La Revolución ha tenido que asumir, desde sus inicios, el reto de ser abanderada del humanismo en medio de un mundo donde, cada día con mayor fuerza, prima la ideología del individualismo y de la barbarie. Imbuida por el espíritu internacionalista del socialismo, la cooperación médica cubana se ha convertido en uno de los ejemplos más visibles e impactantes de cuánto se puede hacer por el prójimo en nombre de los humildes y del amor. No es casual que sea -con énfasis en estos tiempos- blanco del hostigamiento imperial que articula, con un odio que no puede disimular, quirúrgicas campañas para atentar contra el desempeño del ejército cubano de batas blancas.

La historia de la colaboración cubana en materia de salud, comenzó apenas cuatro años después del triunfo nacional de 1959 y se extiende por más de seis décadas y cientos de países de todos los continentes, cuyas geografías -en especial las zonas rurales y de complejo acceso- han sido conquistadas por la ética y la tenacidad de nuestros galenos. En paralelo, el gobierno de los Estados Unidos, en lugar de disponer de sus riquezas para acompañar a Cuba en este sentido, se empecina en crear políticas para intentar desacreditar y limitar su alcance.

En función de ello se inventa nuevas campañas de desinformación; sanciones y restricciones coercitivas unilaterales. Por ejemplo: visados que incluyen a funcionarios extranjeros de aquellos países que solicitan a nuestros médicos; presión sobre terceros países; reforzamiento del bloqueo económico; y hasta el impedimento para que las brigadas cubanas sean reconocidas internacionalmente a través de premios como el Nobel de la Paz, tratando de desvirtuar aquello que ya se sabe, que somos un referente global en solidaridad médica internacional.

Sin embargo, el mejor reconocimiento a la labor de salvar vidas por el mundo y también de formar profesionales de la salud -dentro y fuera de Cuba-, llega mediante el testimonio sincero de aquellos cientos de miles de personas beneficiadas con la política altruista y ética de la Revolución, quienes dan fe de la magnitud de la obra cubana.

Un médico hondureño graduado en Cuba

“Yo soy, orgullosamente, fruto de este proyecto solidario de la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM)”. Así comienza Luther su diálogo con un equipo de Cubadebate, en el marco de la V Convención Internacional Cuba Salud 2025, que sesiona en La Habana. Su nombre completo es Luther Castillo Harry, es un médico hondureño graduado en Cuba, y el actual Secretario de Estado en el Despacho de Ciencia y Tecnología de la República de Honduras.

“Nadie puede estar en contra de un médico que salva vidas. Sería inhumano”, afirma Luther, para quien nuestros doctores son “los máximos embajadores de la Revolución cubana” en tanto tienen la capacidad para esparcir por el mundo “ese bien propio, arquitectónico de la Revolución… esa genuina labor de salvar vidas”. Aunque no le es ajena la ofensiva estadounidense y sus falacias contra las brigadas cubanas, el joven ministro explica que esta “campaña de antivalores” de un sistema que potencia la destrucción de la vida no lo detiene si se trata de defender el prestigio y los valores de los trabajadores de la salud cubana.

“Nosotros estamos muy, muy agradecidos con los médicos cubanos, que son como ángeles que salvan vidas en aquellos oscuros recónditos rincones del mundo donde la miseria, la exclusión, atacan a los más pobres y los más desposeídos (…) Hacia ahí deberían ir las críticas, hacia esos lugares donde hace falta más humanismo, esos lugares donde hay carencia de esa solidaridad”.

Médicos pintados de rostro de indígena, de hijo de obrero, de hijo de campesino, de negro

Con su peculiar forma de oratoria, Luther parece como si bailara a través de las palabras cuyo ritmo aumenta en la medida en la que convergen en un solo sentir sus experiencias como egresado de una escuela cubana de medicina, como latinoamericano que durante tantos años vivió aquí, como el doctor que regresa a su país cumpliendo ese sueño de Fidel al fundar la ELAM para que los profesionales ahí formados volvieran a sus países y multiplicaran la solidaridad entre los pobres de la tierra, y como representante de un gobierno que enfrenta grandes desafíos sociales:

“Hoy, el gran Colegio Médico tiene que verse pintado de rostro de indígena, de hijo de obrero, de hijo de campesino, de negro. En mi país el primer garífuna se graduó 118 años después de la fundación de la Universidad Nacional Autónoma. Hoy tenemos más graduados de médico negro hondureño de la Escuela Latinoamericana, que en un siglo y medio de existencia de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras”.

La ELAM ha creado una hermandad que ya no se puede detener

Luther Castillo tiene un modo estratégico de comprender cuál es el impacto sociológico, político y económico que supone ese arsenal de graduados de la Escuela Latinoamericana de Medicina y sobre eso argumenta: “Eso genera también una descomposición a la élite existente en las sociedades médicas en la región (…) El haber entregado 31.000 egresados en más de 105 parajes del mundo” hace que se diseminen los principios y el amor.

En ese sentido, enfoca como un plan aquello que todavía falta por hacer y donde “nos hemos quedado atrás”. Por ejemplo, sueña con una revista científica para todos los egresados de la ELAM; con aumentar las colaboraciones y el intercambio científico-técnico con Cuba; con desarrollar los retos que impone la inteligencia artificial en materia de salud; entre otros. Pero, por encima de todo, deposita una confianza inconmensurable en el legado de la ELAM, que solo desde el sentido de pertenencia se puede comprender.

De sus miles de graduados, sonriendo, afirma:

“Es una hermandad mundial que ya no pueden detener, o sea, no, eso ya se creó, tuvieron que haber venido a detenerla en 1999. Tenemos 31.000 egresados (…) haciendo de manera excelente la obra (…) Es una exquisitez lo que sucede en ese mundo que es indetenible.”

Como último mensaje nos lega:

“Cada vez tiene que ser más consecuente, cada vez poniendo en el centro el ser y que se rompan con los paradigmas tradicionales con los que han sido estructuradas la arquitectura del sistema de salud elitista donde la gente no tiene derechos, donde si no puedes pagar no puedes entrar a los servicios. Entonces eso va generando de una u otra manera una descomposición y una reorganización hacia la parte humana del proceso de salud que creo firmemente que nosotros podemos tener.”

Amor con amor se paga

Luther se despide contento, sabe -y así nos dice- que “la calidad humana marca la diferencia” del sistema de salud concebido en la Isla. Por ello, anhela que algún día podamos crear una plataforma con todos los médicos formados por Cuba, para desde ahí, entonces, ser capaces de “ver cuán lejos nosotros hemos caminado y cómo hemos cumplido ese sueño brillante del siglo XX de la Revolución cubana.”

Así hablan los agradecidos, los humildes que han sido alcanzados -para bien- por los innumerables proyectos creados y liderados por Fidel, y que hoy forman parte del legado de nuestro socialismo. A pesar de esfuerzos malsanos, ni la moral ni el coraje se pueden bloquear. Sabe aquel monstruo cuyas entrañas conoció José Martí, que la fuerza del ejemplo humanista es una poderosa práctica para cambiar a los pueblos y enrumbarlos por el camino de la salvación, del bien y de la dignidad; en definitiva, para sacarlos de la pobreza espiritual en la que la explotación capitalista sin precedentes de sus recursos naturales y de su gente los hunde.

La solidaridad que Cuba enarbola y el prestigio de la cooperación médica nacional continuarán existiendo como testimonio palpable de cuánto puede hacer la civilización siempre que la dirija la fuerza del amor y el altruismo.

24 Abril 2025 Fuente: Cubadebate/ Noticias/ Salud

La presentación conjunta de una unidad de anestesia y el trabajo mancomunado para la fabricación del primer tomógrafo por impedancia incluido en un ventilador mecánico expresan el fortalecimiento de las alianzas entre Cuba y México en tecnología médica.

Según Ricardo Ballesteros, director general de la empresa mexicana GATSIMED, en 2024 empezó la cooperación en proyectos que buscan aprovechar las capacidades de su entidad, COMBIOMED Tecnología médica digital y el Centro de Neurociencias de Cuba, estos últimos pertenecientes a BioCubaFarma, para desarrollar nuevos mercados con soluciones integrales enfocadas a la salud.

Contar con ventiladores mecánicos propios y monitores de signos vitales de amplio uso en las instituciones de salud cubanas constituye una garantía, por su calidad y robustez, para las proyecciones de co-desarrollo y comercialización de nuestras producciones a costos asequibles, apuntó.

Sumado a la fabricación de equipos de alta complejidad y prestaciones, la alianza también se enfoca en proveer  plataformas que aporten bienestar tanto a los profesionales de salud como a los pacientes y familias, a partir del kit integral para la Atención Primaria de Salud, diseñado por COMBIOMED y en el que intervienen otras empresas del sector, y para GATSIMED es relevante, refirió Ballesteros.

El directivo anunció que en la actualidad incursionan en la generación de «Big data» enfocada al uso médico y que prevén lanzar una herramienta de telemedicina en el congreso BioHabana 2026, aunque su empleo no significará el reemplazo del profesional de la salud sí facilitará la toma de decisiones, a partir de información veraz y efectiva en tiempo real.

De acuerdo con Arlem Fernández, director general de COMBIOMED, resulta una alianza beneficiosa para ambas partes y los países del Sur, al tratarse de empresas de ciclo cerrado en el campo de los equipos y dispositivos médicos, que podrían brindar la asistencia técnica para asegurar la sostenibilidad en el tiempo.

Consideró entre las principales potencialidades de la alianza la posibilidad de montaje y ampliación de capacidades productivas en Cuba y México, la asimilación mutua de tecnologías y las posibilidades para acceder a terceros mercados, a partir de los registros sanitarios que puedan tener ambas naciones y con precios competitivos.

Tanto Ballesteros como Fernández coincidieron que la pandemia de COVID-19 demostró la importancia de contar con sólidos sistemas de salud e industrias en el campo de la biomédica  para afrontar emergencias sanitarias, de ahí la fortaleza de estas relaciones estratégicas al dotar de soberanía tecnológica y del conocimiento encaminada al desarrollo de proyectos conjuntos con impacto en la salud humana.

23 Abril 2025 Fuente: ACN/ Noticias/ Salud

“Hoy nos convoca un motivo que va más allá de una profesión y fronteras geográficas: a todos los aquí presentes nos unen el amor por Cuba y el compromiso con la vida”, afirmó el ministro de Salud Pública, doctor José Angel Portal Miranda, durante el I Foro de Cubanos del Sector de la Salud Residentes en el Exterior.

El intercambio reunió a más de 30 participantes de forma presencial y a 360 conectados desde más de 50 países, incluyendo naciones como Canadá, Italia, Estados Unidos, Alemania, Serbia y Reino Unido.

Néstor Marimón, director de Relaciones Internacionales del Ministerio de Salud Pública (Minsap), calificó el espacio como “histórico”. “Es el primer encuentro que realizamos en el campo de la salud con cubanos que residen en el exterior, cubanos que ayudan, que contribuyen con el país”, destacó.

Marimón resaltó la participación sin precedentes, superando las cifras de reuniones similares previas en otros ámbitos como transporte y educación.

El ministro Portal Miranda enfatizó el vínculo afectivo y profesional de los emigrados: “Ustedes, que han llevado consigo los conocimientos aprendidos en esta Isla y han multiplicado su experiencia en otros contextos, están aquí porque no han dejado de mirar hacia su país con afecto, con orgullo y con la voluntad de contribuir a su desarrollo”, dijo.

Agradeció además a quienes, sin ser profesionales de la salud, apoyan iniciativas solidarias desde el exterior.

Portal Miranda recordó que este foro es parte del seguimiento a la IV Conferencia “La Nación y la Emigración” y enfatizó la firme disposición del gobierno cubano de crear mecanismos para la participación de los cubanos residentes en otros países en el desarrollo nacional.

“Existen múltiples espacios donde sus saberes, su experiencia y su vínculo con instituciones académicas y científicas del mundo pueden contribuir significativamente, no solo para superar obstáculos que hoy tenemos por delante e impiden una mayor resolutividad del Sistema Nacional de Salud, sino también para continuar avanzando en su constante perfeccionamiento”, apuntó el ministro.

Varios son los temas en los cuales podríamos contar con su participación— agregó—como el fomento de líneas de investigación de interés común, la colaboración en proyectos científicos, el intercambio de conocimientos, el desarrollo de tecnologías médicas, y el fortalecimiento de nuestras capacidades en Salud Pública.

“Estamos abiertos a escuchar sus propuestas, para juntos, identificar oportunidades de colaboración y tender puentes efectivos y afectivos”, afirmó.

Retos y solidaridad frente al bloqueo

En su intervención, Portal Miranda denunció el impacto del bloqueo económico de EE.UU. en el sistema sanitario cubano, señalando obstáculos para adquirir medicamentos y tecnología médica. Criticó además las campañas contra la colaboración médica internacional cubana, a la que calificó de “ejemplo de solidaridad global”.

“Ninguna calumnia hará que abandonemos esa vocación humana”, afirmó, y llamó a los participantes a contrarrestar esas falsedades sobre la esencia humanista de la medicina cubana.

El foro, enmarcado en la V Convención Internacional “Cuba-Salud 2025”, constituye además una oportunidad para fomentar la colaboración en investigación, innovación y proyectos científicos.

“Este es solo el inicio de un camino que nos convoca a sumar, a compartir, a sanar y a construir juntos”, aseveró el ministro.

Voces desde la diáspora: Solidaridad sin fronteras

Los participantes compartieron experiencias y propuestas concretas para apoyar al sistema de salud cubano, marcado por las limitaciones que impone el recrudecimiento del bloqueo económico y la escasez de insumos. Sus testimonios ratificaron el mensaje de la solidaridad y la voluntad de mantener sus vínculos con Cuba y su desarrollo.

Aramís Arrieta , residente en Canadá, apuntó: “Siempre voy a ser de aquí, oriundo de mi país, y lo voy a defender hasta el final. Mi prioridad es ayudar al enfermo, por eso estudié medicina”.

En ese espíritu, subrayó la necesidad de agilizar procesos, hoy engorrosos, para hacer llegar en el menor tiempo posible las donaciones a Cuba desde el país donde reside.

Aurora González, desde Minnesota, en EE.UU., contó cómo junto al músico Nachito Herrera y la fundación Matter, han enviado contenedores a Cuba con equipos e insumos médicos.

“Los médicos cubanos son los mejores del mundo. Lo que necesitan son recursos», afirmó.

Siempre estaré dispuesto a ayudar a Cuba desde el arte y la solidaridad, enfatizó por su parte el reconocido músico cubano, quien envió un emotivo mensaje de agradecimiento y compromiso con su país natal, destacando su labor solidaria y su experiencia como sobreviviente del covid-19.

Herrera recordó que fue una de las primeras víctimas del covid-19 en Estados Unidos, contagiado el 28 de marzo de 2020. “Estuve 14 días en coma, pero gracias a la colaboración entre médicos cubanos, especialmente la Dra. Tania Crombet, y el equipo médico en Minnesota, logré recuperarme”, relató. Tras despertar, su primera pregunta fue: “¿Cómo está Cuba?”, rememoró.

Desde entonces, redobló sus esfuerzos en la misión solidaria que inició en 2008 junto a la Iglesia Presbiteriana, de la cual es miembro. “Nadie nos obliga, lo hacemos de corazón, como decimos los cubanos” afirmó.

Resaltó además el trabajo de la salud cubana, no solo en la isla, sino a nivel internacional: “He viajado a muchos países donde parte de mi público son médicos cubanos en misión”. Agradeció su formación artística en Cuba, desde el Conservatorio Alejandro García Caturla hasta la Universidad de las Artes, y reiteró su disposición a seguir apoyando mediante su música.

El reconocido artista hizo un llamado a la unidad: “No importa dónde vivamos, ni nuestras ideas políticas o religiosas: somos cubanos. En estos momentos críticos, debemos dar un pasito adelante, con la esperanza de que pronto se restablezcan las relaciones y las cosas sean más fáciles para nuestro pueblo”, dijo.

En tanto, cubanas como Yenei Vera (cardióloga residente en Toronto, Canadá, abogaron por crear una red de colaboración entre profesionales en el exterior. “No sabemos quiénes están en otros países. ¿Cómo colaborar si no nos conocemos?”, reflexionó.

Vera trabaja en la Universidad de Toronto, el Mount Sinai Hospital y el Lunenfeld-Tanenbaum Research Institute desde 2015, donde lideramos investigaciones clínicas con la colaboración del Ministerio de Salud Pública de Cuba, sociedades de pediatría, obstetricia y el Hospital Ameijeiras, entre otras instituciones involucradas.

“Es crucial que los profesionales cubanos en la diáspora nos conectemos. En Toronto, una ciudad enorme, muchos no sabemos quiénes somos ni dónde estamos. No basta con donaciones; necesitamos proyectos conjuntos, acceso a becas (grants) —Cuba no está en las listas de países prioritarios— y crear redes para compartir información. Muchos cubanos fuera sí quieren colaborar con la isla, pero no sabemos cómo encontrarlos”, refirió.

La especialista agradeció a los profesionales del equipo donde trabaja en Canadá por confiar en Cuba y a quienes ya colaboran. “Pero el primer paso es unirnos entre nosotros, allá donde estemos”, remarcó.

Iliana Jiménez, cubana residente en Italia, destacó el trabajo de las brigadas médicas cubanas durante la pandemia de covid-19 y su propia experiencia como voluntaria.

“Soy una soprano y músico cubana viviendo en Italia, país que fue uno de los epicentros globales de la pandemia. Cuando llegaron las brigadas médicas cubanas —una en Lombardía (Crema) y otra en Piamonte (Turín, ciudad donde resido)—, supe que quería ayudar. Me contactaron como traductora voluntaria y acepté de inmediato».

Jiménez relató cómo, desde su pequeña casa editora, colaboró en la traducción de materiales sobre el trabajo de los médicos cubanos, incluyendo las crónicas del escritor Enrique Ubieta, que seguían con expectativa tanto en Cuba como en la comunidad internacional. “Trabajamos en tiempo récord para que estos testimonios llegaran a Cuba y al mundo.

Era esencial documentar esta hazaña frente a las campañas de desinformación que intentan opacar la labor humanitaria de nuestro país», afirmó.

Además, hizo un llamado a los cubanos en el exterior: «Somos nosotros, los jóvenes, quienes debemos contrarrestar las mentiras con la verdad. Después del bloqueo económico, el mayor desafío es el bloqueo comunicacional. Tenemos la responsabilidad de difundir las excelencias de Cuba: su medicina, su educación y su arte”, sostuvo.

Para Valia Rodríguez (neurofisióloga en Reino Unido) es importante también conocerse, coordinar envíos para evitar duplicidades y ayudar a la mayor cantidad de lugares en el país, así como promover pasantías de estudiantes extranjeros en Cuba. “Que vean con sus ojos la medicina cubana”, dijo la doctora.

Rodríguez cofundó Aid for the Caribbean, una ONG que surgió tras enfrentar obstáculos para abrir cuentas bancarias al incluir «Cuba» en su nombre inicial. “El bloqueo nos obligó a cambiar la denominación, pero seguimos enviando contenedores con insumos médicos», explicó. Recientemente, su organización logró enviar un contenedor a Cuba —el mes pasado— en colaboración con el proyecto sociocultural Quisicuaba.

La cubana Ada Catrina Pérez, licenciada en psiquiatría, narró su trayectoria
de solidaridad con Cuba desde Estados Unidos, donde reside desde 1980. A pesar de las adversidades, afirma: “Nunca traicioné a mi patria y me siento tan cubana como el primer día”.

“En 1985 me vinculé a grupos de solidaridad en Canadá, pues no habia vía directa para llegar a Cuba. Agradezco a la embajada cubana en Panamá y al ICAP, que me ayudaron a tener presencia
aquí”, relató.

Desde 2013, colabora con el Consejo de Iglesias de Cuba y la Iglesia Discípulos de Cristo de Miami, logrando enviar 25 contenedores de ayuda humanitaria.

Entre sus proyectos destacan tres campamentos en Varadero para niños con cáncer del hospital Juan Manuel Márquez; capacitaciones para 200 médicos y enfermeras en cuidados paliativos, apoyo a instituciones como el MINSAP, hogares de ancianos (La Colonia en Boyeros), hospitales pediátricos y el proyecto Quisicuaba y el campamento «Nuestras Raíces», reuniendo a niños estadounidenses de ascendencia cubana.

Al intervenir en el foro, Ana Teresita González Fraga, directora general de asuntos consulares y cubanos residentes en el exterior, del Minrex, ratificó la voluntad del gobierno cubano de continuar profundizando su relación con los cubanos que residen fuera del país.

Explicó que, desde octubre de 2024, se han realizado cinco encuentros sectoriales en áreas como informática, educación, agricultura y transporte, de los cuales “se han derivado proyectos de desarrollo y cooperación”.

En esta ocasión, el foro organizado con el Ministerio de Salud Pública (Minsap), dijo, permitió “estrechar los vínculos desde el punto de vista investigativo, científico, académico, tecnológico y de innovación”.

González Fraga denunció que el evento se desarrolla en un “momento muy complejo” pues en solo tres meses Estados Unidos ha aplicado “10 medidas de agresión contra nuestro país para reforzar el cerco económico y hacernos fracasar como nación, lo cual nunca lograrán”.

Entre ellas, mencionó “la persecución tenaz a la colaboración médica cubana para desacreditar esta loable labor e impedir el flujo de ingresos legítimos”.

Llamó a los profesionales de la salud formados en Cuba a “contribuir a visualizar la solidaridad, el altruismo y la humanidad de nuestros colaboradores” y a “hacer valer la verdad de Cuba”.

Destacó que este ha sido el evento con mayor participación, con más de 400 cubanos conectados desde 50 países, lo que demuestra “el compromiso con nuestro sistema de salud”.

Resaltó que, a pesar de ser un sector prioritario, la salud en Cuba no ha escapado a los efectos del bloqueo, con daños estimados en “no menos de 268 millones de dólares” entre 2023 y 2024. “Con solo 25 días sin bloqueo, hubiéramos podido adquirir el financiamiento para cubrir el cuadro básico de medicamentos del país durante un año”, afirmó.

Agradeció las donaciones recibidas y aseguró que se trabajará para agilizar su llegada al país. También mencionó propuestas surgidas del encuentro, a las cuales afirmó se dará seguimiento para su concreción.

Del intercambio varias fueron las iniciativas clave que emergieron, desde la necesidad de una red virtual para conectar a cubanos de la salud en el exterior; la capacitación mediante el intercambio de cursos y experiencias entre profesionales dentro y fuera de Cuba; la mayor agilidad de trámites para donaciones y coordinación de envíos entre países, hasta el difundir en redes sociales el trabajo real de los médicos cubanos.

Al cierre del encuentro el ministro de Salud Pública apuntó: “Los que amamos a la patria somos mayoría”. Portal Miranda las restricciones económicas que buscan “ahogar a la nación” y llamó a “desterrar el odio y unirnos por el bien de nuestra patria”.

23 Abril 2025 Fuente: Cubadebate/ Noticias/ Salud