfermedades Infecciosas, con una preparación académica superior, hoy tenemos una Universidad de Ciencias de Salud, y asesoramos ese proceso, lo cual me hace sentir muy orgulloso”.
Pero sin dudas, en su corazón quedan los recuerdos de aquellos inicios, cuando se convirtió en fundador de la Misión Barrio Adentro, un proyecto de esperanza.
“Para mí esos recuerdos jamás se borran, es edificante haber compartido y vivido con familias venezolanas, incluso, ser parte de una comunidad, recuerdo que en el primer sitio que llegamos había una cancha deportiva en malas condiciones, la rescatamos, por las tardes jugábamos voleibol, aplicamos en Venezuela todo lo que aprendimos en Cuba sobre la medicina comunitaria, aquí trajimos con mucho cariño y deseos de hacer lo que nos enseñó la Universidad como MGI, hoy no hay satisfacción mayor que llegar a los Centros de Diagnóstico Integral, ver esos médicos formados por nosotros, es un orgullo formar parte de una revolución en la salud que nos hizo llegar a otro pueblo hermano. Es la satisfacción del deber cumplido con la patria”.
Así, el Doctor Pedro Luis Santana Gálvez luego de más de dos décadas, siente que la Misión Barrio Adentro, lo hizo crecer como médico y docente, con el orgullo de haber cumplido con Cuba y con Venezuela.
29 abril 2024 Fuente: Radio Rebelde/ Noticia/ Salud