Más allá del esfuerzo desplegado ante la COVID-19, en 2021 el CIE prosiguió ejecutando diferentes proyectos investigativos relacionados con el empleo de nanopartículas para el desarrollo de nuevos diagnosticadores, y productos destinados a la pesquisa neonatal y la certificación de sangre, pruebas rápidas y ensayos para a la sanidad agropecuaria, por mencionar algunos ejemplos.

Devenido soporte tecnológico fundamental, que ha garantizado el funcionamiento de programas nacionales de salud con alto impacto en el bienestar de la población cubana, el Centro de Inmunoensayo (CIE) reposicionó buena parte de su quehacer investigativo el pasado año en el enfrentamiento a la pandemia de la COVID-19.

La máster en Ciencias Niurka Carlos Pías, fundadora y directora general de la institución en los últimos ocho años, aseveró a Granma que, enfocados en esa prioridad, en 2021 lograron registrar cinco nuevos productos.

Resaltan, entre ellos, el generador de flujo CPAP para la producción de 250 equipos de ventilación de emergencia Ventipap Neuronic, requeridos por el Ministerio de Salud Pública (Minsap), y el Umelisa SARS-COV-2 Antígeno, reconocidos por el Grupo Empresarial BioCubaFarma como resultados de la ciencia y la innovación en 2021, y el Umelisa SARS-COV-2 Anti RBD, con el cual se completó la batería de diagnosticadores Umelisa, de notable utilidad en la lucha contra la pandemia.

Según precisó la Directora General del CIE, el Umelisa SARS-CoV-2 Igg, junto con el Umelisa Anti-SARS-COV-2, fueron empleados en el estudio de seroprevalencia, que abarcó 73 municipios de todas las provincias, e incluyó 8 164 personas.

«Actualmente, los usamos en la evaluación de los plasmas provenientes de pacientes convalecientes de la COVID-19, con la finalidad de certificar el uso de ese vital compuesto en el programa de donación de sangre».

Durante el ensayo clínico de la vacuna Abdala fase III, el Umelisa Anti SARS-CoV-2 se aplicó en 48 000 muestras de los individuos incluidos en el estudio previo a la vacunación, así como en el ensayo clínico Meñique de la propia vacuna en niños, indicó.

«El uso del Umelisa SARS-CoV-2 Antígeno ha sido vital en la pesquisa de individuos sospechosos de estar infectados por el virus, y en el seguimiento a los pacientes confirmados con la enfermedad. La institución produjo más de cinco millones de determinaciones en apenas ocho meses». Los especialistas del Centro de Inmunoensayo también trabajan en el desarrollo de un sistema rt pcr para la certera detección de variantes del coronavirus SARS-CoV-2, y de un extractor de ácidos nucleicos, los que aportarán soberanía tecnológica a la red nacional de laboratorios de biología molecular.

Más allá del esfuerzo desplegado ante la COVID-19, en 2021 el CIE prosiguió ejecutando diferentes proyectos investigativos relacionados con el empleo de nanopartículas para el desarrollo de nuevos diagnosticadores, y productos destinados a la pesquisa neonatal y la certificación de sangre, pruebas rápidas y ensayos para a la sanidad agropecuaria, por mencionar algunos ejemplos.

SALTO CUANTITATIVO

En el transcurso de 2021, la entidad fabricó 127 688 estuches o kits de 30 sistemas de diagnóstico, correspondientes a más de 46,2 millones de determinaciones, cifra superior en casi cuatro millones a la alcanzada en el año precedente. Doce de estos sistemas de diagnóstico superaron el millón de determinaciones producidas.

Acerca de lo sucedido con la tecnología suma (Sistema Ultramicroanalítico), uno de los logros históricos relevantes del CIE, la máster Niurka Carlos Pías notificó que fue empleado en 34 ensayos y aportó 15 equipos y cinco sistemas de software al Minsap, para diagnosticar 21 enfermedades diferentes, en las que incluyen, por ejemplo, la hepatitis B y C, el VIH, el dengue, la fibrosis quística, la enfermedad de Chagas y la lepra.

«También entregamos la cantidad de reactivos suma demandados por el sistema nacional de Salud, y se brindó asistencia técnica a los 2 094 servicios, que disponen esa tecnología en la Mayor de las Antillas». De haber tenido que adquirir todo lo enunciado en el mercado internacional, el país hubiera erogado más de 65 millones de dólares, mientras al producirlos en el centro, se ahorró ese elevado gasto por concepto de sustitución de importaciones, enfatizó la Directora del CIE.

Vale destacar que, mediante el empleo de la tecnología Suma, el país ha podido realizar las pruebas para el diagnóstico precoz del hipotiroidismo congénito, a todos los infantes cubanos nacidos a partir de 1986.

Ello permitió detectar y tratar de manera oportuna a 1 142 niños, evitando que crecieran con retraso mental severo. Cuba fue la segunda nación de América en tener un programa completo de hipotiroidismo congénito en recién nacidos, después de Canadá y primero que Estados Unidos.

Sobresalen, asimismo, los resultados alcanzados en el diagnóstico prenatal de malformaciones congénitas (programa cubano de alfa-feto-proteína), al sumar más de 4 500 000 las gestantes estudiadas, detectándose un determinado porciento de deformaciones incompatibles con la vida.

Lo anterior repercutió de manera significativa en la reducción de la tasa de mortalidad infantil y su mantenimiento dentro de las más bajas a nivel internacional en los últimos años.

Gracias a la tecnología suma, se han realizado hasta la fecha cerca de 11,7 millones de pruebas para la prevención de enfermedades infecciosas de la madre al feto, lo cual permitió que Cuba fuera la primera nación en el mundo en eliminar la transmisión vertical de vih, condición ratificada en 2021 por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

No menos importantes son los beneficios tributados por ese aporte científico al Programa de certificación de sangre, placentas y órganos, al acumular más de 43,6 millones de determinaciones en donantes voluntarios de sangre y más de 70 millones en la vigilancia epidemiológica, disminuyendo al mínimo la posibilidad de contraer por esa vía la hepatitis b y otras dolencias.

Fundado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, el 7 de septiembre de 1987, el CIE contaba al cierre del pasado año con un total de 495 trabajadores, de los cuales 250 son mujeres.

En cuanto a la formación académica, diez son doctores en Ciencias y 59 son másteres (cuatro trabajan en proyectos de doctorados), en tanto 19 profesionales cursan maestrías.

Seguro de sus enormes potencialidades futuras, el día de su inauguración, el Jefe de la Revolución Cubana escribió en el libro de visitantes: «Este centro es una verdadera joya de la cual nos sentimos orgullosos. Felicidades a todos sus trabajadores. Nuestro pueblo espera mucho de ellos».

Aquella profecía es hoy una realidad palpable. Las muchas vidas salvadas y haber evitado el desarrollo de enfermedades conducentes a la incapacidad física o mental en miles de niños, así lo atestiguan.

EN CONTEXTO

• En septiembre del 2021 la institución obtuvo la certificación de Empresa de Alta Tecnología.
• Las enfermedades crónicas y el cáncer forman parte de las prioridades investigativas del CIE.

marzo 18/2022 (Granma)

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