Ene
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Muchos niños hablan en sueños, gritan o mantienen conversaciones. Te contamos a qué se debe y si debes preocuparte por la somniloquia infantil.
¿Tu hijo habla en sueños? Observar este fenómeno puede resultar desconcertante para los padres y madres, especialmente cuando las vocalizaciones se acompañan de gritos o llantos. Sin embargo, es un fenómeno muy común en niños que, en principio no tiene por qué alarmarte. Se conoce como somniloquia infantil y a continuación te contamos todo lo que debes saber al respecto.
Como te decíamos, son muchas las familias que viven la somniloquia con sus pequeños. De hecho, se estima que entre el 8 y el 14,2 % de niños en edad escolar presentan esta conducta. Se trata de un trastorno del sueño inocuo y que no causa afectación en el menor. Pero, ¿cuándo debemos preocuparnos? Y ¿cómo podemos abordarlo? Te lo explicamos.
¿Qué es la somniloquia infantil?
Para entender qué es la somniloquia, primero debemos hablar de parasomnias. Estas son conductas que aparecen en diferentes fases del sueño, que son inconscientes y que, por lo general, no se recuerdan. Entre ellas encontramos algunas tan comunes como las pesadillas, los terrores nocturnos o el bruxismo y otras menos conocidas, como la somniloquia.
En el caso de estas últimas, nos referimos a episodios de corta duración en los que el niño emite vocalizaciones más o menos complejas, sin tener voluntad de hacerlo y sin recordar nada al respecto posteriormente. El contenido de los mismos puede ir desde pequeños sonidos ininteligibles hasta palabras o incluso monólogos y conversaciones. Además, se escuchan suaves susurros o verbalizaciones intensas en tono elevado.
En ocasiones, el fenómeno verbal se acompaña de expresiones emocionales, como llanto, gritos o risas. Asimismo, el niño parece confundido durante el episodio. Sin embargo, una vez finaliza continúa durmiendo sin problema y sin ser consciente de lo ocurrido.
Pese a que la somniloquia infantil puede darse en cualquier momento del sueño, es más común durante las fases de sueño profundo y durante el sueño REM (del término inglés rapid eye movement). Además, suele darse durante la primera mitad de la noche o del periodo en que el niño está dormido.
¿Por qué ocurre la somniloquia?
La somniloquia se debe a un despertar transitorio del sueño REM. Pero también es posible que se produzca un desajuste en la activación/inhibición de ciertas áreas cerebrales.
Por ejemplo, según recoge un artículo de Elsevier Connect, durante el sueño REM el tono muscular en todo el cuerpo se encuentra muy deprimido porque hay una fuerte inhibición de las zonas espinales de control de los músculos. Esto hace que permanezcamos inmóviles, incluso teniendo sueños muy vívidos.
Puede ocurrir, entonces, que las áreas cerebrales que controlan la actividad de los músculos bucofaciales permanezca activas. Así, al tener lugar esta activación atípica de los circuitos psicolingüísticos durante el sueño, el niño habla dormido.
Pero, ¿por qué sucede esto en algunas personas y no en otras? Pues bien, no se ha encontrado una causa exacta de la aparición de la somniloquia infantil. Sin embargo, según recogen los investigadores del Sleep Disorders Medicine parece haber ciertos factores asociados:
- Puede haber un componente genético que lleve a que este fenómeno se presente en diferentes generaciones de una misma familia.
- Está asociado a la presencia de otras parasomnias, como el sonambulismo o las pesadillas.
- Ocurre de forma más frecuente en épocas de ansiedad, estrés o cambios importantes en la vida del niño.
- Aparece con mayor frecuencia en estados febriles.
¿Tiene consecuencias la somniloquia infantil?
Como decíamos, este fenómeno es muy frecuente e inocuo. El principal efecto es la preocupación que causa en la familia del niño, por desconocimiento de lo que ocurre, o la interrupción del descanso que pueda generar en quienes duermen con él (padres o hermanos).
Además, tal como recoge un artículo publicado en la Revista de Fundamentos de Psicología, es posible que si no aborda, la somniloquia permanezca hasta la edad adulta (momento en que suele ser más infrecuente).
No obstante, si tu hijo habla dormido con mucha frecuencia, esto puede tener repercusiones en su descanso. Por ejemplo, un estudio publicado en Journal of Clinical Medicine, encontró que las personas que hablan en sueños tienen una peor calidad del descanso autoinformada. Además, la somniloquia se asocia con un sueño más fragmentado y, por ende, menos reparador.
¿Cómo actuar al respecto?
A la vista de todo lo anterior, cabe mencionar que no es necesario actuar a menos que la somniloquia esté afectando al descanso del niño o al de otras personas. Si el menor habla en sueños con mucha frecuencia, pueden tomarse algunas medidas para reducir la aparición de los episodios:
- Reducir el nivel de estrés. Por ejemplo, reorganizando sus actividades diarias y colocándole menos carga.
- Ayudarle a gestionar eventos o circunstancias que puedan estarle afectando emocionalmente. Por ejemplo, un divorcio de los padres, un cambio de escuela o la llegada de un hermano generan emociones de ansiedad o tristeza que alteren su descanso. Conversar con el niño al respecto, permitirle expresar sus emociones y validarlas son de gran ayuda.
- Animarle a adquirir buenos hábitos de higiene del sueño. Estas pequeñas medidas favorecen un descanso adecuado y mejoran la aparición de diferentes parasomnias.
- Recurrir a los ejercicios de relajación o meditación para niños, los cuales contribuye en el descanso.
Algunas consideraciones finales acerca de la somniloquia
En definitiva, si tu hijo habla dormido ocasionalmente, no tienes de qué preocuparte. Es un fenómeno muy común en niños de su edad y no comporta mayores riesgos. A medida que crezca, estos episodios aparezcan con menor frecuencia. No obstante, si consideras que está teniendo un impacto en su descanso y las anteriores recomendaciones no son suficientes, buscar ayuda profesional será la mejor opción.
28 Enero 2025 Fuente: Radio Caribe/ Noticias/ Salud
Ene
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Dos problemáticas de salud: el incremento de la gestación temprana y de las infecciones de transmisión sexual marcan hoy el contexto epidemiológico de adolescentes y jóvenes en Sancti Spíritus.
La fotografía de Ana Lucía dejó de ser, hace tiempo, aquella de uñas de acrílico, tacones y cejas pintadas al mejor estilo microblading; ahora, esta niña de 12 años lleva otra niña en su vientre. Igualmente, para Javier, Instagram y los reels divertidos perdieron encanto; el último diagnóstico médico —VIH/Sida— congeló su sonrisa de muchacho avispado y bromista.
Estas son apenas dos vidas adolescentes, de las muchas, que hoy en Sancti Spíritus están atrapadas en un laberinto, causado por dos problemáticas de salud: la gestación temprana y las infecciones de transmisión sexual (ITS).
Una mirada al contexto epidemiológico de adolescentes y jóvenes en la provincia indica que más de una treintena de muchachas y muchachos comprendidos entre los 10 y los 19 años padecen de sífilis; enfermedad, que de no tratarse a tiempo, puede afectar el cerebro, la médula espinal, los ojos y otras partes del cuerpo.
También, alrededor de 40 adolescentes y jóvenes están aquejados de blenorragia o gonorrea, condiloma, herpes genital y otros tipos de ITS. Estas infecciones, al decir de la doctora Yurien Negrín Calvo, vicedirectora del Centro Provincial de Higiene, Epidemiología y Microbiología, parecen estar distantes de padecerse a tan corta edad pero; ocurre y con frecuencia.
¿Causas? Estudios provinciales sobre el tema revelan la existencia de desconocimiento, el inicio cada vez más temprano de las prácticas sexuales —la mayor de las veces desprotegidas—, mantener este tipo de relaciones con más de una pareja, la extinción de los condones en la red de farmacias y la irresponsabilidad, que frecuentemente manda de paseo al autocuidado.
Son edades de riesgo para la salud de estas personas quienes no siempre acuden a consulta por diversas razones, y ello puede tener consecuencias a largo plazo, advierte Negrín Calvo, quien llama la atención, además, sobre el número creciente de adolescentes — 306 en estos momentos— comprendidas entre los 12 y 19 años, embarazadas hoy, y que encienden las alertas en los municipios de mayor incidencia como Jatibonico, Cabaiguán, Trinidad, Sancti Spíritus y La Sierpe.
“Se trata de embarazos muy precoces y de organismos no preparados para tener dentro de sí el crecimiento saludable de otra vida. Son niñas que en breve tiempo van a estar cuidando a otros niños, y son, en muchos casos, embarazos no deseados”, concluye la especialista.
Dicho por psicólogos encargados de la profilaxis en los hogares maternos de la provincia, cuando se le pregunta a las jóvenes gestantes ¿cómo se ven en cinco años?, estas afirman: sola y al cuido de mi hijo. La respuesta descansa en un hecho: la gran mayoría de ellas ya no están al lado de su pareja.
Lamentablemente, la prevención no es asunto que aún desvela lo suficiente a muchas familias espirituanas, entre estas las consideradas funcionales; tampoco, a determinadas instituciones educativas y a la sociedad en su conjunto.
A juicio de Elvis Julio Rodríguez Fimia, jefe del Departamento Provincial de Promoción y Educación para la Salud (Prosalud), es necesario visibilizar, todavía más, los riesgos y consecuencias de las ITS y los embarazos en la adolescencia, además de los métodos anticonceptivos con que pueden prevenirse.
Que los preservativos en el mercado informal se estén cotizando a precios de “libras esterlinas”, que literalmente estos se hayan extinguido de la red estatal de farmacias constituye una realidad que hoy, junto a otras muchas causas, pesa en la salud sexual de ese grupo etario y de los espirituanos, en general.
Al cierre del 2024, el informe de balance de la Dirección Provincial de Salud revela que: “La sífilis incrementa respecto al año anterior con una tasa de incidencia de 54,7 por cada 100 000 habitantes —más 37 casos—, y la tendencia en la blenorragia es al ascenso, con 91 casos más. Igual comportamiento reporta el VIH/Sida, que en los últimos dos años suma 96 pacientes diagnosticados.
Reconocido por autoridades sanitarias del territorio, existe todavía insuficiente trabajo con las poblaciones claves y grupos de riesgo, y dicho por el también psicólogo Rodríguez Fimia, “es una necesidad sentida, sobre todo en adolescentes y jóvenes, contar con herramientas prácticas y conocimientos sobre las ITS, sus sintomatologías, así como conocer adonde acudir y buscar información”.
Precisamente, la Campaña Nacional Decide tu juego, organizada por la Red de Jóvenes por la Vida, que desde el mes de diciembre se desarrolla en Sancti Spíritus, va dirigida a reforzar esa toma de decisiones en este grupo de edades.
No será esta campaña la cura definitiva, cierto. Familia y sociedad deben levantar muros a la no percepción de riesgo. No todo es tan simple como un “Me encanta” a un post sobre moda de último minuto. Lo sabe Javier, que a punto de cumplir sus 13 años, el diagnóstico médico —VIH/Sida— se llevó su sonrisa de muchacho avispado y bromista.
Jun
10
El 8 de junio se conmemora el Día Internacional de los Tumores Cerebrales, con la finalidad de sensibilizar a la población acerca de las causas, riesgos y tratamiento de los tumores cerebrales, así como ofrecer apoyo y solidaridad a los pacientes y sus familiares.
Origen del Día Internacional de los Tumores Cerebrales
La creación de esta efeméride en el año 2000 ha sido por iniciativa de la Asociación de Tumores Cerebrales de Alemania.
Anualmente se diagnostican 7,5 casos de tumores cerebrales primarios por cada 100.000 personas en todo el mundo, representando el 2% de los casos de cáncer en adultos.
¿Qué son los tumores cerebrales y como se originan?
Los tumores cerebrales son masas generadas por el crecimiento de células anormales en el cerebro, pudiendo originarse por causas genéticas y ambientales.
Existen tumores cerebrales benignos o no cancerosos y tumores cerebrales malignos (cancerosos).
Los tumores cerebrales primarios son aquellos que comienzan a aparecer en el cerebro. En cambio, los tumores cerebrales secundarios o metastásicos ocurren cuando el paciente tiene células cancerosas en otros órganos del cuerpo y se diseminan al cerebro. A continuación mostramos una clasificación general de estas lesiones:
- Astrocitomas: se originan a partir de las células del cerebro denominadas astrocitos. Pueden ser cancerosos de grado bajo (en niños) o elevado (en adultos).
- Ependimomas: son tumores cancerosos de grado alto o bajo que se forman en el epéndimo.
- Gliomas: se forman en el tejido del tronco encefálico. Suelen ser cancerosos, de grado alto y con un rápido crecimiento.
- Meduloblastomas o tumores neuroectodermales primitivos: estos tumores cancerosos son de alto grado y se ubican cerca de la base del cráneo.
- Craniofaringiomas: son tumores no cancerosos que se forman igualmente en la base del cerebro, cerca de la glándula pituitaria.
- Gliomas pontinos: son tumores cancerosos de alto grado, que se forman en el puente troncoencefálico.
- Gliomas del nervio óptico: se forman alrededor del nervio óptico. Generalmente no se consideran cancerosos y son de lento crecimiento.
Muchos de estos tumores son tratables y curables si se detectan a tiempo.
El crecimiento y la ubicación del tumor cerebral determinará el grado de afectación de la función del sistema nervioso, así como el tratamiento médico a aplicar.
A continuación mencionamos los principales síntomas de esta patología. En caso de presentar alguno de ellos, se recomienda una evaluación diagnóstica por parte de un médico especialista (neurólogo):
- Dolores de cabeza, con mayor frecuencia en horas de la mañana.
- Vómitos y nauseas.
- Convulsiones.
- Dificultades de memoria y de concentración.
- Pérdida de equilibrio al caminar.
- Cambios leves o notorios al hablar, ver o escuchar.
- Debilidad general y somnolencia.
- Modificaciones en el estado de ánimo y conducta.
¿Cuál es el diagnóstico y tratamiento de los tumores cerebrales?
En el diagnóstico de los tumores cerebrales se realiza una evaluación médica por parte de un neurólogo, mediante los siguientes exámenes neurológicos:
- Análisis del líquido cefalorraquídeo.
- Imágenes por resonancia magnética (RMN).
- Tomografía computarizada (TAC).
- Biopsia.
Para el tratamiento de los tumores cerebrales se aplican las siguientes opciones, dependiendo del grado de la lesión, su tamaño y ubicación:
- Intervención quirúrgica.
- Quimioterapia.
- Radiocirugía estereotáctica, con bisturí de rayos gamma.
- Terapia dirigida, mediante la dosificación de medicamentos para contrarrestar células cancerosas específicas.
8 Junio 2024 Fuente: Radio Ciudad del Mar/ Noticias/ Salud