La Oficina de Regulación y Seguridad Ambiental (ORSA) se sumó a la iniciativa nacional de activar los sistemas sanitarios por la presencia del virus del Oropouche en estos meses en que tradicionalmente existe incremento de las precipitaciones.

Un grupo de medidas para contrarrestar sus efectos, propusieron especialistas de su Departamento de Biodiversidad y Bioseguridad en su condición de ser la autoridad reguladora para las actividades con riesgo biológico, entre las que se encuentran el diagnóstico y la vigilancia de sus agentes, incluida esa toxina.

Dijeron que  las principales sobre su control vectorial se enfocan en la reducción de las poblaciones de los vectores mediante la identificación y eliminación de sus lugares de desarrollo y reposo.

Mencionaron las relacionadas con la  identificación de las áreas exteriores con condiciones para el auge de los potenciales vectores y la de evitar la acumulación de residuos que sirvan de sitios de reproducción y reposo.

También las de facilitar el drenaje de colecciones de agua, charcas o sitios de anegación temporal que pueden servir como sitios de oviposición de las hembras y criaderos de larvas de los vectores y eliminar la maleza alrededor de los predios para disminuir los sitios de reposo y refugio de los vectores.

La higiene y la prevención constituye una responsabilidad de todos, señalaron su información pública correspondiente.

La Oficina de Regulación y Seguridad Ambiental está adscripta al Ministerio de Ciencia Tecnología y Medio Ambiente (Citma) y mediante el Sistema de Inspecciones regula y controla que en las instalaciones donde se realizan tales actividades se cumplan los principios de Bioseguridad, como son su diseño, las prácticas y procedimientos  y el uso de equipos de protección personal y colectivo.

En el caso del Oropuche, virus clasificado en el grupo de riesgo II según la Organización  Mundial de la Salud, el diagnóstico puede ser realizado en instalaciones con nivel de seguridad biológica 2 (NSB 2), las cuales deben obtener la licencia ambiental para su explotación siempre que cumplan todas las condiciones exigidas.

Los Laboratorios del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí son los encargados de confirmar los casos en el país y cuentan con la debida licencia ambiental para garantizar la protección de los trabajadores, la comunidad y el medioambiente.

El virus Oropouche es transmitido por vectores del género Culicidae (mosquitos) y Culicoides (jejenes), y a diferencia del Aedes aegypti, que se cría en el interior de las viviendas, estos prefieren los exteriores.

Por ello, deben adoptarse medidas de prevención más estrictas para su prevención y control vectorial, sobre todo en el período lluvioso de la temporada ciclónica, pronosticada muy activa, desde junio hasta noviembre próximo.

10 julio 2024 Fuente: Radio Caribe/ Noticias/ Salud

En el hospital general docente Héroes del Baire el domingo ocho de julio fue muy distinto a otros. Desde el Cuerpo de Guardia y Observaciones hasta los pasillos y salas de pacientes como la del cuarto piso, que se espera habilitar para ingresar a los aquejados por arbovirosis, fueron testigo de una intensa jornada de limpieza que incluyó baños, escaleras y otras áreas.

La protagonizaron en medio de contagioso entusiasmo cuadros de Salud Pública, del Comité Municipal del Partido, el Gobierno local con su presidencia, delegados del Poder Popular y funcionarios, integrantes del Consejo de la Administración Municipal (Cam) y las direcciones de la Unión de Jóvenes Comunistas, la CTC y sus sindicatos en el territorio, así como de las demás organizaciones de masa, quienes de esa forma respondieron al llamado ante la falta de personal de higiene y la urgencia de esas labores ante el incremento de la tasa de incidencia de casos sospechosos de dengue, hoy entre las más elevadas del país.

“Por eso el acondicionamiento de una sala del cuarto piso que permitirá la atención a los pacientes ante la situación epidemiológica del territorio ha sido uno de los propósitos de esta faena de limpieza general a la cual concurrieron autoridades gubernamentales y de organizaciones políticas y de masa”, señaló Bárbara Daudinot Gómez, directora general de Salud Pública.

Agradeció el aporte de los participantes, a quienes se sumaron afiliados del sindicato del sector y directivos de otras ramas.

Daudinot Gómez recabó que corresponde a la población cuidar y mantener la higiene de la instalación, que ya trabaja con varios organismos para captar fuerza necesaria para la limpieza.

No fueron pocos los pacientes que elogiaron la iniciativa, mientras algunos de los movilizados echaban agua, otros aplicaban sustancias desinfectantes, limpiaban paredes de baños o hacían las demás tareas de aseo que dejaban como nuevo cada espacio.

“No es la primera vez ni será la única que realizaremos estas movilizaciones, más en un centro vital para enfrentar las arbovirosis”, comentó en un alto de las labores Yánder Zayas Pérez, miembro del Buró Ejecutivo partidista.

Enfatizó que la tensa situación epidemiológica exige acciones como estas que forman parte de las medidas para activar los sistemas sanitarios y mejorar la higiene de instituciones y ambiental e impedir la reproducción de mosquitos y otros vectores de enfermedades.

Para la joven Yalenis Silot Navarro, del Secretariado Municipal de los CDR, la jornada tuvo una respuesta masiva de los principales dirigentes en un momento decisivo, pero lo logrado no puede quedarse aquí, nos exige a todo el pueblo extender la higienización en cuadras, colectivos, patios y casas, donde es mayor la presencia de vectores tan peligrosos con los que no tenemos tregua.

Orlando Michel Carbonell Mederos, del equipo de la UJC, expresó que comenzaron temprano, de forma organizada en un frente vital para la salud, donde los cuadros ratifican una vez más estar a la vanguardia.

Ellos son parte de los cientos de movilizados que por doquier se unen a los trabajadores permanentes en la batalla ante la presencia del dengue y otros virus de Oropouche que trasmitidos por mosquitos (Aedes aegypti y del género Culex y dípteros del género culicidae, en ese orden) complejizan el escenario para eliminar la amenaza que vuela hacia nuestra familia y prevenir enfermedades.

Mas, favorecen la proliferación de esos vectores las inadecuadas condiciones medioambientales, como acumulación de basura, fosas desbordadas y las mayores temperaturas y lluvias que requieren más sistematicidad en las acciones higiénico-sanitarias.

Intensa deviene la ofensiva con las medidas para el control antivectorial encaminado a fortalecer la vigilancia, determinar las áreas con condiciones para el desarrollo de potenciales vectores y el fomento de buenas prácticas para evitar la acumulación de residuos que sirvan de reproducción y reposo.

También contemplan el rellenado o drenaje de acumulaciones de agua, charcas o la anegación temporal que pueden servir de oviposición de las hembras y criaderos de larvas y la eliminación de maleza alrededor de edificaciones para disminuir refugios.

Los especialistas insisten en realizar los autofocales en hogares, mantenerlos limpios de focos, pues el Aedes vive dentro de las viviendas y el culex fuera, por ello el saneamiento debe ser también ahí.

Cada quien tiene su parte de responsabilidad, que todos compartimos.

10 julio 2024 Fuente: Victoria/ Noticias/ Salud

Hay estadísticas alejadas de la realidad. Aclaro, no por el malsano propósito de nadie, sino porque —como ocurre en el caso que nos ocupa esta vez— las instituciones sanitarias no pueden inventar pacientes que no acuden a recibir determinado servicio; ante todo, por una elemental cuestión de ética médica.

Apegadas a la verdad, autoridades del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología (CPHEM) registran más de 9 500 casos febriles inespecíficos este año en Sancti Spíritus; cifra superior en unos 2 000 a los notificados en igual período del 2023.

Pero si les tiramos un vistazo a los colegas que no han asistido a los centros laborales en las últimas jornadas, a los niños que se han ausentado del aula o a integrantes de nuestras propias familias que aseguran sentirse como si un tren les hubiera pasado por encima, debido a la fiebre y al malestar general asociado a esta, el número real de casos febriles inespecíficos del territorio se distancia de lo informado por el CPHEM. Sucede así por una simple razón: un porcentaje no desestimable de enfermos no ha acudido a ninguna institución de Salud Pública para ser valorado por un facultativo.

Aunque se trata de una decisión individual, tal comportamiento se torna contraproducente, dada la circulación del virus de Oropouche en la provincia, según una nota difundida por el Ministerio de Salud Pública el pasado martes en su sitio web. Ese mismo día, la doctora Yurien Negrín Calvo, subdirectora de Epidemiología del CPHEM, manifestó a esta periodista que los primeros casos de pacientes espirituanos diagnosticados con la enfermedad, a partir del estudio de muestras enviadas y analizadas en el laboratorio nacional de referencia del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK), de La Habana, se reportaron, específicamente, en el Consejo Popular de Santa Lucía, perteneciente al Área de Salud número 1, de Cabaiguán, y en Colón, Área Sur, en la ciudad cabecera.

El propio 25 de junio, se esperaba por los resultados de las muestras enviadas al IPK de personas residentes en Mayajigua, Yaguajay, con sintomatologías de la fiebre de Oropouche.

Independientemente de que la información emitida por el Minsap vino a confirmar los rumores de la presencia del virus en el territorio espirituano, nos pone sobre aviso y ratifica la necesidad de asistir al médico ante los síntomas de fiebre, diarreas y vómitos, así como dolores musculares, de cabeza y articulares.

Esta recomendación no parte de supuestos, sino de la evidencia práctica: la sintomatología de esa afección tiene puntos de contacto con la del dengue, padecimiento que sí ha cobrado vidas humanas en años precedentes en el territorio espirituano.

A comienzos de la presente semana, la Dirección Nacional de Epidemiología del Minsap afirmó que todos los diagnosticados con el virus de Oropouche en Cuba habían evolucionado favorablemente, con mejoría de los síntomas entre el tercer y cuarto días del inicio de la enfermedad.

Los expertos sostienen, además, que el cuadro clínico manifestado está precedido por un período de incubación de cinco a siete días, caracterizado por los síntomas ya mencionados. Relacionado con este virus, en determinados enfermos se ha constatado que sobre el sexto día aparece un cuadro similar al del principio.

Si bien los casos con complicaciones son poco frecuentes, los especialistas enumeran, entre estas, el desarrollo de un cuadro de meningitis aséptica; por ello, toda precaución debe verse como poca.

Preocupación que debe mantenerse. Es lo más sensato porque, según la doctora Yurien Negrín Calvo, existe el pronóstico del alza de las arbovirosis en las venideras semanas; o sea, de los virus trasmitidos por mosquitos, jejenes, etc., incluido el Aedes aegypti, agente trasmisor del dengue, enfermedad con mayor incidencia en La Sierpe, Yaguajay, Trinidad y en el municipio cabecera.

Los vaticinios de ese incremento descansan en análisis anclados en las favorables condiciones medioambientales para la proliferación de estos insectos; citemos, por ejemplo, la persistencia de las lluvias y las actuales elevadas temperaturas, propias de esta época del año.

Atentos a esta realidad, se encuentran los directivos y expertos del Minsap, quienes visitaron la provincia espirituana en fecha reciente para comprobar con sus mismos ojos la situación epidemiológica del territorio. Y, más que para comprobar, para verificar la estrategia aplicada aquí en función de reducir los casos afectados por arbovirosis y de enfrentar un ascenso significativo de estos, incluidas las salas para posibles ingresos hospitalarios. Se trata, en esencia, de precaver.

A partir de lo constatado en estos predios, las autoridades de ese ministerio orientaron aumentar las acciones de prevención de salud entre la ciudadanía, sin necesidad de alarmar a nadie. Al respecto, aunque suene a discurso trillado, habrá que continuar insistiendo en la importancia del autocuidado y del saneamiento ambiental en las viviendas, en el barrio y en las entidades laborales.

Si no hay un saneamiento efectivo, los mosquitos seguirán volando a sus anchas, y la fiebre del Oropouche y el dengue continuarán manteniéndonos en vilo, con un panorama agravado por la escasísima disponibilidad de analgésicos y antipiréticos en la red farmacéutica. De ahí, lo relevante de evitar el contagio con la desidia.

30 junio 2024 Fuente: Escambray/ Noticias/ Salud