Nov
14
El nombre binomial de la especie, que pertenece a la familia de las fabáceas, es Senna occidentalis. Se dice que es una planta pantroplical y subtropical.
Según Roig, se le conoce en nuestro país por varios nombres. Yerba hedionda es más comúnmente utilizado en la región occidental, y platanillo en la zona oriental. También se le identifica como brusca, guanina o martinica. Hay que tener en cuenta que Senna occidentalis no es la planta que usualmente nuestra población denomina platanillo de Cuba, el Piper aduncum. Son dos especies diferentes.
En su obra Plantas medicinales, aromáticas y venenosas de Cuba, Roig apunta que es “una hierba muy común en los terrenos yermos y cultivados de toda la isla, siendo más abundante en los calcáreos, donde constituye una de las malas hierbas”.
Más allá de sus usos medicinales, está reportado que sus semillas tostadas se han empleado como sucedáneo y adulterante del café, además de que se sabe que se ha utilizado como parte de la dieta en las islas Maldivas durante siglos.
El uso de esta planta en el tratamiento de afecciones de la piel como llagas y tiña, del dolor de estómago, de la fiebre y la ictericia se considera recomendado por la red científica Tramil, con base en el empleo significativo tradicional documentado, los estudios de toxicidad y la información científica publicada.
En el caso del dolor de cabeza y del cuerpo, la recomendación se basa fundamentalmente en los usos tradicionales registrados y los estudios de toxicidad.
Las formas de preparación y modo de empleo serían los siguientes:
Contra afecciones cutáneas, llaga o tiña: limpiar la lesión con agua hervida y jabón. Lavar adecuadamente una hoja antes de sacar los foliolos de la misma, machacarlos y aplicar localmente en cantidad suficiente para abarcar el área afectada. Cubrir con un apósito o paño limpio y cambiar tres o cuatro veces al día.
Contra dolor de cuerpo, fiebre o ictericia: preparar una decocción con seis cucharadas de las hojas troceadas en un litro de agua, hirviendo por cinco minutos en recipiente tapado. Luego dejar enfriar, filtrar y beber una taza, equivalente a 250 mililitros, tres veces al día.
Contra dolor de estómago: preparar una decocción o infusión. En caso de decocción, hervir durante 10 minutos en recipiente tapado tres cucharadas de las hojas troceadas y tres cucharaditas de la raíz también troceada, en un litro de agua. Para la infusión, agregar seis cucharadas de las hojas troceadas a un litro de agua hirviendo y tapar. En cualquiera de los dos casos, dejar enfriar, filtrar y beber una taza tres veces al día.
Contra dolor de cabeza: lavar adecuadamente una o dos hojas, estrujar ligeramente los foliolos y aplicar en forma de cataplasma sobre la frente o la cabeza, cubriendo luego con una venda o un pañuelo. Repetir cuatro veces al día.
Como en toda aplicación tópica, es necesario recordar la importancia de seguir medidas higiénicas estrictas que impidan la contaminación del material vegetal y sus preparados, para evitar una infección sobreañadida de la piel.
En el caso de la hierba hedionda o platanillo, se debe evitar su uso durante el embarazo, la lactancia y en los niños menores de tres años.
Un elemento que se debe conocer es que existen reportes de intoxicación del ganado por el consumo de esta especie. Igualmente, estudios experimentales en modelos animales han demostrado actividad cardiotóxica de las hojas, ataxia y otros disfuncionamientos neuromusculares por las semillas, así como degeneración muscular o toxicidad hepática y renal por las vainas.
Sin embargo, su consumo asociado a las recomendaciones anteriores es seguro, aunque sin dudas no puede dejarse de lado la posible toxicidad de la planta. Hay que recordar siempre en este sentido a Paracelso, quien en su obra Septem defensiones apuntó que “todas las cosas son veneno y nada está sin veneno; la dosis por sí sola hace que una cosa no sea un veneno”.
La hierba hedionda o platanillo, utilizada apropiadamente, puede ser una herramienta desde el hogar que nos permite tratar o complementar el tratamiento de varios padecimientos, desde enfermedades dermatológicas hasta la fiebre, la ictericia y los dolores de cabeza o del cuerpo. Otra planta medicinal a considerar para el cuidado de nuestra salud… ¡desde lo natural!
11 Noviembre 2025 Fuente: Cubadebate/ Noticias/ Desde lo natural
Nov
4
No hay dudas de que los mosquitos son siempre molestos, pero sobre todo, resultan peligrosos. El hecho de que transmitan enfermedades como el dengue, el zika o el chikungunya, y otras ya erradicadas en Cuba como el paludismo o la fiebre amarilla, hace que sea necesario combatir estos vectores. Por supuesto, la ofensiva contra el mosquito depende de muchísimas acciones y quizás las plantas medicinales no son la primera línea de combate, aunque de seguro sí pueden ser de ayuda.
En diferentes culturas el empleo de especies aromáticas como repelente de insectos, tanto en forma de barrera natural como aplicadas directamente a la piel, ha sido una práctica habitual. Cada una puede actuar de manera diferente en dependencia del espacio, el modo y el momento en el cual se utilicen.
Para tener idea de cuan antiguo resulta el uso de plantas con estos fines, podemos remontarnos según una publicación aparecida en 2020 en la revista National Geographic a doscientos mil años atrás, en la zona que hoy ocupa Sudáfrica, donde en una cueva se encontró evidencias de una especie de cama vegetal, la más antigua al menos hasta el momento de esa publicación. Según fue reportado, un equipo de investigadores encontró la referida cama junto con restos aglutinados de madera de alcanforero y hojas de alcanfor, una familia de plantas empleada para mantener alejados los insectos.
Desde esos tiempos tan antiguos hasta nuestros días, en muchas culturas se ha documentado el empleo de repelentes naturales a partir de especímenes vegetales. Por ejemplo, la aplicación de la bija sobre la piel ha sido referida desde diferentes pueblos indígenas con el objetivo de repeler insectos. También las hojas del piñón florido se han utilizado como sahumerio con igual propósito.
Plantas de uso común como las albahacas, los cítricos, las mentas, la caña santa, el eucalipto, el cayeput, la citronela, el romero, el tomillo e incluso el tilo, resultan útiles en este sentido, a partir de sus propiedades aromáticas.
Existen diferentes formas en que pueden utilizarse estas especies. Algunas recetas a considerar son:
Caña santa (Cymbopogon citratus): Se elabora una infusión, utilizando una proporción de una cucharada de las hojas troceadas por una taza de agua hirviendo, equivalente a 250 mililitros. Una vez que se mezcla el material vegetal con el agua, se tapa el recipiente y se deja reposar durante diez minutos.
Tilo (Justicia pectoralis): Se utiliza un procedimiento similar al anterior, pero la proporción es de cuatro hojas de tilo por cada taza de agua.
El extracto acuoso de cualquiera de las dos plantas se filtra y luego se coloca en un frasco atomizador para su aplicación sobre las zonas expuestas de la piel. Se plantea que con este tipo de soluciones es necesario repetir el procedimiento cada dos horas, para mantener la efectividad y lograr así una actividad repelente sostenida en el tiempo. Igual, siempre es necesario recordar que toda aplicación tópica debe seguir estrictas medidas higiénicas para impedir la contaminación o la infección sobreañadida de la piel, una vez se aplique.
Además de lo anterior, también es posible preparar extractos hidroalcohólicos en casa. Para ello se debe tener a mano alguna de las especies anteriormente mencionadas, ya sea algún tipo de menta o el eucalipto, por solo mencionar como ejemplos dos de las que tienen un olor quizás más agradable.
De la planta seleccionada se coloca una cantidad de sus hojas, previamente lavadas y humectadas, en un frasco transparente al cual se le agrega alcohol al 70% hasta sobrepasar cinco centímetros por encima del material vegetal. Se marca la fecha exacta en que se comenzó a procesar esta preparación y se guarda el recipiente en un lugar seco y protegido de la luz solar, velándose siempre porque la solución hidroalcohólica cubra adecuadamente la masa verde.
Si es necesario, se puede agregar más alcohol. Luego de al menos catorce y hasta veintiocho días, se filtra este preparado en un frasco de color ámbar y se puede aplicar sobre la piel. Para su empleo, se procede de igual manera que con los extractos acuosos de caña santa y tilo, solo que siendo estos de base hidroalcohólica, no es necesario repetir con tanta frecuencia su aplicación.
Los ejemplos comentados son solo algunas de las formas en que podemos vincular las plantas medicinales con el resto de las medidas que hoy se adoptan en función de la lucha antivectorial. Como parte de nuestro autocuidado, el empleo de especies aromáticas puede ser una forma válida y sencilla de ahuyentar los mosquitos y así cuidar nuestra salud … ¡desde lo natural!
28 Octubre 2025 Fuente: Cubadebate/ Noticias/ Desde lo natural
Oct
14
Capraria biflora es una especie de la familia Scrophulariaceae. Es un arbusto erecto, de hasta dos metros de alto. Etimológicamente, capraria deriva de la palabra latina caprarius, que significa “perteneciente a las cabras”, mientras que biflora es un epíteto también latino cuyo significado es “con dos flores”.
Esta planta está ampliamente distribuida en América tropical y se le reconocen varias propiedades medicinales. Según un artículo publicado hace ya unos años en Phytochemistry Letters, las partes aéreas se utilizan de forma tradicional para tratar el dolor menstrual, la hipertensión arterial, los cuadros inflamatorios, las diarreas, la fiebre y el reumatismo. Las raíces han mostrado propiedades antibacterianas.
Juan Tomás Roig y Mesa incluye esta especie en su obra Plantas medicinales, aromáticas y venenosas de Cuba, donde plantea que se trata de una hierba silvestre, muy común en toda la isla, preferentemente en lugares húmedos y cerca de las costas, en terrenos yermos y cultivados. De acuerdo con este autor, en nuestro país se le conoce por los nombres de majuito, escabiosa, esclaviosa, magüito o viuda.
En su tercera edición, la Farmacopea vegetal caribeña recomienda su uso para tratar el exceso de gases y los parásitos intestinales, la gripe y también problemas biliares, todo esto sobre la base del uso tradicional documentado a través de las encuestas del grupo Tramil y los estudios de toxicidad.
Para tales padecimientos se puede preparar una decocción o una infusión, con seis cucharadas de hojas frescas troceadas para un litro de agua. En caso de decocción, se pone a hervir la mezcla por entre 10 y 15 minutos, en recipiente tapado. Para la infusión se agrega el agua hirviendo al recipiente con el material vegetal y se tapa.
Cualquiera sea la preparación elaborada, se deja refrescar por unos cinco minutos, se filtra y luego se bebe una taza, equivalente a 250 mililitros, tres veces por día. No debe utilizarse esta planta durante el embarazo, la lactancia, ni en niños menores de ocho años.
Ahora bien, más allá de los usos anteriormente referidos, les comparto otras aplicaciones potenciales de la planta todavía bajo investigación, pero que sin dudas resultan de interés.
Algunas de ellas no están directamente relacionadas con la salud humana, como es el caso de la actividad insecticida de los caprariólidos A y B presentes en el vegetal contra el tetuán del boniato (Cylas formicarius elegantulus) en su fase adulta.
También el aceite esencial de las hojas ha mostrado una actividad larvicida contra el Aedes aegypti.
Directamente vinculada al campo de la terapéutica en humanos está la biflorina, un principio activo de la esclaviosa que ha mostrado una potente actividad frente a gérmenes Gram-positivos y varias líneas tumorales.
Por último, los extractos acuosos de las hojas han presentado acciones analgésica, antiinflamatoria y diurética y se han utilizado en el tratamiento de la catarata senil. Todos los estudios químicos y evaluaciones biológicas que respaldan las afirmaciones anteriores fueron realizados con muestras de especies provenientes de Brasil, Jamaica, México y Cuba.
Si bien es cierto que estas aplicaciones todavía meritan más investigación, incluso las recomendadas por la Farmacopea vegetal caribeña, también hay que reconocer que Capraria biflora es una especie medicinal muy utilizada en nuestra región y que su empleo resulta bastante seguro.
Al menos, para tratar el exceso de gases y los parásitos intestinales, la gripe y también problemas biliares se puede recomendar su uso, según el referido texto. Entonces, se convierte el majuito o esclaviosa en una opción para cuidar varias esferas de nuestra salud… ¡desde lo natural!
Fuente: Cubadebate/ Noticias/ Desde lo natural
