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Guantánamo 8 ago (ACN) El joven Doctor George Frank Chediak es de esos tantos ejemplos del altruismo inculcado por la escuela cubana de medicina, desde la zona roja hoy da el pecho a la COVID-19 durante el tenso escenario que vive Guantánamo, y en sus días libres atiende llamados a domicilio, una iniciativa que trasciende con cientos de agradecimientos en redes sociales.
Comprometido con su profesión, su pueblo y su tiempo, el 26 de julio hizo público en su muro de Facebook un mensaje que fue compartido y agradecido en varios perfiles: “este es mi número telefónico, cualquier paciente con PCR o test rápido positivo o negativo que necesite atención aquí tiene a un médico dispuesto a examinarlo, a cualquier hora en mis jornadas de descanso”.
Desde su ofrecimiento desinteresado a acudir a las llamadas, tanto de ingresos domiciliarios como de personas preocupadas por la aparición de síntomas respiratorios, no son pocos a los que ha visitado y auxiliado Chediak, cuando la provincia vive un sostenido pico de contagios y un gran por ciento de los casos se recupera en casa ante la saturación de la red hospitalaria.
Tiene solo 28 años y, mientras se foguea en la dura batalla contra la pandemia se especializa en Medicina General Integral, y hoy en el hospital de campaña habilitado en la universidad médica de Guantánamo forma parte de un competente equipo de profesionales que se desvela dando el máximo por salvar vidas y revertir la actual compleja situación epidemiológica.
Sin sospechar que se convertiría en entrevistado llegó al hogar de esta reportera para evaluar síntomas que resultaron manifestaciones alérgicas: interrogó y auscultó equipado de sapiencia y entrega, mientras detrás de la mascarilla se adivinaba un rostro imberbe, parece un chico pensé, pero es un profesional de los imprescindibles, de admiración me afloró la repuesta.
En medio del intercambio saltó una constante interrogante en este contexto, ¿no tienes miedo? -pregunté, más luego de saber de su predisposición asmática- a lo que respondió: “sí, como todo el mundo, pero amo mi profesión, la humanidad nos necesita y estaré combatiendo la pandemia hasta que logremos desterrarla”, entonces me desbordó el orgullo por los jóvenes de mi tierra.
Antes de brindar sus esfuerzos ahora en la zona roja habilitada en el campus de Ciencias Médicas, de Guantánamo, Chediak colaboró en el Centro de Aislamiento para positivos acondicionado en la Escuela Militar Camilo Cienfuegos, de la propia Villa del Guaso, a inicios de este año, durante el segundo rebrote de COVID-19, mínimo con respecto al azote actual.
Por el creciente número de contagios Guantánamo es hoy una de las provincias cubanas de mayor riesgo ante ese flagelo, y su urbe cabecera una de las de más alta tasa de incidencia, con un reporte en los últimos 15 días de más de tres mil 161 por cada 100 mil habitantes, morbilidad en ascenso sobre todo por la circulación de la peligrosa variante DELTA en el territorio.
La madre de Chediak, Yadira Martínez, confiesa apenas conciliar el sueño pensando en su hijo en primera fila enfrentando al virus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad, pero a la vez se enorgullece del hombre que ha formado, de su labor encomiable, y solo le pide sumo cuidado profiláctico para asegurar su salud, que le permitirá cada mañana volver a la carga, a salvar vidas.
Y como el joven Doctor Chediak, de esos imprescindibles que han brindado su disposición ante cada llamada necesitada, son muchos más en Guantánamo, centenares: Josh, Elita, Jalil Omar, por citar algunos, quienes comprometidos y aprovechando canales alternativos se han aunado en grupos WhatsApp con acceso al público, para hacer más efectiva su respuesta a la población.
Jornadas tras jornadas se mantienen activos y concurridos esos espacios online, que son iniciativa de los propios galenos y de profesionales de la prensa -unidos en la misma causa-, por donde además de brindarse informaciones de interés se coordinan las atenciones a las casas, servicios de mensajería y los donativos de medicamentos de población solidaria desde varias partes de Cuba.