Solo de propósitos muy perversos, alejados de la verdad y toda esencia humanista son considerados los instrumentados de asedio que contra Cuba ejerce el secretario de Estado de Washington, Marco Rubio, con respecto a la colaboración internacional de la Isla a otras naciones. El señor Rubio no puede comprender lo que significa la solidaridad y hermandad entre los pueblos, él solo tiene en su mente insensata un indigno objetivo; desarticular la ayuda solidaria de la nación caribeña que goza de amplio prestigio mundial.

La Mayor de las Antillas desde la pasada centuria, alrededor de 60 años, lleva a cabo una efectiva colaboración con otros países, en materia de Salud, Educación, Cultura, Deportes, Defensa Civil, y otras ramas del conocimiento en los cuales esta conquistó logros, y encomiable experiencia.
Resulta una infamia la estrategia del gobierno de los Estados Unidos y sus aliados del clan anticubano radicado, fundamentalmente, en Miami, el querer destruir algo tan sensible y humano, por mezquinos intereses políticos.

Precisamente, los que tratan de desacreditar la tradicional solidaridad de la Isla, actúan, contrariamente, a los reales intereses del pueblo estadounidense y a favor del negocio lucrativo de la contrarrevolución que tanto daño causa, no solo a los cubanos, sino además al contribuyente norteamericano, víctima también del engaño, y la insidia contra la Mayor de las Antillas.

No todos los jóvenes en el cacareado desarrollo de EE.UU. pueden aspirar a una carrera universitaria, menos aún a la de Medicina, por su alto costo y endeudamiento. Jóvenes de ese país de escasos recursos se han graduado en la Escuela latinoamericana de Medicina en La Habana.

Y, sin embargo, la Cuba que tanto Washington intenta agredir, ofrece a toda su juventud interesada en esa profesión la posibilidad de alcanzar un título en la Casa de Altos Estudios.

De igual manera, miles de jóvenes de países del Sur u otros con limitadas posibilidades de estudios universitarios por carecer de recursos financieros, han logrado graduarse en la Isla, para luego ejercer y servir a sus pueblos necesitados de esos servicios.

Es descabellado e irracional atacar a las brigadas médicas cubanas en el exterior y a quienes la promueven en pos del bienestar y calidad de vida de miles de personas.

Por solo mencionar un ejemplo; son millones los ciudadanos que han recuperado la visión durante la Operación Milagro con amplia participación de galenos cubanos, y así mismo se han salvado, operados, o atendidos oportunamente, otros millones en alrededor de sesenta años de colaboración médica cubana en América Latina, Asia, África, y Oriente Medio.

Y en todos los casos, las mujeres y hombres de batas blancas cubanos que han participado y continúan haciéndolo en varias partes del planeta lo realizan, voluntariamente, y con la satisfacción de ayudar a sus pacientes, muchos de los cuales muestran su gratitud al solo haber conocido médicos cubanos, por ser estos los que se formaron con el altruismo y la generosidad de salvar vidas, donde fuese necesario. Ello incluye visitar y atender enfermos en los lugares más inhóspitos de las latitudes geográficas, ese es el valor humano que no puede entender el señor Rubio formado bajo el consumismo desproporcionado.

Los siniestros métodos empleados por la Casa Blanca y su actual Secretario de Estado, solo eran concebidos en épocas de incivilización humana. Con acciones como las que hoy protagoniza Washington contra Cuba, -nación que no representa amenaza alguna para ese país-, ponen de manifiesto ante la opinión pública mundial, marcada degradación de valores y principios del derecho internacional, y humano.

En vez de fomentar falacias y distorsionar la realidad de la colaboración de las brigadas médicas cubanas con el fin de perjudicar, obstaculizar el desarrollo y la reconocida practica solidaria de la Mayor de las Antillas, las administraciones estadounidenses debían sumarse y aportar más recursos al sistema de Salud para Todos, sin distinción de clase, raza, ni ideología.

Y sobre todo, bajar los costos de la Medicina y también de las carreras encaminadas a solventar los requerimientos de su población en general, y además podrían contribuir a minimizar los flagelos que en este sentido prevalecen en gran parte de nuestro planeta.

La Salud es un derecho inalienable de los seres humanos y nadie, por retorcido pensamiento que tenga, debe impedirlo.

2 Septiembre 2025 Fuente: Tribuna de La Habana/ Noticias/ Salud

septiembre 4, 2025 | Arlenes Tamayo Osorio | Filed under: Bienestar, Bloqueo, Calidad de Vida, Calidad en los servicios, Cuba, De la prensa cubana, médicos cubanos, Salud, Salud Pública |

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