Dentro del conjunto de edificaciones que, desde una vista aérea sorprende por su monumental estructura y espacio, el habanero Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) atesora un capital humano indiscutiblemente paradigma de la ciencia cubana.

Eulogio Pimentel Vázquez es uno de ellos. Nació el 17 de agosto de 1968 en la ciudad de Camagüey. Estudio Bioquímica, asignatura que muchos temían por su complejidad en descubrir los elementos que forman parte de la naturaleza de los seres vivos, hasta graduarse de licenciado en la especialidad y abrir su vida laboral en el CIGB agramontino, radicado en los predios de la Circunvalación Norte, visitado por Fidel en fase constructiva el 25 de Julio de 1989.

Julio es un mes que lo marca. En 1991 pisó, por primera vez, la institución investigativa local. Dos años más tarde recibió un entrenamiento en localización subcelular de proteínas en el Instituto de Investigación y Desarrollo, en Barcelona, España. En el 1995 asume el cargo de subdirector de investigaciones y quince años más tarde el de director. Y luego de otros cinco, en el 2015, la promoción a director general del de La Habana, con un aval de inventor de patentes relacionadas con la biotecnología vegetal. la acuicola y la biología del cáncer.

En nuestra conversación telefónica, a propósito del título de Héroe del Trabajo de la República de Cuba, conferido en septiembre del 2021 por decreto presidencial, asomó como siempre la sencillez, modestia y capacidad de respuesta con un singular talento, que enriquecen un reconocido aval por los Premios Nacionales de la Academia de Ciencias de Cuba y del Ministerio de Salud Pública, de delegado al Sexto Congreso del PCC, diputado de la VIII y IX Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular.

-¿Cómo es posible que a los 53 años ya te hayas convertido en un científico de primera línea en Cuba?

-El calificativo de científico de primera línea quizás me quede un poco grande. He sido una persona que durante la vida laboral me he consagrado plenamente a las cosas que he hecho y a los proyectos científicos en los que he estado. Realmente, una de las acciones más importante es enfocarte en profundizar en lo que te propones y en el objetivo que tienes de la dimensión científica.

-Fue líder del grupo que trabajó en la creación del Interferón. ¿Qué opinión le merece que en medio de la pandemia de la COVID-19 ese producto biotecnológico esté utilizándose para enfrentarla?

-En realidad tuve la oportunidad de estar en el lugar y en el momento apropiado. Me permitió dirigir un colectivo de científicos, tecnólogos, de ingenieros muy capaces, dirigir todos los proyectos que, desde un inicio, consideramos podrían tener un impacto en la pandemia que recién comenzaba. Hablo de febrero del 2020.

“El Interferón es una molécula fundadora para la biotecnología cubana, una de las primeras proteínas producidas utilizando la ingeniería genética. Nosotros hacía más de quince años habíamos transferido la tecnología para producirlo a una empresa mixta en el norte de China, Chang Chun, la que producía rutinariamente el fármaco con la misma tecnología nuestra y en consecuencia con la misma calidad.

“Como la pandemia comienza en China, allí encontramos las primeras evidencias del Interferón y en este caso el “cubano” en la terapia de SARS-CoV-2. Fue un aval muy fuerte que nos permitió que especialistas y un grupo de expertos del Ministerio de Salud Pública aceptaran la primera etapa del Interferón.

“No quedó allí. Lo convertimos en una formulación intranasal, lo que hoy la población conoce como Nasalferón. El interferón es una molécula que tiene la capacidad de activar el sistema inmune innato que no depende de adaptarse al patógeno, porque prepara mecanismos de defensa que contribuye a detener o entorpecer la entrada al cuerpo del virus o una enfermedad bacteriana.

“Nosotros utilizamos el Interferón ya conocido, que se emplea por vía interparenteral y se inyecta. Utilizamos esa variante y demostramos la capacidad de efectividad de la combinación de dos interferones, Alfa y Gamma (Heberferón) en la terapia contra el SARS-CoV-2. Aprovechamos sus potencialidades para crear más productos”.

-¿Podría profundizar acerca de esas ampliaciones?

-No solo nos dedicamos al interferón, hay un producto que ha salvado incontables vidas que es Jusvinza, basado en el diseño por computadora de Péptidos, fragmentos de proteínas. Había varios proyectos en el centro que podían ser sustantivos y críticos a la hora de proponer terapias contra SARS-CoV-2. Jusvinza ha llegado a tener un impacto tan grande, sobre todo, en una patología del sistema inmunológico que ocurre en el SARS-CoV-2, un proceso inflamatorio, provocado precisamente por el sistema inmune. Estas moléculas logran controlar la hiperinflación, muy asociada a la letalidad. Este proyecto se convirtió en un producto que autorizó el Cecmed para su uso en las terapias.

“También tenemos una vacuna que influía en el sistema inmune innato, que le llamamos 2020, y el factor de transferencia, producto conocido y que se utiliza como inmunopotenciador, hasta llegar a los proyectos que más conoce la población de Abdala y Mambisa, con incuestionable efecto, no solo de eficacia determinada en los ensayos clínico, sino también en la efectividad determinada en la práctica médica habitual.

“Las noticias agradables de estos últimos días es cómo va disminuyendo en la medida que aumenta la inmunización, como decrece sostenidamente la incidencia y, sobre todo, la mortalidad en el país”.

-Estar al frente del CIGB le permitió cumplir esa responsabilidad, asumida con deseo, motivación, compromiso y responsabilidad…

-Por suerte, por enfoque, por experiencia y tradición nació esta industria, creada por una persona que seguimos llamando en presente. Sin ese precursor, Fidel, pudiéramos estar hablando de otras cosas, menos de estos impactos.

-¿Cómo explicar que Cuba, un país pequeño, subdesarrollado y asediado por Estados Unidos sea capaz de tantos adelantos en la ciencia?

-Esa es la pregunta del siglo. Quizás por eso estemos vivos todavía. No he encontrado explicación a esa pregunta.

Mira, mi industria, la biotecnología, es compleja y complicada en la logística. Para producir una dosis de un medicamento, digamos de una vacuna, tienes que tener, como mínimo 10 000 surtidos y componentes diferentes, materias primas, materiales de impasse…

“Eso llevado a una isla a la que todo tiene que venir por mar o por aire incrementa el efecto de la gestión logística, pero si le suma la variable penosa, vergonzosa, de que persiguen todas nuestras transacciones, importaciones, evalúan a todos nuestros proveedores, si hay algo que tenga al menos un 10 % de componentes de un fabricante o propietario norteamericano el proceso se complejiza en extremo. Y ahora nos vimos en medio de la pandemia en que se paralizó el comercio como lograrlo.

“Uno trata de responder a esa pregunta, la respuesta menos compleja, es por la unión de todos los factores. Mira, BioCubaFarma, todas sus empresas, se pusieron en función de los recursos que faltaban a una para investigar, desarrollar y producir las vacunas; aparecían inventarios que había en otras empresas; el Ministerio de Industrias cubano se puso en función de muchas de nuestras piezas de repuesto, la unión industrial militar también, Recursos Hidráulicos… La respuesta está en el sistema que tenemos, donde todos se ponen en función de preservar la salud de todos nosotros”.

-¿Qué significación tiene para usted el título honorífico de Héroe del Trabajo de la República de Cuba recién anunciado?

-Todavía no estoy consciente ni lo he interiorizado plenamente. En consecuencia, no me lo creo, pero sí es un resultado que no nos pertenece a nosotros, sino de muchos que representamos y tienen a mi juicio igual o más condición de serlo.

“Como decía al inicio, he tenido la oportunidad de haber estado en el lugar y en el momento preciso, y de aglutinar a un grupo de personas excelentes, brillantes y conducirlas a los resultados que hemos hablado. La imagen que tengo es como si fuera un río, corriente abajo, donde van muchos peces en condición de héroes del trabajo y tiran el anzuelo y fortuitamente soy yo uno. Lo interpreto y lo interiorizaré siempre como un reconocimiento a las tantas personas que han logrado estos resultados”.

La última pregunta lo acerca a su Camagüey de la infancia y antes de la respuesta supimos que lamenta no venir al terruño con más frecuencia, aunque se sigue sintiendo camagüeyano de pura cepa.

“Los pelos se me ponen de punta. Vine para acá (se refiere a la capital) porque me lo pidieron, para cumplir funciones extremadamente complejas, claves e importantes. Montado en ese concepto di la disposición, sin pensar mucho en lo que dejaba.

“Si en La Habana tengo que acudir a un recuerdo, a un amigo, a un hombre o a un familiar no puedo acudir a otro lugar que no sea a Camagüey. La Habana es muy cosmopolita, es asiento de todos los cubanos, pero lo que fortalece mi espíritu, son mis recuerdos de Camagüey. Si tengo que ubicarme pienso en una calle, en uno de los barrios en los que viví, los repartos Agramonte, La Mascota, Villa Mariana, Florat, La Vigía, La Caridad. He disfrutado mucho los barrios de Camagüey. Quizás pueda interpretarse como solo palabras, pero te lo digo de puro sentimiento”.

En Eulogio Pimentel se cumple una de las prédicas martianas: “Hacer es la mejor manera de decir»; aun siendo vicepresidente del Grupo Empresarial BiocubaFarma no detiene su andar en el campo de la investigación.

octubre 12/2021 (Adelante)

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