En nuestro país se celebra el 30 de septiembre, desde 2008, como el Día del Pediatra, al conmemorar el natalicio del profesor Ángel Arturo Aballí Arellano, quien es considerado el padre de dicha especialidad. La misma devoción que sentía Aballí, es la que profesa hoy Inés Caridad Otero Pérez, una cienfueguera de 57 años de edad, máster en Atención Integral al Niño, y que funge en la actualidad como coordinadora del Equipo Provincial de Atención Temprana.

Sobre este medular tema, que tributa directamente en el auge de cualquier sociedad en el mundo, conversó 5 de septiembre con la doctora, entusiasta de la Neuropediatría.

“La atención temprana es un programa que se inició primeramente en las naciones desarrolladas, cuando comienzan a aparecer las salas intensivas neonatales. Se advirtió a partir de ello que hubo un aumento de la supervivencia de niños que anteriormente fallecían. A partir de lo cual se demostró que era necesario la creación de un sistema directo de atención para ellos, que diagnosticara las discapacidades físicas o afectaciones neurológicas permanentes”, aseveró.

Graduada del tercer contingente de Medicina en el año 1990, Otero es una pieza clave en el citado equipo desde 2005, caracterizado por ser multidisciplinario, compuesto por logopedas, defectólogos, fisiatras, psicólogos, licenciados en Terapia Física y Rehabilitación, que aplican escalas validadas internacionalmente para medir la edad de desarrollo de los pacientes. “En esencia, creamos planes de estimulación para aquellas áreas afectadas.

“Deviene en proceso que goza de un impacto social muy notable, en primer lugar, porque somos una población envejecida. Darles una mejor calidad de vida a esos niños es un pilar indiscutible, pues ellos serán los adultos del mañana”, estima.

Mientras hablamos, salió a colación que el mayor número de niños incorporados al programa, de cero a seis años, presenta alguna alteración desde las primeras consultas. “Sin embargo, cuando se dan de alta las cifras se invierten y muchos se van sin alteraciones del neurodesarrollo”, atestigua Otero.

Enumeró varias afectaciones, entre ellas las alteraciones transitorias, de especial mención los retardos motores y el trastorno al tono muscular. “Esto ocurre cuando decimos que los niños están duros, rígidos, hipertónicos, dolencias que son importantes tratar desde los primeros periodos de vida, ya que ello permitirá que los infantes tengan un patrón de marcha adecuado cuando caminen; que al saltar no queden limitados, o cuando corran lo hagan con patrones adecuados”, afirmó también.

Los estudios afines corroboran que lo primero que se altera en un niño es el neurodesarrollo. En aquellos que sufren enfermedades crónicas o que han tenido mucho tiempo de hospitalización, se observan retardos motores con elevada frecuencia. “En los casos que han sido hipoestimulados o mal estimulados (inconscientemente por los padres), sobre todo con el exceso del empleo de las tecnologías y medios audiovisuales, presentan signos y síntomas que nos recuerdan a los trastornos del espectro autista”, atestigua la especialista.

Aun cuando Otero razona que se nace siendo autista y se muere siéndolo, debido en buena medida a la etiología desconocida de la enfermedad, “sí puede invocarse y tiene mucho peso genético”.

Los primeros tres años de vida son cardinales para el establecimiento de las conexiones. Durante dicho lapso, los niños aprenden casi el 85 por ciento de lo que van a adquirir durante su vida. Luego, a partir del quinto año, se incrementa en un 90 y 95 por ciento.

“Si usted no los estimula adecuadamente en esa etapa, que es cuando está evolucionando el lenguaje, la parte sensorial y la interacción social, después no lo va a lograr con la misma calidad y existirá siempre una deuda que no podrá llenarse con el tiempo.

“Ha existido un aumento notable de estos casos, sobre todo durante y después de la pandemia de la Covid-19. Muchos padres llegan preocupados a nuestras salas porque sus hijos no hablan, no socializan, en definitiva, con todos los signos que describe el autismo (…) Los medios tecnológicos a los que están expuestos ayudan bien poco ya que es una vía de información fría, rígida, monótona, que impide una correcta aprehensión”, expresó.

Conociendo estos argumentos, la población tiene que concientizarse y reflexionar que, por debajo de los tres años, la exposición de los niños a los medios tecnológicos y todo lo relacionado con ello, debe ser nula. “No hace falta. Lo que les hace falta es el intercambio de persona a persona. Hablarles siempre, abrazarlos, estimularlos con tareas físicas”, concluye la doctora.

Medicina Interna y Pediatría son consideradas las “grandes” dentro de la Medicina, y nuestro país se enorgullece de los profesionales del ramo, quienes se han encargado por muchos años de velar por el futuro de los niños, como lo hiciese Aballí Arellano en su tiempo y lo continúa realizando Otero Pérez con total entrega y pasión.

11 octubre 2023|Fuente: 5septiembre| Tomado de Noticias Salud

octubre 11, 2023 | Gleidis Hurtado Cumbá | Filed under: Cuba, De la prensa cubana, Enfermedad, Niños, Salud, Solidaridad | Etiquetas: , , , |

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