Los Estados Miembros de la Organización Mundial de la Salud (OMS) adoptaron un histórico acuerdo sobre Pandemias para que el mundo sea más equitativo y seguro, en el marco de la 78 Asamblea Mundial de la Salud que se celebra en Ginebra, Suiza.

De acuerdo con un artículo publicado en el sitio web de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), con esta decisión histórica culmina más de tres años de intensas negociaciones iniciadas por los gobiernos en respuesta a los devastadores efectos de la pandemia de la COVID-19, y motivadas por el objetivo de hacer que el mundo esté mejor preparado y responda de manera más equitativa ante futuras pandemias.

El doctor Teodoro Herbosa, secretario del Departamento de Salud de Filipinas y presidente de la Asamblea Mundial de la Salud de este año, afirmó que, desde el momento álgido de la pandemia de la COVID-19, «los gobiernos de todos los rincones del mundo actuaron con gran determinación, compromiso y urgencia y, al hacerlo, ejercieron su soberanía nacional para negociar el histórico Acuerdo de la OMS sobre Pandemias que hoy ha sido adoptado».

«Ahora que el Acuerdo es una realidad, todos debemos actuar con la misma urgencia para implementar sus elementos clave, incluidos los sistemas que garanticen el acceso equitativo a productos sanitarios vitales relacionados con las pandemias. Así como la COVID-19 fue una emergencia única en la vida, el Acuerdo de la OMS sobre Pandemias representa una oportunidad única para aprovechar las lecciones aprendidas durante esa crisis y garantizar una mejor protección para la población mundial ante una posible pandemia futura», significó.

Por su parte, al intervenir en la sesión, el doctor José Angel Portal Miranda, titular de Salud Pública de Cuba, expresó que La Mayor de las Antillas acoge con satisfacción el acuerdo sobre pandemias, que es un paso importante para fortalecer la acción colectiva y cuya implementación exitosa requiere de mayor cooperación internacional.

Destacó que, durante los últimos tres años, la Isla ha participado activamente en las negociaciones para adoptar un instrumento jurídico sólido sobre prevención, respuesta y recuperación ante pandemias. «Las enfermedades no distinguen fronteras, ideologías o niveles de desarrollo. Por eso unir esfuerzos para enfrentarlas no es una opción, es una necesidad impostergable», sentenció.

Manifestó que los países en desarrollo necesitan recursos que sean suficientes y sostenibles que, por sí solos, no pueden garantizar. De ahí que el aporte y el compromiso de las naciones desarrolladas sea decisivo para lograr los objetivos previstos en este acuerdo, añadió.

«Le afirmamos nuestra disposición de compartir nuestras experiencias e innovaciones en función de la salud global. Es un deber con la humanidad lograr que los beneficios de este acuerdo lleguen a todos. Hoy más que nunca el mundo necesita unidad, solidaridad, responsabilidad compartida», agregó.
«Cuba está y estará siempre a favor de la vida», concluyó.

20 mayo- GranmaCuba

Cada 5 de mayo, la comunidad sanitaria internacional reafirma su compromiso con una de las estrategias más efectivas en la prevención de infecciones. Con el Día Mundial de la Higiene de las Manos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) impulsa entonces una reflexión profunda acerca del positivo impacto de la descontaminación cutánea en la seguridad hospitalaria y comunitaria.

La festividad, que durante este 2025 responde al lema “Guantes, a veces, higiene de las manos siempre”, insta a considerar que, si bien los equipos de protección individual son indispensables, no deben sustituir la correcta antisepsia cutánea, sino complementarla en un protocolo integral de bioseguridad. Por ello, reforzar esta práctica con protocolos rigurosos es una estrategia fundamental para optimizar recursos y garantizar estándares de calidad en la atención médica.

El uso de guantes y otros materiales de protección se incrementó exponencialmente con la pandemia de la COVID-19, generando un impacto ambiental alarmante debido al exceso de residuos biomédicos. En respuesta, la OMS recalca la necesidad de un uso racional de estos insumos, acompañado de una descontaminación meticulosa de las manos para minimizar la huella ecológica sin comprometer los estándares de bioseguridad. Este equilibrio entre protección individual y sostenibilidad ambiental se configura como un eje estratégico en la gestión hospitalaria del futuro.

Además, el organismo internacional incita a los gobiernos y centros médicos a reforzar sus programas de prevención y control de infecciones, integrando procedimientos de limpieza dentro de sus estrategias de seguridad. Al respecto, define como momentos críticos para aplicar estas medidas: antes de tocar al paciente, previo a procedimientos asépticos, tras la exposición a fluidos corporales, después del contacto directo y luego de manipular su entorno.

La puesta en práctica de este esquema sistemático contribuye a la protección de quienes reciben atención médica y reduce los riesgos de transmisión en hospitales y clínicas, de ahí que la adherencia a estos principios se haya posicionado como uno de los ejes de la seguridad hospitalaria. De igual forma, la correcta aplicación de estos programas no solo previene complicaciones severas como la sepsis, sino que también disminuye las hospitalizaciones y optimiza la carga laboral del personal sanitario.

Más allá de una simple efeméride, el Día Mundial de la Higiene de las Manos es una declaración de principios que subraya la responsabilidad compartida en la protección de la salud pública. En un escenario donde la resistencia antimicrobiana y las crisis epidemiológicas ponen a prueba la resiliencia sanitaria, consolidar una cultura de prevención y seguridad afín a este hábito no es una opción, sino una obligación ética y profesional.

5 Mayo 2025 Fuente: Radio 26/ Noticias/ Salud

Cuba ratifica su política de tolerancia cero ante las drogas e impulsa la prevención para enfrentar su consumo, unido a la cultura de rechazo en las nuevas generaciones, expuestas a este fenómeno que lacera la calidad de vida.

Desde el año 2017 en Las Tunas, desde los centros educativos, se realiza un ejercicio estratégico de rechazo a las adicciones. Con este propósito, las acciones de prevención desde los escenarios escolares ratifican el proceso de educar a la niñez, la adolescencia y la juventud, significó el Doctor en Ciencias Juan Migüel Barrios, subdirector general de Educación en la provincia.

«La escuela cubana es inclusiva y desde su misión es responsable de la población escolar. Para ello, existe un proyecto al que pertenece el Ministerio de Educación, el perfeccionamiento continuo del ector, el cual dispone de documentos normativos que atienden específicamente cada una de las particularidades.

«La prevención es un componente esencial del trabajo metodológico como un valor agregado a partir de la clase. Cada docente tiene la responsabilidad de conducir a niños, adolescentes y jóvenes como parte del acompañamiento del desarrollo en el proceso de aprendizaje.

«El sector cuenta con dos instrumentos jurídicos y legales esenciales, la resolución ministerial 111 y la resolución ministerial 15 del 2019, que norman todo lo relacionado con la prevención desde la institución educativa. Estos instrumentos disponen del acompañamiento de los factores de la sociedad vinculados al sector y a la formación integral de las presentes y futuras generaciones», destacó el directivo.

Ante el tema relacionado con el uso y abuso de las drogas para lograr una cultura de rechazo entre los adolescentes y los jóvenes el sector tiene funciones específicas.

«Una función de Educación es preparar a las personas para actuar. El sector promueve de manera intencionada el tratamiento a la temática desde la vía curricular (el programa y el plan de estudios) en todos los niveles educativos y de dirección. Además se realiza la capacitación y la preparación sistemática de directivos, docentes, especialistas y las familias, dotándolos de conocimientos y herramientas para enfrentar este fenómeno.

«Esta coordinación se amplía con la inclusión de Salud, los centros comunitarios de Salud Mental, la Unidad de Promoción de Salud y Prevención de Enfermedades, la Oficina de Atención a Menores, los Comités de Defensa de la Revolución, la Federación de Mujeres Cubanas, las organizaciones estudiantes, el Inder, Cultura y la Fiscalía General de la República», significó.

En el trabajo intersectorial desde la comunidad, el sistema de Educación forma parte de una comisión de prevención que prepara a la familia ante la presencia o la identificación oportuna de un adolescente con esta problemática social.

«La escuela posee una caracterización del alumno y de la familia, en la que tiene un valor esencial las condiciones en las que vive y se desenvuelve el adolescente o el joven.

«Todo eso lo aporta la escuela para determinar cuáles son los elementos que necesitan para un tratamiento especializado desde la organización básica del destacamento, y así abordar el fenómeno desde la afinidad en el grupo con ese adolescente; un trabajo que cuenta con el consentimiento y el acompañamiento de la familia», comentó el subdirector general de Educación en Las Tunas.

El asesoramiento, el acompañamiento y la transformación desde el sector de Educación logra, además, la mirada multicausal a otros problemas que provocan el uso y abuso de las drogas en las nuevas generaciones, y el abandono de los estudios. Para ello se ponen en prácticas iniciativas, como las parejas en equilibrio a nivel de aula o brigada.

«Como estructura básica de la organización estudiantil, el grupo asume un rol y la orientación del profesor guía y un equipo de docentes que proyectan la labor de las parejas de equilibrio; no solo son para resolver las dificultades académicas, sino para colaborar ante los problemas de la formación integral mediante actividades con los instructores de arte y los profesores de Educación Física, tan valiosos en cada plantel», concluyó.

Entre las normativas cubanas, Tolerancia Cero…

La escuela está llamada a convertirse en la institución educativa que coordina todas las influencias de la comunidad, junto a otras figuras y organismos que deben contribuir con la formación integral y el cuidado de los niños, los adolescentes y los jóvenes.

«A partir de esta labor intersectorial desde las normativas cubanas se mantiene una política de tolerancia cero desde la legalidad cubana, un fenómeno que encuentra la penalización ante el uso y abuso de drogas», aseveró Nosley Sastre García, Fiscal Jefe del Departamento de Organización y Planificación en Las Tunas.

«En función de la prevención se realizan diversas acciones como parte de la interrelación con el Ministerio de Educación, para acercarnos a los adolescentes y jóvenes en las secundarias básicas, en la enseñanza técnico-profesional y en los preuniversitarios, mediante acciones de comunicación institucional sobre este fenómeno y las consecuencias jurídicas», dijo Sastre García.

Más allá de los planteles esa labor posibilita la realización de barriodebates en comunidades caracterizadas e integrada por múltiples familias, y es esencialmente donde se puede denunciar este fenómeno para combatirlo de una manera integradora y multifactorial, explicó el Fiscal Jefe.

«En tal sentido se actualiza a las comunidades respecto a este fenómeno y que desde la legalidad encuentra amparo para su penalización en el código penal con la ley 151 publicada en el año 2022, que establece un grupo de figuras delictivas dentro del título de Delitos que afectan a la Salud Pública, específicamente el artículo 235 los relacionados con drogas ilícitas o sustancias de efectos similares.

«Este establece sanciones de privación de libertad que discurren desde los cuatro hasta los 10 años a aquellas personas que sin estar autorizadas, en primer lugar, produzcan, elaboren, transporten, trafiquen, adquieran o introduzcan en el territorio nacional o tengan en su poder con el propósito de comercializar o de traficar estas sustancias, o de cualquier modo se las procure también o se las dé a otra persona para su consumo».

Añadió que «en igual sanción también incurren quienes operen, administren o dirijan locales o viviendas que estén destinados a la concurrencia de personas para consumir este tipo de sustancias, mientras otro de los apartados que establece ese artículo está para aquellas personas que cultivan la planta conocida como marihuana u otras de propiedades similares o a sabiendas posea semillas o parte de dichas plantas», añadió el representante jurídico.

Destacó Sastre García que como parte de esa política de rigor que exige el país para el enfrentamiento a estas conductas se establecen «sanciones de privación de libertad de 10 a 30 años, la de privación perpetua de libertad o la muerte, dentro de otros presupuestos, siempre que estos hechos se ejecuten por funcionarios o empleados públicos, por lo que implican o por lo que representan para el Estado.

«Además, si en la comisión de estos hechos delictivos se utiliza a una persona menor de 18 años de edad y si el responsable al momento de los hechos posee también un antecedente penal por un delito de similar comportamiento».

El alcance ante la responsabilidad de la familia, de ese representante legal o el tutor del adolescente «el código penal valora específicamente el delito de corrupción de personas menores de edad, que establece en su artículo 403, pena de privación de libertad de dos a cinco años a quien con noticias de que una persona menor de 18 años de edad sujeta a su responsabilidad parental, se dedica al uso o consumo de drogas ilícitas o sustancias de efectos similares y esta persona lo consienta o no lo impida.

«Asimismo, el artículo 406 establece que quien por su negligencia o descuido dé lugar a que una persona menor de 18 años de edad, sujeta a su responsabilidad parental, use o consuma drogas ilícitas o sustancias de efectos similares, también incurre en sanción de privación de libertad de 2 a 5 años o multas de 500 a 1000 cuotas o ambas penas pueden imponerse también a estas personas», abordó.

Salud Pública, por infancia y adolescencia sanas…

La familia es responsable de la formación de las nuevas generaciones que pueden encontrarse ante un fenómeno como este, de ahí su papel rector en la educación que propicie esa cultura de rechazo ante el uso y abuso de las drogas. A esa interpretación se enfoca el trabajo intersectorial que desarrolla el sector de la Salud para enfrentar este fenómeno en las adolescencias y juventudes.

Xiomara Mercantete Rodríguez, funcionaria de la Unidad de Promoción de Salud y Prevención de Enfermedades (Prosalud) refiere que la familia tiene una alta responsabilidad ante el incremento de adolescentes y jóvenes que puedan consumir o consumen droga, pues constituye la puerta a otros problemas como la transmisión de enfermedades sexuales, embarazos en la adolescencia, y la discriminación y violencia de género.

«En el caso de Salud Pública actualmente se labora junto a la Federación de la Estudiantes de la Enseñanza Media, la Universidad de Ciencias Médicas, la Dirección de Extensión Universitaria y profesionales de Prosalud, en la realización de los talleres multiplicadores de salud para prevenir el uso y el abuso de estas sustancias nocivas».

La adolescencia es un periodo de desarrollo y de crecimiento, y sí desde tempranas edades inicia el consumo se convertirá una persona con un futuro incierto desde el punto de vista de la salud humana, y esa es una preocupación mayor, comentó la representante de Prosalud que atiende el Programa de Atención Materno Infantil en Las Tunas.

«Las Tunas está inmersa desde el mes de febrero en actividades relacionadas al tema mediante las alianzas con Educación y la Fiscalía General de la República con el fin de dotar de una educación jurídica a las familias unido a la percepción de hasta dónde puede dañar a un adolescente o a un joven, ocasionándole hasta una pérdida de la libertad.

«El sector sanitario dispone de servicios destinados a los adolescentes como la Línea Ayuda 103 en la cual se evacuan dudas, se asesora y se orienta a quien contacta por vía telefónica de manera anónima. También están disponibles los servicios de cesación tabáquica a nivel del área de salud, unido a la consulta para los adolescentes, que constituyen espacios dispuestos a las familias en cada policlínico», acotó

«En este amplio actuar también están inmersos los centros comunitarios de Salud Mental y las instituciones de la Atención Secundaria de Salud para la población infanto-juvenil, a la cual se suman los cursos de multiplicadores de salud en los 42 centros FEEM, con el propósito de que a nivel de aula adquieran conocimiento del impacto del consumo de la droga legal (el tabaco y el alcoholismo), que son porteras hacia las drogas ilegales como la cocaína, la marihuana, entre otras», concluyó.

Con el objetivo de promover el bienestar y la salud en la comunidad juvenil en las instituciones asistenciales se capacita al personal de la Atención Primaria ante la presencia de un caso en el área de salud, para una intervención eficiente y óptima ante la necesidad de las familias o una posible intoxicación por el consumo de drogas de abuso.

Ante el enfrentamiento al uso y abuso de drogas se sostiene un trabajo intersectorial con sectores claves como Educación, Fiscalía y Salud Pública, un alianza para abordar desde la prevención el fenómeno relacionado con el consumo de drogas, psicotrópicos y sustancias de efectos similares, como parte de la política Tolerancia Cero en el país ante estas poblaciones caracterizadas de mayor vulnerabilidad a nivel global.

27 Marzo de 2025 Fuente: Tiempo 21/ Noticias/ Salud