El Doctor en Ciencias Antonio Paz Cordovéz, presidente de la Sociedad Cubana de ORL y Cirugía de Cabeza y Cuello aseguró a la prensa que más de 500 personas han sido beneficiadas con implantes cocleares en el país durante dos décadas, proceder quirúrgico sobre el cual se debatió ampliamente en el X Congreso de la especialidad.

Para el experto, también coordinador general del Grupo Nacional de Implantes Cocleares, este programa nacional que impulsa Cuba desde el año 2005, es uno de los logros del Sistema Nacional de Salud Pública, y una muestra de su constante preocupación por los niños y en especial aquellos que tienen alguna discapacidad.

La doctora Osmara Delgado Sánchez, especialista del Departamento Nacional del Adulto Mayor, Asistencia Social y Salud Mental del Ministerio de Salud Pública, precisó a Cubadebate que hasta la fecha en el país se han realizado 544 implantes a 535 pacientes, (nueve con implante bilateral, en ambos oídos).

Entre el 2021 y el 2022, a pesar de la situación con la covid-19 se dio prioridad al programa y se compraron 53 implantes y los accesorios, dijo. El Minsap tiene garantizado los insumos quirúrgicos para la colocación de los implantes, añadió la especialista quien señaló que en proceso de evaluación se encuentran 101 niños, los que están ahora con prótesis auditivas y en proceso de rehabilitación.

El Grupo Nacional de Implantes Cocleares radica en el Hospital Pediátrico Borrás-Marfán, pero con colaboradores de varios centros de La Habana, tales como del Hospital Hermanos Ameijeiras, Centro Internacional de Salud Las Praderas, el Centro Nacional de Neurociencias, el Centro de Investigaciones Médico Quirúrgicas (Cimeq), Pediátrico Juan Manuel Márquez, y además tiene representaciones en todas las provincias del país, por lo cual participan especialistas de todo el territorio nacional.

Entre los elementos que distinguen el Programa —totalmente gratuito—, destaca el estudio neurofisiológico y de plasticidad de los pacientes, así como también la preocupación por recambiar los dispositivos (cuyos costos mínimos ascienden a 16 000 euros), pues se trata de tecnologías que van complejizándose, y se actualizan constantemente.
Para colocar un implante coclear se ejecuta una cirugía, pasando a través del hueso temporal del cráneo, que permita un acceso directo al oído interno. Una vez allí, se coloca un dispositivo que lanza una estimulación eléctrica, directa al mismo, y estimula directamente las fibras del nervio coclear desde el caracol.

Este mecanismo ayuda a personas con sordera neurosensorial de severa a profunda a escuchar.

Sobre la experiencia de Cuba en este programa, comentó el doctor Enrique Manuel Sevila Salas, otorrinolaringólogo y especialista en Otocirugía e Implantes Cocleares.

Esta cirugía se ha logrado realizar en pacientes con casos difíciles, por ejemplo malformaciones congénitas, trastornos sindrómicos, los que les acarrea a la persona trastornos de audición. Hemos presentado en este evento lo que los cirujanos hemos podido lograr en la implantación coclear en estos veinte años, dijo.

Salud auditiva infantil al centro del debate: Retrasos en el lenguaje y otitis media.

Una de las fortalezas del evento, consideró la doctora Osmara Delgado Sánchez es haber dedicado en el programa científico un espacio primordial a temas vinculados con la gestión integral de la salud auditiva infantil durante todo el trayecto de vida, hasta la adultez.

Mencionó como una piedra angular de ese proceso el pesquizaje auditivo universal, un programa implementado por el Minsap y que se realiza en las maternidades a todos los niños y niñas al nacer.

El retraso en el desarrollo del lenguaje en los niños en la etapa de post-covid, es decir cómo la pandemia incidió en ese lenguaje, fue una de las temáticas abordadas por los especialistas, apuntó a Cubadebate la doctora Nitza Simón Chibás, Jefa Nacional de Logopedia y Foniatría.

“Es muy llamativo, porque antes de la covid teníamos una morbilidad un poquito más amplia, existían los retrasos del desarrollo del lenguaje pero también otras patologías como las disfonías, las dislalias.

“Después de la covid justamente, entraron a consulta niños nacidos en ese periodo, pero también niños que habían nacido antes, y producto del confinamiento vienen con un retraso al desarrollo del lenguaje. Muchos fueron expuestos mucho a pantallas televisivas, o sea los medios tecnológicos audiovisuales y eso influyó; porque la familia no estaba preparada para esa situación.

De ahí que abordar el lenguaje ante cualquier epidemia o situación similar— en tanto la covid nos dio una alerta, de como debe proceder el país, en caso de cualquier pandemia— es esencial, dijo.

La Máster en atención integral al niño, especialista de primer y segundo grado en otorrinolaringología y profesora auxiliar de la Facultad de Ciencias Médicas Calixto García, la doctora María Josefa García Ortiz, se refirió a un tema de suma importancia en la pediatría: la otitis media aguda en niños.

“Todos los lactantes padecen otitis una o dos veces al año, como consecuencia de los procesos catarrales, de las obstrucciones nasales y de las secreciones que se producen detrás de la nariz, que es donde está la amígdala faríngea (la adenoide). Esta, cuando se inflama, se hipertrofia y supura, produce la adenoiditis supurada o adenoiditis crónica cuando ocurre este proceso en repetidas ocasiones. Por lo tanto, es un tema muy importante, tanto para el pediatra, como para el otorrino, ya que estos tienen que trabajar en conjunto para el diagnóstico”, explicó.
Según la experta, después de los cinco años las otitis medias comienzan a disminuir, aunque mencionó el rol fundamental de la familia en su prevención.

“El niño, al nacer, debe tener su lactancia hasta los seis meses o más, durante un año, precisamente por la leche materna que protege a los niños de enfermar. Fumar en su ambiente, los lugares húmedos o exponerlos a cambios bruscos de temperaturas son factores de riesgo”, dijo la especialista.

Asimismo, sostuvo, el no limpiar bien la nariz cuando el niño tiene algún catarro o alguna obstrucción, lo cual es muy fácil usando suero fisiológico y disminuir la posibilidad de que entren secreciones al oído.
Los oídos se comunican a través de la Trompa de Eustaquio, con la parte de atrás de la nariz, la región lateral de la nasofaringe y a partir de ahí es que entran las secreciones al oído medio, detalló.

Según García Ortiz, el niño al nacer tiene una trompa que es ancha, corta, con una orientación casi horizontal, y es mucho más fácil la entrada de las secreciones. A medida que va creciendo, esa trompa que estaba lateralmente a diez grados de inclinación, después se inclina hasta alcanzar los 45 grados, se hace más larga y entonces comienza a hacer su función: proteger el oído, manteniendo una presión dentro del mismo igual a la presión ambiental, además de eliminar las secreciones que pueda haber.

Cuando esta trompa, este conducto, tiene problemas, se inflama, y se inflama el oído medio, porque la mucosa que lo recubre es la misma de la trompa y de la nasofaringe.

La otitis produce dolor de oído, irritabilidad, fiebre. Los niños que la padecen duermen mal y pueden sufrir de trastornos auditivos.

La Otitis Media Aguda (OMA) se debe a la colonización del oído medio, de causa viral o bacteriana, de microorganismos procedentes de la nasofaringe, que causa una reacción inflamatoria aguda con producción de secreción purulenta, con o sin otorrea (secreción de líquidos en el oído) a través de la membrana timpánica.

La experta apuntó que la OMA tiene una alta incidencia en las consultas de urgencia en Pediatría, siendo una de las casusas más frecuentes de indicaciones de medicamentos antibióticos en la infancia.

Esta tiene el pico de mayor incidencia entre los 6 y 18 meses de edad, y después de los 3 años es menos frecuente. Se estima que alrededor del 90% de los niños entre los 3 meses y los 2 años de edad tendrán al menos un episodio de OMA. Entre los 2 y los 5 años de edad solo el 30-40% de los niños presentan cuadros recurrente.

Entre los factores de riesgo se encuentran los intrínsecos, como predisposiciones genéticas producto de la raza y el sexo, siendo los varones de raza blanca los de mayor incidencia. También las infecciones respiratorias y otras patologías como el paladar hendido, la fisura palatina, la discinesias ciliar, la fibrosis quística o trastornos genéticos como el Síndrome de Down o la presencia de un déficit inmunológico.

Hay otros factores que pueden contribuir a elevar el riesgo de padecer OMA en los niños, como el bajo peso al nacer, la lactancia artificial o estar sujetos a una hospitalización prolongada. Algunos elementos ambientales como la inhalación pasiva de humos, elementos que disparen procesos alérgicos o incluso las estaciones del año, en este caso las más propicias: otoño e invierno. Además, puede influir el estatus socioeconómico.

García Ortiz, se refirió además a la hipoacusia inducida por ruido en niños y adolescentes, los cuales dijo, están expuestos a ruidos por encima de los 80 decibeles, que es el rango aceptado para que no comiencen a haber trastornos auditivos.

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