Cada 16 de junio se celebra el Día Internacional de la Biotecnología, que en Cuba ha tenido sin dudas, un notable desarrollo, dada la importancia que le conceden las autoridades para proteger la salud del pueblo y el despunte de la economía.

Referirnos al avance de esa rama de la ciencia en nuestro país, es referirnos al amor a su profesión, sacrificio y alta capacidad de numerosos hombres y mujeres que han hecho posible novedosos medicamentos, que hoy son reconocidos a nivel internacional por su eficacia y seguridad.

Son en muchos casos héroes anónimos que desde las distintas disciplinas científicas sortean diariamente los obstáculos que impone la compleja situación actual, agravada por el recrudecimiento del bloqueo norteamericano y la ilegal y arbitraria inclusión de Cuba en la lista de países supuestamente patrocinadores del terrorismo.

La dedicación de nuestra comunidad científica fue esencial en la batalla librada por la nación contra la COVID-19. Gracias a su incesante labor los cubanos, incluidos los niños, nos pudimos inmunizar contra el virus con vacunas propias.

Fue este un hito más de la biotecnología cubana, que décadas antes con la obtención del conocido interferón salvó incontables vidas, ante la epidemia del dengue hemorrágico, introducido en nuestro territorio por la CIA, Agencia Central de inteligencia, de Estados Unidos, como parte de su guerra no declarada contra la Mayor de las Antillas.

Aunque la biotecnología cubana destaca en la rama de la salud, también está presente en otros sectores de la vida socioeconómica del país. El esfuerzo desplegado ha dado frutos con la obtención de plantas más resilientes, de biofertilizantes y bioplaguicidas.

En su constante lucha por minimizar los dañinos efectos del cerco económico estadounidense se han logrado vacunas en el campo veterinario, destacan la creada contra la garrapata y una contra el cólera porcino.

La nación caribeña cuenta con prestigiosas instituciones científicas como el Centro de Inmunología Molecular, el Instituto Finlay de vacunas y el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología, que tanto han aportado en todos estos años a la salud de los cubanos y de ciudadanos de otras latitudes.

Que hoy Cuba sea un referente a nivel mundial en la biotecnología, tiene su génesis en la visión de futuro del líder histórico de la revolución cubana, Fidel Castro, y en su compromiso y constante batallar a favor del desarrollo de la ciencia.

Fidel afirmó que la independencia depende de la tecnología y la ciencia en el mundo de hoy. De ahí que sea una prioridad de las autoridades el desarrollo de las distintas disciplinas científicas y su implicación en la búsqueda de soluciones a diversas problemáticas que afectan al país, un aspecto en el que ha insistido el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel.

15 junio 2024 Fuente: Trabajadores/ Noticias/ Salud

Esta es la historia de Tania, de Alejandro, de Carlos, de cientos de cubanos nacidos con una particular condición genética y que crecen hoy con la alegría y felicidad de realizar sus sueños, gracias al empeño y tesón de los profesionales de la Salud en la Mayor de las Antillas, y de la voluntad política y gubernamental de la Revolución.

El síndrome de Down no ha sido impedimento para que muchachos como ellos, desborden ese inmenso amor en sus vidas, a partir de un acceso gratuito a servicios de cuidado y atención sanitarios, unido a programas de intervención temprana y a la enseñanza inclusiva, de la cual nuestro país es referente mundial. La intervención oportuna y seguimiento integral, ya sea con fisioterapia, educación especial u otros sistemas de apoyo en comunidades e instituciones, son vitales para el crecimiento y desarrollo de la persona Síndrome de Down», asegura la doctora Ms.C Marileidys Perdomo Monteagudo, Directora del Centro Psicopedagógico La Castellana.

La institución, fundada en 1963 en el habanero municipio de Arroyo Naranjo, acogen a más de 70 eternos niños, como se les conoce a quienes poseen ese cromosoma extra de amor y bondad.

En su valoración, comenta sobre el alcance de esa institución para favorecer la inclusión y participación social, para lo cual cuenta con un equipo multidisciplinario y comprometido que realiza procesos de evaluación, diagnóstico, atención educativa y formación laboral.

Emocionada por su misión y responsabilidad hacia tan sensible tarea, asevera que convivir con las personas con un cromosoma 21 de más (trisomia 21) significa para sus colegas una triple dosis de amor, sinceridad y gratitud, valores que se logran con el aporte y ejemplo diario de las familias y todos los trabajadores de la entidad. «Llegamos a identificarlos como nuestros hijos y es justo entonces hablar de un cariño recíproco multiplicado por tres».

Asimismo recuerda que «hay tantas anécdotas en su día a día para ilustrar cuanta satisfacción nos embarga por los resultados de los niños que tomamos de la mano y que soltamos convertidos en personas útiles a la sociedad, que sería interminable la página».

El papel de la familia desde el propio inicio de la atención en su centro, como eslabón fundamental que acompaña la estimulación global de los menores, y que contribuyen decisivamente al desarrollo de la motricidad y el lenguaje en los pequeños.

«Actualmente, la matrícula de La Castellana asciende a 280 personas en situación de discapacidad intelectual, que inician desde los seis meses de nacidos en el servicio de atención temprana, y que a partir de los seis años y hasta los 18, reciben cuidados en niveles psicopedagógicos. «Es a partir de los 18 años cuando inician de acuerdo a su nivel de funcionamiento y capacidad de aprendizaje, un entrenamiento laboral dentro y fuera del centro, hasta que logramos insertarlos al empleo ordinario, con los mismos derechos de cualquier ciudadano, pero siempre con apoyos para mantener las habilidades alcanzadas».

En este reto constante de prepararlos para la vida, no pocas alegrías ha proporcionado el programa de entrenamiento deportivo en La Castellana, que permite contar, hasta la actualidad, con 4 medallistas de Olimpiadas Especiales en Gimnasia Artística y Atletismo principalmente, y tras importantes competencias internacionales.

La doctora señala cómo Cuba cuenta además con un programa para el diagnóstico, manejo y prevención de enfermedades genéticas, y defectos congénitos, liderada por el Centro Nacional de Genética Médica, que evidencia la prioridad que recibe este especial padecimiento. «Existe también un sistema de educación inclusiva y escuelas especiales en todas las provincias y municipios que acogen, hasta los 18 años, a infantes y adolescentes con Síndrome de Down».

Destaca como apoyo fundamental en tan noble empeño, la creación de la Asociación Cubana de Personas en situación de Discapacidad Intelectual (ACPDI), que en alianza con sus familias y mediante diversas iniciativas y actividades, promueven el desarrollo inclusivo, y trazan ese necesario camino de implementación de instrumentos y mecanismos, en pos del pleno ejercicio de los derechos de este sector de la sociedad.

La Ingeniera Mayelin Oliva Rodríguez, Presidenta Nacional ACPDI, explica la asociación se constituye con el fin de aglutinar a las personas en situación de discapacidad intelectual, sus representantes legales y sus apoyos, residentes permanentes en el territorio nacional, «con el desafío de contribuir, en coordinación con los centros ocupacionales municipales, a la integración, formación y la habilitación de destrezas personales y sociales, que a mediano plazo impacten en su calidad de vida».

Otra de las premisas que defienden, agrega, recae en la necesidad de crear normas jurídicas que busquen fortalecer la protección de los derechos de las personas en situación de discapacidad intelectual.

Esfuerzos comunes ante «el cariño, respeto y fidelidad que demuestran a Cuba “nuestros pequeños” con Síndrome de Down, refiere la directora de La Castellana, que dijo, patentizan la valía y las valiosas contribuciones del sistema nacional de Salud, hacia ellos»

27 marzo 2024|Fuente: Cubahora |Tomado de | Noticias|Sociedad

Las instituciones de la Educación Superior en el país disponen de un elevado potencial científico-tecnológico, que se expresa en la gestión del conocimiento y en los resultados obtenidos

Profesores, investigadores y estudiantes de las instituciones del Ministerio de Educación Superior (MES) llevaron su labor científica, en 2023, hasta más de 1 300 proyectos, distribuidos en los diferentes programas nacionales, sectoriales, territoriales y empresariales, fundamentalmente.

Ondina León Díaz, directora general de Investigación y Posgrado del MES, informó que, de esos proyectos, más de 400 contribuyen al desarrollo local.

Añadió que los principales resultados impactan en áreas priorizadas como la seguridad alimentaria y nutricional, la energía, la protección del medioambiente, la biomedicina, el desarrollo local, las políticas públicas, la transformación digital, la construcción y los recursos hídricos, entre otros.

Las instituciones de la Educación Superior en el país disponen de un elevado potencial científico-tecnológico, que se expresa en la gestión del conocimiento y en los resultados obtenidos, agregó.

La Directora de Investigación y Posgrado del MES señaló que uno de los principales aportes se muestra en el conocimiento experto demandado por el sistema de gobierno, a través de la participación en grupos temporales, consejos técnicos asesores, el Consejo Nacional de Innovación y otros órganos directivos.

Refirió que hoy es mayor el vínculo universidad-empresa, y resaltó los avances tecnológicos aplicados en el uso de las fuentes renovables de energía con impacto a nivel local y en la eficiencia energética.

Además, significó la vinculación del Ministerio de Energía y Minas con las casas de altos estudios, a través del Grupo Nacional de Universidades (Gnufre), que aportan sus conocimientos para el diseño de la transición energética hacia las fuentes renovables de energía y a su política nacional.

22 enero 2024│Fuente: Granma│ Tomado de │ Noticias │ Cuba