Con los niveles productivos de gases industriales alcanzados en el país se garantiza todo el oxígeno, especialmente el demandado por la Salud Pública, así como el argón y nitrógeno, aunque persisten limitaciones por falta de financiamiento en las entregas de acetileno.

Con los niveles productivos de gases industriales alcanzados en el país se garantiza todo el oxígeno, especialmente el demandado por la Salud Pública, así como el argón y nitrógeno, aunque persisten limitaciones por falta de financiamiento en las entregas de acetileno, aseguró, en la emisión de la Mesa Redonda de este jueves, Carlos Pavón Carbonell, presidente del Grupo Empresarial de la Industria Química (GEIQ).

El GEIQ está enfocado en un programa concebido para suplir el oxígeno necesario y para ello se crean nuevas capacidades para la su producción, almacenamiento y transportación, destacándose una nueva planta ubicada en la provincia de Granma. El programa posibilitará duplicar las capacidades de producción de oxígeno y garantizar las posibles situaciones de emergencia.

Wilber Pérez Carbonel, vicepresidente del Grupo, resaltó la instalación de 55 plantas de emergencia en instituciones hospitalarias, al tiempo que se ha invertido en la compra de nuevos tanques y fueron adquiridos medios de transporte para mejorar, de forma gradual, la distribución en todo el país.

Pérez Carbonell precisó que estas inversiones nos aportarán una capacidad excedente del gas, la cual es preciso gestionar para su exportación, con ello lograr el sostenimiento de las plantas productoras y así depender menos del financiamiento central.

9 octubre 2023|Fuente: Granma| Tomado de Mundo

El Doctor José Antonio Rubio Becerra ya ha cumplido tres misiones en la República Bolivariana de Venezuela, y aún se estremece desde aquella primera vez que llegó a esta nación con una mochila cargada de sueños y de muchos deseos de hacer en bien de la humanidad y de sus hermanos venezolanos. Hoy dirige las Misiones Sociales y la Misión Médica en el Estado de Anzoátegui, y vive orgulloso de los resultados conquistados por su colectivo gracias al amor y al sacrificio por cumplir la tarea encomendada.

El Doctor José Antonio Rubio Becerra es un hombre alto y de complexión fuerte. Esa misma estatura y fortaleza las lleva en su alma y en su mirada, que revela una franqueza y una lealtad indescriptibles.

Oriundo del municipio villaclareño de Placetas, es Médico General Integral y especialista en Psiquiatría de adultos. Desde el año 2020, en medio de la batalla contra la Pandemia, integró el Contingente Ernesto Che Guevara, para ayudar al pueblo bolivariano a enfrentar los duros impactos de la Covid.

Hoy es jefe de las Misiones Sociales Cubanas en el Estado de Anzoátegui. Allí las Brigadas médicas de nuestro país tienen resultados meritorios, lo cual las ubica entre los cinco primeros lugares de la emulación fraternal de nuestra colaboración en el hermano país durante el primer semestre del año.

El Doctor Rubio está convencido de que la clave es el trabajo. Por ello no vacila en afirmar: “A los colaboradores les decimos que hay que tener disciplina, dar el ejemplo, hacerlo todo con calidad, ser estrictos con el horario laboral, cumplir con nuestra tarea, todo ello nos prestigia”, afirma.

El Doctor Rubio tiene una confianza inmensa en la juventud. Más de 700 colaboradores hoy laboran en el Estado de Anzoátegui, y de ellos, más de 200 son jóvenes, “muchos de ellos con su primera experiencia laboral y su primera misión, y con valentía y decisión una gran parte ha asumido cargos administrativos y lo hacen muy bien; son un Fidel en cada una de las trincheras en que se encuentran”, sentencia.

Cuando dialoga con los nuevos retoños, el Doctor Rubio recuerda sus inicios, aquellos momentos en que decidió ser médico internacionalista.

“Nuestra primera misión internacionalista fue en Guatemala, y ya tengo tres periodos de misión en Venezuela, doce años de mi vida que he entregado a este pueblo, que también nos corre por las venas”, expresa emocionado.

Hoy los recuerdos afloran en el corazón de este especialista que siente haber cumplido la parte del deber de su generación.

“Recuerdo  el primer día en Venezuela, la gente reunida, el recibimiento, los inicios del Programa Barrio Adentro, una idea fundacional de los Comandantes Fidel Castro y Hugo Rafael Chávez Frías, yo era aquel joven que llegó con su maletín en el hombro, con muy pocos recursos para trabajar, pero con metas a cumplir para mejorar la calidad de vida de la familia venezolana, y creo he cumplido mis sueños, por eso me veo reflejado en las muchachas y muchachos que hoy llegan aquí a dar lo mejor de sí”, señala.

Dirigir más de 700 colaboradores, lejos de la Patria, es una tarea difícil, pero este hombre no conoce de imposibles, porque “requiere de esfuerzo, dedicación, muchas veces tenemos que privarnos del sueño, pero todo en función de cumplir las tareas, impulsar el trabajo, poner en alto el prestigio de la misión cubana, cuidar a nuestros colaboradores y atender a la familia venezolana”.

Al Doctor Rubio se le ilumina el rostro con tantos sentimientos, cuando piensa en estos doce años en que ha sentido la necesidad de estar cerca de su familia, un sentimiento que lo embarga cada día que está lejos de los suyos “ sentimos el dolor de estar lejos de los seres queridos, una nostalgia que a veces tratamos de olvidar con la intensidad del trabajo diario, y en estos periodos fuera de Cuba suceden cosas muy tristes, se enferman o fallecen nuestros familiares o amistades, y eso duele, pero al igual que disfrutamos de momentos alegres, compartimos el dolor entre todos, y nos ayudamos a salir de momentos difíciles”.

Hoy desde Anzoátegui, con la grandeza de un hombre humilde, el Doctor Rubio envía un mensaje para sus coterráneos: “Que aquí en Anzoátegui hay un compatriota luchando por ayudar a este pueblo hermano y a nuestro país, con la certeza de que nuestra Revolución no va a claudicar, y de que vamos a vencer el bloqueo, y como dicen los venezolanos, hay que echar rodilla en tierra por Cuba y por Venezuela”.

5 octubre 2023 |Fuente: CMHW| Tomado de Noticias Internacionales

Táchira, Venezuela.–Tras visitar algunos hospitales privados en el estado de Cojedes, donde le negaron atención, una niñita de tres meses, deshidratada, llegó al Centro de Diagnóstico Integral (CDI) San Juan Bautista del Pao.

En esa institución de difícil acceso prestan servicios médicos cubanos. «La bebé estaba en un estado crítico, y solo pudimos mantenerla con vida unas 24 horas. Eso golpeó al equipo de trabajo, porque pusimos nuestros recursos y empeño para salvarla. Si la familia hubiese acudido a nosotros a tiempo, esta anécdota tuviese otro final».

Ese ha sido el momento que más ha marcado el camino profesional de Leonardo Carlos Jiménez Capote, enfermero intensivista y colaborador de la Mayor de las Antillas en esta tierra venezolana.

«La población que vinimos a ayudar es diferente a la nuestra. La manipulación mediática acerca de la labor que realizamos los cubanos aleja a algunos pacientes. En primera instancia, la familia de la pequeña no se acercó a nosotros por miedo. Esa experiencia preparó a quienes la atendimos para luego enfrentar situaciones similares y más graves, como lesionados por armas de fuego. Esas son cosas que no vemos en Cuba», cuenta.

El especialista, quien cumple su tercera misión en la nación bolivariana, se desempeña, además, como vicecoordinador docente asistencial, formando a los futuros médicos del estado de Táchira.

«Pude haberme hecho médico. No obstante, me llamaban más la atención los procederes de Enfermería. Tanto me gustó, que me convertí en profesor en la Universidad de Ciencias Médicas de Cienfuegos, donde fui también cuadro de base de la UJC».

En Táchira vivió otro momento de especial conmoción. «Hace poco llegó un joven con un trauma toráxico, tras un accidente de moto. Lo estabilizamos, y hoy está en rehabilitación en el CDI San Josecito».

Leonardo Carlos quiere contar historias como estas, en la Segunda Conferencia del Partido, que se celebrará en Cuba en 2024, pues ha sido preseleccionado por el resto de los internacionalistas de su estado para participar en el magno encuentro.

«Ser elegido como precandidato es un honor, pues nunca pensé que me fueran a confiar la posibilidad de llevar el criterio de los colaboradores de la Misión a tan importante cita de los militantes y representantes del pueblo cubano en general».

Mientras tanto, él continúa salvando vidas, porque, como le dijo un profesor hace ya muchos años, «un buen enfermero no es la sombra de ningún médico, siempre que esté del lado de sus pacientes y de la sociedad que representa».

5 octubre 2023| Fuente: Granma| Tomado de Mundo