Camagüey, 31 ene (ACN) Como sucede en muchos sectores de Cuba, en la biotecnología los científicos e investigadores laboran incesantemente por el desarrollo de ese ámbito que apuesta por la vida y el desarrollo humanos, frente a las diversas restricciones del recrudecido bloqueo económico, comercial y financiero del gobierno de Estados Unidos contra la isla.

Muestra de ello es la labor desplegada en los últimos meses por el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB) de Camagüey, que cerró el 2021 con 56 millones de pesos por concepto de ventas, en medio de una situación económica y sanitaria compleja causada por la injerencia estadounidense y la pandemia de la COVID-19.

Nemecio González Fernández, director del CIGB en Camagüey, explicó a la Agencia Cubana de Noticias (ACN) que la institución logró un récord productivo de la vacuna PORVAC, contra la peste porcina clásica, pues se obtuvo por primera vez un millón 900 mil dosis (antes llegaban hasta mil 400 millones).

La PORVAC, producida a partir de células de mamíferos, se registró en el 2017 y muestra un crecimiento paulatino desde hace varios años, a pesar de no contar con financiamiento para comprar el equipamiento necesario que permitiría incrementar las cantidades, ante lo cual se optimizan los procesos a pequeñas escalas, comentó.

El citado fármaco que representa más del 80 por ciento de las ventas del CIGB camagüeyano, necesita de medios de cultivo especializados exclusivos de países desarrollados, la mayoría de Estados Unidos, y como consecuencia del bloqueo Cuba tiene que comprarlos a través de terceros países.

Por su parte, Manuel Expósito Negrín, con 30 años de experiencia en el centro y encargado del departamento de capacitación y desarrollo, consideró que esos obstáculos, latentes en el quehacer cotidiano, encarecen los costos de los insumos, lo cual aumenta cuando corresponde ofrecerles mantenimiento a los equipos del centro.

Las medidas impuestas por las sucesivas administraciones norteñas limitan también el intercambio y colaboración con compañías extranjeras, centros de investigación e investigadores estadounidenses y de naciones vecinas, y de igual modo ocurre en cuanto a la participación de cubanos en eventos patrocinados por Estados Unidos.

El CIGB, como otras instituciones homólogas de la isla, pudiera buscar fondos de financiamiento a través de inversiones en Cuba de compañías y empresas foráneas que desean hacerlo, lo cual se frena debido al feroz bloqueo y la persecución contra la mayor de las Antillas.

La biotecnología nacional ostenta diversos productos de gran valor, por ejemplo la vacuna Abdala contra la COVID-19, el Jusvinza y el Heberprot-P, pero las restricciones del imperio devienen en un crimen, pues esa rama produce medicamentos para salvar a las personas, y cuando ello no es posible, trae consecuencias lamentables, dijo Expósito Negrín, Máster en Procesos Biotecnológicos e Investigador Titular.

En el laboratorio donde se obtiene el ingrediente farmacéutico indispensable en la vacuna contra la peste porcina clásica, una de las más importantes de la entidad, se desempeña Yisel Morales Espinosa, quien aseveró a la ACN que a pesar de la COVID-19 no detuvieron la producción ni las investigaciones.

Actualmente, se encuentran enfrascados en el proceso de escalado de la etapa fermentativa, el cual aumentó a partir de una mayor demanda del fármaco en el país, con el objetivo de responder a las necesidades existentes.

Graduada de Ingeniería Química en la Universidad de Camagüey hace cuatro años, la joven manifestó que hacer biotecnología requiere el empleo de recursos y materiales específicos lo cual dificulta el bloqueo de Estados Unidos.

Ante tales problemas, expresó, buscan alternativas a diario, y destaca el movimiento de innovadores y de las Brigadas Técnicas Juveniles en el centro, mediante variantes con el equipamiento y la evaluación de nuevos medios de cultivos para suplir los que se importan, y cuyo arribo a la provincia demora por el tiempo de transportación desde regiones más lejanas del mundo.

Los trabajadores y científicos del CIGB de Camagüey, segundo de su tipo en Cuba inaugurado por el Comandante en Jefe Fidel Castro, continúan sorteando los obstáculos de la férrea política de bloqueo, que con más de 60 años de su establecimiento no ha logrado impedir que este centro insigne de la ciencia aporte a preservar la salud humana y animal.

enero 31/2022 (ACN)

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