Cuba intensifica su lucha contra el tabaquismo mediante el Programa Nacional de Prevención y Control contra este flagelo, con repercusión negativa en la salud individual y colectiva.

A propósito hoy del Día Mundial Sin Tabaco, Elba Lorenzo Vásquez, especialista de Prosalud, refirió a la ACN que las instituciones sanitarias lideran estrategias intersectoriales para reducir el consumo de esta sustancia nociva en la población, evitar la iniciación en la adicción antes de los 20 años y disminuir el tabaquismo pasivo en espacios públicos y laborales.

Como programa multidisciplinario,  participan los  organismos  de la Administración Central del Estado junto las organizaciones políticas y de masas, y tiene una estructura organizativa a todos los niveles del sistema de salud,  qué diseña y ejecuta acciones en todos los territorios, apuntó.

López Vásquez destacó el fortalecimiento de iniciativas de vigilancia, protección contra el humo de tabaco, tratamientos de cesación, campañas educativas y cumplimiento de regulaciones legales, que evidencian cómo es preciso abordar el tabaquismo como un problema de salud pública prioritario.

En el nivel primario de atención,  los consultorios del médico de la familia desempeñan un papel clave en la prevención,  ofreciendo orientación personalizada y promoviendo estilos de vida saludables en la comunidad, aseveró.

Además resulta esencial la labor de los profesionales de los policlínicos y hospitales, que cuentan con salas de rehabilitación y equipos multidisciplinarios para brindar asistencia y apoyo a quienes desean abandonar el hábito de fumar, dijo la propia fuente.

En correspondencia con la Resolución Ministerial 135 de 2024, aprobada por el Ministerio de Salud Pública, se han establecido zonas libres de humo en instituciones médicas y educativas, así como restricciones en la publicidad y venta de productos de tabacos.

Actividades comunitarias y educativas en diversos escenarios  buscan reforzar el conocimiento sobre los efectos del tabaquismo y los beneficios de su abandono, contribuyendo al bienestar de las personas.

En la actualidad, el consumo de tabaco es una de las principales causas de enfermedades crónicas y muertes prevenibles en el mundo, como la  bronquitis crónica, enfisema pulmonar y cáncer de pulmón, así como padecimientos cardiovasculares, hipertensión arterial, infartos y accidentes cerebrovasculares.

También está vinculado a distintos tipos de neoplasias incluyendo el de laringe, boca, esófago, vejiga urinaria y páncreas y afecta la calidad de vida al aumentar el riesgo de diabetes tipo 2, osteoporosis y envejecimiento prematuro.

31 Mayo 2025 Fuente: ACN/ Noticias/ Salud

El uso de las plantas medicinales y sus productos derivados suele considerarse seguro y libre de riesgos, pero esto no es así exactamente.

Hay factores como la selección adecuada de la especie y de la parte de esta a emplear, así como la dosis y forma de preparación convenientes, entre otros, que pueden determinar que una planta termine siendo nociva para la salud.

De esta forma, puede incluso llegar a poner en peligro la vida de las personas, lo cual es prevenible en la mayoría de los casos.

Saber un poco acerca de los riesgos relacionados con las plantas medicinales nos ayudará a hacer un uso más racional de ellas. No siempre la tradición es la que determina que una persona recurra a estas modestas aliadas del hombre para cuidar su salud.

Hoy en día, un médico puede prescribir al paciente determinada formulación farmacéutica elaborada con extractos vegetales y es bastante común que la persona acceda a propaganda o información científica sobre los beneficios de una especie en particular.

Lo cierto es que a veces no usamos una planta porque es la que habitualmente nuestras abuelas siempre tenían a mano para determinado malestar.

Hay quien tiene en su patio hierbas no autóctonas del país como el meprobamato (Coleus amboinicus) o consume cápsulas de chancapiedra (Phyllanthus niruri) procedentes de Perú. En todo esto hay riesgos, siempre los hay, por eso vamos a revisar algunos.

Lo primero que se debe saber es que es imprescindible utilizar la planta correcta. Un ejemplo bien ilustrativo es el del anís estrellado (Illicium verum), una especie que no se cultiva en Cuba pero sí se consume.

En España se han reportado intoxicaciones en lactantes por confundirla con la badiana del Japón o anís estrellado japonés (Illicium anisatum). Esto ha determinado que en ese país el Illicium anisatum esté en la lista de plantas cuya venta al público queda prohibida o restringida por su toxicidad.

Por otra parte, si bien el anís estrellado se considera seguro, también puede producir neurotoxicidad al superar la dosis máxima recomendada de una estrella por cada 200 mililitros de agua o por llevarlo a ebullición durante un tiempo prolongado, ya que por ambas causas se alcanza una mayor concentración de principios activos.

Con respecto al empleo correcto de la parte de la planta, tomemos el caso de la sábila (Aloe vera o Aloe barbadensis).

El uso medicinal del mesófilo o gel de las hojas está bastante extendido, pero para su obtención debe evitarse el contacto con el jugo amarillo que produce la capa verde que lo rodea, el cual puede producir una reacción de hipersensibilidad en la piel o un efecto laxante por vía oral. Este látex, aunque se emplea también con fines medicinales, no debe mezclarse con el mesófilo cuando sea ese el material vegetal que va a ser utilizado.

La dosificación o cantidad a consumir de una planta es otro factor a observar.

Por ejemplo, la menta poleo o simplemente poleo (Mentha pulegium), aunque en forma de infusión a la dosis habitual resulta segura, puede causar a altas dosis síntomas como dolor abdominal, náuseas, vómitos, letargo, aumento de la presión arterial y del pulso, entre otros. La pulegona presente en su aceite esencial es hepatotóxica y responsable de cuadros de intoxicación.

Aquí, como en otros casos, vale recordar al doctor Julián Pérez Peña y también tener en cuenta “la dosis exacta”.

Otro tema imprescindible para garantizar un uso seguro de las plantas medicinales es el de las posibles interacciones con medicamentos convencionales. Se dice que estamos en presencia de este tipo de interacciones cuando el efecto de un fármaco determinado es modificado cuantitativa o cualitativamente por la administración concomitante o consecutiva de una planta medicinal.

El ajo (Allium sativum), el jenjibre (Zingiber officinale) y la manzanilla (Matricaria recutita) pueden afectar la agregación plaquetaria cuando se emplean a dosis terapéuticas. Se ha descrito la interacción por separado de estas plantas con medicamentos anticoagulantes como la warfarina o antiagregantes plaquetarios como la aspirina.

Igual, en caso de las combinaciones de algunas ellas, es posible esperar una potenciación de dicha acción farmacológica con el correspondiente riesgo de sangramiento para el paciente.

Por último, hay que considerar el consumo de plantas medicinales y la cirugía. Se sabe que hay personas que usan determinadas plantas de manera continua, pero a la hora de someterse a una intervención quirúrgica es importante informar al anestesiólogo sobre esto, ya que especies como las tres anteriores incrementan el riesgo de sangramiento trans y posoperatorio.

Otras interacciones también han sido descritas, como el incremento de la acción de fármacos depresores del sistema nervioso central por el uso de la pasiflora (Passiflora incarnata).

Sirvan estos ejemplos para argumentar la necesidad de suspender la ingestión habitual de plantas medicinales o productos derivados de ellas al menos siete días antes de una intervención quirúrgica. No se trata de que su empleo sea nocivo para el paciente, sino de preparar adecuadamente al enfermo que va a someterse a este tipo de procedimiento. Una vez sobrepasada la cirugía, y bajo supervisión médica, puede darse continuidad a su consumo.

El embarazo y la lactancia, así como las edades pediátricas, quedan para otro momento. Son estas etapas de la vida en las que, si bien no están absolutamente contraindicadas las plantas medicinales, no todas se pueden utilizar por falta de estudios que avalen la seguridad de su uso.

Vale entonces saber que natural no es sinónimo de inocuidad absoluta. El uso de especies vegetales con fines terapéuticos puede también implicar riesgos, pero así es con cualquier medicamento.

Sigamos utilizándolas entonces, pero a la dosis exacta, desde la tradición y con las evidencias científicas acumuladas. Si así lo hacemos, las plantas medicinales seguirán siendo nuestras aliadas para cuidar la salud… ¡desde lo natural!

27 Mayo 2025 Fuente: Cubadebate /Noticias/ Desde lo natural

El consumo de una molécula orgánica en forma de suplemento oral e inyectable podría mejorar los síntomas de afecciones relacionadas con la edad y los trastornos metabólicos.

La popularidad del dinucleótido de nicotinamida y adenina (NAD, por sus siglas en inglés) se ha disparado recientemente debido a que es empleado por las celebridades, multimillonarios y fanáticos del ‘biohacking’ como tratamiento para combatir el envejecimiento.

La actriz Jennifer Aniston y la modelo Hailey Bieber son algunas de las personalidades que han recurrido a la terapia intravenosa con NAD +, la forma activa de este compuesto, para lucir jóvenes. «Voy a usar NAD por el resto de mi vida y nunca envejeceré», declaró Bieber.

¿Cómo actúa el NAD?

El NAD es una molécula orgánica que desempeña una importante función en el cuerpo, ya que es la responsable de llevar a cabo las reacciones químicas involucradas en procesos como la producción de energía, la reparación del ADN y la activación de enzimas que promueven la longevidad.

Debido a que los niveles del NAD disminuyen a medida que se envejece, los investigadores han sugerido que su consumo como suplemento podría mejorar los síntomas de afecciones relacionadas con la edad y trastornos metabólicos.

Sin embargo, esta enorme molécula puede descomponerse en el tracto digestivo tras ser ingerida, por lo que cuando pasa por el torrente sanguíneo queda muy poco de ella para que ingrese a las células.

Ante esta situación, se recomienda utilizar los suplementos conocidos como ‘potenciadores’ de NAD, como el mononucleótido de nicotinamida (NMN) y el ribósido de nicotinamida (NR). Estas dos variantes de la vitamina B3 pueden elevar los niveles del NAD en la sangre, además de ser más resistentes al tracto digestivo, lo que permite que puedan traspasarse fácilmente a las células.

Beneficios prometedores

En ensayos clínicos en humanos, los científicos han observado que los potenciadores del NAD pueden mejorar los signos de envejecimiento en los sistemas cardiovascular y músculo-esquelético, así como en el proceso energético celular.

Dado a su potencial vínculo antienvejecimiento, se ha propuesto que la suplementación del NAD podría reducir la inflamación de las células nerviosas, lo que puede contribuir a resarcir los efectos de los trastornos cognitivos relacionados con la edad, como la enfermedad de Parkinson y la de Alzheimer.

Otro beneficio del consumo del NAD puede apreciarse en la reducción del envejecimiento de la piel, ya que esta molécula puede ayudar al cuerpo a reparar los daños cutáneos causados por la exposición a los rayos UV. También puede prevenir el envejecimiento prematuro.

Las investigaciones han demostrado que un incremento en los niveles del NAD pueden favorecer a las personas que padecen de obesidad y el síndrome metabólico. No obstante, los expertos advierten que se necesitan más estudios para confirmar estos hallazgos.

¿Pueden los hábitos aumentar el NAD?

Algunas investigaciones han mostrado que las cantidades del NAD en el cuerpo pueden aumentarse de manera natural mediante diversos hábitos en los estilos de vida, como hacer ejercicio, dormir adecuadamente y reducir los azúcares o grasas. No obstante, los científicos admiten que estos métodos podrían no generar diferencias significativas a largo plazo.

El médico Will Cole, quien asesora a varias celebridades sobre el NAD, es partidario de que los niveles de esta molécula pueden incrementarse con los hábitos antes mencionados. «No habrá una píldora mágica que diga: ‘Esto es todo. Este es el santo grial de los suplementos’ y resolverá todos tus problemas«, agregó.

Obtenerlo de los alimentos

A pesar de que no absorbemos el NAD directamente de los alimentos, nuestro cuerpo puede producirlo a partir de nutrientes específicos contenidos en estos. Algunos de los alimentos que podrían contener precursores del NAD son el brócoli, las judías verdes, las zanahorias, las naranjas, los plátanos, los aguacates, la avena, las semillas de calabaza, las lentejas y el tofu.

2 Mayo 2025 Fuente: Radio Caribe/ Noticias/ Salud