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Enrique Rosendo Pérez Cruz, doctor en Ciencias y director del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de Sancti Spíritus (CIGBSS), desanda los pasillos de la Universidad de Ciencias Médicas (UCM) de la provincia, dentro de la cual está enclavada la institución científica que dirige, y en cada paso recuerda el 26 de julio de 1986, cuando Fidel inauguró esa casa de altos estudios.
“El CIGBSS existe a raíz de esas celebraciones moncadistas, porque en un recorrido por la UCM, Fidel se quedó maravillado y comentó lo excelentes que estaban estos laboratorios para hacer biotecnología”, cuenta Enrique.
A partir de ese momento, las autoridades del territorio tomaron la palabra al líder de la Revolución cubana y pocos meses después ya estaban los primeros espirituanos capacitándose en el CIGB de La Habana, hasta que finalmente regresaron a la provincia en 1990 con la encomienda de potenciar la biotecnología.
“Y lo hicieron no solo con el aporte de su intelecto, sino de sus propias manos, al tomar pico y pala para acondicionar la sede que ocupamos desde entonces en la UCM”, dice Pérez Cruz con orgullo.
Mucho ha llovido y hoy más de 50 trabajadores se afanan en encontrar respuestas a enfermedades como el dengue o la diabetes, en su compromiso por desarrollar la ciencia en la provincia y en el país.
La actual etapa está marcada por el cumplimiento de la elaboración de reactivos biológicos asociados a la liberación de más del 95% de productos biotecnológicos de la industria, lo cual han cumplido con esmero.
De igual forma, generan y comercializan anticuerpos monoclonales, sus conjugados y proteínas recombinantes para su empleo como reactivos biológicos destinados a la investigación-desarrollo de productos biotecnológicos y de diagnóstico.
“También diseñamos, desarrollamos, producimos y comercializamos diagnosticadores del tipo tira reactiva rápida, basada en la tecnología del flujo lateral, para uso humano y veterinario. Diseñamos y desarrollamos sistemas analíticos para estudios de farmacovigilancia y farmacocinética de productos líderes de la biotecnología cubana”, agrega Enrique Rosendo.
De hecho, el quipo del CIGBSS está inmerso en la producción de tirillas para el diagnóstico temprano del embarazo, que se comercializan bajo el nombre de HeberFast Line® MaterniTest II. Es un método sencillo y confiable que, tras poco tiempo de espera, ofrece un resultado certero.
Investigar, desarrollar y transferir tecnologías enzimáticas de uso industrial para obtener productos de alto valor agregado, aplicables a las industrias azucarera y alimentaria, y expresar proteínas recombinantes en diferentes hospederos para usos biotecnológicos, son también áreas en que sobresale el centro espirituano.
Según el director del CIGBSS, actualmente desarrollan varios proyectos en colaboración con centros de BioCubaFarma, entre ellos los relacionados con la generación de anticuerpos monoclonales para el diagnóstico temprano de los candidatos vacunales que se crean contra el dengue y el virus del papiloma humano.
Nuevos retos para nuevos tiempos
Para logar soberanía tecnológica y resolver los casos en menor tiempo se trabaja, en conjunto con el Laboratorio Central de Criminalística y el sistema criminalístico de la provincia, en la creación de varios reactivos que permitan identificar la especie a la cual pertenece determinada mácula de sangre hallada en la escena de un delito.
Esta investigación se proyecta con el empleo de la tecnología del Sistema Ultramicroanalítico (SUMA) del Centro de Inmunoensayo (CIE).
“Ya hemos dado una respuesta inicial en la producción de anticuerpos policlonales que reconocen hasta siete especies diferentes sin reactividad cruzada entre ellos, y eso es un resultado importante. Ha sido un trabajo de ambas partes y pretendemos, en unos dos años, mostrar un resultado con total soberanía nacional”, señala el director del CIGBSS.
También tienen el compromiso de desarrollar las enzimas que intervienen en el diagnóstico por reacción en cadena de la polimerasa o PCR, toda vez que Cuba enfrentó la pandemia de la covid sin tener un juego de reactivos con que realizar el PCR.
“Varias empresas aglutinadas por el Grupo de las Industrias Biotecnológicas y Farmacéuticas, BioCubaFarma, desarrollan actualmente los reactivos que pueden emplearse a modo de un PCR de producción nacional. Entre esas entidades está nuestro centro, que produce los biocatalizadores”, precisa Pérez Cruz.
“Hay, además, un laboratorio de biología molecular. Esa es una fortaleza, no solo para diagnosticar el SARS-CoV-2, sino para diagnosticar otros virus respiratorios o enfermedades que demanden la realización de PCR”, añade.
De igual forma, tienen un trabajo asociado a la leche materna como continuidad de un estudio realizado en Sancti Spíritus, el cual demostró que la respuesta inmune en las gestantes vacunadas con Abdala presentaba anticuerpos neutralizantes contra el SARS-CoV-2 en su leche materna, por lo que se generaba una protección en el lactante.
Los especialistas espirituanos demostraron que existe esa protección, incluso, contra las nuevas variantes del SARS-CoV-2, lo cual puede corroborarse en los artículos científicos “SARS-CoV-2 spike RBD-specific IgA and IgG antibodies in breast milk after vaccination with the protein subunit vaccine Abdala” y “Anti-SARS-CoV-2 Omicron BA.5 RBD antibody titers generated by the protein subunit vaccine Abdala in breast milk”, publicados en las revistas Infectious Medicine 1 (2022) y Vacunas (2024), ambas de la editorial Elsevier.
“Mientras hubo lactancia exclusiva, no tuvimos infantes enfermos de covid. Eso demuestra la producción de anticuerpos neutralizantes en las gestantes vacunadas con Abdala”, explica Enrique.
Por si esto no bastara, en la línea de desarrollo de sistemas analíticos de farmacovigilancia y farmacocinética se ha logrado desarrollar sistemas de optimización de ELISA basados en el llamado paso a paso.
“Estos son aportes al conocimiento, pero en la práctica obtenemos sistemas más sensibles y esto lo corroboran las publicaciones de varios estudios en revistas de alta repercusión como Analytical Biochemistry y Journal of Immunological Methods”, señala.
El CIGBSS tiene, además, el proyecto Desarrollo de tecnología para la producción de los fructooligosacáridos (FOS).
1 julio 2024 Fuente: Victoria/ Noticias/ Salud
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Hay estadísticas alejadas de la realidad. Aclaro, no por el malsano propósito de nadie, sino porque —como ocurre en el caso que nos ocupa esta vez— las instituciones sanitarias no pueden inventar pacientes que no acuden a recibir determinado servicio; ante todo, por una elemental cuestión de ética médica.
Apegadas a la verdad, autoridades del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología (CPHEM) registran más de 9 500 casos febriles inespecíficos este año en Sancti Spíritus; cifra superior en unos 2 000 a los notificados en igual período del 2023.
Pero si les tiramos un vistazo a los colegas que no han asistido a los centros laborales en las últimas jornadas, a los niños que se han ausentado del aula o a integrantes de nuestras propias familias que aseguran sentirse como si un tren les hubiera pasado por encima, debido a la fiebre y al malestar general asociado a esta, el número real de casos febriles inespecíficos del territorio se distancia de lo informado por el CPHEM. Sucede así por una simple razón: un porcentaje no desestimable de enfermos no ha acudido a ninguna institución de Salud Pública para ser valorado por un facultativo.
Aunque se trata de una decisión individual, tal comportamiento se torna contraproducente, dada la circulación del virus de Oropouche en la provincia, según una nota difundida por el Ministerio de Salud Pública el pasado martes en su sitio web. Ese mismo día, la doctora Yurien Negrín Calvo, subdirectora de Epidemiología del CPHEM, manifestó a esta periodista que los primeros casos de pacientes espirituanos diagnosticados con la enfermedad, a partir del estudio de muestras enviadas y analizadas en el laboratorio nacional de referencia del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK), de La Habana, se reportaron, específicamente, en el Consejo Popular de Santa Lucía, perteneciente al Área de Salud número 1, de Cabaiguán, y en Colón, Área Sur, en la ciudad cabecera.
El propio 25 de junio, se esperaba por los resultados de las muestras enviadas al IPK de personas residentes en Mayajigua, Yaguajay, con sintomatologías de la fiebre de Oropouche.
Independientemente de que la información emitida por el Minsap vino a confirmar los rumores de la presencia del virus en el territorio espirituano, nos pone sobre aviso y ratifica la necesidad de asistir al médico ante los síntomas de fiebre, diarreas y vómitos, así como dolores musculares, de cabeza y articulares.
Esta recomendación no parte de supuestos, sino de la evidencia práctica: la sintomatología de esa afección tiene puntos de contacto con la del dengue, padecimiento que sí ha cobrado vidas humanas en años precedentes en el territorio espirituano.
A comienzos de la presente semana, la Dirección Nacional de Epidemiología del Minsap afirmó que todos los diagnosticados con el virus de Oropouche en Cuba habían evolucionado favorablemente, con mejoría de los síntomas entre el tercer y cuarto días del inicio de la enfermedad.
Los expertos sostienen, además, que el cuadro clínico manifestado está precedido por un período de incubación de cinco a siete días, caracterizado por los síntomas ya mencionados. Relacionado con este virus, en determinados enfermos se ha constatado que sobre el sexto día aparece un cuadro similar al del principio.
Si bien los casos con complicaciones son poco frecuentes, los especialistas enumeran, entre estas, el desarrollo de un cuadro de meningitis aséptica; por ello, toda precaución debe verse como poca.
Preocupación que debe mantenerse. Es lo más sensato porque, según la doctora Yurien Negrín Calvo, existe el pronóstico del alza de las arbovirosis en las venideras semanas; o sea, de los virus trasmitidos por mosquitos, jejenes, etc., incluido el Aedes aegypti, agente trasmisor del dengue, enfermedad con mayor incidencia en La Sierpe, Yaguajay, Trinidad y en el municipio cabecera.
Los vaticinios de ese incremento descansan en análisis anclados en las favorables condiciones medioambientales para la proliferación de estos insectos; citemos, por ejemplo, la persistencia de las lluvias y las actuales elevadas temperaturas, propias de esta época del año.
Atentos a esta realidad, se encuentran los directivos y expertos del Minsap, quienes visitaron la provincia espirituana en fecha reciente para comprobar con sus mismos ojos la situación epidemiológica del territorio. Y, más que para comprobar, para verificar la estrategia aplicada aquí en función de reducir los casos afectados por arbovirosis y de enfrentar un ascenso significativo de estos, incluidas las salas para posibles ingresos hospitalarios. Se trata, en esencia, de precaver.
A partir de lo constatado en estos predios, las autoridades de ese ministerio orientaron aumentar las acciones de prevención de salud entre la ciudadanía, sin necesidad de alarmar a nadie. Al respecto, aunque suene a discurso trillado, habrá que continuar insistiendo en la importancia del autocuidado y del saneamiento ambiental en las viviendas, en el barrio y en las entidades laborales.
Si no hay un saneamiento efectivo, los mosquitos seguirán volando a sus anchas, y la fiebre del Oropouche y el dengue continuarán manteniéndonos en vilo, con un panorama agravado por la escasísima disponibilidad de analgésicos y antipiréticos en la red farmacéutica. De ahí, lo relevante de evitar el contagio con la desidia.
30 junio 2024 Fuente: Escambray/ Noticias/ Salud