Yuliet Valverde, jefa del servicio de Terapia Intensiva de esa institución, señaló a la Agencia Cubana de Noticias que al conocerse el pasado 2 de septiembre el evidente deterioro del estado de salud del niño de 11 años de edad, y luego de aplicársele los protocolos diagnostico-terapéuticos, en aras de compensarlo, fue trasladado hacia el centro hospitalario de la urbe cabecera, donde se encuentra actualmente estable y bajo observación.

El menor, procedente del municipio Songo-La Maya, sufrió una intoxicación exógena por el consumo en el hogar de un medicamento no certificado, en este caso Paracetamol de 500 miligramos de producción extranjera y con fecha de caducidad del año 2020.

La intoxicación arrebató la vida de un pequeño de 5 años de edad, según la nota emitida por la Dirección General de Salud de Santiago de Cuba.

El niño presentó convulsiones y fue examinado y asistido por el personal sanitario hasta su lamentable deceso.

Por su parte, Alberto Silva, director del Hospital, instó a fortalecer la educación sanitaria y no automedicarse, así como a promover el acceso seguro a medicamentos en condiciones adecuadas.

Por lo sensible del hecho, las autoridades sanitarias desarrollan una investigación para esclarecer las circunstancias del incidente y reforzar las medidas de seguridad en el manejo de productos farmacéuticos en el hogar.

4 Septiembre 2025 Fuente: ACN/ Noticias/ Salud

La casa respira calma. El aire huele a pintura fresca, a limpieza, a comienzo. Por los pasillos de colores suaves, verde y marfil, no se oye más que el susurro de una conversación a lo lejos. En un cuarto climatizado, Ana Caridad Pelaez, de 32 años, descansa. Espera dos bebés.

“Yo no estaba mal en el otro lugar. Pero aquí estamos mucho mejor. Mucho mejor. Y la comida y todo, yo la verdad veo mucho cambio”.

“Mejor” es una palabra que se repite como un mantra necesario. Este es el Hogar Materno La Esperanza del Mundo, en el municipio de Playa, recién remodelado, recién estrenado. Un lugar donde la arquitectura se ha puesto al servicio de un milagro cotidiano: gestar vida contra todo pronóstico.

Félix Santoyo Rodríguez, subdirector general del centro, recorre las instalaciones con la mirada de quien ha peleado por cada detalle. Explica que esta era una casa que hubo que adaptar, torcerle el brazo a las circunstancias. “Porque principalmente por eso es que los hogares se llaman hogares, porque tienen que darle un ambiente familiar, un ambiente de apego emocional a las embarazadas, lo más cercano a su propia vivienda”, dice.

Su explicación es técnica y a la vez profundamente humana: el componente familiar no está solo en las paredes, sino en la piel de los trabajadores, “personas que llevan mucho tiempo en eso”.

El viejo inmueble, una estructura de tres pisos que se venía a pedazos, fue derrotado por los problemas: filtraciones, baños inservibles, escaleras estrechas de madera. “Tener un hogar sin unas hidrosanitarias funcionales es un problema porque hay que cargar agua, tanto para descargar como para bañarse”.

a nueva propiedad tiene dos plantas, 18 camas, todas con mobiliario nuevo, dos salas, dos comedores, una cocina, baños y un espacio para las consultas médicas.

Una ingeniería pensada para el reposo: las embarazadas de la planta alta no bajan; la comida sube. Abajo, solo quienes no pueden con las escaleras.

Pero un hogar materno no es solo cemento. Es, sobre todo, un lugar de cuidado. Dania Jiménez Almaguero, funcionaria del PAMI (Programa de Atención Materno Infantil), lo define con precisión clínica:

“Lo bueno que tienen los hogares maternos es que ayuda a disminuir el porciento de embarazadas con riesgos”. Ingresar aquí es modificar la probabilidad de un niño pretérmino, de bajo peso o, incluso, de muerte. “Si yo ingreso dieciocho mujeres aquí, son dieciocho mujeres que bajarían desde el riesgo relevante al riesgo técnico”.

No se trata solo de dar alojamiento, sino de transformar activamente el nivel de riesgo de las embarazadas, asegurando que tanto sus problemas de salud como sus circunstancias sociales sean manejados de forma integral para lograr un embarazo más seguro y un parto sin complicaciones.

En una habitación, Melody, de 15 años y 29 semanas de embarazo, acaba de llegar. Es primeriza. Viene del antiguo hogar y no le gusta ninguno; extraña su casa. Elizabeth, su compañera de cuarto, se esconde tímida detrás de la puerta.

Santoyo explica: la adolescencia es un riesgo en sí misma. “Imagínate una mujer que no está madura biológicamente para conseguir un embarazo con todo lo que se implica”. Las menores de 15 años, sentencia, deben estar aquí desde la concepción hasta el parto. Es ley.

La rutina es un bálsamo: pase de visita del médico a las 8 de la mañana, control de signos vitales por enfermería las 24 horas, dietas supervisadas por una especialista—picadillo, pollo, granos, menús diferenciados para diabéticas—, actividades los fines de semana.

Los sábados, la casa se llena de especialistas: psicólogos, trabajadores sociales, clínicos. El médico, dice Santoyo, sabe que en el cuarto de las gemelares se demorará una hora y media—“lleva procedimientos dobles”—y que en el de las adolescentes deberá hablar, quizás, un poco más sobre todos los riesgos que conlleva este embarazo.

“Hay que enamorarlas mucho”, confiesa Dania sobre la reticencia de algunas a ingresar. “A veces ellas piensan que no van a estar lo bien que van a estar aquí.

El financiamiento para esta transformación llegó del plan de la economía del municipio y del impuesto por contribución territorial. Fue una obra de fe, ejecutada por empresas estatales y constructoras locales. Las embarazadas volvieron solo cuando la unidad de higiene y epidemiología dictaminó que la casa era, por fin, habitable.

Ahora, el proyecto no se detiene. La proyección es climatizar cuarto a cuarto, con la cooperación de actores económicos del territorio. Ya hay dos con aire acondicionado. Los colores, apunta Santoyo, no son un capricho.

“Tienen que transmitir paz, tranquilidad, armonía, apego, sensibilidad”. Porque la magia de este lugar—y su desafío más grande—no reside en las camas nuevas ni en la pintura fresca. Reside en algo más intangible y crucial: “Debe cumplir el concepto de la palabra hogar. Si no… esto se convierte en una institución de salud cualquiera. Tiene un componente psicológico de peso”.

Por su parte, Ana Caridad, la mujer que espera dos vidas, lo resume con una sencillez que abarca todo: “Que nos quedan cosas por mejorar, claro, las vamos a hacer”.

Mientras, la casa, silenciosa y impecable, espera a que lleguen más mujeres, más historias, más riesgos que domar. A que el olor a pintura nueva se mezcle, por qué no, con el olor de la esperanza.

5 Septiembre 2025 Fuente: Cubadebate/ Noticias/ Salud

septiembre 5, 2025 | Arlenes Tamayo Osorio | Filed under: Bienestar, Calidad de Vida, Calidad en los servicios, Cuba, De la prensa cubana, embarazadas, Hogar Materno, Salud, Salud Pública |

Concientizar a la población acerca de la importancia de los hábitos higiénicos como herramientas de prevención constituye la premisa fundamental del Día Mundial de la Higiene, jornada que cada tres de septiembre ha de reunir a la comunidad internacional para promover entornos saludables, reducir la carga de enfermedades transmisibles y fortalecer la educación sanitaria desde lo cotidiano.

La higiene, entendida en sus múltiples ámbitos, personal, ambiental, alimentario e institucional, constituye una herramienta esencial para cortar cadenas de transmisión. El lavado de manos, la limpieza de espacios compartidos, el manejo seguro del agua y los alimentos, así como la garantía de condiciones adecuadas en escuelas y centros laborales, son prácticas que deben sostenerse con rigor y continuidad.

En el escenario epidemiológico actual, marcado por la persistencia de arbovirosis como el dengue, el zika y el chikungunya, la higiene adquiere un valor táctico y preventivo. La presencia del mosquito Aedes aegypti en zonas urbanas y rurales exige vigilancia sostenida y una respuesta articulada entre organizaciones de masas, instituciones, organismos responsables y, sobre todo, la ciudadanía.

Más allá de su dimensión técnica, la higiene representa también un valor social. Educar en el cuidado, promover rutinas saludables, integrar saberes populares y fomentar la corresponsabilidad son estrategias que dignifican la vida cotidiana y refuerzan la resiliencia comunitaria. En contextos complejos, estas acciones no solo protegen: también afirman que la salud es un bien compartido que merece atención sostenida.

Esta fecha no busca señalar carencias ni idealizar soluciones. Reconoce que, incluso en condiciones adversas, cada acción preventiva tiene impacto cuando se materializa con constancia y compromiso. Se convierte entonces el Día Mundial de la Higiene no solo en herramienta de protección sanitaria, sino también en expresión de responsabilidad social, de respeto por la vida compartida y de voluntad por sostener la salud desde lo posible.

3 Septiembre 2025 Fuente: Radio 26/ Noticias/ Salud

septiembre 4, 2025 | Arlenes Tamayo Osorio | Filed under: Bienestar, Calidad de Vida, Celebración, Cuba, De la prensa cubana, Día Mundial, Salud, Salud Pública |