No será fácil de olvidar la primera víctima de la covid en los Estados Unidos. Fue el 29 de febrero del 2020, fecha que solo ocurre cada cuatro años, en medio de la administración de Donald Trump. En el Connecticut rural, donde la primera causa de muerte era tradicionalmente “el aburrimiento”, las cosas habían cambiado dramáticamente. Los opiáceos campeaban por su respeto, había ocurrido una inaudita matanza en la escuela de Sandy Hook con 28 masacrados y para acabar con el mundo tal y como lo conocíamos, llegó la pandemia.

Recuerdo todavía cuando vi un letrero en una granja que decía: “Destruyamos China, por habernos atacado con este virus”, al lado otro letrero decía “Hagamos a América grande de nuevo” (MAGA). El fascismo desafiante y orgulloso de su ignorancia en todo su esplendor.

Hoy, la descomunal algarabía, con mentiras y falsificaciones homéricas acerca de la crisis de Ucrania se usa, entre otras cosas, para desviar, disminuir u ocultar la importancia e impacto social de haber arribado a la trágica, espantosa cifra de un millón de muertes por covid en los Estados Unidos. . Y de muchos cientos de miles más no reconocidos como víctimas de la covid en los Estados Unidos y en otros países capitalistas muy desarrollados; de quienes no se sabe con certeza de qué mal murieron.

Las cifras que se usan acerca de fallecimientos de covid son de Worldometer, a nivel federal, estadual y de muchos condados de los Estados Unidos. Incluye no solo las así llamadas “51 entidades” es decir, los 50 estados y el distrito de Columbia (la capital Washington DC) sino también otras 10 entidades (Puerto Rico, Guam, Hospitales de Veteranos, la Nación Navaja, Islas Vírgenes estadounidenses, Islas Marianas del Norte, Militares en el exterior, Prisiones Federales, Samoa Americana y un crucero de Turismo donde murieron siete estadounidenses. Varios ciudadanos estadounidenses murieron en Wuhan y otros fueron repatriados de la RPCh en las etapas tempranas de la Pandemia) que representan cerca de 30,000 muertes adicionales, oficialmente registradas. Hay un amplio consenso sobre el hecho de que en realidad la cifra es significativamente mayor, en este escrito solo atendemos a lo cuantificado estadísticamente.

Este artículo no es sobre epidemiología, sino sobre desigualdad y muerte.
¿Qué representa un millón de muertos?

No hay formas científicas, ni siquiera formas juiciosas, de medir el alcance y crueldad de esa cifra de un millón de muertos, como no lo hay para medir los de una guerra. El número de personas que murieron en guerras es solo una de las múltiples, horribles y visibles expresiones del sufrimiento causado. En la Tabla 1 se comparan las muertes de covid–19 en Estados Unidos con las de las guerras en las que ha participado ese país. Todas las cifras son del Departamento de Defensa de Estados Unidos.

Tabla 1.

Fuente: Departamento de Defensa de Estados Unidos.
Fallecimientos por covid-19, otra expresión de la desigualdad social en los Estados Unidos

El 1% de la población posee la mitad de la riqueza del mundo, destacó hace relativamente poco tiempo un estudio que muestra la creciente brecha entre los ricos y el resto de los ciudadanos. Según el Informe Riqueza Global 2017, elaborado por el Instituto de Investigación del Credit Suisse, las personas más ricas del mundo vieron cómo su fortuna aumentó del 42.5% en el momento álgido de la crisis financiera iniciada en 2008 al 50.1% en 2017, cifra que no ha cambiado mucho hasta ahora.

Sin embargo, ese 1% con la mitad de la riqueza solo tributa una pequeña fracción de los ingresos de los Estados en los distintos países del mundo.

En Estados Unidos, la cifra es del 23% (2018), mientras que la clase media y los pobres (62 millones de hogares), aportan el 24.4%. En 1970, los estadounidenses más ricos pagaban, con todos los impuestos incluidos, más del 50% de sus ingresos, el doble que la clase trabajadora. En 2018, luego de la reforma tributaria de Trump, y por primera vez en los últimos 100 años, los poquísimos multimillonarios han pagado menos que los muchísimos trabajadores. Así de simple y cruel.

Los gastos militares deben ser recortados enérgicamente y el presupuesto resultante dedicado a enfrentar parte de lo requerido para la educación, salud, adecuación a los cambios climáticos y otras acciones hoy vitales para la humanidad.

Los presupuestos militares del mundo consumen (2021) unos dos billones de dólares, y estas son solo las cifras reconocidas oficialmente, que se consideran significativamente por debajo de las cifras reales. Estados Unidos dedica al militarismo más de la suma de los nueve países que le siguen juntos.

Ambos, el incremento de la tributación real por parte del 1% que ingresa y posee la mitad de la riqueza mundial, y la disminución drástica de los gastos militares (y otros gastos que no aportan nada a la sociedad), podrían generar de inmediato en los Estados Unidos unos tres billones de dólares anuales para la redistribución racional en presupuestos socialmente importantes y significativos.

Incremento de las crisis sociales

El impacto de la pandemia en los justos reclamos sociales será muy claro, la necesidad de tener cobertura de salud pasará de ser necesaria/deseable a condición sine qua non. El líder socialista democrático estadounidense Bernie Sanders fue capaz de expresarlo en pocas palabras: “El sistema de salud es un derecho fundamental del ser humano”. Esta, una verdad permanente, será también un legado del virus.

El legado de esta crisis se extiende y va más allá, a aprendizajes y confirmaciones: más trabajo desde la casa, auge de los pagos electrónicos, mayores controles en las fronteras, mucho más acceso a la educación (incluyendo educación a distancia), necesidad de creación de decenas de millones de nuevos empleos y un largo etcétera.

Tomando en cuenta la población de los Estados Unidos y a la de Cuba, se observan algunas cifras muy impactantes:

Tabla 2.

Llevando las cifras a 1 millón de habitantes, los Estados Unidos has tenido 2.55 veces mas casos y casi cuatro veces mas muertes que Cuba. Tabla de J. Oro usando datos de CDC y Worldometer.

Tabla 3.

No es solo los Estados Unidos, sino varios de los más desarrollados países capitalistas los que tienen peores indicadores de la covid, y la desigualdad es un factor decisivo en esos países. Tabla de J. Oro con los datos de CDC y Wolrdometer.

El país más rico y poderoso de la Tierra no es capaz de proteger a sus ciudadanos tal y como lo hace la Cuba bloqueada hasta la desesperación. Lo que pasa es que muchos de estos ciudadanos más que hijos son en realidad hijastros.

La desigualdad en los Estados Unidos tiene dos características esenciales:

1. Que se extiende a prácticamente todos los aspectos de la vida social. Así vemos que la desigualdad está presente en la educación, salud pública, oportunidades de empleo o de obtener créditos financieros e hipotecas, y a muchos otros campos de la vida.

2. La desigualdad es creciente, los datos analizados desde 1929 a la fecha solo muestra una tendencia a abrir más la distancia entre los que “tienen” y los que “no tienen”.

“Tener o no tener”, un factor definitorio para “sobrevivir o morir” en tiempos de pandemia

En la terrible pandemia la desigualdad se manifiesta de una forma sorprendentemente cercana a otros indicadores, es decir las minorías sufren mucho más de la infección y la muerte causadas por la covid, como se observa en las tablas abajo.

Sí queremos expresar que en cierto sentido, el oscurantismo, la superstición y las formas extremas de conservadurismo han causado una considerable cantidad de infecciones y muertes entre la población blanca, por ser estas personas reacias a la vacunación. Sin intentar simplificar las cosas, una significativa cantidad de seguidores de D. Trump y otros sectores conservadores o de formas extremas de religión, se han negado a vacunarse con las consecuencias obvias.

Tabla 4.

En esta tabla se muestra un índice fundamental de la desigualdad, que es la desigualdad de ingreso por núcleo familiar. Tomado de UnitedStatesCensus (I).

Tabla 5.

Datos de la Oficina del Censo (I) La tabla muestra la desigualdad de ingresos entre los grupos poblacionales de los Estados Unidos.

Tabla 6.

Tomado de CDC y de ApmResearchLab.

Tabla 7.

La pandemia ha evidenciado que la desigualdad no es solo económica. Imagen con datos de APM RESEARCH.

Notas.-

(I) La Oficina del Censo de Estados Unidos ha informado recientemente que en las estadísticas correspondientes a 2020 omitieron parte de la población negra, latina e indígena.Específicamente, pasaron por alto al 3.3% de los afro – estadounidenses, al cinco por ciento de los latinos y al 5.6% de los indígenas y nativos de Alaska. Por ello en este artículo hemos usado las cifras dadas para el 2019, que se consideran más exactas.

marzo 25/2022 (Cubadebate)

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