El impulso de Cuba para construir una industria farmacéutica integrada y respaldada por el Estado surgió en parte de emergencias pasadas.

¿Será que hay algunas lecciones valiosas que aprender de la experiencia de este pequeño país para muchas naciones en desarrollo que luchan por obtener acceso a vacunas imprescindibles para salvar la vida humana?  (ver video).

21 enero 2024| Fuente: Radiocaribe| Tomado de| Noticias|salud

enero 22, 2024 | Gleidis Hurtado Cumbá | Filed under: Ciencia y Tecnología, Cuba, De la prensa cubana, Instituto Finlay de Vacunas (IFV), investigación | Etiquetas: , |

El doctor Albarrán fue un excelente clínico, histólogo, bacteriólogo y fisiólogo, que vivió entre dos siglos

El médico cubano Joaquín María Albarrán y Domínguez falleció el 17 de enero de 1912, hace 112 años, luego de que su obra científica en el campo de la urología lo consagrara como uno de los más importantes especialistas de esa disciplina a nivel mundial.

El doctor Albarrán fue un excelente clínico, histólogo, bacteriólogo y fisiólogo, que vivió entre dos siglos, aunque en el Siglo XIX cimentó su prestigio científico con sus obras más reconocidas dentro de la urología. Fueron sus investigaciones publicadas en París a principios del Siglo XX las que hicieron de él un autor de referencia obligada en ese campo.

Nació el 9 de mayo de 1860 en una familia acomodada de Sagua La Grande, Las Villas, cuando Cuba era todavía colonia española, y quedó huérfano en 1872, quedando al cuidado de su padrino el doctor Joaquín Fábregas, cirujano español quien lo inscribió en el jesuita Colegio de Belén, en La Habana, y luego fue enviado a Barcelona donde se diplomó de bachiller en 1877.  En esa época se involucró en la lucha por la independencia de su Isla y recaudó fondos con ese fin mediante la logia masónica a la que pertenecía.

Más tarde se doctoró en Medicina en la Universidad Central de Madrid antes de instalarse definitivamente en París en 1878, ciudad en la que desarrolló toda su carrera profesional desde 1879 bajo la tutela de prestigiados especialistas y donde vivió prácticamente el resto de su vida.

En Paris el joven doctor hizo cursos de postgrado, se incorporó al ejercicio de la profesión y comenzó a labrar su reputación, descubriéndose en él la gran figura de la medicina que habría de ser muy pronto. Se presentó a varios concursos de oposiciones y en 1883 alcanzó la plaza de Profesor Externo de los Hospitales. Al año siguiente mereció el primer premio en el Concurso del Internado de Hospitales de París y obtuvo además varias medallas de oro y plata de la Facultad de Medicina.

Fue miembro distinguido de varias prestigiosas instituciones científicas, entre ellas: la Sociedad Anatómica de París (1888); la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana (1890); la Sociedad de Estudios Clínicos de La Habana (1890); y la Sociedad de Cirugía de París (1899).

En 1892, a los 32 años, era Profesor Agregado en Francia; en 1894 era el cirujano jefe de los hospitales de Paris y en 1898 se le designó vicepresidente de la Sociedad Francesa de Urología.

Convertido ya en histólogo bajo el manto protector del profesor Edouard Brissaud, fue el eminente Louis Pasteur quien influyó en que se estableciera definitivamente en Francia, donde no tardó en convertirse en interno ayudante de eminentes galenos como el pediatra Jacques-Joseph Grancher, esposo de la ilustre cubana Rosa Abreu, y el cirujano Ulysse Trélat. Allí aprendió con Félix Guyon, inventor del citoscopio, los secretos de la urología, especialidad en la que no tardó en sobresalir.

Albarrán perfeccionó el citoscopio y los procedimientos citoscópicos, y por sus importantes trabajos, se le concedió el Premio Godard de la Academia de Ciencias de Francia, el Premio Tremblay, de la Academia de medicina, y el Premio de Barbier, de la Facultad de Medicina de París.

Al retirarse Guyon en 1906 como director de la Clínica de Enfermedades de las Vías Urinarias, Albarrán lo sucede para convertirse en el profesor titular más joven de la Facultad de Medicina de la capital francesa. Pero antes ya había escrito obras que son consideradas todavía como referencias de la literatura médica y cuyos títulos en español serían El riñón de los urinarios (su tesis premiada de 1889), Los tumores de la vejiga (1892), Los tumores del riñón (1903) y Exploración de las funciones renales (1905), donde expuso su método innovador para el examen de las facultades renales en los pacientes. En total, escribió unas 300 obras y artículos especializados en el tema.

El hecho de permanecer casi toda su vida en el exterior no lo desligó de Cuba. En 1890, el semanario El Fígaro recogía las palabras del ilustre médico que para acceder a tan elevados cargos debió adoptar la ciudadanía francesa: «Si los azares de la vida me han hecho adoptar por patria a la gran nación francesa, nunca olvido que soy cubano y siempre tenderán mis esfuerzos a hacerme digno de la patria en que nací.»

Al doctor Albarrán le sucedieron cuatro hijos: Georgette y Pierre, ambos frutos de su matrimonio con Pauline Ferri; así como Raymond y Suzanne Albarrán Sanjurjo, de un segundo matrimonio con la cubana Carmen Sanjurjo Ramírez de Arellano.

Murió prematuramente el 17 de enero de 1912 de tuberculosis, a los 51 años, en su casa en el poblado marítimo de Arcachon, cerca de Burdeos, aunque fue enterrado en París en el cementerio de Neuilly-sur-Seine. La enfermedad la contrajo accidentalmente mientras atendía la nefrectomía de un paciente del hospital Necker. Justo en ese año había recibido la noticia de que se hallaba entre los candidatos al Nobel de Medicina. Concurrieron a despedirle, entre otras personalidades, los presidentes del Senado y de la Cámara de la nación francesa.

18 enero 2024│fuente: Granma│ Tomado de │ Cuba

Podrán optar por las diez plazas profesionales menores de 35 años de edad

Con el propósito de incentivar la investigación científica en los jóvenes, BioCubaFarma convocó a la primera edición de su programa de formación doctoral, de conjunto con el Ministerio de Educación Superior (MES), según reportó la Agencia Cubana de Noticias.

En el marco de las acciones por el Día de la Ciencia Cubana, se informó que podrán optar por las diez plazas profesionales menores de 35 años de edad, motivados por la caracterización y desarrollo farmacéutico de productos de origen natural para la salud humana y estudios bioinformáticos aplicados a trastornos neurológicos y el tratamiento de enfermedades neurodegenerativas.

Otras líneas de investigación incluyen candidatos vacunales contra el cáncer, biotecnología vinculada con el aumento de la productividad y la salud animal y el desarrollo de sistemas y equipos médicos de alta tecnología.

Por vez primera, en la Mayor de las Antillas la formación de Doctores en Ciencias será bajo el auspicio del sector empresarial y entre sus novedades destacan contar con financiamiento para los proyectos y la inserción de los becarios en las instituciones de BioCubaFarma.

Mario Martín Garatey, director de grado científico del MES, refirió que se trata de una iniciativa estratégica para la preparación doctoral y evidencia la relación universidad-empresa en el país.

Como fortalezas de la modalidad reconoció el aprovechamiento de la experiencia y condiciones de la industria y la experticia del claustro de la Educación Superior para dirigir las indagaciones hacia propuestas innovadoras que tributen a soluciones en las áreas sanitaria, agricultura, biotecnología y otras.

17 enero 2024| Fuente: Juventud Rebelde| Tomado de |Cuba