Los derroteros de la vida llevaron al licenciado en enfermería Rubén Carballo Herrera por caminos insospechados para él.

Antes de graduarse de técnico medio en esa especialidad se incorporó voluntariamente para, junto al personal asistencial del hospital provincial Gustavo Aldereguía Lima, de Cienfuegos, enfrentar la epidemia del dengue hemorrágico que tanto sufrimiento causó a las familias cubanas. Al culminar el segundo año se repitió la historia, pero esa vez debido a la epidemia provocada por la Conjuntivitis Hemorrágica.

Se graduó en 1983 y fue ubicado en ese propio centro asistencial. Tres años después lo trasladaron el policlínico universitario Enrique Barnet, del municipio de Lajas. Conjugó la labor diaria con los estudios de licenciatura, los que culminó en 1995 en la Universidad de Ciencias Médicas Raúl Dorticós Torrado, de ese territorio central.

Por su consagración, conocimientos, disciplina y actitud ante el trabajo ha tenido, como él afirma, el privilegio y el orgullo de participar en seis misiones internacionalistas.

Con gentileza y prontitud nos acercó a detalles interesantes de esas historias multiplicadas, a pesar del tiempo que le ocupa su labor actual en el centro de aislamiento Las Palmeras, en la ciudad de Cienfuegos, donde son atendidos aún niños enfermos con la COVID-19.

Son breves, pero interesantes aspectos, contados en primera persona.

Vale destacar que entre muchos reconocimientos y condecoraciones el licenciado Rubén Carballo Herrera atesora la Orden Lázaro Peña de Primer Grado y la Medalla Hazaña Laboral, entregadas recientemente.

Haití

Fue mi primera misión, entre febrero de 2001 al 2003, en la Comuna Pointe a Raquettes, en la Isla La Gonave. Allí me desempeñé como enfermero asistencial en la Atención Primaria.

Realicé actividades de promoción y prevención y participé en clínicas móviles en las secciones comunales intrincadas.
También hice labor educativa para mejorar el cuadro higiénico epidemiológico tan precario que existía en la zona.

Asistí a las gestantes en las diferentes etapas del embarazo y realicé más de 60 partos, con cero muerte materna e infantil.

Venezuela

Arribé a Caracas el 5 de septiembre de 2006. Fui ubicado en el municipio El Hatillo, en el Centro de Diagnóstico Integral.

Trabajé en la dispensarización de los pobladores, visité casa a casa en lugares de difíciles acceso y realicé pesquisas como parte de la Misión Milagro.

Laboré en el cuidado de pacientes críticos en terapia intensiva.

Recibí el Premio del Buen Ciudadano el 18 de diciembre del 2009 como estímulo a la participación activa en todas aquellas acciones destinadas a mejorar la calidad de vida.

Guinea Conakry

Por un período de siete meses estuve en la República de Guinea Conakry como integrante de la brigada médica Henry Reeve, en la lucha contra la epidemia de Ébola.

Tuvimos previamente una amplia preparación sobre el manejo de los medios de protección individual y los pormenores del tratamiento y atención al paciente.

Pusimos a funcionar un hospital de campaña en la Localidad de Coyah, construido en medio de la selva africana, el cual tenía tres áreas de atención: sospechosos, probables y confirmados. Nos ganamos desde el inicio el respeto de los colegas guineanos y de otros países que estaban cooperando.

Poco a poco fuimos mereciendo la confianza de los pacientes. Nos poníamos los equipos de protección personal y entrábamos al área roja a cumplir el tratamiento, hidratar, higienizar y alimentar a los pacientes. En cada hora entraba un médico y tres enfermeros. Era emocionante ver a muchos sonreír con la esperanza de la salvación. Nos agradecían al verse recuperados. Nosotros también les demostrábamos satisfacción y hasta cantábamos con ellos.

Debido a la compleja situación epidemiológica existente en ese país nos quedamos un mes más después de haber cumplido el contrato. El deber se impuso y realizamos la tarea. Regresamos a la patria sin que ninguno de nosotros se contagiara. Culminamos la misión el 19 de mayo de 2015.

Ecuador

El 9 de agosto de 2017 arribé a la República de Ecuador con una nueva misión, a través de Servicios Médicos Cubanos y el Ministerio de Salud Pública de ese país.

Integré la Brigada Médica que fue ubicada en Santa Elena, en el Convenio de Oftalmología y en el Centro Oftalmológico José Martí, de Ballenitas. Recibimos varios reconocimientos por la ardua labor en las cirugías. Atendíamos a más de 25 pacientes cada día.

Se trabajó duro. Fue muy reconfortante ver a los pacientes recuperar la visión.

Esa misión fue suspendida debido a la situación política creada por el presidente Lenin Moreno, quien nos cerró las puertas.

Italia

Al comenzar a propagarse el SARS-CoV-2 por el mundo, me seleccionaron junto a otros compañeros de la Brigada Henry Reeve para pasar un curso de cuatro días con el propósito de prepararnos para enfrentar en algún momento la COVID-19.
El 21 de marzo de 2020 salimos para Italia, epicentro entonces de la pandemia. Éramos 36 médicos y 15 enfermeros. Fue muy emocionante sentir los aplausos en los aeropuertos de personas agradecidas y llenas de esperanzas.

El ejército de ese país había montado el hospital de campaña donde prestaríamos nuestros servicios.

Fueron tres meses de arduo trabajo. Al disminuir los casos se decidió que regresáramos a Cuba. La despedida fue muy emotiva en la Plaza de Duomo. La llegada a Cuba, el lunes 8 de junio de 2020 a las 7.28 pm, jamás se me olvidará.

Fue una emoción muy grande apreciar la bienvenida de nuestro pueblo en las calles y escuchar las palabras del Presidente Miguel Díaz-Canel Bermúdez cuando nos dijo:

“El regreso de ustedes nos llena de profundo regocijo porque retornan sanos y con la más humanitaria y noble de las misiones cumplidas: salvar vidas… Ustedes representan la victoria de la vida sobre la muerte, de la solidaridad sobre el egoísmo, del ideal socialista sobre el mito del mercado…”.

De nuevo en Venezuela

A tres meses de mi regreso de Italia continúa con fuerzas la propagación del SARS-CoV-2 por el mundo. En Venezuela comienzan a contagiarse los colaboradores de diferentes convenios, motivo por el cual fui llamado para apoyar en la atención a los pacientes positivos de COVID-19 e intercambiar experiencias para mejorar las condiciones de bioseguridad y funcionamiento de los centros de diagnósticos integrales.

Arribamos a la patria de Bolívar y Chávez el 11 de septiembre de 2020. Laboré con jóvenes muy responsables y preocupados. Fueron muchos los pacientes que evolucionaron de manera satisfactoria. La dirección de la Misión Médica Cubana en Venezuela me entregó el Sello Conmemorativo 16 de Abril y el Sello de Oro para colaboradores destacados.

Regresamos el 14 de diciembre de 2020 con la misión cumplida.

Cienfuegos

Llegó el año 2021 y aumentaron los casos positivos de COVID-19.

Se multiplicó el dolor de muchas familias. En febrero me indicaron trabajar como enfermero en el Centro de Aislamiento acondicionado en la Villa Las Palmeras, perteneciente a la Empresa de Servicios a Trabajadores de la Construcción, y ahí me he mantenido.

Si vuelvo a nacer seré igualmente un humilde enfermero. Mi gran vocación es salvar vidas.

noviembre 09/2021 (Trabajadores)

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