Durante la jornada de homenaje al personal de enfermería, prevista a desarrollarse durante el mes de mayo, a propósito de su Día Internacional a celebrarse el próximo 12, la mayoría de las actividades están dirigidas a potenciar las acciones de preparación científica del personal y a demostrar cómo la inversión estratégica en esta profesión puede aportar considerables beneficios económicos y sociales.

Desde cada colectivo laboral se han concebido talleres, simposios y debates acerca de la necesidad de seguir impulsando la preparación profesional de esta fuerza y, en específico, el desarrollo de las especialidades, en aras de mejorar la atención de los pacientes cada vez más.

En los tres hospitales provinciales están previstas jornadas científicas, además de donaciones masivas de sangre, labores de limpieza y embellecimiento de locales y áreas, encuentros entre jubilados y la nueva generación y con los graduados que obtuvieron la condición Mario Muñoz, directivos de esta área en las distintas instituciones y otros factores.

La máster Isidora Gordon Benjamín, presidenta de la Sociedad Cubana de Enfermería en Holguín, informó que en el marco de esta conmemoración está en plan la constitución de cátedras honoríficas en la sede de la filial de Ciencias Médicas Arides Estévez Sánchez y en los hospitales pediátrico Octavio de la Concepción de la Pedraja, el universitario Vladimir Ilich Lenin y el clínico quirúrgico Lucía Íñiguez Landín, con los nombres de María Caridad González Baladí, Genoveva Bruzón Ferrer, Florencia Nightingale y Rodolfo Gámez Cruz, respectivamente.

De igual manera apuntó que el 11, en horas de la noche, realizarán recorridos por los distintos servicios de los hospitales, a la espera del Día Internacional de la Enfermería y para el 12 están previstos actos de reconocimientos en los centros asistenciales, para honrar a esta fuerza insustituible en la atención y cuidado de los pacientes.

8 Mayo 2024 Fuente: Ahora/ Noticias

El Grupo Empresarial BioCubaFarma ejecuta un total de 396 proyectos de investigación, desarrollo e innovación concebidos a ciclo completo –desde la concepción de la idea hasta el producto final aplicado–, y están concentrados, fundamentalmente, en el cáncer, enfermedades infecciosas, autoinmunes, neurodegenerativas, cicatrización, inflamación crónica y aplicaciones agropecuarias.

Según precisó a Granma el doctor Santiago Dueñas Carrera, director de Ciencia e Innovación de BioCubaFarma, dentro de esas líneas temáticas existen varias investigaciones que abordan la generación de nuevos sistemas diagnósticos, vacunas, biofármacos, dispositivos y equipos médicos, a partir del empleo de un amplio arsenal de plataformas tecnológicas, como la expresión de proteínas en microorganismos y en células de organismos superiores, junto a la síntesis química, por citar algunos ejemplos.

Resaltan, en la relación de proyectos innovadores principales, los vincula¬dos a enfermedades oncológicas, entre ellos el denominado HeberSaVax, inmunoterapia basada en el factor de crecimiento endotelial vascular para inhibir el crecimiento de tumores sólidos, y el referido al nuevo péptido con acción antitumoral CIGB 552, subrayó.

Con respecto a los trastornos neurodegenerativos, sobresalen los proyectos Neuroepo, nueva formulación intranasal de la eritropoyetina humana recombinante para el tratamiento de la enfermedad de Alzheimer, y el CIGB-845, péptido centrado en la terapia de procesos neurodegenerativos y la enfermedad cerebrovascular aguda.

También figuran el Cidem-112/113, entidad química molecular híbrida con promisorio potencial en el tratamiento del Alzheimer y otros tipos de demencia, y el Cneuro-201, nueva molécula bioactiva relacionada, de igual modo, con la terapia de esa propia enfermedad.

En cuanto al área de nuevas vacunas, el doctor Santiago Dueñas mencionó los vinculados al desarrollo de candidatos vacunales contra neumococo, dengue; candidatos de amplio espectro frente a coronavirus, papiloma humano y en la prevención de la enfermedad del Zika; además del Cidem-501-503, destinado a la búsqueda de péptidos antimicrobianos.

Una buena parte de esos potenciales productos es de lo mejor o de los primeros en su clase, con respecto a la situación del mercado, y tiene un mecanismo de acción novedoso, aseveró.

Agregó que prosiguen las investigaciones clínicas para extender el empleo en nuevos mercados de las vacunas Abdala y Soberana contra la COVID-19, y del HerberNasvac, para el tratamiento de la hepatitis B crónica.

Puntualizó que, en las aplicaciones agropecuarias, destaca la obtención de compuestos sintéticos enfocados en el tratamiento de enfermedades en las plantas, y el llamado P22 Oreocin, con la finalidad de mejorar la efectividad de la terapia contra infecciones en animales.

La lista de productos innovadores en desarrollo incluye al HeberDeMaVax, concebido para la inmunoterapia de la degeneración macular asociada a la edad; el CIGB-500, péptido protector del tejido cardíaco, y el péptido CIGB-540 antifibrótico, para la prevención de queloides y cicatrices hipertróficas.

9 Mayo 2024 Fuente: Radio Habana Cuba/ Noticias/ Salud

Ojalá ningún niño tuviera que llegar jamás a la terapia de un hospital pediátrico. Ojalá ningún padre o madre tuviera que pasar por ese tiempo triste de tener a su hijo en una unidad de cuidados intensivos, pero si así fuese porque la salud no lo acompaña o porque un accidente trastocó sus vidas, nada mejor que saber que allí encontrará un equipo cuyos valores profesionales y humanos hacen que los días, en medio de la agonía, sean más esperanzadores.

Hace más de un mes desde que esta reportera visitara la sala de cuidados intensivos del hospital Pepe Portilla, y ha dado vueltas y vueltas a un papel en blanco sin encontrar las palabras precisas que hagan honor a quienes allí trabajan.

Y no se trata de apologías ni alabanzas inmerecidas, se trata del justo reconocimiento a quienes intentan cada día salvar a nuestros pequeños de enfermedades que a veces, ellos mismos, saben incurables, mas no se rinden.

“Pero cuando es así, cuando se trata de una enfermedad terminal, que ha estado sujeta a tratamientos, cuando ya no podemos hacer más, o es una patología crónica, al menos tratamos de aliviarlos, para que el paciente tenga una muerte digna, pero siempre es muy difícil, y más difícil todavía es comunicarle a la familia que su hijo o su ser querido ha muerto. Eso no se aprende nunca”, expresa el doctor Eddy Llobany González Ungo, especialista de segundo grado en Pediatría y jefe del servicio, quien permanece en él desde diciembre de 1990, tres años después de graduado de Medicina.

Pero la terapia no es necesariamente un paso cercano a la muerte. El año pasado tuvieron más del 96 por ciento de supervivencia, un número que lejos de ser una fría estadística, muestra el trabajo sostenido, de calidad y apegado a los más actualizados protocolos de actuación en Medicina que allí se desarrolla.

EL DÍA A DÍA

Con un equipo prácticamente de lujo en medio del proceso de emigración del país y el éxodo de profesionales de la Salud hacia otros sectores, la unidad de cuidados intensivos del Pepe Portilla mantiene más de una docena de especialistas y también de residentes, más el personal de enfermería, que se hacen cargo de las largas jornadas que allí se viven.

Hay mucha entrega y sacrificio, comenta González Ungo, jefe también de la Comisión de atención al grave y presidente del Capítulo de Pediatría de Pinar del Río.

El doctor explica que en este servicio polivalente, único de su tipo en la provincia, reciben niños en edad pediátrica, entre los 30 días de nacidos y los 18 años, 11 meses y 29 días de edad, y se considera un servicio terminal, pues solo remiten a los institutos, dígase al de Neurología, Cardiología y Nefrología.

Los casos que con mayor frecuencia llegan son pacientes con infecciones respiratorias agudas, sobre todo, la neumonía complicada de la comunidad, neumonías con derrame, con empiema, o con insuficiencias respiratorias.

“Vienen también todos los niños que llegan a la institución con diarreas graves, deshidratados y, sobre todo, los menores de un año se traen aquí para hidratar, para canalizar vena, porque a veces resulta difícil hacerlo, pero sigue siendo la respiratoria la causa más frecuente”, acota.

“Lo otro, apunta, son las sepsis, los politraumas por accidentes y el año pasado recibimos muchos casos de dengue en su forma grave de presentación. El dengue se clasifica en estos momentos como dengue, dengue con signos de alarma y dengue grave. El dengue normal puede pasarse en casa bajo vigilancia médica, cuando se presentan signos de alarma el paciente debe ingresar en el hospital, y si tiene factores de riesgo viene también hasta aquí. Además, están las infecciones del sistema nervioso central”, precisa el doctor.

El servicio de cuidados intensivos ha recibido históricamente entre 400 y 600 casos por año, entre 32 y 34 por mes, 40 el que más se ingresa, con una estadía hospitalaria de alrededor de seis días, señala el jefe del servicio, aunque hay casos de infecciones respiratorias crónicas, ventilados, traqueotomizados, que llevan tiempo, en tanto, el índice ocupacional está entre un 80 y 90 por ciento por año.

Refiere el presidente del Capítulo de Pediatría que el año pasado la provincia obtuvo la mejor tasa de mortalidad infantil del país y reconoce que este ha habido sus dificultades.

Explica que la mortalidad de uno a cuatro años también los ha golpeado, “al tratarse de niños que muchas veces traen un daño relevante, una lesión orgánica importante, son niños que nacen con parálisis infantil, son bajo peso, desnutridos, pretérminos, toda una serie de factores de riesgo que les provocan lesiones estáticas del sistema nervioso central, con un daño neurológico severo, por ejemplo”.

González Ungo destaca que también han existido llegadas tardías a la terapia intensiva. Al momento de la visita para este reportaje cuatro pacientes no habían estado en el servicio por más de cuatro horas. “Ello, señala, también influye en la mortalidad, por eso se trabaja más en la atención primaria, incluso en la hospitalaria, tratando de que el acceso a los servicios de Salud, sobre todo, a la terapia intensiva, sea en mejores condiciones, con un estadío más precoz de la enfermedad”.

Siempre permanecen al menos tres médicos de guardia en el servicio, o dos intensivistas y dos residentes; casi todas las guardias tienen tres o cuatro galenos, mientras que de ocho de la mañana a cuatro de la tarde está todo el personal.

“El caso que llegue se discute en conjunto. Las enfermedades más frecuentes las tenemos protocolizadas y si no, nos apoyamos en terapias intensivas de otras partes del país o en los protocolos españoles, pero todos los casos y, sobre todo, el caso grave y el menor de un año, se discute”, explica el doctor, quien agrega que si se necesita de la valoración de otro especialista que no sea el intensivista, como puede ser un angiólogo, un neurocirujano, o un cardiólogo, por ejemplo, se trae hasta la comisión del grave y participa en la discusión para llegar a mejores resultados.

EL CORAZÓN DEL SERVICIO

Así se empeña en llamar el doctor al equipo de Enfermería del servicio de cuidados intensivos, al ser estos hombres y mujeres los que más tiempo pasan junto al paciente.

Si bien se dispone de una plantilla bastante completa de médicos, no ocurre así con las enfermeras y enfermeros, mujeres en su mayoría, por lo que la institución ha adoptado las medidas pertinentes para que otras en formación se integren al servicio, según apunta la licenciada Yadina María Regalado Díaz, jefa de sala de Enfermería.

“Todas se están superando y cuentan con la experiencia y preparación de las que llevan más tiempo aquí; no hemos tenido problemas porque el personal es muy responsable y saben que este trabajo es en equipo, en el que no puede faltar ni fallar ningún eslabón”.

Reconoce el jefe del servicio que la enfermera lo es todo. “El médico examina, diagnostica e indica un tratamiento, pero eso lo cumple la enfermera y lo hace con la calidad que se requiere, porque es la que más contacto tiene con el paciente, canaliza una vena, hace un abordaje, pasa una sonda nasogástrica. Si el paciente está ventilado requiere mucha higiene y eso es responsabilidad de enfermería, es un dúo que tiene ir parejo, porque si no, no funciona.

“Son los ojos del médico cuando no está; enfermería acompaña el paciente constantemente, las 24 horas, toma los signos vitales cada dos y cuatro horas, y a pesar de las dificultades, hemos tenido buenos resultados, el año pasado fueron muy buenos”, reconoce.

Un ejemplo de ello es Mizza Cuellar Díaz, licenciada en enfermería con 37 años de experiencia; desde el año 2000 trabaja en la terapia y antes lo hizo en la sala de cuidados intermedios y 18 años en Cirugía.

“Estamos todo el tiempo al lado del paciente, canalizamos las venas, hacemos los procederes correspondientes, los bañamos, observamos algún empeoramiento desde el punto de vista clínico porque el médico puede estar con otro, una es la responsable de ese paciente y ante cualquier alteración se toman medidas, no sin antes contar con la asesoría médica”.

Para ella es esencial ayudar a la madre de ese niño, que es la que generalmente permanece como acompañante: “Ningún familiar es igual, pero siempre les digo que tienen que estar preparadas y enfrentar la vida para poder ayudar a su hijo, no se trata de estar recogida llorando. Les digo, ven, ayúdame, aprende por si mañana tienes que hacerlo sola en la casa y eso las ayuda desde el punto de vista psicológico a enfrentar la situación”.

A su lado está la joven Yadelvis Mesa Cuní, también licenciada en Enfermería, intensivista y emergencista, con 14 años en el servicio, quien asegura que siempre dialogan con el médico cuando se trata de patologías poco conocidas y que en medio de las limitaciones de recursos han tenido prioridad.

La muchacha reconoce que se crea una relación muy bonita cuando se trata de pacientes de larga estadía hospitalaria y da mucho gusto verlos después regresar a una consulta o porque simplemente los padres los llevan a visitarlos.

Agrega que no es tarea sencilla ganarse un niño y que no vea en la enfermera solo a la que viene a inyectar o a curar, hay que tener sus estrategias y ganárselos, asegura.

“Uno llora cuando fallece un niño y cuando se van de alta, sanos, también”, dice Cuellar Díaz. Yo siempre lloro, y me dicen que debo estar ya adaptada, pero uno nunca lo hace”.

Mizza y Yadelvis comienzan a nombrar niños que han pasado por sus manos; la mayoría de ellos viven, otros no. Hablan de ellos con simpatía y cariño y saben que nada en el mundo se compara con verlos ir recuperados en alguna medida.

Los resultados de la unidad de cuidados intensivos refieren, es fruto de este trabajo en equipo que tienen allí, con el doctor Eddy al frente, al cual dicen, no le conocen una mala cara, siempre presto a ayudar, a colaborar, a pasar horas y horas en el Pediátrico cuando es necesario y quien transmite esos mismos valores a sus residentes.

Ojalá ningún niño tuviera que llegar jamás a la sala de cuidados intensivos del Pepe Portilla, pero si lo hace porque el destino así lo depara, sabrán sus padres que están en buenas manos, para que sus días sean, en medio de la tristeza que provoca un hijo enfermo, más esperanzadores.

8 Mayo 2024 Fuente: Guerrillero/ Portada