Durante su misión internacionalista en Granada, el doctor villaclareño Omar Hernández Rivero, viajaba el primer viernes de cada mes a la isla granadina de Carriacou para cumplir sus funciones como único consultor de psiquiatría en el sistema de salud pública de ese país caribeño.

En uno de sus primeros viajes, el trabajador social le pidió que visitara a un hombre de 68 años que padecía de un trastorno esquizoafectivo, quien estaba aferrado a su casa sin querer ver, ni hablar con nadie.

Llegaron al hogar, bastante alejado de la ciudad y muy cerca del mar y las montañas, pero los primeros intentos de comunicación fueron fallidos.

Gracias a esa feliz coincidencia, el doctor logró cierto acercamiento a aquel paciente. Allí supo que se negaba a comer por miedo a ser envenenado y que se rehusaba a hablar con las personas porque «solo hablaba con Dios».

Según Omar, el señor tenía criterio para ser ingresado de urgencia en un hospital psiquiátrico, pero él y su familia se negaron, razón por la que tuvo que proponer una estrategia de intervención comunitaria. Mas ese primer día el paciente no aceptó que la enfermera granadina lo inyectara y le extrajera sangre para análisis. Esos procederes solo permitieron que se los realizara el médico de Cuba.

Después de dos meses de tratamiento el enfermo mejoró notablemente. De forma voluntaria fue al Centro Comunitario de Salud Mental, acompañado de su hija. En modo de jarana, la enfermera le dijo que no quería saber de él porque ella lo atendía desde hacía muchos años y él se negaba a hablar con ella, sin embargo, conversaba con el médico cubano que era nuevo allí.

Desde entonces aquel señor no tuvo otra crisis tan intensa. Cada primer viernes era uno de los primeros pacientes en llegar a la clínica de Carriacou, a atenderse con el doctor Omar. Recibía al galeno cubano con frases bien pronunciadas en español: “Buenos días. Bienvenido”. Mientras, se despedía con la expresón “Long live Fidel [Larga vida para Fidel], Long live Cuba [Larga vida para Cuba]”.

La doctora pinareña Laura Margarita González Valdés siempre añoró tener un día a Fidel muy cerca. Y muchas veces imaginó cómo sería ese encuentro. Sin embargo, lejos estaba de imaginar que, en febrero de 2003, sería ella una de las personas elegidas para preparar el camino y escribir la propuesta de la Misión Barrio Adentro.

El 3 de marzo de ese mismo año, Laura aterrizaba en Maiquetía, Venezuela, junto al doctor Víctor Ernesto Felipe Tamayo (especialista en Medicina General Integral, de La Habana) y al doctor Antonio Torreblanca Pineda (epidemiólogo de Guantánamo), para buscar los locales destinados a las consultas y las casas de venezolanos donde ubicarían a los primeros 50 médicos cubanos que iniciarían la misión en los cerros de Caracas.

Cumplida la encomienda, regresaron a Cuba el día 11 de abril, a recoger a los colaboradores. Al llegar le comunicaron que el Comandante quería reunirse y almorzar con ellos, luego de la clausura del II Foro sobre VIH/SIDA/IYS en el Palacio de Convenciones, el día 12.

“Conocer a Fidel… esa era la añoranza de todos los cubanos. Yo lo había visto varias veces, pero siempre había sido de lejos, no era igual, estaba feliz y muy emocionada. Como a las tres de la tarde cuando finalizó el encuentro nos pasaron a una habitación donde estaba previsto el almuerzo, una mesa gigante con vajillas y cubiertos, que yo no tenía idea de cómo iba a usar. Allí estábamos esperando los tres y apareció Fidel, inmenso en su inseparable traje verde olivo y me pareció entonces que la habitación y la mesa eran pequeños y yo también me veía pequeña ante un hombre tan grande.

“Ya no me preocupaban tantos cubiertos, ni no saber para qué servían, ni el temor de cometer una pinareñada. Ya no me preocupaba nada, solo lo veía a él y me parecía que lo había vivido todo, solo me hubiera gustado que mis hijas estuvieran allí. Nos saludó, se sentó y comenzó a preguntar de todo, de todo lo que se puedan imaginar, quería saberlo absolutamente todo de Caracas y procesaba la información a una velocidad increíble”.

Allí les dieron las seis de la mañana del día siguiente. De pronto, él preguntó: “Estos muchachos llegaron ayer, ¿no es así?, ¿ya vieron a su familia?”. Quienes lo acompañaban le contestaron que Víctor era de La Habana y que la familia del epidemiólogo también estaba en la capital. Pero que la doctora Laura aún no había podido ver a los suyos.

Entre los médicos de la Brigada Henry Reeve que respondieron al llamado de Fidel para ayudar al pueblo pakistaní luego del terremoto que estremeciera a esa nación árabe en octubre de 2005 estuvo el doctor Arturo A. Viciedo Vivas, de La Habana.

Como de costumbre, Fidel se reunió con los colaboradores cubanos que marcharían a esa misión humanitaria. El intercambio comenzó con un saludo muy cálido y familiar por parte del mandatario, quien despertó una gran admiración, especialmente, en quienes como él cumplían su primera misión internacionalista, porque era un líder muy detallista y preocupado por los suyos.

Según contó el joven doctor, el Comandante no solo les habló de la importancia de la misión a cumplir, o los objetivos de la misma. Fidel tuvo en cuenta y preguntó hasta si ya tenían consigo abrigo y ropa de frío, les aconsejó cómo enfrentar las bajas temperaturas, cómo alimentarse e integrarse a la cultura de los pakistaníes y muchas otras sugerencias.

En lo particular, quien hace esta historia se sintió como en un grupo de hermanos que se despiden de su padre”, evocaría el galeno cubano, destacando las últimas recomendaciones del máximo dirigente de Cuba, poco tiempo antes de que la Brigada abordara el IL 62: “Hay que poner miel y chocolates en la mochila, pues estos proporcionan calorías y ayudan a soportar el frío”. Orden que sus asistentes cumplieron de inmediato.

Un chiste del máximo líder de la Revolución los liberó momentáneamente de las tensiones propias de la situación: “Esperen a llegar para comerse los chocolates”. Luego, la habitual foto de despedida. A decir del doctor Arturo, “la última vacuna de honor y valentía”.

Esa fotografía y el dibujo que su hermanito de cinco años le regalara fueron sus mayores alicientes en momentos difíciles. Cuando la soledad, el frío y el paisaje dibujado por aquella fuerza telúrica lo zarandeaban, él recordaba su diálogo de despedida con el pequeño, cuando le dijo que iría a un país muy frío a atender a unos niños enfermos, y Alejandro le entregó un papel con unos rústicos trazos y le comentó: “Tatico, te regalo este sol, le pinté muchos rayos para que cuando tengas frío lo saques y te calientes”.

Acerca del legado de la persona de Fidel en él, comentaría el doctor habanero Arturo A.Viciedo Vivas: “Aunque no creo que pueda estar jamás tan alto, pero el solo hecho de intentarlo, me hizo el hombre más fuerte que mi cuerpo y mi espíritu me permitían (…) Quien escribe estas líneas sigue tratando de crecer, usando como abono el pensamiento del mejor: ‘Ser internacionalistas es saldar nuestra propia deuda con la humanidad. Quien no sea capaz de luchar por otros, no será nunca suficientemente capaz de luchar por sí mismo’”.

Por la impactante experiencia que vivió el doctor villaclareño Omar Hernández Rivero, en Granadas, el lunes posterior al fallecimiento de nuestro Comandante en Jefe, volvemos a él y contamos lo que le sucedió.

25 noviembre 2023 | Fuente: Cubadebate | Tomado de Especiales |Salud

En Sancti Spíritus se aplica actualmente un estudio clínico para determinar las bondades de este suplemento dietético, único en el mundo y concebido por el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de la provincia

Es muy probable que usted jamás haya escuchado hablar acerca de los fructooligosacáridos (FOS), fibras solubles de alta demanda como ingredientes prebióticos en el mercado de los alimentos funcionales. En otras palabras, se trata de un sirope producido a partir del azúcar mediante un proceso biotecnológico previo que, tras su purificación y concentración, ofrece múltiples beneficios para la salud humana.

De acuerdo con Enrique Rosendo Pérez Cruz, director del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología de Sancti Spíritus (CIGBSS), los FOS mantienen las principales propiedades químicas y organolépticas del azúcar; pero, a diferencia de esta, no son cariogénicos y no se digieren por las enzimas presentes en la parte superior del tracto gastrointestinal del hombre y otros animales monogástricos, de ahí su carácter hipocalórico.

Al llegar al intestino grueso, explica, son utilizados como fuente de carbono de manera selectiva, lo que contribuye a disminuir las poblaciones de las bacterias patógenas. En la actualidad se comercializan mezclas de FOS que contienen una glucosa terminal y de 2 a 4 unidades de fructosa, obtenidas por la reacción de fructosilación de enzimas de hongos.

En abril de 2019, Escambray informaba que “un equipo multidisciplinario de científicos, liderados por este ingeniero espirituano, logró obtener un resultado con propiedad intelectual y aplicación práctica en la industria, ya patentado en Estados Unidos, Australia, Eurasia y Sudáfrica, entre otras naciones; y en trámite también para semejante reconocimiento en otras naciones del mundo desarrollado y en países de la región”.

Se trata de un sueño hecho realidad gracias al KestoZyme, una fructosiltransferasa de origen vegetal producida con alta pureza proteica y elevada actividad específica en el sobrenadante de la levadura Pichia pastoris.

Esta enzima se produce por el CIGB en forma de un polvo soluble altamente estable, de fácil empleo y es una especie de “llave mágica” que permite la fabricación del suplemento dietético KestoMix, nombre comercial con el que se registró el Sirope FOS 55 por ciento por el Instituto Cubano de Investigaciones de los Derivados de la Caña de Azúcar.

Según Rosendo Pérez Cruz, la intención es cerrar el ciclo y para ello lo primero es el establecimiento de una producción nacional a través de acciones coordinadas con el Grupo Azucarero Azcuba y BioCubaFarma.

Y es que en el CIGBSS se respira un saber hacer en la producción de enzimas para la obtención de los Fructooligosacáridos, y a sus especialistas les asiste la responsabilidad de articularlo con la industria azucarera para que se produzca el KestoMix en unas mejores condiciones en cuanto a costo-beneficio y en un área que puede ser un central azucarero, pero que actualmente es la Planta de Sorbitol, ubicada en Camagüey, la cual posee las condiciones tecnológicas requeridas.

¿Cuáles con los próximos pasos?

Introducir este suplemento dietético en el mercado nacional. La intención es que se comercialice a través de la red de farmacias sin necesidad de prescripción médica (receta), dado sus beneficios. Ese es el futuro, pero hoy pretendemos que esos grupos de riesgos, que son las personas con enfermedades gastrointestinales puedan recibir las bondades del KestoMix.

Ya el estudio realizado en Sancti Spíritus supera el año y los resultados a los cuatro meses fueron muy alentadores porque estamos demostrando que el producto cubano, con una composición diferente al obtenido en otros países, tiene efectos beneficiosos para combatir la enfermedad del hígado graso no alcohólico.

¿A qué otras conclusiones han arribado tras estos estudios?

Lo primero es dejar claro que hablamos de resultados parciales, pero se demuestra, en un corto período de tiempo, un beneficio de la aplicación de FOS en pacientes con esta enfermedad, por lo que podemos esperar resultados más atractivos luego del año o a los 18 meses, cuando se prevé concluya oficialmente el proyecto.

Este estudio nos abre las puertas para incidir en otras enfermedades gastrointestinales porque demostramos (mediante estudios complementarios) que hay una modificación de la microbiota intestinal, al lograr que la mayor proporción de microorganismos presentes en nuestros intestinos sean de bacterias beneficiosas.

Cuando hay un correcto balance de la microbiota intestinal mejora el sistema inmunológico y mejora la calidad de vida. No te hablo solo de los pacientes, sino de las personas en general que puedan consumir este producto.

Conozco casos que padecen de diverticulitis y prácticamente tienen que evacuar antes de salir de la casa y me han pedido consumir FOS. Luego me han dicho que les salvé la vida. Esto es anecdótico, pero en el estudio realizado buscamos la evidencia científica y sí existen resultados concretos para ciertas afecciones, los cuales, por supuesto, encontramos.

¿Qué tan esperanzado se muestra usted tras los resultados parciales obtenidos en este estudio?

El estudio realizado en Sancti Spíritus confirma los criterios de éxito que teníamos. El KestoMix es único en el mundo por su composición y proporción y eso nos da una solidez a la hora de su comercialización. También por la tecnología empleada para producirlo, tecnología que tiene patente en 18 países, algunos líderes en la producción de fructooligosacáridos.

¿Qué falta para que el KestoMix llegue a las farmacias cubanas en el menor tiempo posible?

El producto deberá llegar a las farmacias como suplemento dietético y ojalá llegue a todos los mercados; para ello está en curso una inversión en la Planta de Sorbitol con el objetivo de cerrar el ciclo de su producción tal y como te decía a inicio de la entrevista.

Allí se hizo ya un aprueba industrial que demostró que dicha Planta puede asimilar la tecnología con modificaciones.

¿Pudiera en un futuro el KestoMix sustituir el azúcar en la dieta de los cubanos?

Decir eso sería muy arriesgado, pero puede modificar las costumbres nutricionales de las personas. Hay que tener en cuenta, además, que su costo de producción es mayor que el del azúcar, no obstante, es ya un producto beneficioso que puede indicársele a pacientes con enfermedades gastrointestinales y disminuir así las cargas de otros medicamentos.

Nosotros quisiéramos obtener con estos fructooligosacáridos una especie de azúcar que fuera segura para los diabéticos, aunque con este proyecto demostramos también que es seguro para ellos consumirla en la dosis exacta; sin embargo, tampoco es una dosis con la cual se pueda edulcorar todos los alimentos. Estamos hablando de entre una y tres dosis de 5 mililitros al día.

La intención es que se formulen alimentos funcionales como el yogur simbiótico y que el producto vaya a fórmulas infantiles, que se creen pasteles y que podamos estudiar otras enfermedades como la celiaquía, la inflamación del intestino, la diverticulitis, entre otras.

Desde el punto de vista comercial aspiramos a que, una vez establecida la producción nacional, el KestoMix se venda por la vía de los alimentos funcionales, pero que también una parte se destine al suplemento dietético en farmacias y mercados.

23 noviembre 2023 | Fuente: Escambray| Tomado de | Noticia Salud

Lograr el control de los factores de riesgo y disminuir la prevalencia de esta afección devienen prioridades en Sancti Spíritus, donde existe un alto número de personas hipertensas

Ante la elevada cantidad de pacientes fallecidos por enfermedades cerebrovasculares, también conocidas como ictus, expertos en Sancti Spíritus llamaron a controlar los factores de riesgo favorecedores de este padecimiento, tercera causa de muerte en la provincia.

El doctor Javier García Zacarías, especialista de segundo grado en Neurología, significó que al cierre del pasado año fallecieron más de 400 espirituanos por ictus agudo, afección que también constituye la primera causa de discapacidad y la segunda de demencia en este territorio y en Cuba.

El ictus —detalló García Zacarías— es la lesión producida en un área del encéfalo de forma transitoria o permanente, debido a una oclusión o ruptura de los vasos sanguíneos que lo irrigan; cuando se obstruye, aparece una isquemia o infarto cerebral y cuando se rompe, una hemorragia cerebral.

Al referirse a esta problemática de salud, aludió a la edad como un factor de riesgo no modificable; pero otros sí pueden ser controlados, como la hipertensión arterial, la diabetes mellitus, las enfermedades del corazón, el trastorno de los lípidos, el sedentarismo y el hábito de fumar.

Está demostrado —dijo el especialista— que el control de todos estos factores de riesgo, fundamentalmente la hipertensión arterial, puede prevenir la prevalencia de los ictus en mucho más de la mitad de los afectados. Numerosos estudios confirman que el 80 por ciento de las enfermedades cerebrovasculares son prevenibles, añadió.

En Sancti Spíritus, investigaciones realizadas a finales de la década de los 80 y otras recientes indican que el 75 por ciento de los pacientes fallecidos por ictus eran hipertensos y más de la mitad, hipertensos mal controlados, subrayó el especialista.

En este sentido —agregó— es necesario lograr el control de los factores de riesgo para disminuir la prevalencia de este tipo de afecciones y la mortalidad y discapacidad severa, ocasionadas cuando no logramos a tiempo controlar estas enfermedades que tanto daño causan a los vasos de nuestro cerebro.

Desde septiembre de 1999, el Hospital General Provincial Camilo Cienfuegos dispone de una unidad para brindar atención a dicho padecimiento, diseñada con 15 camas.

Según la Organización Mundial de la Salud, cada año alrededor de 15 millones de personas sufren ictus; de ellas, cerca de 5.5 millones mueren y el resto presenta discapacidad al término del ingreso hospitalario, porque un área cerebral queda afectada de forma transitoria o permanente, bien sea por causa isquémica o hemorrágica.

A juicio de expertos cubanos, el ictus se ha desplazado a edades más tempranas, entre los 40 y 50 años, realidad que revela la urgencia de asumir estilos de vida sanos desde la infancia.

23 noviembre 2023 | Fuente: Escambray|Tomado de | Noticia Salud