Ago
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Cada año, del 1 al 7 de agosto, más de 170 países se suman a la celebración de la Semana Mundial de la Lactancia Materna, una iniciativa proclamada oficialmente en 1992 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y UNICEF. Esta conmemoración responde a un imperativo de salud pública: proteger, promover y respaldar la lactancia materna como pilar fundamental para el desarrollo físico y emocional del ser humano desde sus primeros días de vida.
Lejos de ser un simple acto biológico, la lactancia natural constituye una práctica que favorece la equidad desde el inicio mismo de la vida. De ahí que se haga énfasis en la necesidad de reducir desigualdades sociales a través del fomento y el apoyo efectivo a la lactancia materna, con especial atención a contextos de emergencia y crisis, donde las madres y los lactantes más vulnerables suelen quedar desprotegidos. En estos escenarios, la leche materna puede ser literalmente vital.
La evidencia científica es contundente: la lactancia exclusiva durante los primeros seis meses de vida no solo proporciona todos los nutrientes que el bebé necesita, sino que lo protege contra infecciones, reduce el riesgo de enfermedades respiratorias, gastrointestinales y urinarias, y contribuye a disminuir la incidencia del Síndrome de Muerte Súbita del Lactante. Para las madres, también hay beneficios importantes: la lactancia favorece la recuperación postparto, reduce el riesgo de ciertos cánceres y fortalece el vínculo afectivo con el hijo.
Sin embargo, más allá de las recomendaciones de la OMS —que insiste en continuar con la lactancia materna hasta al menos los dos años, combinada con otros alimentos—, es fundamental que las políticas públicas acompañen este proceso. El acompañamiento real a las madres debe incluir desde orientación profesional y apoyo familiar, hasta garantías laborales y condiciones de higiene y privacidad en los entornos de trabajo y estudio. No basta con repetir los beneficios: hay que crear condiciones objetivas para que la lactancia sea una opción viable, digna y protegida.
La desigualdad de acceso a este derecho es una deuda pendiente. En muchos contextos, las madres más pobres y con menor educación son las que enfrentan mayores obstáculos: falta de información, presión social, escaso apoyo institucional, y en algunos casos, marketing agresivo de sustitutos comerciales. La Semana Mundial de la Lactancia es una oportunidad para visibilizar esas brechas y demandar respuestas estructurales que no dejen a nadie atrás.
En países como Cuba, donde la salud materno-infantil es una prioridad estatal, existe un contexto propicio para fomentar aún más la lactancia materna como política de salud y acto de justicia. Pero incluso aquí es necesario reforzar la preparación de los profesionales de la salud, extender los espacios amigables para madres lactantes y promover una cultura social que respete y valore ese gesto íntimo y trascendente. La lactancia es un derecho del niño y una responsabilidad compartida.
Celebrar esta semana implica más que colocar un lema en las instituciones sanitarias. Significa renovar el compromiso con la vida desde sus primeros días, apoyar activamente a las madres en todos los contextos y reconocer que, como sociedad, tenemos el deber de garantizar que cada niño pueda acceder al alimento más completo, seguro y amoroso del mundo: la leche materna.
29 Julio 2025 Fuente: Visión Tunera/ Noticias/ Salud
Feb
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El Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (CECMED) autorizó el registro del kit Umtest Msud, un sistema diseñado para el diagnóstico neonatal de la enfermedad de la orina con olor a jarabe de arce, un trastorno metabólico caracterizado por un aumento significativo de los niveles de leucina y otros dos aminoácidos en la sangre.
El kit, desarrollado por el Laboratorio de Pesquisa Neonatal del Centro de InmunoEnsayo (CIE), perteneciente al Grupo Empresarial BioCubaFarma, utiliza la tecnología SUMA para medir de manera precisa y confiable los niveles de estos compuestos en el torrente sanguíneo. El análisis se realiza a partir de una muestra de sangre extraída del talón del recién nacido después de las 48 horas de vida.
Según explicaron especialistas del CIE, esta enfermedad se hereda de forma autosómica recesiva y tiene una incidencia global de 1 por cada 140 000 recién nacidos. Sin embargo, en América Latina, la tasa es más elevada, con un rango que oscila entre 1 por cada 60 000 y 1 por cada 100 000 en países como México, Brasil, Chile y Uruguay.
«El primer síntoma de la enfermedad es un olor dulce característico en la orina. Posteriormente, pueden presentarse otros signos, como succión débil, rechazo a la alimentación e hipertonía de las extremidades, acompañada de movimientos anormales similares a los de boxeo o pedaleo. Si no se detecta y trata a tiempo, el cuadro clínico puede agravarse, llevando al coma e incluso a la muerte».
Ello fundamenta la importancia del diagnóstico precoz para poner el tratamiento requerido en el momento indicado, y salvar la vida de los infantes. Además, estudios internacionales han demostrado que la lactancia materna puede retrasar la aparición de los síntomas hasta la segunda semana después del nacimiento.
Con la introducción de este nuevo kit en el Sistema Nacional de Salud, Cuba amplía a siete el número de enfermedades detectables mediante el tamiz neonatal, consolidando su capacidad tecnológica en beneficio de la salud pública.
Este avance representa un paso significativo en la medicina preventiva cubana, permitiendo un diagnóstico temprano y un tratamiento oportuno para una enfermedad que, de no ser atendida, puede tener consecuencias fatales.
1 Febrero 2025 Fuente: Cubadebate/ Noticias/ Salud
Oct
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El doctor Francisco Durán García, director nacional de Higiene y Epidemiología del Ministerio de Salud Pública, informó en conferencia de prensa que la aplicación en Cuba de la vacuna antineumocócica Pneumosil-10 a lactantes avanza a un 89.8% de su cumplimiento.
Durán García señaló que las provincias que registran un porcentaje inferior al 90 son Cienfuegos, con un 78.9%; Matanzas, 81.4%; Holguín, 82.4%; Pinar del Río, 84.3%; Granma, 86.6%, y Guantánamo, 86.4 %.
Insistió en la importancia de contribuir todos —profesionales de la Salud y familias— a mejorar esas cifras, que se traducen en parámetros claves para contribuir al control de la enfermedad en el país.
Durán García recordó que es un padecimiento que se transmite de persona a persona, mediante gotas y secreciones respiratorias, y en gran parte de la población, sobre todo en los niños, que, aunque no presenten síntomas de la bacteria en nariz y garganta —aseguró— pueden también contagiar a su alrededor.
Según el director nacional de Higiene y Epidemiología, es importante que la familia conozca que la vacuna Pneumosil, protege contra los serotipos 1, 5, 6A, 6B, 7F, 9V, 14, 19A, 19F y 23F, y que fue precalificada por la OMS en enero de 2020.
“Se vacunarán todos los nacidos vivos entre el primero de enero y hasta el 30 de junio del año en curso, que representan cerca de 27 000 lactantes”, informó.
Durán García dijo que los nacidos vivos en todas las provincias, que a partir del mes de julio arriben a los dos meses (edad establecida para la primera dosis en el esquema de vacunación), también recibirán la Pneumosil.
Añadió que en todos los casos se respetará el intervalo de dos meses entre la primera y la segunda dosis y de siete meses entre la segunda y la dosis de refuerzo.