Abr
15
Con el paso de los años un padecimiento bastante frecuente es el dolor articular. Este suele ser molesto y en no pocas ocasiones difícil de manejar. Desde siempre las plantas medicinales han constituido una herramienta a la mano en tales casos, las que pueden ser realmente de ayuda para aliviar el dolor.
Según el sitio web nortemericano Medline Plus, entre las diversas causas de dolor articular se encuentran varios tipos de artritis, bursitis y dolor muscular. Algunas enfermedades que pueden provocar este padecimiento son los trastornos autoinmunitarios como la artritis reumatoidea y el lupus eritematoso sistémico, la gota, los esguinces, la artritis séptica y la osteoartritis, entre otros. Además del dolor, los síntomas principales que pueden estar presentes en estos casos son la hipersensibilidad, la inflamación, el enrojecimiento y el aumento de la temperatura en la articulación afectada.
El tratamiento médico convencional incluye como primera línea los analgésicos y los antinflamatorios no esteroideos, pero muchas personas recurren a la Medicina Natural y Tradicional buscando mejoría. Aquí la Fitoterapia y específicamente Piper auritum, el comúnmente llamado caisimón de anís, resulta muy útil.
Se trata de una especie ampliamente cultivada en Cuba pero que es originaria del sureste de México y Centroamérica. La planta es un arbusto herbáceo, aromático y ramificado, que alcanza hasta cinco metros de altura. Sus hojas, que son la parte que se emplea con fines medicinales, son ovadas u oblongo-ovadas de hasta 60 centímetros de largo. Posee espigas de color verde pálido de 10 a 20 centímetros de largo, brácteas redondeadas y densamente ciliadas. Los frutos son pequeños y se agrupan en las espigas.
El uso de las hojas del caisimón de anís para tratar los dolores articulares puede ser de diferentes formas. La ‘Farmacopea vegetal caribeña’ recomienda tanto la infusión como la decocción y la aplicación local de la hoja fresca calentada.
Para su preparación se recomienda emplear entre cuatro y cinco hojas bien lavadas en un litro de agua para su consumo por vía oral. Si se trata de una decocción se deja hervir el material vegetal por cinco minutos en recipiente tapado y si se prefiere la infusión se agrega el agua hirviendo, para entonces tapar el recipiente. En cualquiera de los dos casos, se deja reposar, se enfría y se filtra para su consumo. Se recomienda beber una taza, equivalente a 250 mililitros, entre dos y tres veces al día, dependiendo de la intensidad del dolor. El tratamiento puede prolongarse por una o dos semanas.
En caso de que se proceda a la aplicación local, se recomienda emplear hojas adecuadamente lavadas, las que previamente se calientan al fuego y luego se colocan a una temperatura tolerable sobre la articulación afectada, durante cuatro horas, cubriéndolas con gasa o un paño limpio. Evidentemente, la combinación de la vía oral y la tópica es posible.
Aunque los estudios toxicológicos sobre la planta han mostrado que su consumo es bastante seguro, se conoce que el uso prolongado de la hoja puede provocar irritación de la piel, por lo que este es un elemento a observar cuando se usa por vía externa. Tampoco se dispone de datos suficientes sobre la seguridad de su consumo en niños, mujeres embarazadas y durante la lactación. Específicamente en el caso de gestantes, esta especie es susceptible de provocar abortos cuando se consume por vía oral y es importante que así se sepa.
Algunos otros usos referidos de las hojas de caisimón de anís son para el tratamiento de afecciones digestivas, por su efecto antiespasmódico y carminativo. Se le atribuye también un efecto emoliente y, según Roig, Grossourdy le confiere al sumo de la planta la propiedad de ser un antídoto de la mordedura de culebras, tanto por su ingestión como por su aplicación tópica. Se emplean además las hojas colocadas sobre la frente para el tratamiento de la cefalea.
Sin embargo, a pesar de todas estas recomendaciones tradicionales, acá estamos comentando puntualmente el empleo de las hojas del caisimón de anís para tratar el dolor articular. En este caso, se trata de una indicación respaldada por el uso etnomédico y la investigación científica, de acuerdo con el grupo TRAMIL, responsable de la ‘Farmacopea Vegetal Caribeña’.
Hay que reconocer que también otras modalidades terapéuticas de la Medicina Natural y Tradicional pueden ser empleadas en el tratamiento del dolor articular, tomando siempre en cuenta el tipo de enfermedad a la que se asocia este síntoma. Aquí podríamos mencionar la acupuntura y sus técnicas afines, la homeopatía, el uso de peloides o fangos y aguas mineromedicinales, la ozonoterapia y hasta el empleo de la apitoxina; pero imprescindible es mantener una buena actividad física y de esta forma la práctica de ejercicios terapéuticos tradicionales sería un factor clave para garanrizae una buena salud articular.
Así entonces, la Medicina Natural y Tradicional ofrece muchísimas opciones para combatir este molesto padecimiento, pero el Piper auritum o caisimón de anís, también llamado anisón, resulta un elemento que desde casa puede ser utilizado. Su empleo nos ayuda de seguro a aliviar el dolor articular y a cuidar la salud… ¡desde lo natural!
8 Abril 2025 Fuente: Cubadebate/Salud/ Desde lo natural
Abr
3
El nombre común, también denominado vernáculo o vulgar, es cualquier apelativo de las especies biológicas más allá del científico.
Este último, llamado también nombre binomial, es la denominación formal del ser ya sea vivo o extinto y resulta siempre el mismo en todo el mundo, independiente del idioma en uso.
Como no existe una normalización de los nombres comunes, estos varían en correspondencia con los pueblos y sus idiomas.
En el campo de las plantas medicinales, su identificación y denominación adecuadas constituyen elementos importantes a tener en cuenta. La semana pasada comentamos acerca de dos “árnicas”, pero esta vez crece el número de especies, ya que abordaremos el caso de las manzanillas.
En su obra “Plantas medicinales, aromáticas y venenosas de Cuba” Roig describe la Matricaria chamomilla o Matricaria recutita, llamada según él camomila, manzanilla dulce o manzanilla alemana. Esta especie fue introducida en Cuba en 1939 y actualmente su cultivo prácticamente es exclusivo de las unidades de plantas medicinales de la agricultura. Otra entrada en dicha obra es para Isocarpha oppositifolia, conocida en Cuba como manzanilla de la tierra, o simplemente manzanilla.
En estos dos apartados de su libro, Roig menciona que también en nuestro país se le denomina manzanilla a:
- Isocarpha cubana o manzanilla de la tierra
- Croton nummulariaefolius o yerba de la Virgen de la Caridad del Cobre
- Chrysantellum americanum o manzanilla de América
- Egletes viscosa o manzanilla del país
- Helenium tenuifolium, también denominado pinito en los Remates de Guane en Pinar del Río
- Phania matricarioides, a veces identificada como manzanilla o manzanilla de la tierra
De esta forma serían ocho manzanillas en Cuba. ¿Cómo usar la especie correcta? No es posible extrapolar de una a otras las propiedades farmacológicas, las que no están demostradas con los mismos niveles de evidencias para cada planta.
Matricaria chamomilla o Matricaria recutita
Es una especie nativa del norte de Europa, pero que crece silvestre en la zona central de ese continente y es particularmente abundante en Europa del Este. Está también presente en la región mediterránea del norte de África, en Asia Occidental y en América. Es quizás la mejor estudiada de todas las manzanillas y en Cuba no constituye una planta silvestre.
Según las “Monografías de Plantas Medicinales de la Organización Mundial de la Salud” sus flores se indican, sobre la base de datos clínicos, por vía oral para para el tratamiento sintomático de afecciones digestivas como dispepsia, distensión abdominal epigástrica, mala digestión y flatulencia, para tratar la inquietud y en casos leves de insomnio debido a trastornos nerviosos. Por vía tópica se recomienda en la inflamación e irritaciones de la piel y las mucosas, en los hematomas y picaduras de insectos, en irritaciones e infecciones de la boca, las encías y hemorroides. Además, mediante inhalaciones se usa para el alivio sintomático de las irritaciones de las vías respiratorias causadas por el resfriado común. Esto coincide con los criterios de la Agencia Europea de Medicamentos que en su monografía de la planta, aunque no plantea el uso como sedante, sí extiende el empleo de la manzanilla en caso de quemaduras superficiales de la piel.
Otras manzanillas
Phania matricarioides, otra manzanilla a veces también denominada manzanilla de la tierra o de jardín, es una especie medicinal muy popular entre los cubanos.
Es originaria de las Antillas Mayores y de ella Roig apunta: “…es común en los terrenos montañosos (…) Usan el follaje y no las flores. Es muy empleada en la provincia de La Habana”.
Sus usos recomendados en la tercera edición de la “Farmacopea vegetal caribeña” están relacionados con el dolor de estómago, el prurito o picazón y problemas de la piel.
Las evidencias para las otras manzanillas son más etnomédicas, fundamentalmente sustentadas por el uso tradicional que hace de ellas la población. Por ejemplo de la Isocarpha oppositifolia, Roig plantea su aplicación en cocimiento como tónica, en las descomposiciones intestinales. No refiere en su obra el uso para afecciones de la piel o como sedante de esta planta. ¿Podríamos entonces usar esta manzanilla en sustitución de la Matricaria recutita? Quizás en caso de algún problema digestivo, pero no si buscamos calmar el estrés o tratar una afección de la piel.
De seguro las plantas medicinales son beneficiosas, pero estas deben ser consumidas correctamente y ello implica no solo “la dosis exacta” como diría el doctor Pérez Peña, sino también la especie correcta. Por supuesto, con estas precisiones no se está negando que la planta en cuestión, en este caso cualquiera de las “manzanillas” de Cuba, posea algún efecto sobre la salud. De seguro que sí, pero este debe documentarse y demostrarse a través de estudios al menos preclínicos de validación. Las mayores evidencias son para Matricaria chamomila y Phania matricarioides. Además, no se debe olvidar el tema de la seguridad de su consumo y, definitivamente, no puede usarse una “manzanilla” por otra de manera aleatoria, solo porque su nombre popular sea el mismo.
Vale respetar este principio básico en lo relacionado con el consumo racional de plantas medicinales. Si así lo hacemos, estaremos garantizando el trabajo de estas modestas aliadas de nuestra salud… ¡desde lo natural!
1 Abril 2025 Fuente: Cubadebate/ Noticias/ Salud desde lo natural
Mar
27
Nuestra flora medicinal es muy rica y diversa. No podía ser de otra forma, toda vez que vivimos en un archipiélago tropical donde las plantas medicinales literalmente están en todas los rincones de nuestra geografía. Por supuesto, existe un amplio uso por la población de estos recursos, algo que nos llega desde diferentes tradiciones. Siempre recordar que aquí nuestros propios aborígenes, los conquistadores españoles, los esclavos africanos y otros inmigrantes como los chinos culíes, contribuyeron con sus propias costumbres y saberes a la forma en que los cubanos de hoy empleamos las plantas medicinales para el cuidado de nuestra salud.
Hay que tener en cuenta que de las once modalidades terapéuticas que se regulan como Medicina Natural y Tradicional en Cuba, la fitoterapia es la más usada, según los registros del Sistema de Información Estadística Complementario de Salud y de acuerdo a los datos la Encuesta Nacional de Salud 2018-2019. La prescripción de este tipo de tratamientos representa aproximadamente el 70% de las indicaciones de Medicina Natural y Tradicional por nuestros médicos, mientras que se reportó en la referida encuesta su empleo por el 61.6% de la población.
Siendo tan amplia la utilización de las plantas medicinales, es necesario tener en cuenta que se haga de forma apropiada y segura. En tal sentido, un elemento obligatorio a considerar es el del empleo de la especie correcta, algo que no siempre sucede.
Por motivos a veces poco evidentes, en nuestro país se identifican algunas plantas con el nombre vernáculo o vulgar de otras que pueden incluso no estar presentes en Cuba. Con el cambio del nombre, se extrapolan también las propiedades medicinales de una a la otra y esto no necesariamente es correcto. Siempre debemos tener la certeza de que el espécimen vegetal que consumimos es útil para el fin que lo vamos a emplear, así como que su uso es seguro.
Les comparto ahora un ejemplo de esas confusiones y lo que dice la ciencia de las propiedades farmacológicas de estas dos plantas.
Arnica montana y Dianthera secunda
Arnica montana, el árnica, es una especie de la familia de las asteráceas. Es originaria de Europa central y meridional, aunque también está presente en Asia y América del Norte, en las montañas y suelos ácidos. Dianthera secunda o Justicia secunda, llamada árnica en Cuba e insulina en otros países, pertenece a la familia de las acantáceas. Su área de distribución nativa se extiende por el sur del Caribe, especialmente en las Antillas Menores y en América Central y del Sur, desde Panamá hasta Brasil y Ecuador. Ambas especies son de familias botánicas y entornos geográficos diferentes, con requerimientos distintos para su cultivo adecuado.
El Arnica montana es una planta bien estudiada. En su monografía de la Cooperativa Científica Europea sobre Fitoterapia, editada en 2019, se reconoce su uso externo para tratar hematomas, esguinces e inflamaciones causadas por picaduras de insectos; gingivitis y úlceras aftosas; afecciones reumáticas y dolores musculares. Su empleo no se sustenta solo en información etnomédica, sino que se dispone de datos provenientes de ensayos clínicos controlados que avalan estos usos.
Por otro lado la Dianthera secunda, conocida en Cuba como árnica, también es identificada por los nombres de yerba de la sangre, sangre de Cristo, tapón, árnica, chicota, yerba tosferina, tilo mexicano, insulina, entre otros. Según un artículo publicado por un equipo de investigadoras espirituanas en el año 2021 en la Revista Cubana de Plantas Medicinales, en nuestro país “…se utiliza para elaborar un remedio de uso popular muy efectivo para los dolores osteomioarticulares”. También plantean que esta planta no aparece registrada en la literatura florística referencial cubana, lo que evidencia que es una especie exótica invasora con cualidades de establecimiento persistente y agresivo tras el cultivo.
En dicho artículo se comenta que la utilización medicinal popular descrita en la literatura abarca su uso en el tratamiento de la hipertensión arterial, la litiasis renal, la sepsis urinaria, las enfermedades de la próstata y los miomas uterinos, para controlar los niveles de ácido úrico en sangre, para trastornos glicémicos, así como para calmar el escozor provocado por picaduras de insectos, el sarpullido o la varicela. También se emplea como tratamiento para diversos tipos de anemia, en baños y bebidas contra la mordedura de las serpientes, como expectorante, como sedante nervioso y son conocidas sus propiedades antiparasitarias, antibacterianas, antifúngicas, antiinflamatorias, cicatrizante y hemostáticas.
Una búsqueda en Google Académico, sin limitar fecha, arroja solamente 37 referencias para la combinación de los descriptores “Dianthera secunda” y “clinical trial” contra 4 860 en caso de “Arnica montana” y “clinical trial”. De esta forma, es innegable que el respaldo científico que tiene el uso de Arnica montana resulta muy superior al de Dianthera secunda. Siendo especies diferentes, las indicaciones, contraindicaciones, dosis y posibles efectos adversos asociados a cada planta han de ser también diferentes. No pocas veces se mezcla esta información, toda vez que las personas identifican ambas por el mismo nombre, pero la única disponible en Cuba es la Dianthera secunda.
Así entonces, aunque podrían ser las dos utilizadas en el tratamiento de dolores e inflamaciones, Arnica montana cuenta con un mayor respaldo de evidencias. En todo caso, el uso de Dianthera secunda se sustenta fundamentalmente en la información etnomédica disponible y tiene además otros beneficios aparentes que no han sido demostrados para el árnica, como es el hecho de que puede contribuir a controlar los niveles de azúcar en la sangre. Lo importante, para este y otros casos, es saber qué planta utilizamos, ya sea directamente el material vegetal o alguna formulación farmacéutica que podamos tener a mano. Vale ser consciente de la importancia del tema, para hacer de este modo un uso adecuado de las plantas medicinales en el cuidado de nuestra salud… ¡desde lo natural!
25 marzo 2025 Fuente: Cubadebate/ Noticias/ Desde lo Natural