Un donativo de medicamentos de la República de Belarús fue entregado este miércoles, en el Instituto de Hematología e Inmunología, con el objetivo de contribuir a garantizar el tratamiento de pacientes con enfermedades hematológicas malignas, hipertensos, adultos mayores con trastorno del sistema inmune, entre otros.

De acuerdo con el doctor Wilfredo Roque García, director de la institución asistencial, este es “un gesto noble que honra los fraternos e históricos lazos de amistad entre nuestros pueblos y gobiernos”.

El donativo también incluye alimentos –leche en polvo y carne enlatada–, que serán distribuidos en 28 hospitales de la capital, esencialmente pediátricos. La ayuda tiene un valor de más de 238 000 dólares.

Los alimentos, dijo Roque García, permitirán reforzar la dieta de los pacientes oncológicos, dado que una adecuada nutrición es fundamental en su recuperación.

Detalló que entre los medicamentos se encuentran citostáticos, ansiolíticos, inmunoestimulantes, antihipertensivos, y complejos vitamínicos.

Por su parte, el embajador de la República de Belarús en la Isla, Vitaly Petrovich Borchuk, expuso su satisfacción porque esta ayuda mejore la vida de los pacientes y sea de utilidad para el Sistema Nacional de Salud.

Ratificó los lazos que unen a ambos países, y recordó que Cuba acogió a personas afectadas por el accidente nuclear en Chernóbil, y esta humana labor es retribuida con apoyo a la invaluable labor de los médicos cubanos en todo el mundo.

21 Agosto 2025 Fuente: Cubadebate/ Noticias/ Salud

La vitamina C es un nutriente esencial para el hombre y otros animales que carecen del mecanismo para su síntesis. Se le conoce como ácido ascórbico y es una de las vitaminas hidrosolubles, junto con la del complejo B. Algunas plantas producen vitamina C y de esta forma representan una fuente importante de esta vitamina en la dieta.

Se trata de un potente antioxidante, con varios efectos beneficiosos para la salud. Entre otros, se plantea que tiene un papel fundamental en la formación del colágeno, protege el tejido conectivo y los vasos sanguíneos, así como facilita la absorción de otras vitaminas y minerales.

Las vitaminas hidrosolubles no son almacenadas en el organismo, por lo que es necesario su consumo regular. En el caso de la vitamina C, cuando no se ingiere en cantidades suficientes, puede conducir a la aparición de síntomas como anemia, encías sangrantes, disminución de la capacidad para combatir infecciones y de la cicatrización de las heridas, cabello seco con puntas partidas, tendencia a la formación de hematomas, inflamación de las encías, sangrados nasales, posible aumento de peso debido al metabolismo lento, piel áspera y reseca con descamación, dolor e inflamación de las articulaciones y debilitamiento del esmalte de los dientes.

El escorbuto es una enfermedad grave, causada por el déficit de esta vitamina, que puede llegar a ser mortal. Solía ser común en los marinos que subsistían con dietas carentes de frutas frescas y hortalizas, donde estas eran reemplazadas por granos secos y carne salada. Actualmente se asocia sobre todo a pacientes con desnutrición, pero para nada resulta hoy en día una enfermedad común.

La cantidad de vitamina C necesaria para prevenir el escorbuto es de alrededor de diez miligramos al día. Sin embargo, con el fin de mantener una salud adecuada y prevenir enfermedades, las concentraciones de este nutriente en la dieta deben ser de entre cien y doscientos miligramos al día. La Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos recomienda un consumo mínimo diario de noventa miligramos para los hombres y de setenta y cinco para las mujeres. En niños estas necesidades son menores.

Es importante tener en cuenta que, debido a la capacidad reducida del organismo para almacenar la vitamina C, es necesaria una permanente y adecuada ingesta de este nutriente. Ahora bien, su consumo excesivo no resulta recomendado. Cantidades superiores a los dos mil miligramos pueden provocar síntomas como malestar estomacal, diarreas y piedras en los riñones, mientas que su ingesta de manera exagerada durante el embarazo conduce a su escasez en el bebé después del parto.

Aunque en algunos casos los alimentos enriquecidos y los suplementos dietéticos son útiles, siempre se considera preferible obtener la mayor parte de los nutrientes de forma natural, a través de los alimentos y las bebidas. En el caso particular de la vitamina C, las frutas y verduras son las mejores fuentes para su obtención. Los cítricos como el limón, las naranjas y la toronja, al igual que sus jugos, destacan por tener un alto contenido de este nutriente. También los pimientos rojos y verdes, el brócoli, el melón y el tomate aportan cantidades suficientes de vitamina C.

Una importante especie vegetal que siempre hay que mencionar es la Moringa oleifera. Este es un árbol originario del sur del Himalaya y que hoy está presente en diferentes partes del mundo. Según Roig, en Cuba se le conoce popularmente como moringa, paraíso francés, acacia, ben, palo jeringa, tilo francés o tilo americano. Las hojas de moringa contienen siete veces más cantidad de ácido ascórbico que las naranjas, por lo que su empleo como parte de la dieta se traduce en el aporte de este y otros nutrientes para el organismo.

Algunas formas recomendadas para aprovechar adecuadamente sus bondades son incorporando las hojas frescas a ensaladas de vegetales, o agregándolas a platos salteados de cocción rápida y ligera ya que de esta forma se afecta poco su aporte nutritivo. Debe tenerse en cuenta que el contenido de vitamina C de un alimento podría disminuir al cocinarse al vapor o en hornos de microondas, también por almacenarse durante un tiempo prolongado.

Así entonces, el consumo de algunas frutas y vegetales frescos constituye una fuente importante de vitamina C. Desde la propia dieta, sin necesidad de otras medidas, se pueden asegurar las necesidades diarias de este importante nutriente y así contribuimos a cuidar nuestra salud… ¡desde lo natural!

19 Agosto 2025 Fuente: Cubadebate/ Noticias/ Desde lo natural

agosto 20, 2025 | Arlenes Tamayo Osorio | Filed under: alimentación, Bienestar, Calidad de Vida, Cuba, De la prensa cubana, Medicina Natural y Tradicional, Salud, Salud Pública |

El consumo de una molécula orgánica en forma de suplemento oral e inyectable podría mejorar los síntomas de afecciones relacionadas con la edad y los trastornos metabólicos.

La popularidad del dinucleótido de nicotinamida y adenina (NAD, por sus siglas en inglés) se ha disparado recientemente debido a que es empleado por las celebridades, multimillonarios y fanáticos del ‘biohacking’ como tratamiento para combatir el envejecimiento.

La actriz Jennifer Aniston y la modelo Hailey Bieber son algunas de las personalidades que han recurrido a la terapia intravenosa con NAD +, la forma activa de este compuesto, para lucir jóvenes. «Voy a usar NAD por el resto de mi vida y nunca envejeceré», declaró Bieber.

¿Cómo actúa el NAD?

El NAD es una molécula orgánica que desempeña una importante función en el cuerpo, ya que es la responsable de llevar a cabo las reacciones químicas involucradas en procesos como la producción de energía, la reparación del ADN y la activación de enzimas que promueven la longevidad.

Debido a que los niveles del NAD disminuyen a medida que se envejece, los investigadores han sugerido que su consumo como suplemento podría mejorar los síntomas de afecciones relacionadas con la edad y trastornos metabólicos.

Sin embargo, esta enorme molécula puede descomponerse en el tracto digestivo tras ser ingerida, por lo que cuando pasa por el torrente sanguíneo queda muy poco de ella para que ingrese a las células.

Ante esta situación, se recomienda utilizar los suplementos conocidos como ‘potenciadores’ de NAD, como el mononucleótido de nicotinamida (NMN) y el ribósido de nicotinamida (NR). Estas dos variantes de la vitamina B3 pueden elevar los niveles del NAD en la sangre, además de ser más resistentes al tracto digestivo, lo que permite que puedan traspasarse fácilmente a las células.

Beneficios prometedores

En ensayos clínicos en humanos, los científicos han observado que los potenciadores del NAD pueden mejorar los signos de envejecimiento en los sistemas cardiovascular y músculo-esquelético, así como en el proceso energético celular.

Dado a su potencial vínculo antienvejecimiento, se ha propuesto que la suplementación del NAD podría reducir la inflamación de las células nerviosas, lo que puede contribuir a resarcir los efectos de los trastornos cognitivos relacionados con la edad, como la enfermedad de Parkinson y la de Alzheimer.

Otro beneficio del consumo del NAD puede apreciarse en la reducción del envejecimiento de la piel, ya que esta molécula puede ayudar al cuerpo a reparar los daños cutáneos causados por la exposición a los rayos UV. También puede prevenir el envejecimiento prematuro.

Las investigaciones han demostrado que un incremento en los niveles del NAD pueden favorecer a las personas que padecen de obesidad y el síndrome metabólico. No obstante, los expertos advierten que se necesitan más estudios para confirmar estos hallazgos.

¿Pueden los hábitos aumentar el NAD?

Algunas investigaciones han mostrado que las cantidades del NAD en el cuerpo pueden aumentarse de manera natural mediante diversos hábitos en los estilos de vida, como hacer ejercicio, dormir adecuadamente y reducir los azúcares o grasas. No obstante, los científicos admiten que estos métodos podrían no generar diferencias significativas a largo plazo.

El médico Will Cole, quien asesora a varias celebridades sobre el NAD, es partidario de que los niveles de esta molécula pueden incrementarse con los hábitos antes mencionados. «No habrá una píldora mágica que diga: ‘Esto es todo. Este es el santo grial de los suplementos’ y resolverá todos tus problemas«, agregó.

Obtenerlo de los alimentos

A pesar de que no absorbemos el NAD directamente de los alimentos, nuestro cuerpo puede producirlo a partir de nutrientes específicos contenidos en estos. Algunos de los alimentos que podrían contener precursores del NAD son el brócoli, las judías verdes, las zanahorias, las naranjas, los plátanos, los aguacates, la avena, las semillas de calabaza, las lentejas y el tofu.

2 Mayo 2025 Fuente: Radio Caribe/ Noticias/ Salud