Estamos en temporada de mango, la fruta de varias especies de árboles del género Mangifera, especialmente de Mangifera indica y sus numerosos cultivares. No solo en Cuba se consumen estos frutos, sino en todo el mundo, existiendo se dice hasta mil variedades diferentes de los tan populares mangos.

La Mangifera indica procede de Asia, de países como India o Birmania, pero crece actualmente por toda la zona intertropical del planeta. Fue introducida en América por portugueses y españoles, desde los siglos XVI y XVII. En Cuba su cultivo está extendido a lo largo y ancho del país y sí, además del valor nutritivo de la fruta, esta especie tiene varios usos medicinales documentados.

La tercera edición de la ‘Farmacopea vegetal caribeña’ recomienda indistintamente las hojas y las flores del árbol para tratar la bronquitis, la neumopatía y la tos; mientras que de manera particular indica las hojas para la debilidad y la indigestión. En los casos de los padecimientos respiratorios se prepara una decocción con entre tres y cuatro cucharadas de hojas troceadas, o dos de flores, en un litro de agua.

Con cualquiera de los dos tipos de material vegetal, la mezcla se deja hervir por cinco minutos en recipiente tapado y luego se enfría, se filtra y se bebe una taza, equivalente a 250 mililitros, tres veces al día. Para la indigestión se prepara una infusión, agregando a un recipiente con cuatro hojas una taza de agua hirviendo. También se debe tapar, dejar reposar durante cinco minutos, filtrar y beber una taza tres veces al día.

Algunas fuentes bibliográficas respaldan otros usos de las hojas de mango, incluyendo en la diabetes por su efecto hipoglicemiante, al igual que en el tratamiento de las gingivitis. Para ambas condiciones, se pueden procesar estas hojas en forma de decocción o infusión, utilizando cuatro de ellas para un litro de agua.

En caso de decocción se deja hervir en recipiente tapado por hasta cinco minutos y para la infusión se agrega el agua hirviendo al recipiente con la masa vegetal y se tapa. Sea una u otra la forma de preparación, se deja refrescar, se filtra y se consume tres veces al día o se utiliza para realizar enjuagues bucales, después de las principales comidas del día.

Además, está descrito que masticar hojas de mango frescas y bien lavadas es una práctica tradicional en la India para asegurar una buena higiene bucal. Al respecto, la ciencia moderna ha demostrado su valor en el control de la placa dentobacteriana, con efecto inhibitorio sobre bacterias patógenas que pueden estar presentes en la cavidad bucal.

No se recomienda utilizar estos preparados durante el embarazo, la lactancia ni en niños menores de 5 años, aun cuando sea para enjuagues bucales. En caso de diabetes debe tenerse cuidado si se va a utilizar las hojas de mango de manera conjunta con hipoglicemiantes orales, ya que existe el riesgo de potenciación de este efecto. El uso en la bronquitis, la neumopatía y la tos debe ir acompañado siempre de una valoración médica debido a lo serio de estas condiciones, que pueden requerir incluso el empleo de antibióticos.

Más allá de lo anterior, recordar que si hablamos de propiedades medicinales demostradas del árbol del mango, en Cuba es obligatorio mencionar al capitán de fragata Eleuterio Páez Betancourt y a un grupo de no pocos investigadores que a fuerza de ciencia lograron desarrollar el conocido Vimang. Esta línea de productos, cuya materia prima fundamental es la corteza del tronco de determinadas variedades de mango, posee un efecto antioxidante bien demostrado, entre otros. Sus beneficios en el tratamiento de diversas enfermedades y para mejorar la calidad de vida de las personas han sido evidenciados a través de más de una tesis doctoral y de ensayos clínicos.

Así entonces el árbol del mango, cuando pase la temporada de la fruta, va a seguir regalándonos sus hojas, sus flores y su corteza. Estas seguirán siendo una opción a la mano para cuidar nuestra salud… ¡desde lo natural!

3 Junio 2025 Fuente: Cubadebate/ Noticias/ Desde lo natural

junio 6, 2025 | Arlenes Tamayo Osorio | Filed under: Cuba, De la prensa cubana, Medicina Natural y Tradicional, Salud | Etiquetas: , , , , , , , |

El consumo de una molécula orgánica en forma de suplemento oral e inyectable podría mejorar los síntomas de afecciones relacionadas con la edad y los trastornos metabólicos.

La popularidad del dinucleótido de nicotinamida y adenina (NAD, por sus siglas en inglés) se ha disparado recientemente debido a que es empleado por las celebridades, multimillonarios y fanáticos del ‘biohacking’ como tratamiento para combatir el envejecimiento.

La actriz Jennifer Aniston y la modelo Hailey Bieber son algunas de las personalidades que han recurrido a la terapia intravenosa con NAD +, la forma activa de este compuesto, para lucir jóvenes. «Voy a usar NAD por el resto de mi vida y nunca envejeceré», declaró Bieber.

¿Cómo actúa el NAD?

El NAD es una molécula orgánica que desempeña una importante función en el cuerpo, ya que es la responsable de llevar a cabo las reacciones químicas involucradas en procesos como la producción de energía, la reparación del ADN y la activación de enzimas que promueven la longevidad.

Debido a que los niveles del NAD disminuyen a medida que se envejece, los investigadores han sugerido que su consumo como suplemento podría mejorar los síntomas de afecciones relacionadas con la edad y trastornos metabólicos.

Sin embargo, esta enorme molécula puede descomponerse en el tracto digestivo tras ser ingerida, por lo que cuando pasa por el torrente sanguíneo queda muy poco de ella para que ingrese a las células.

Ante esta situación, se recomienda utilizar los suplementos conocidos como ‘potenciadores’ de NAD, como el mononucleótido de nicotinamida (NMN) y el ribósido de nicotinamida (NR). Estas dos variantes de la vitamina B3 pueden elevar los niveles del NAD en la sangre, además de ser más resistentes al tracto digestivo, lo que permite que puedan traspasarse fácilmente a las células.

Beneficios prometedores

En ensayos clínicos en humanos, los científicos han observado que los potenciadores del NAD pueden mejorar los signos de envejecimiento en los sistemas cardiovascular y músculo-esquelético, así como en el proceso energético celular.

Dado a su potencial vínculo antienvejecimiento, se ha propuesto que la suplementación del NAD podría reducir la inflamación de las células nerviosas, lo que puede contribuir a resarcir los efectos de los trastornos cognitivos relacionados con la edad, como la enfermedad de Parkinson y la de Alzheimer.

Otro beneficio del consumo del NAD puede apreciarse en la reducción del envejecimiento de la piel, ya que esta molécula puede ayudar al cuerpo a reparar los daños cutáneos causados por la exposición a los rayos UV. También puede prevenir el envejecimiento prematuro.

Las investigaciones han demostrado que un incremento en los niveles del NAD pueden favorecer a las personas que padecen de obesidad y el síndrome metabólico. No obstante, los expertos advierten que se necesitan más estudios para confirmar estos hallazgos.

¿Pueden los hábitos aumentar el NAD?

Algunas investigaciones han mostrado que las cantidades del NAD en el cuerpo pueden aumentarse de manera natural mediante diversos hábitos en los estilos de vida, como hacer ejercicio, dormir adecuadamente y reducir los azúcares o grasas. No obstante, los científicos admiten que estos métodos podrían no generar diferencias significativas a largo plazo.

El médico Will Cole, quien asesora a varias celebridades sobre el NAD, es partidario de que los niveles de esta molécula pueden incrementarse con los hábitos antes mencionados. «No habrá una píldora mágica que diga: ‘Esto es todo. Este es el santo grial de los suplementos’ y resolverá todos tus problemas«, agregó.

Obtenerlo de los alimentos

A pesar de que no absorbemos el NAD directamente de los alimentos, nuestro cuerpo puede producirlo a partir de nutrientes específicos contenidos en estos. Algunos de los alimentos que podrían contener precursores del NAD son el brócoli, las judías verdes, las zanahorias, las naranjas, los plátanos, los aguacates, la avena, las semillas de calabaza, las lentejas y el tofu.

2 Mayo 2025 Fuente: Radio Caribe/ Noticias/ Salud

El nombre común, también denominado vernáculo o vulgar, es cualquier apelativo de las especies biológicas más allá del científico.

Este último, llamado también nombre binomial, es la denominación formal del ser ya sea vivo o extinto y resulta siempre el mismo en todo el mundo, independiente del idioma en uso.

Como no existe una normalización de los nombres comunes, estos varían en correspondencia con los pueblos y sus idiomas.

En el campo de las plantas medicinales, su identificación y denominación adecuadas constituyen elementos importantes a tener en cuenta. La semana pasada comentamos acerca de dos “árnicas”, pero esta vez crece el número de especies, ya que abordaremos el caso de las manzanillas.

En su obra “Plantas medicinales, aromáticas y venenosas de Cuba” Roig describe la Matricaria chamomilla o Matricaria recutita, llamada según él camomila, manzanilla dulce o manzanilla alemana. Esta especie fue introducida en Cuba en 1939 y actualmente su cultivo prácticamente es exclusivo de las unidades de plantas medicinales de la agricultura. Otra entrada en dicha obra es para Isocarpha oppositifolia, conocida en Cuba como manzanilla de la tierra, o simplemente manzanilla.

En estos dos apartados de su libro, Roig menciona que también en nuestro país se le denomina manzanilla a:

  • Isocarpha cubana o manzanilla de la tierra
  • Croton nummulariaefolius o yerba de la Virgen de la Caridad del Cobre
  • Chrysantellum americanum o manzanilla de América
  • Egletes viscosa o manzanilla del país
  • Helenium tenuifolium, también denominado pinito en los Remates de Guane en Pinar del Río
  • Phania matricarioides, a veces identificada como manzanilla o manzanilla de la tierra

De esta forma serían ocho manzanillas en Cuba. ¿Cómo usar la especie correcta? No es posible extrapolar de una a otras las propiedades farmacológicas, las que no están demostradas con los mismos niveles de evidencias para cada planta.

Matricaria chamomilla o Matricaria recutita

Es una especie nativa del norte de Europa, pero que crece silvestre en la zona central de ese continente y es particularmente abundante en Europa del Este. Está también presente en la región mediterránea del norte de África, en Asia Occidental y en América. Es quizás la mejor estudiada de todas las manzanillas y en Cuba no constituye una planta silvestre.

Según las “Monografías de Plantas Medicinales de la Organización Mundial de la Salud” sus flores se indican, sobre la base de datos clínicos, por vía oral para para el tratamiento sintomático de afecciones digestivas como dispepsia, distensión abdominal epigástrica, mala digestión y flatulencia, para tratar la inquietud y en casos leves de insomnio debido a trastornos nerviosos. Por vía tópica se recomienda en la inflamación e irritaciones de la piel y las mucosas, en los hematomas y picaduras de insectos, en irritaciones e infecciones de la boca,  las encías y hemorroides. Además, mediante inhalaciones se usa para el alivio sintomático de las irritaciones de las vías respiratorias causadas por el resfriado común. Esto coincide con los criterios de la Agencia Europea de Medicamentos que en su monografía de la planta, aunque no plantea el uso como sedante, sí extiende el empleo de la manzanilla en caso de quemaduras superficiales de la piel.

Otras manzanillas

Phania matricarioides, otra manzanilla a veces también denominada manzanilla de la tierra o de jardín, es una especie medicinal muy popular entre los cubanos.

Es originaria de las Antillas Mayores y de ella Roig apunta: “…es común en los terrenos montañosos (…) Usan el follaje y no las flores. Es muy empleada en la provincia de La Habana”.

Sus usos recomendados en la tercera edición de la “Farmacopea vegetal caribeña” están relacionados con el dolor de estómago, el prurito o picazón y problemas de la piel.

Las evidencias para las otras manzanillas son más etnomédicas, fundamentalmente sustentadas por el uso tradicional que hace de ellas la población. Por ejemplo de la Isocarpha oppositifolia, Roig plantea su aplicación en cocimiento como tónica, en las descomposiciones intestinales. No refiere en su obra el uso para afecciones de la piel o como sedante de esta planta. ¿Podríamos entonces usar esta manzanilla en sustitución de la Matricaria recutita? Quizás en caso de algún problema digestivo, pero no si buscamos calmar el estrés o tratar una afección de la piel.

De seguro las plantas medicinales son beneficiosas, pero estas deben ser consumidas correctamente y ello implica no solo “la dosis exacta” como diría el doctor Pérez Peña, sino también la especie correcta. Por supuesto, con estas precisiones no se está negando que la planta en cuestión, en este caso cualquiera de las “manzanillas” de Cuba, posea algún efecto sobre la salud. De seguro que sí, pero este debe documentarse y demostrarse a través de estudios al menos preclínicos de validación. Las mayores evidencias son para Matricaria chamomila y Phania matricarioides. Además, no se debe olvidar el tema de la seguridad de su consumo y, definitivamente, no puede usarse una “manzanilla” por otra de manera aleatoria, solo porque su nombre popular sea el mismo.

Vale respetar este principio básico en lo relacionado con el consumo racional de plantas medicinales. Si así lo hacemos, estaremos garantizando el trabajo de estas modestas aliadas de nuestra salud… ¡desde lo natural!

1 Abril 2025 Fuente: Cubadebate/ Noticias/ Salud desde lo natural