La actual situación epidemiológica en Cuba requiere de un esfuerzo colectivo en las acciones de vigilancia y control, según valoraciones de la doctora Carilda Peña García, viceministra de Salud Pública.

Al comparecer este jueves en la Mesa Redonda, explicó las complejidades epidemiológicas en el país, fundamentalmente asociadas a la presencia de dengue y a la confirmación de casos de Oropouche, «que no dejan de ser motivo de preocupación para los profesionales sanitarios.

Detalló que la Organización Panamericana de la Salud (OPS) actualizó sobre la presencia en la región de las Américas de la Fiebre de Oropouche, en comunidades rurales y urbanas de Brasil, Colombia, Ecuador, Guayana Francesa, Panamá, Perú y Trinidad y Tobago, y que en el transcurso del año se ha notificado la enfermedad en el Estado Plurinacional de Bolivia, Brasil, Colombia y Perú.

La viceministra recordó que el cuadro clínico que se manifiesta como consecuencia de la enfermedad es leve, precedido por un periodo de incubación de cinco a siete días, que se caracteriza por fiebre, dolores de cabeza, musculares y articulares, aunque en ocasiones, también se reportan vómitos y diarreas.

Cuba es un país tropical y unido a las condiciones medio ambientales, además de las actuales elevadas temperaturas e incremento de las lluvias, son desencadenantes para las arbovirosis, como un constante problema sanitario y un permanente desafío para los sistemas de Salud – dijo – especialmente las que son transmitidas a los seres humanos por mosquitos Aedes aegypti, considerado el principal vector de cuatro arbovirosis humanas: fiebre amarilla, dengue, Chikungunya y Zika.

«Estas se encuentran entre las enfermedades infecciosas emergentes más importantes, y constituyen problemas de Salud Pública a nivel global, por lo que trabajar en su prevención y control es una prioridad en la Mayor de las Antillas», agregó.

En el espacio televisivo, la directora general del Instituto de Medicina Tropical “Pedro Kourí” (IPK), la Doctora en Ciencias Vivian Kourí Cardellá, refirió que nuestro país, ubicado en la entrada del Golfo de México, sometido al cambio climático y bajo los embates de fenómenos naturales, tiene a las arbovirosis entre las principales enfermedades a controlar y dar seguimiento entre la población.

Esos son procesos virales a las cuales los especialistas del IPK dedican todo su conocimiento, utilizando tecnologías de avanzada en la vigilancia epidemiológica, que posibilite proteger a nuestra población contra ellas. Es un trabajo coordinado y comprometido, donde nos implicamos todos, hasta el último eslabón, para favorecer la atención integral a los pacientes y contribuir al cumplimiento de los protocolos y tratamientos, de conjunto con el Ministerio de Salud Pública».

Significó que el Oropouche se originó en Trinidad y Tobago, en el año 1950, y que de allí proviene su nombre, «pero esa no fue la primera epidemia, pues realmente ocurrió en la década del 60 y fue en Brasil, hace 65 años».

Con énfasis abordó lo relacionado con el dengue, y cómo es en las regiones de las Américas y de Asia donde resulta más frecuente su manifestación, produciéndose múltiples epidemias en el planeta. «Pero también tenemos en el continente la influenza H1N1 del 2009, la epidemia de cólera, y el SARS-CoV-2, relacionadas al cambio climático, los movimientos poblacionales, la urbanización, y otras causales que introducen graves consecuencias en la Salud humana, y a las que mantenemos bajo constante vigilancia epidemiológica».

Las valoraciones de la destacada viróloga evidenciaron cómo la investigación científica en Salud, así como la innovación y generalización de los resultados, son elementos esenciales para contribuir a elevar la calidad de la atención médica, como condición primordial para el avance del Sistema Nacional de Salud.

La imprescindible participación de la población en la lucha epidemiológica

La prevención y las medidas sanitarias de eliminación de criaderos de mosquitos constituyen medidas urgentes para evitar la propagación de las arbovirosis en nuestro país, a decir de la doctora Yagen Pomares, Directora Nacional de Atención Primaria del Minsap, quien destacó en la Mesa Redonda la prioridad que tienen esas acciones.

«Es imprescindible el diagnóstico oportuno de esos síndromes febriles inespecíficos», aseguró.

Como consejos a tener en cuenta por la población enumeró la necesidad de tomar abundante líquido, identificar oportunamente un signo de alarma, e inmediatamente acudir al médico «donde nuestros especialistas están preparados para diagnosticar qué pacientes son de seguimiento y cuáles requieren de una hospitalización y atención diferenciada en sentido general».

a Directora Nacional de Atención Primaria del Minsap subrayó la trascendencia de las estrategias de prevención y control de enfermedades en este contexto epidemiológico, así como de las acciones de trabajo intersectorial, a la vez que destacó cómo estas contribuyen, de manera significativa, a más eficientes y favorables escenarios, todo lo cual requiere el compromiso de las personas con su autocuidado, el de su familia y su comunidad, como uno de los aspectos decisivos en este combate de todos.

Al finalizar, el mensaje de la doctora Yagen fue claro: «La vigilancia en la Atención Primaria de Salud, la capacitación continua de los profesionales y la activa participación de la población, como parte de la ofensiva de higienización en sus barrios, resultan vitales hoy ante la actual y compleja situación epidemiológica en Cuba».

05 julio2024| Fuente: RCM| Noticias| Salud

julio 6, 2024 | Gleidis Hurtado Cumbá | Filed under: Control sanitario, Cuba, De la prensa cubana, Oropouche, Salud, Vigilancia | Etiquetas: , , , , |

Casi al cerrar el primer semestre del año el municipio de Trinidad muestra indicadores favorables del Programa Materno Infantil y no reporta niños fallecidos menores de un año, un resultado notable que corona el desvelo de los trabajadores de la salud en función de reorganizar servicios y optimizar recursos.

En el sureño territorio sobresale el quehacer de los médicos y enfermeros de la familia, ginecobstetras, clínicos, pediatras, trabajadores sociales y otros especialistas involucrados en el seguimiento a la mujer desde la etapa preconcepcional, tanto en el nivel primario, que incluye la proyección comunitaria, como en la atención secundaria.

Para el doctor Luis Sáenz, director de Salud en Trinidad, las cifras que ubican al municipio entre los más estables de la provincia, no son obra del azar, sino expresión de un sistema de trabajo bien engranado y del carácter intersectorial con que se trabaja este programa.

Tampoco han ocurrido hasta la fecha muertes maternas, logro que, de acuerdo con el especialista, se sostiene en la calidad de la atención obstétrica, el seguimiento al embarazo de alto riesgo y la implementación de otras estrategias para la reducción de parámetros negativos.

Entre ellas, expresó, figuran la atención de las gestantes para prevenir la anemia y compensar enfermedades crónicas, factores directamente vinculados con la prematuridad, el Crecimiento Intrauterino Retardado (CIUR) y el bajo peso al nacer, este último, con cifras que imponen un control permanente a dicho indicador.

El sistema de salud en el territorio ha diagnosticado otros desafíos, como el decrecimiento de la tasa de natalidad- hasta la fecha se reportan 52 nacimientos que en igual etapa del año anterior- y el embarazo en la adolescencia, con consecuencias para la salud de la madre y el bebé.

El director de Salud en el municipio enfatizó que el propósito es lograr mantener en cero la tasa de mortalidad infantil al concluir el 2024; y para ello es fundamental continuar articulando el trabajo en la comunidad con la atención primaria y secundaria de salud.

25 junio 2024 Fuente: Escambray/ Noticias/ Salud

Poco más de 30 años atrás inició la cooperación de Cuba con el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/SIDA (ONUSIDA). Múltiples son los proyectos y acciones conjuntos que se han puesto en marcha desde entonces con el objetivo de proteger y atender a las personas que viven con esa enfermedad, tanto en nuestro país como en otros del mundo.

«Con el propósito de evaluar cuánto se ha hecho en ese camino y a su vez seguir buscando qué más podemos hacer para fortalecerlo en beneficio de la salud y de la vida, desde el pasado lunes se encuentra de visita en Cuba la directora ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima, con quien sostuvimos un fructífero encuentro de trabajo en la tarde de este martes».

En nuestro diálogo compartimos importantes ideas asociadas al desarrollo del Programa Nacional de Prevención y Control del VIH/SIDA, que se puso en práctica desde 1986 y tiene como base la prevención social, con un enfoque comunitario, intersectorial y multisectorial.

«Actualmente en Cuba 28 mil 643 personas viven con VIH/SIDA, de las cuales el 96.8% tiene tratamiento. Un 89.3% de quienes reciben la terapéutica tiene una cargar viral suprimida de la enfermedad».

No olvidemos además que, en el 2015, nuestro país fue certificado como el primero del mundo en eliminar la transmisión materno-infantil del VIH/SIDA y la sífilis congénita, condición que fue revalidada en los años 2017, 2019 y 2022.

Son resultados que tienen como respaldo las acciones contenidas en el Programa nacional que se implementa, lo cual ha sido posible, entre otros elementos, debido al compromiso político del Estado con la atención a las personas que viven con VIH/SIDA y las inversiones que para ello ha realizado, así como las características que distinguen a nuestro Sistema de Salud, con base en la Atención Primaria, y una proyección hacia la prevención, aspecto en el que resulta esencial el enfoque multisectorial con que trabajamos.

Todo ello tiene un amplio respaldo legal en diversas normativas cubanas como son la Constitución de la República, el Código de las Familias y la recientemente aprobada Ley de la Salud Pública.

Unido a esos elementos, es importante destacar también los aportes que en diferentes aspectos ha hecho a la lucha de Cuba contra el VIH/Sida el Fondo Mundial, organización internacional cuyo objetivo es acelerar el final de las epidemias de sida, tuberculosis y malaria.

Sumamente significativa ha sido también la contribución de ONUSIDA en aspectos relacionados con asesorías, adquisición de medicamentos y creación de capacidades para el fortalecimiento del Programa cubano para hacer frente a la pandemia.

Cuba ratifica su compromiso y firme voluntad de proteger y atender a las personas que viven en nuestro país con el virus, así como de cooperar con otras naciones a las que puedan ser útiles las experiencias y logros que hemos alcanzado en lo referido a su prevención, diagnóstico, tratamiento y control.

8 Mayo 2024 Fuente: MINSAP/ Inicio