Como tratamos anteriormente, los animales sin control como los perros y gatos callejeros, resultan una población susceptible de adquirir y transmitir la rabia.

El Programa Nacional Prevención y Control de la Rabia, entre sus objetivos específicos establece: Reducir la población de perros y gatos callejeros o que deambulan libremente por las calles. Aunque muchas personas creen que la recolección de perros y gatos de la vía pública es un acto inadecuado, es común en los diferentes países realizar esta recogida de animales sin responsables y por tanto sin control, porque constituyen vectores de enfermedades infecciosas que no solo pueden ser transmisibles entre ellos, sino que pueden afectar la salud de las personas, por ser enfermedades zoonóticas.

En muchas ocasiones en reuniones o actividades técnicas y científicas, hemos discutido sobre los métodos para ejecutar esa actividad de captura, que debe reconocerse, no siempre se han realizado de la forma más adecuada. Ello ha motivado inquietudes y cuestionamientos por parte de la población amante y protectora de animales y la insatisfacción de muchos profesionales veterinarios.

A mi modo de ver, esto se trata de una actividad que sanitariamente es necesaria, pero que debe ejecutarse acorde con las normas, procedimientos y criterios éticos, porque esos animales, aun cuando estén enfermos, cuyo estado físico puede estar deteriorado, son seres vivos, sintientes, que merecen respeto y conmiseración.

Usualmente, las poblaciones callejeras o vagabundas, se capturan en horario nocturno, por personal calificado, debidamente adiestrado e identificado mediante sus uniformes y con el empleo de accesorios, para capturar sin dañar a los animales. Igualmente, una vez capturados, si no se pueden dar en adopción, deben ser sacrificados a través de la eutanasia.

¿Cuáles son las normas que recomienda la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA)?

Debe distinguirse que, en el Código Sanitario de Animales Terrestres, Título 7 su Capítulo 7.7.  se han establecido la norma sobre el Control de las poblaciones de perros vagabundos, considerando que los perros vagabundos y asilvestrados, plantean graves problemas de salud humana, así como de sanidad y bienestar animal y tienen claras repercusiones socioeconómicas, ambientales, políticas y religiosas en numerosos países.

Como había comentado en columnas anteriores también han valorado que, para la salud humana, en cuanto a la prevención de enfermedades zoonóticas, en particular la rabia, es una prioridad y la gestión de las poblaciones caninas forma parte integrante de los programas de control de la rabia. Además, se considera importante controlar las poblaciones caninas sin causar a los animales sufrimientos innecesarios.

La OMSA plantea que los Servicios veterinarios deberán encabezar las labores de prevención de enfermedades zoonóticas y a la vez garantizar el bienestar de los animales, por lo que necesariamente deberán intervenir en el control de las poblaciones caninas, en coordinación con otras instituciones u organismos públicos competentes.

Por todo lo anterior, precisan que son principios rectores:

1) El fomento de la propiedad responsable de los perros puede reducir considerablemente el número de perros vagabundos y la incidencia de enfermedades zoonóticas.

2) Dado que la ecología canina está vinculada a las actividades humanas, para que el control de la población de perros resulte eficaz debe acompañarse de cambios en el comportamiento humano.

Lo anterior significa que si las personas que poseen canes asumen una tenencia  verdaderamente responsable, decrecen los perros vagabundos o callejeros y así mismo las enfermedades zoonóticas, especialmente la rabia porque serían animales controlados, vacunados y bien cuidados.

Además, resulta que para que el control de poblaciones vagabundas resulte verdaderamente eficaz, es imprescindible que las personas asuman un adecuado comportamiento que debe expresarse en el cuidado familiar de sus perros, la aplicación de medidas preventivas tales como la vacunación, desparasitación, uso de arreos y bozales cuando van a lugares públicos y asumir todas las medidas orientadas por los sistemas de la salud pública y la sanidad animal.

Así mismo plantean los objetivos que persigue la implementación en un país, de un programa de control de la población canina, que serían los siguientes:

1) mejorar el estado de salud y bienestar de la población de perros, ya sean éstos vagabundos o con propietario;

2) reducir hasta un nivel aceptable el número de perros vagabundos;

3) fomentar la propiedad responsable;

4) ayudar a constituir y mantener una población canina inmune a la rabia o libre de esta enfermedad;

5) reducir el riesgo de enfermedades zoonóticas distintas de la rabia;

6) combatir otros riesgos para la salud humana, por ejemplo la presencia de parásitos;

7) evitar posibles daños al medio ambiente u otros animales; y

8) impedir el comercio y tráfico ilícitos.

Así mismo, en este capítulo 7.7, se plantean responsabilidades y competencias para la objetividad de la aplicación de esos objetivos, que les comento en forma resumida y que corresponden a:

Autoridad veterinaria: que es responsable de aplicar la legislación en materia de sanidad y bienestar de los animales en coordinación con otros organismos e instituciones gubernamentales competentes.

Otros organismos oficiales: Las responsabilidades de otros organismos gubernamentales dependerán de los riesgos concretos que puedan surgir y de la finalidad y naturaleza de las medidas de control de la población canina que se apliquen.

Veterinarios del sector privado: El veterinario privado tiene la responsabilidad de asesorar a los propietarios o cuidadores de perros que le pidan consejo o tratamiento para un perro.

Organizaciones no gubernamentales (ONG): pueden ser colaboradores valiosos para los Servicios Veterinarios, pues ayudan a informar y sensibilizar a la población y a obtener recursos para contribuir de modo práctico a la concepción y correcta aplicación de los programas de control de perros.

Administraciones locales: son responsables de muchos servicios y programas relacionados con la salud, la higiene y el interés público dentro de su jurisdicción. En buen número de países el ordenamiento jurídico otorga competencias a los organismos públicos locales en relación con una serie de temas de salud pública, higiene y protección ambientales o actividades de inspección y aplicación de las normas.

Propietarios de perros: La propiedad de un perro supone automáticamente que la persona acepta la responsabilidad del animal y su eventual progenie durante toda su vida o hasta que se le encuentre otro propietario.

Los expertos recomiendan a las autoridades que, al elaborar un programa de control de la población canina, establezcan un grupo consultivo integrado por veterinarios, expertos en ecología y conducta caninas y en enfermedades zoonóticas y representantes de otras partes interesadas (administraciones locales, servicios/organismos de salud pública, servicios/organismos de control ambiental, ONG y sociedad local), que tendrá por principal cometido analizar y cuantificar el problema, determinar las causas, recabar la opinión de la sociedad sobre los perros y proponer las soluciones más eficaces tanto a corto como a largo plazo.

Además recomiendan tener en cuenta:

  • Determinación de la procedencia de los perros vagabundos.
  • Estimación del tamaño, la distribución y la ecología de la población canina
  • Marco reglamentario
  • Finalmente, plantean que las medidas de control a aplicar deben ser:
  • Pedagogía y legislación sobre la propiedad responsable
  • Registro e identificación de los perros (autorizaciones)
  • Control reproductivo
  • Captura y manipulación
  • Captura y devolución, adopción o liberación
  • Controles ambientales
  • Control del movimiento de perros en el plano internacional (exportación-importación)
  • Control del movimiento de perros dentro de un país (normas sobre el uso de correa o la presencia de perros vagabundos)
  • Reglamentación de la venta de animales
  • Reducción de la incidencia de mordeduras de perros
  • Eutanasia

Nosotros los veterinarios, al igual que los protectores y responsables de animales defendemos la vida, la salud y el bienestar de estos, pero debemos entender que es importante igualmente velar por la vida y salud de los seres humanos, es decir de la salud de todos, aplicando el enfoque una sola salud.

Es por ello, que hemos estudiado y evaluado en diferentes momentos algunas de estas recomendaciones, adaptándolas por supuesto, a nuestras condiciones. Aquí solo les he comentado lo que los expertos de la organización de liderazgo en materia de sanidad y bienestar animal han evaluado y recomendado a los Países Miembros.

8 Junio 2025 Fuente: Cubadebate/ Noticias/ Salud

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